El Trienio Liberal (1820-1823)
En enero de 1820, el comandante Riego, jefe de las tropas expedicionarias españolas acantonadas en Cabezas de San Juan para ser enviadas a América, se pronunció con éxito a favor de la Constitución. Tras dos meses recorriendo Andalucía sin obtener demasiado respaldo, finalmente el apoyo de otras regiones y, sobre todo, los levantamientos campesinos, obligaron a Fernando VII a restablecer la Constitución. Semanas más tarde se celebraron elecciones a Cortes. El periodo del Trienio Constitucional, que abarca desde marzo de 1820 a octubre de 1823, fue una etapa de gran agitación política por dos motivos:
División de los Liberales
- Moderados o Doceañistas: Grupo de antiguos diputados de las Cortes de Cádiz. Se agrupaban en torno a Martínez de la Rosa. Eran partidarios de un gobierno fuerte, libertad de prensa limitada, sufragio censitario y de la defensa de la propiedad y del orden social.
- Radicales o Exaltados: Partidarios de una aplicación más avanzada de la Constitución, defendían el control parlamentario del gobierno, el sufragio universal, libertad de opinión, etc. Se organizaban en clubes y sociedades secretas. Eran mayoritarios en las Cortes y pasaron a controlar el gobierno tras el fracaso del golpe contrarrevolucionario de julio de 1822.
A esto se sumaba la propia actitud involucionista del rey, que poco después comenzó a conspirar en secreto, pidiendo una intervención extranjera que le restableciera el poder absoluto.
Reformas del Trienio Liberal
Durante estos tres años, las Cortes aprobaron una nueva legislación reformista:
- Reforma Agraria: Supresión de las vinculaciones, desamortización de los propios y baldíos, de tierras de la Iglesia, reducción del diezmo, etc.
- Política Religiosa: Defensa de la autoridad del Estado. Se exigió a los clérigos que juraran la Constitución y se aplicara en las escuelas y en las iglesias. Volvieron a suprimir la Inquisición y la Compañía de Jesús. Se aprobó la Ley de Supresión de Órdenes Monacales, por la que tuvieron que devolver todos los conventos y se desamortizaban sus bienes para venderlos y amortizar la deuda del Estado.
- Reforma Militar: Se restableció la Milicia Nacional y se aprobó una reforma militar para garantizar el sometimiento del ejército al poder civil y constitucional.
- Reforma Educativa: Se concretó en la secularización de la enseñanza y se ordenó en tres niveles: primaria, secundaria y enseñanza superior.
- Reforma Fiscal: Para abordar el problema de la Hacienda, se devaluó la moneda, se recortaron gastos y se pidieron créditos al extranjero. Las Cortes estudiaron una reforma fiscal que, sin embargo, no hubo tiempo de poner en práctica.
Fin del Trienio Liberal
El fin de la experiencia liberal se produjo por la acción contrarrevolucionaria y por la acción exterior. En julio de 1822 se produjo un intento de insurrección contrarrevolucionaria, sofocado por el ejército y la Milicia Nacional. Por otra parte, desde 1821 actuaban en el norte partidas de guerrillas organizadas por la aristocracia y el clero absolutista. En la primavera de 1822, tropas absolutistas tomaron Urgel, donde se instauró una regencia que resistió varios meses al ejército regular. Para entonces, las potencias europeas ya habían decidido en el Congreso de Verona una intervención militar en España para acabar con el régimen liberal. La intervención militar se encomendó a Francia y, en abril de 1823, el ejército de los “Cien Mil Hijos de San Luis”, mandados por el duque de Angulema, entró en España y restableció el absolutismo.
La Década Moderada (1844-1854)
Los primeros diez años del reinado efectivo de Isabel II estuvieron protagonizados por el general Narváez, líder indiscutible de los moderados, y principal inspirador de la Constitución de 1845 y de las leyes de este periodo. Solo al final cedió el protagonismo a otros dirigentes, como Bravo Murillo. Las nuevas Cortes procedieron a elaborar la Constitución de 1845, que estuvo en vigor hasta 1869. Tenía un carácter conservador, incluía una declaración de derechos muy teórica que permitió después limitarlos mediante leyes ordinarias, la exclusividad de la religión católica con la obligación del Estado de mantener a la Iglesia, y la supresión de la Milicia Nacional.
Características de la Constitución de 1845
- Soberanía compartida: el poder legislativo se repartía entre el rey y las Cortes.
- Cortes bicamerales: Senado formado por miembros vitalicios elegidos por la Corona entre la Iglesia, nobleza, etc.
- La reina podía disolver el Congreso y convocar elecciones para una nueva cámara.
- Se eliminaban los límites de la Corona que había establecido la Constitución del 37, permitiendo la intervención de la reina en la vida política.
- Los alcaldes y los presidentes eran elegidos por el gobierno.
Legislación y Reformas
Los gobiernos moderados desarrollaron una legislación ordinaria:
- Ley Electoral de 1846: Limitó el derecho al voto a unos 100.000 españoles.
- Ley de Imprenta: Restringió la libertad de publicación y aumentó la censura.
- Creación de la Guardia Civil en 1844: Para mantener el orden en las zonas rurales.
- Nuevo Código Penal.
- Reforma de la Administración: Reforzó el sistema centralista basado en provincias.
- Reforma de la Hacienda: Basada en los impuestos indirectos.
Relaciones con la Iglesia
Los moderados restablecieron las relaciones con la Iglesia. Se detuvo la desamortización y se devolvieron los bienes no vendidos. Se firmó el Concordato de 1851, por el que el Papa reconocía a Isabel II y la desamortización de los bienes vendidos, a cambio del compromiso del Estado de financiar a la Iglesia y de entregarle la enseñanza y la censura.
En los primeros años de la década dominaban los moderados. Solo el problema del matrimonio de la reina y la Segunda Guerra Carlista enturbiaron la vida política. En 1849 se formó el Partido Demócrata y, en 1854, las Cortes habían sido suspendidas y el gobierno actuaba cada vez de una forma más autoritaria, creando un clima propicio para un estallido revolucionario.
El Bienio Progresista (1854-1856)
La revolución de 1854 se inició con el pronunciamiento del general Leopoldo O’Donnell en Vicálvaro, conocido como la Vicalvarada. Aunque al principio fracasó, los rebeldes reaccionaron y publicaron el Manifiesto de Manzanares, redactado por Cánovas del Castillo, que consiguió el apoyo popular y provocó la revolución de julio. La reina se vio obligada a entregar el gobierno al general Espartero, con O’Donnell como ministro de la Guerra. Rápidamente se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes.
La Unión Liberal
Para las elecciones se formó una nueva fuerza política, llamada la Unión Liberal, que aspiraba a unir a moderados y progresistas. La Unión Liberal obtuvo la mayoría para gobernar los dos años siguientes con el apoyo de los progresistas. Los demócratas y republicanos se mantuvieron en la oposición.
Reformas del Bienio Progresista
Las Cortes elaboraron una nueva Constitución, la de 1856, que no entró en vigor. Se aprobaron una serie de leyes económicas que sentaron la base de la modernización del país:
- Desamortización de Madoz.
- Ley de Ferrocarriles.
- Ley de Sociedades Bancarias y Crediticias.
Fin del Bienio Progresista
El bienio transcurrió en un clima de permanente conflictividad social por varias cuestiones: la epidemia del cólera, una serie de malas cosechas que llevaron a la subida de precios y a un conflicto entre trabajadores y patronos. Los militares opuestos a Espartero convencieron a la reina para cesar a Espartero y poner en su lugar a O’Donnell. Los grupos radicales intentaron resistir en las calles, pero la rebelión fue sofocada por las tropas gubernamentales dirigidas por el general Serrano, lo que supuso el fin de la experiencia progresista.