El Turnismo y la Constitución de 1876: Funcionamiento y Claves del Sistema Canovista

El Turnismo y la Constitución de 1876: Pilares del Sistema Canovista

El sistema canovista, implementado durante la Restauración Borbónica en España, se basaba en dos pilares fundamentales: el turnismo político y la Constitución de 1876. Este sistema buscaba la estabilidad política alternando en el poder a dos partidos principales, el Conservador y el Liberal, liderados respectivamente por Cánovas del Castillo y Sagasta.

El Turnismo: Una Ficción Democrática

El objetivo principal del turnismo era evitar que la monarquía se identificara con un solo partido. De esta forma, se garantizaba la continuidad del régimen al alejar del poder a las fuerzas políticas obreras y republicanas, que comenzaban a ganar fuerza. Sin embargo, en la práctica, el turnismo no era más que una ficción de democracia parlamentaria, que dependía del fraude electoral para su supervivencia.

Mecanismo del Turno

El mecanismo del turno funcionaba de la siguiente manera:

  1. Cuando uno de los partidos se desgastaba en el poder, el Rey encargaba la formación de un nuevo gobierno al otro partido.
  2. Tras la disolución de las Cortes por el Rey, se convocaban elecciones que el nuevo gobierno ganaba sistemáticamente gracias al fraude.
  3. El Ministerio de Gobernación preparaba el “encasillado”, listas de diputados que debían ser elegidos en cada distrito, reservando algunos escaños a la oposición dinástica.
  4. El encasillado se entregaba a los gobernadores civiles para que lo impusieran en la provincia y los ayuntamientos.

El poder se basaba en la utilización de la administración del Estado. Se recurría a la manipulación de censos de electores (voto de muertos) y actas, al “pucherazo”, la compra de votos y la violencia. En la práctica, el Gobierno no dependía de las Cortes, sino que era el Gobierno el que fabricaba las Cortes.

El resultado final del sistema era la formación de una oligarquía compuesta por miembros de la alta burguesía y la aristocracia. Estos grupos monopolizaban los cargos político-administrativos y los escaños de las Cortes, excluyendo del poder al resto de la población. Las clases medias y populares no se sentían representadas, distanciándose de los asuntos políticos.

La Constitución de 1876

El mecanismo político canovista se formalizó legalmente en la Constitución de 1876. Esta constitución fue aprobada tras la convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal, manipuladas por el gobierno conservador.

Su contenido representaba un retorno a las normas de la Constitución de 1845, pero incorporaba algunos aspectos de la de 1869, especialmente en el reconocimiento de derechos y libertades.

Características Principales

  • Soberanía compartida entre las Cortes y el Rey.
  • Cortes bicamerales, con un Senado elitista que garantizaba el control del poder legislativo por las minorías privilegiadas.
  • El Rey era inviolable y sus poderes fueron acrecentados:
    • Poder ejecutivo, ejercido a través del Gobierno, cuyo presidente nombraba y destituía.
    • Iniciativa legislativa, con derecho de veto y capacidad para convocar, suspender o disolver las Cortes.
    • Mando directo supremo sobre el ejército.
  • La Constitución no definía el tipo de sufragio, remitiéndose a una ley electoral posterior. Inicialmente, se restableció el sufragio censitario, otorgando el derecho de voto a propietarios y personas con alto nivel de instrucción o títulos académicos (en 1881, el cuerpo electoral era poco más del 5% de la población). El sufragio universal masculino no se reintrodujo hasta 1890, mediante una ley electoral del partido liberal.
  • Se recortó la libertad religiosa, reconociendo a la religión católica como la oficial del Estado, aunque se permitían otros cultos en el ámbito privado.
  • Reconocimiento formal de derechos y libertades individuales, aunque en la práctica quedaron limitados o aplazados, retrocediendo respecto a la situación de 1869.

La Regencia de María Cristina (1885-1902)

Tras la muerte de Alfonso XII, su segunda esposa, María Cristina de Habsburgo, asumió la regencia. Los partidos dinásticos firmaron el Pacto del Pardo, comprometiéndose a:

  • Mantener la monarquía.
  • Respetar los turnos políticos.
  • Conservar las medidas legislativas aprobadas por los respectivos gobiernos.

María Cristina otorgó el poder a los liberales, quienes, presididos por Sagasta, gobernaron entre 1885 y 1890 (Parlamento Largo). Durante este período se aprobaron reformas importantes:

  • Código de Comercio (1885).
  • Código Civil (1889).
  • Ley de Asociaciones (1887).
  • Sufragio universal masculino (1890).

El regreso de los conservadores al poder en la década de los noventa supuso una menor atención a los problemas sociales y un aumento de la represión contra la agitación social, protagonizada principalmente por los anarquistas.

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