Estados Unidos: El New Deal:
La llegada de Franklin D.
Roosevelt a la presidencia estadounidense en 1932 supuso la aplicación de un programa de intervención del estado en la economía, New Deal (Nuevo trato), el cual consistía en un conjunto de medidas combinadas que incluían:
Roosevelt a la presidencia estadounidense en 1932 supuso la aplicación de un programa de intervención del estado en la economía, New Deal (Nuevo trato), el cual consistía en un conjunto de medidas combinadas que incluían:
– La aplicación de una política monetaria expansiva, con abandono del patrón oro y devaluación del dólar para hacer más baratas las exportaciones.
– El control eficiente de los bancos a través del sistema de Reserva Federal, un banco central estatal con poderes de vigilancia financiera.
– La intervención en el mercado de productos agrícolas para subvencionar la reducción de cosechas y ajustar los precios agrarios evitando su desplome.
-La política de reactivación de la economía mediante el gasto estatal masivo en obras públicas (carreteras, viviendas, etc) y sistemas de protección social del desempleado (inicio del sistema de subsidio de paro).
Con todas sus carencias el new deal frenó la depresión y sentó las bases de una recuperación lenta pero sostenida. En 1939 la renta nacional doblaba la de los peores años de crisis, aunque seguía siendo inferior a la registrada en 1928. Mientras la política de obras públicas consiguió dar empleo a mas de 3’8 millones de parados. La plena recuperación solo se alcanzaría en los años de la Guerra Mundial, cuando el país tuvo necesidad de movilizar todos sus recursos para afrontar el desafío de la contienda.
Italia y Alemania
Italia:
En Italia, donde Benito Mussolini dispónía de plenos poderes desde 1922, el sistema bancario estuvo a punto de desplomarse a causa de los efectos ocasionados por la crisis de 1929. El estado fascista reacciónó interviniendo en la economía y creando el Instituto Mobiliario Italiano en 1931 y el Instituto di Ricostruzione Industriale en 19333, un gran holding estatal. El estado controlaba el 80% de la banca y altos porcentajes del capital de las principales empresas. Esto evitó las quiebras en cadena, pero obligo a orientar la economía hacía una autarquía poco eficaz. Se intentó resolver el excedente de mano de obra y la falta de materias primas mediante una política expansionista, de manera que el rearme fue la clave para la recuperación económica. Su política exterior llevó a Mussolini a intensificar las relaciones económicas con Alemania
Alemania:
En Alemania, los sucesivos Gobierno socialdemócratas y conservadores habían sido incapaces de detener el azote de paro masivo, la inflación de precios y el deterioro del nivel de vida. Ese contexto de fracasos y pérdida de legitimidad de las instituciones democráticas fue la oportunidad de oro para el triunfo del movimiento nazi.
Con la llegada al poder de Afoldf Hitler en 1933, Alemania emprendíó una senda de recuperación basada en la aplicación de una política de intervención del Estado en una economía casi militarizada. Posteriormente se produjo el rearme militar masivo, manteniendo a la población en una forzada austeridad. El nazismo logró así superar la depresión con sacrificio sobre todo de la población judía, sometida a toda clase de expolios y de la clase obrera, carente de todo derecho y sin la defensa de los sindicatos, que fueron perseguidos, abolidos, al igual en Italia.
Reino Unido y Francia:
Reino Unido:
Cuando estalló la crisis de 1929, estaba al frente de Reino Unido un Gobierno Laborista, que se vio importante para superar el desafío. Un nuevo gobierno de Uníón Nacional dirigido por los conservadores enderezó la situación gradualmente con varias medidas: abandonó el patrón otro, devaluaciones monetarias, reducciones salariales, incentivos y establecimiento de políticas comerciales en todo el área colonial que tenía en África y en Asía. En 1937, el Reino Unido había conseguido reducir el paro de niveles de 1929 y había logrado superar los índices de producción de aquel año crítico.
Francia:
La crisis tuvo inicialmente menor impacto, pero minó la prosperidad lentamente a lo largo de los años treinta. La caída de más de la mitad de las exportaciones y la pérdida de valor del Franco produjeron una considerable reducción del consumo y de la actividad económica, lo cual provocó el aumento del paro y de desprotección de miles de hogares. Después de varias tentativas de solución fracasadas en 1936 el Gobierno de Frente Popular adoptó medidas similares al New Deal, que tuvieron cierto efecto, pero la inestabilidad política y la creciente polarización social amortiguaron el éxito de esas medidas, y en 1939, Francia seguía sin haber recuperado el nivel de producción de 1929.