El Franquismo en España (1939-1959)
1. La Creación del Estado Franquista (1939-1959)
Este periodo analiza la Dictadura del general Franco (1939-1975), régimen autoritario surgido durante la Guerra Civil Española. A pesar de las transformaciones a lo largo del régimen, la represión político-social y el poder unipersonal del dictador, sustentado por la Iglesia, la Falange y el Ejército, permanecieron constantes. Este análisis abarca desde la victoria franquista en la Guerra Civil (1939) hasta la implementación del Plan de Estabilización (1959).
1.1. Fundamentos Ideológicos y Apoyos Sociales
El régimen franquista, con origen en el nombramiento de Franco como jefe político y militar de los sublevados en 1936, concentró el poder en la figura del dictador. Franco acumuló títulos como Generalísimo, Caudillo, Jefe del Gobierno y del Estado Español, y Jefe Nacional del Movimiento (FET de las JONS). A pesar de su evolución, el régimen mantuvo su carácter dictatorial, basado en el pensamiento de las derechas autoritarias, con las siguientes características:
- Rechazo de la sociedad burguesa contemporánea y nostalgia por la España «triunfante» del pasado.
- Aversión a las instituciones liberales y la democracia parlamentaria.
- Represión del socialismo, comunismo y movimientos obreros.
- Nacionalismo centralista, xenofobia y catolicismo conservador.
- Defensa de un orden social rígido basado en la familia y la propiedad privada.
Sin embargo, el franquismo también demostró pragmatismo, evolucionando de un régimen fascista a una dictadura paternalista. Entre sus apoyos sociales se encontraban:
- Pequeños y medianos propietarios rurales, especialmente en el norte del Tajo.
- Clases medias de ciudades pequeñas y capitales de provincia.
- Oligarquía agraria, industrial y financiera, y pequeños y medianos empresarios.
- Ejército y clero, con gran influencia en la sociedad. El clero, a cambio de prebendas, apoyó al régimen hasta el Concilio Vaticano II (1962-65).
1.2. Evolución Política Interior y Exterior (1939-1959)
1.2.1. La Construcción del Régimen (1939-1951)
En la política interior, Serrano Súñer, ministro de Gobernación, diseñó un Estado nacionalsindicalista. Franco se rodeó de diferentes «familias» políticas según la coyuntura. Inicialmente, falangistas y militares ocuparon los ministerios. A partir de 1945, con la derrota del fascismo, aumentó la influencia de los católicos (ACNP y Opus Dei). Se promulgaron leyes como el Fuero del Trabajo (1938), la Ley Constitutiva de Cortes (1942), el Fuero de los Españoles (1945), la Ley de Referéndum Nacional (1945) y la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947). En 1951, protestas sociales y huelgas impulsaron cambios políticos y económicos.
En política exterior, durante la Segunda Guerra Mundial, el régimen franquista pasó de una postura de no beligerancia a una neutralidad. Tras la guerra, España sufrió ostracismo internacional, con la condena de la ONU y un bloqueo diplomático y económico. A partir de 1950, en el contexto de la Guerra Fría, Estados Unidos se acercó al régimen.
1.2.2. La Consolidación del Régimen (1951-1959)
En política interior, aumentó la presencia católica en el gobierno, con la incorporación de tecnócratas del Opus Dei, especialmente a partir de 1957. Los conflictos de 1956 llevaron a un cambio de rumbo con el Plan de Estabilización de 1959, diseñado por López Rodó. Se promulgaron la Ley de Procedimiento Administrativo (1958) y la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958).
En política exterior, las relaciones diplomáticas mejoraron con los pactos con Estados Unidos (1953), que permitieron la instalación de bases militares estadounidenses en España. En 1953, se firmó un Concordato con la Santa Sede y, en 1955, España ingresó en la ONU.
2. La Oposición al Primer Franquismo y el Exilio
La oposición al régimen fue escasa debido a la desunión de los grupos opositores y la represión franquista, amparada en leyes como la Ley de Responsabilidades Políticas (1939), la Ley para la Supresión de la Masonería y el Comunismo (1940), la Ley para la Seguridad del Estado (1941) y la Ley de Represión del Bandidaje y el Terrorismo (1947). A pesar de ello, existieron formas de resistencia:
- Grupos republicanos en el exilio, que formaron la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas (1944).
- Presión de Don Juan de Borbón, con el Manifiesto de Lausana (1945).
- Guerrilla antifranquista (maquis), con presencia en zonas rurales.
A partir de la década de 1950, surgieron nuevas formas de oposición: huelgas obreras, protestas estudiantiles y el terrorismo de ETA.