España bajo el Franquismo: Política, Economía y Relaciones Exteriores (1939-1959)
Este documento explora las relaciones exteriores, la evolución política y la situación económica de España desde el final de la Guerra Civil hasta 1959.
Contexto Inicial: El Final de la Guerra Civil y la II Guerra Mundial
Recién terminada la Guerra Civil, comenzó la II Guerra Mundial. En 1940, Franco abandonó la neutralidad y declaró la no beligerancia, lo que en realidad implicaba estar a punto de intervenir en la guerra. Franco se reunió con Hitler en Hendaya en octubre de 1940, donde se acordó que España declararía la guerra a Gran Bretaña para recuperar Gibraltar y ocupar territorios del norte de África. Sin embargo, la difícil situación española y el desarrollo de la guerra impidieron que esta entrada se materializara. España sí envió la División Azul contra los soviéticos.
A partir de 1942, tras la entrada de Estados Unidos en la guerra, se hizo evidente la inminente derrota de las potencias del Eje. Franco comenzó a cambiar de postura, ante el peligro que suponía su apoyo para su régimen. Así, en 1943, se volvió a la neutralidad y se iniciaron una serie de cambios trascendentales para adaptarse a la nueva situación internacional y salvar su gobierno.
Aislamiento Internacional y Reconocimiento
Después de la II Guerra Mundial, se inició una campaña internacional que aisló a España del mundo exterior. Los motivos no solo fueron la posición española durante el conflicto, sino también la propia Guerra Civil y, sobre todo, el régimen dictatorial existente en España.
Se retiraron los embajadores, España quedó fuera del Plan Marshall y de la ONU, y Francia cerró la frontera. A principios de los años cincuenta, llegó el tan ansiado reconocimiento internacional, motivado fundamentalmente por las circunstancias creadas por el enfrentamiento entre Estados Unidos y la URSS: la Guerra Fría. En este contexto, el catolicismo y el anticomunismo del régimen franquista le valieron para salir de ese aislamiento. Toda la situación anterior se revirtió hasta 1955.
Estructura Política del Régimen
El primer gobierno de la dictadura se caracterizó por la fuerte presencia de la Falange Española. La Falange promovió un programa de encuadramiento de la sociedad típicamente fascista, a través de los sindicatos verticales, el Frente de Juventudes y el control de gran parte de los medios de comunicación.
El 17 de julio de 1942, se promulgó la Ley de Cortes, otro paso para institucionalizar el régimen. En julio de 1945, Franco formó un nuevo gobierno. Las líneas generales de actuación fueron las mismas que en el cambio de 1942. También en el año 45 se promulgó otra ley fundamental: el Fuero de los Españoles, mediante la cual se pretendía emular a las grandes democracias, dándole apariencia de tal al régimen.
Además de estas leyes, también se promulgaron la Ley de Referéndum Nacional y la de Sucesión en la Jefatura del Estado, en 1947. España se configuró como un país católico, social y representativo, declarándose constituido como reino.
Crisis de 1956 y el Ascenso de los Tecnócratas
A mediados de los años cincuenta, por un lado, la política autárquica había llevado a una difícil situación económica, y por otro, la política de los católicos presentaba síntomas de agotamiento, al mismo tiempo que aparecían diversos grupos dentro de la Iglesia Católica.
El detonante político de los grandes cambios fue el enfrentamiento entre liberales y falangistas en 1956, que provocó la dimisión de varios ministros por parte de Franco.
A fines de la década de los 50, la Iglesia no era la institución monolítica que apoyaba sin fisuras al régimen. Existía, por un lado, un grupo de intelectuales católicos liderados por Ruiz Giménez que reivindicaban la apertura y la libertad de pensamiento, y por otro lado, otro grupo que inició una línea obrerista y nacionalista que iba a formar parte de la oposición al régimen.
Situación Económica del Franquismo (1939-1959)
La autarquía económica de España hasta 1945 estuvo motivada por la coyuntura creada por la II Guerra Mundial, y a partir de 1946, por el “cerco internacional” a España, lo que generó serios problemas de abastecimiento, que dieron lugar a las cartillas de racionamiento y al mercado negro.
La política agraria se centró en recuperar la producción. Se procedió a la devolución a sus antiguos dueños de las tierras que habían sido expropiadas durante la II República, además de iniciar una política de tecnificación.
En cuanto a la política industrial, a inicios del régimen se instauraron dos leyes, propias de una economía de guerra, que pretendían lograr el autoabastecimiento y el desarrollo de las industrias de armamento.
Para suplir la iniciativa privada, en septiembre de 1949 se creó el Instituto Nacional de Industria.
La liberalización del mercado se inició entre 1951 y 1956, con la concesión de un crédito a España por parte de Estados Unidos, destinado a la compra de productos agrícolas, materias primas y equipo industrial.
La asistencia americana fue poco significativa en el equipamiento industrial para el desarrollo económico, pues la ayuda recibida desde 1953 correspondía a productos excedentarios en Estados Unidos y no resolvió los problemas de abastecimiento. En este contexto, se empezaron a abrir las fronteras económicas de cara al exterior, además de la aparición del mercado libre, reduciendo progresivamente el intervencionismo estatal y el proteccionismo para conectar con el liberalismo capitalista.
El Plan de Estabilización (1957-1959)
Todas las dificultades expuestas anteriormente supusieron un cambio en la política económica del régimen franquista. Los nuevos ministros designados para reconducir la situación elaboraron un Plan de Estabilización para sentar una base sólida en el proceso de desarrollo económico. Para ello, propusieron una serie de medidas básicas:
- Reducción del gasto excesivo del Estado y de los particulares, que supusieron condiciones en los créditos.
- Desaparición progresiva del gobierno en las revisiones sobre actividades económicas.
- Apertura de la economía española a los mercados exteriores, aumentando las facilidades para la realización de importaciones.
Como conclusión, este plan fue calificado como la operación económica de mayor alcance realizada por el Estado en estos primeros veinte años. Sus efectos fueron inmediatos y positivos, ya que redujeron la demanda interna y estabilizaron los precios. A cambio, se produjo una restricción de la actividad económica y un notable incremento del paro, que tuvo como válvula de escape la emigración de españoles a la Europa en desarrollo.