La Semana Trágica (1909)
La Semana Trágica de 1909, iniciada el 18 de julio, tuvo su detonante en el Barranco del Lobo. El sindicato anarquista Solidaridad Obrera convocó una huelga, a la que las autoridades respondieron declarando el estado de guerra.
Consecuencias Políticas
La Semana Trágica provocó la desestabilización de los partidos del turno dinástico y la caída del gobierno de Maura. El rey disolvió las Cortes y entregó el poder al líder liberal Canalejas, quien hasta su muerte en 1912 llevó a cabo el último intento reformista desde dentro del sistema.
Los dos partidos dinásticos se quedaron sin líderes, lo que provocó una inestabilidad permanente. Esta debilidad política y las consecuencias de 1909 comportaron una reorganización de la oposición:
- El republicanismo se fortaleció con la creación de un nuevo partido de carácter moderado, el Partido Reformista (1912), y con la formación de la Conjunción Republicanosocialista (1910).
- El republicanismo lerrouxista quedó desacreditado a causa del papel ambiguo que tuvo durante la Semana Trágica, lo que provocó que muchos obreros se pasasen al anarcosindicalismo (CNT).
- La ruptura definitiva de la coalición Solidaridad Catalana a raíz del apoyo de la Liga Regionalista a la represión gubernamental y el aumento de la influencia del catalanismo republicano.
La Mancomunidad de Cataluña
La Mancomunidad fue el primer órgano administrativo catalán después de 1714 y la principal concesión de autogobierno conseguida por el catalanismo.
En 1911, la Diputación de Barcelona (presidida por Enric Prat de la Riba), con el apoyo de las otras diputaciones catalanas, presentó la propuesta al gobierno liberal de mancomunar las cuatro diputaciones. Canalejas aceptó la propuesta y salió adelante un proyecto de mancomunidades, pero su asesinato lo detuvo. En 1913, el nuevo gobierno conservador, encabezado por Dato, publicó un decreto que autorizaba a las diputaciones provinciales a mancomunarse para finalidades exclusivamente administrativas.
La Mancomunidad se constituyó el 6 de abril de 1914 con las mismas funciones y presupuesto que las antiguas diputaciones. Constaba de una presidencia, una asamblea y un consejo permanente. La Liga Regionalista tuvo una presencia mayoritaria. Hubo tres presidentes: Enric Prat de la Riba hasta su muerte, Josep Puig i Cadafalch hasta 1923, y Alfons Sala (nombrado por Primo de Rivera) hasta 1925.
La Obra de Gobierno
La actuación de la Mancomunidad tuvo dos direcciones fundamentales:
- Crear una infraestructura de servicios públicos y administrativos básicos para potenciar el desarrollo económico.
- Fomentar la lengua y la cultura catalanas a partir de un proyecto cultural y educativo.
Para mejorar la economía, se creó un plan de acción agraria para modernizar las formas de producción o aumentar la productividad de la agricultura y la ganadería.
Para la cultura y la educación, se creó el Instituto de Estudios Catalanes y se inició una tarea de unificación ortográfica y normalización lingüística, que estuvo a cargo de Pompeu Fabra. También se impulsó un proyecto de divulgación y protección del patrimonio cultural.
Paralelamente, se impulsó una renovación pedagógica que introdujo en Cataluña los métodos de Maria Montessori (niños y niñas juntos), y se creó la Escuela Industrial (para preparar técnicos para la industria y el comercio).
La Crisis de 1917
A principios de 1917, en España había una situación de descontento social que se agravó por la Primera Guerra Mundial.
La crisis estalló en marzo de 1917, cuando la CNT y la UGT convocaron una huelga para protestar por el encarecimiento de los productos de primera necesidad. Ante esta situación, el gobierno de Dato suspendió las garantías constitucionales, clausuró las Cortes e impuso la censura de prensa. El conflicto se agravó en el verano de 1917 y el gobierno tuvo que hacer frente a una crisis generalizada:
- Las organizaciones sindicales convocaron una huelga general (conflicto obrero).
- Los militares, que estaban en desacuerdo con el sistema de ascensos de los oficiales (que se obtenían mayoritariamente por méritos de guerra y beneficiaban a los militares africanistas), se organizaron en unas juntas de defensa (conflicto militar).
Los partidos opositores se reunieron en una Asamblea de Parlamentarios catalanes convocada por la Liga Regionalista en Barcelona el 5 de julio, y que se extendió a todos los parlamentarios españoles el día 19. Los reunidos exigían la formación de un gobierno provisional, la elaboración de una nueva Constitución y la descentralización del Estado (conflicto político).
La reacción del gobierno fue muy represiva: la huelga obrera fue reprimida duramente por el ejército y se encarceló y sometió a consejo de guerra a los miembros del comité de huelga. Las juntas de defensa militares se disolvieron y el gobierno prohibió la reunión de diputados y senadores del 19 de julio.
Ante el peligro de una revuelta generalizada, el ejército apoyó a la monarquía, y la burguesía también retrocedió por el miedo a la revolución social. El fracaso del movimiento permitió que el sistema se mantuviera durante cinco años más. El rey quiso dar más estabilidad al sistema y formó un gobierno de concentración, integrado por conservadores, liberales, reformistas y catalanistas de la Liga en 1917 (García Prieto).