España bajo el Franquismo: Ideología, Apoyos y Evolución (1936-1975)

La Creación del Estado Franquista (1936-1975)

Fundamentos Ideológicos y Apoyos Sociales

La dictadura franquista, establecida el 1 de octubre de 1936 con el nombramiento de Francisco Franco como Jefe del Estado, se prolongó hasta su muerte el 20 de noviembre de 1975. Si bien la esencia del régimen se mantuvo, experimentó cierta liberalización, no por voluntad propia, sino por presiones internacionales y económicas.

Franco, militar africanista y católico, profesaba un nacionalismo agresivo y excluyente. Identificaba las virtudes militares con los valores nacionales, considerando catolicismo y patria como sinónimos. Se veía a sí mismo como un elegido divino para salvar a España, creencia reforzada por el apoyo de la Iglesia durante la Guerra Civil.

Su nacionalismo se basaba en una interpretación heroica de la historia de España, con un supuesto destino imperial frustrado por la Ilustración y el liberalismo. Consideraba enemigos a liberales, masones, anarquistas, judíos, socialistas y comunistas. Su visión monolítica de España rechazaba las autonomías vasca, catalana y gallega.

Franco se oponía a la democracia y la separación de poderes. Defendía la unidad, la autoridad y la jerarquía. Los rasgos permanentes del franquismo fueron: dictadura personal, unipartidismo y la división entre vencedores y vencidos. En sus inicios, fue una versión del fascismo, adaptándose posteriormente a las circunstancias sin renunciar a sus principios básicos.

Los apoyos del franquismo incluían:

  • Militares, Guardia Civil y Policía Armada (poder disuasorio).
  • Jerarquía eclesiástica y clero (legitimación ante la opinión católica). Tras el Concordato con la Santa Sede en 1953, la Iglesia tuvo gran influencia. Sectores católicos en Cataluña y País Vasco se mantuvieron hostiles, y tras el Concilio Vaticano II (1962-1965), parte de la Iglesia se distanció.
  • Falange y tradicionalistas (pilares ideológicos). La Falange actuó como aparato de propaganda y organización sindical.
  • Terratenientes, financieros, empresarios y pequeños propietarios rurales.

Además, el régimen se benefició de la desmovilización política de la sociedad (mayoría silenciosa, mayoría ausente o franquismo sociológico), fomentada por la propaganda, la censura y el miedo.

Evolución Política: Del Aislamiento al Reconocimiento Internacional

La dictadura franquista se divide en tres fases: totalitaria (1939-1959), tecnocrática (1959-1969) y de descomposición (1969-1975).

La fase totalitaria se caracterizó por el retroceso económico, la involución ideológica y la represión. Se subdivide en tres etapas:

A) Segunda Guerra Mundial (1939-1945)

España se declaró inicialmente neutral, luego no beligerante, mostrando simpatía por el Eje y enviando la División Azul contra la URSS. Con los reveses del Eje, volvió a la neutralidad y contactó con los aliados. Se crearon las Cortes (sin control sobre el gobierno) y el Fuero de los Españoles (declaración de derechos sin garantías reales).

B) El Aislamiento Internacional (1945-1950)

Tras la guerra, España quedó aislada. Franco lo justificó como una conspiración. Se tomaron medidas cosméticas como eliminar el saludo fascista, crear el Consejo de Regencia y el Consejo del Reino, y promulgar la Ley de Sucesión (1947), que convertía a España en reino con Franco como jefe de Estado perpetuo y con capacidad para designar sucesor.

C) La Intensificación de la Guerra Fría (1950-1959)

EEUU, buscando aliados anticomunistas, cambió su postura hacia España. En 1950, la ONU levantó el aislamiento diplomático. En 1952, España ingresó en la UNESCO. En 1953, se firmó el Pacto de Madrid (bases militares estadounidenses en España) y el Concordato con el Vaticano. En 1955, España ingresó en la ONU. La visita de Eisenhower en 1959 consolidó el poder de Franco.

El Exilio

El exilio supuso una pérdida para España, especialmente en el ámbito intelectual, marcando el fin de la Edad de Plata. La élite cultural y científica, defensora de valores liberales, fue perseguida. Muchos se refugiaron en México. Además del exilio ilustre, miles de españoles anónimos huyeron, principalmente a Francia, donde sufrieron penalidades, agravadas por la ocupación nazi. Muchos fueron entregados al régimen franquista o acabaron en campos de concentración. Otros se unieron a la resistencia, viendo la Segunda Guerra Mundial como una continuación de la Guerra Civil y esperando que la derrota nazi significara el fin de la dictadura.

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