El Trienio Liberal (1820-1823): Un Período de Transformación en España

El Trienio Liberal (1820-1823)

Contexto Europeo y la Restauración del Absolutismo

El contexto europeo jugó un papel crucial en la decisión real. Tras la derrota de Napoleón y el Congreso de Viena (1815), Austria, Rusia, Prusia y Francia firmaron la Santa Alianza, un acuerdo para defender el Antiguo Régimen y legitimar la intervención en cualquier país donde triunfara la revolución.

El Pronunciamiento de Riego y el Retorno a la Constitución

En 1820, se gestó un nuevo pronunciamiento aprovechando la organización de un ejército destinado a sofocar las revueltas independentistas en América. Rafael de Riego se pronunció en Cabezas de San Juan, seguido por otros generales como Quiroga. El alzamiento obligó a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812. En un discurso memorable, el rey reconoció sus errores y se mostró como un ferviente constitucionalista, culminando con la frase: «Marchemos todos por la senda constitucional».

Durante tres años, los liberales gobernaron España. Agustín de Argüelles, antiguo diputado de las Cortes de Cádiz, se convirtió en el primer presidente de gobierno. Esta época de mayor libertad permitió el regreso de los exiliados y el restablecimiento de las libertades recogidas en la Constitución. Se suprimió la Inquisición, la Compañía de Jesús y se abolieron los privilegios señoriales.

Retos y Dificultades del Trienio Liberal

El Trienio Liberal se desarrolló en un período difícil para España. La economía, aún no recuperada de la Guerra de Independencia, se veía lastrada por la guerra contra los independentistas americanos. Las primeras medidas del gobierno liberal se enfocaron en la recuperación económica, aunque con escaso éxito en tan breve tiempo. Entre las más importantes destacan:

  • Supresión de baldíos, mayorazgos y desamortización de propios y eclesiásticos.
  • Reducción del diezmo a la mitad.
  • Libertad de contratación, explotación y comercialización.
  • Devaluación monetaria, recorte de gastos y reforma fiscal.

En materia educativa, se fomentó la secularización a través de la Ley de Instrucción Pública. Desde el punto de vista militar, se restableció la Milicia Nacional.

La Oposición del Rey y la División de los Liberales

Fernando VII, pese a declararse constitucional, se dedicó a boicotear las Cortes y a obstaculizar las reformas. Solicitó ayuda a la Santa Alianza, que tardó tres años en responder. Los liberales, divididos en dos corrientes, debilitaron el sistema con sus discrepancias. Los doceañistas, más conservadores, buscaban recortar las libertades de la Constitución, mientras que los radicales, liderados por Evaristo San Miguel, abogaban por reformas más rápidas y profundas.

Desórdenes Públicos y Anticlericalismo

La situación en la calle se complicó con desórdenes públicos, especialmente anticlericales. La postura de la Iglesia durante la Restauración, alineada con el sector más reaccionario, provocó la reacción del pueblo, que arremetió contra los bienes del clero (Ley de Supresión de monacales) y agredió a miembros de la Iglesia. El caso más notorio fue el ahorcamiento del padre Vinuesa, confesor del rey.

Estos altercados perjudicaron a los liberales, acusados de permitirlos o de no controlarlos. A pesar de los desórdenes, el Trienio Liberal trajo una fuerte transformación social. Se crearon Sociedades Patrióticas, como la de Amigos de la Libertad, donde Evaristo San Miguel presentó el Himno de Riego, que se convertiría en un símbolo de la libertad. Riego, inicialmente reacio a la política, se vio arrastrado por la imagen que se había creado de él, tanto para los absolutistas (que lo consideraban un demonio) como para los liberales (que lo veían como un héroe).

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