La Crisis del 98
Comenzó con el estallido en 1895 en Cuba de un nuevo movimiento independentista que se prolongó hasta 1898, año en el que Estados Unidos declaró la guerra a España tras el hundimiento del acorazado Maine en La Habana. La derrota española supuso la pérdida de las últimas colonias, lo que se conoció como el Desastre del 98, que provocó la frustración de políticos e intelectuales españoles. Como consecuencia, surgió el Regeneracionismo, un movimiento intelectual que denunciaba la decadencia de España y planteaba reformas para superarla. Su máxima figura fue Joaquín Costa.
El Reinado Constitucional de Alfonso XIII (1902-1923)
En 1902, Alfonso XIII accedió al trono. La Constitución de 1876 siguió vigente y se mantuvo el turnismo, aunque los líderes de los partidos políticos cambiaron. En el partido conservador, Cánovas fue sustituido por Maura; y en el liberal, Sagasta por Canalejas, ambos influidos por el Regeneracionismo. Maura quiso acabar con el caciquismo reformando la ley electoral y la administración local, aunque no lo consiguió. Canalejas llevó a cabo una política de descentralización, pero su medida más polémica fue la aprobación de la Ley del Candado, que prohibía el establecimiento de nuevas órdenes religiosas en España.
Los partidos liberal y conservador cada vez eran menos representativos: la burguesía catalana y vasca empezó a apoyar a los partidos nacionalistas; las clases medias y obreras votaban a los republicanos y al PSOE; y los sindicatos adquirieron fuerza.
La Restauración experimentó una serie de crisis que condujeron a su desaparición:
- La Semana Trágica (1909): Una insurrección popular en Barcelona por el envío de tropas, compuestas por las clases populares, a la guerra de Marruecos.
- La Crisis de 1917: Coincidió con la protesta militar por la forma en la que se producían los ascensos, la protesta política que reclamaba una nueva constitución y el movimiento sindical que convocó una huelga general.
- La Violencia Social (1919-1923): Se radicalizó el movimiento obrero para alcanzar la revolución política, económica y social. Los gobiernos y los empresarios utilizaron la violencia para reventar este movimiento.
La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
En medio de la crisis se produjo el Desastre de Annual (1921) en la guerra de Marruecos, donde murieron más de 10.000 soldados. La oposición de izquierdas pidió una investigación para saber los responsables. Parte del ejército decidió tomar el poder, por lo que en 1923 el general Primo de Rivera dio un golpe de Estado con el consentimiento del rey. Suspendió la Constitución, disolvió las Cortes, prohibió los partidos políticos y los sindicatos, y acabó con la guerra de Marruecos.
La dictadura se mantuvo hasta 1930 gracias a la prosperidad económica, que se aprovechó para realizar obras públicas y potenciar el desarrollo industrial. A partir de 1927, el régimen autoritario comenzó a ser criticado y, ante esta oposición, el rey retiró su apoyo, por lo que Primo de Rivera dimitió en 1930.
Alfonso XIII mandó formar un nuevo gobierno que convocara elecciones y restaurara la Constitución. Pero la oposición al rey era muy fuerte, por lo que políticos republicanos, socialistas, catalanistas y algunos monárquicos firmaron en 1930 el Pacto de San Sebastián con el objetivo de ir juntos a las elecciones e instaurar la república.
La Segunda República: Un Régimen Democrático
En 1931 se convocaron elecciones municipales que dieron el triunfo a las candidaturas republicanas en casi todas las capitales de provincia. Los republicanos consideraron que su éxito era el triunfo definitivo. Conocido el resultado, Alfonso XIII se exilió y se formó un gobierno provisional que proclamó la Segunda República el 14 de abril de 1931, de forma pacífica.
El Gobierno Provisional y la Constitución de 1931
El nuevo gobierno, integrado por los partidos que habían firmado el Pacto de San Sebastián y presidido por Alcalá Zamora, inició una serie de reformas y convocó elecciones a Cortes Constituyentes.
Las Cortes elaboraron la Constitución de 1931, que implantaba un régimen democrático. Sus principales novedades eran:
- El reconocimiento amplio de las libertades individuales y el derecho al divorcio.
- El sufragio universal sin distinción de sexos.
- El Estado aconfesional, sin religión oficial.
- La organización territorial descentralizada, que reconocía la posibilidad de crear comunidades autónomas.
- La importancia del bienestar social, que permitía al gobierno expropiar bienes considerados de utilidad pública y animaba a potenciar la enseñanza pública.
Esta constitución, la primera plenamente democrática en España, no contó con un amplio consenso. El ambiente se crispó, hubo incidentes callejeros con desmanes anticlericales y comenzaron las conspiraciones contra la República. Los republicanos dejaron el gobierno. Alcalá Zamora pasó a presidir la República y Azaña fue designado presidente del gobierno.
El Bienio Reformista (1931-1933)
Las Reformas
Entre 1931 y 1933, Azaña continuó la labor reformista:
- Reforma agraria: Pretendía transformar la estructura agraria española. Se preveía la expropiación de latifundios sin cultivar y el reparto de tierras entre jornaleros. El organismo encargado fue el Instituto de Reformas Agrarias (IRA).
- Autonomía a Cataluña: Con la aprobación del Estatuto de Nuria en 1932 y la creación de la Generalitat.
- Reforma militar: Fundamental dada la influencia política del ejército.
- Reformas laborales: Establecieron salarios mínimos y seguros de accidentes.
- Reforma educativa: Se pensaba que la educación era la vía para la mejora social.
- Regulación del matrimonio civil y el divorcio.
La Oposición a las Reformas
El gobierno encontró la oposición de los grandes propietarios de tierras, las altas jerarquías de la Iglesia y el ejército. En agosto de 1932, tuvo lugar un intento de golpe de Estado dirigido por el general Sanjurjo en Sevilla, que fracasó. Los anarquistas protagonizaron levantamientos y ocupaciones de fincas. En Casas Viejas (Cádiz) hubo un levantamiento campesino en enero de 1933 que saldó con varios muertos. En septiembre de 1932, Azaña presentó su dimisión y se convocaron nuevas elecciones.
El Bienio Conservador (1933-1935)
El centro derecha ganó las elecciones de 1933 y el Partido Radical de Lerroux se hizo cargo del gobierno, apoyado por la CEDA. El nuevo gobierno paralizó las reformas y amnistió a los golpistas de 1932. La entrada de ministros de la CEDA en el gobierno provocó la Revolución de Octubre. La revolución triunfó en Asturias, pero el general Franco aplastó la revuelta. En Cataluña, Luis Companys proclamó la República Catalana dentro de la República Española. Tras el fracaso, la Generalitat fue disuelta. Las diferencias ideológicas y la corrupción pusieron fin a la coalición gobernante y se convocaron nuevas elecciones.
El Frente Popular
La izquierda se presentó unida en el Frente Popular. El Frente Popular ganó las elecciones y retomó la política de reformas. Alcalá Zamora fue destituido y Azaña le sustituyó. La crispación aumentaba: huelgas, quema de iglesias y enfrentamientos armados entre falangistas y organizaciones obreras. El 12 de julio de 1936, pistoleros de derechas asesinaron al teniente Castillo. Un día después, asesinaron a Calvo Sotelo. Este acontecimiento precipitó la sublevación de las tropas.
El Estallido de la Guerra Civil
El Golpe de Estado y la División de España
La sublevación se trasladó a la península el 18 de julio de 1936. El golpe dividió a España en dos zonas:
- Zona sublevada (nacionales): Castillas, Galicia, Cáceres, parte de Andalucía occidental, Navarra, Baleares y Canarias. Crearon la Junta de Defensa Nacional. Franco fue nombrado jefe del gobierno y se unificaron las fuerzas políticas en Falange Española Tradicionalista y de las JONS.
- Zona republicana: Aragón, norte de España (excepto Navarra), Cataluña, zona levantina, Madrid y casi toda Andalucía. Los sindicatos realizaron la revolución social. Se organizaron milicias populares y se creó el Ejército Popular.
La Internacionalización del Conflicto
La Guerra Civil despertó pasiones en Europa. Gran Bretaña y Francia firmaron un acuerdo de no intervención. Ambos bandos recibieron ayuda exterior:
- La República obtuvo ayuda de la URSS.
- Los rebeldes recibieron ayuda de la Italia fascista y la Alemania nazi.
La República contó con el apoyo de intelectuales y las Brigadas Internacionales.
Vivir en Guerra
La guerra fue un tiempo de hambre, muerte y miedo. El racionamiento de comida surgió en la zona republicana. La población civil sufrió los combates y bombardeos. Hubo represalias en ambos bandos. Los líderes sindicales y de partidos de izquierdas fueron asesinados o encarcelados en la zona nacional. En la zona republicana fueron perseguidos caciques, terratenientes, empresarios y personas pertenecientes al clero.
Canarias entre 1900 y 1936
Transformaciones Sociales y Cambios Políticos
Tenerife y Gran Canaria registraron importantes transformaciones sociales derivadas de la expansión de los nuevos cultivos fruteros y el crecimiento de la actividad portuaria comercial. La burguesía comercial, las clases medias y trabajadoras adquirieron mayor protagonismo, sobre todo durante la Segunda República. La influencia creciente de la población rural y el esfuerzo de los partidos republicanos contribuyeron a aumentar la participación política.
Los acontecimientos políticos estaban relacionados con el enfrentamiento entre Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife por la división provincial. Se crearon los Cabildos Insulares y se produjo la división administrativa del archipiélago.
La Aparición del Sindicalismo
A partir de 1900 se consolidó el sindicalismo en las islas, en tres sectores:
- Jornaleros de los nuevos cultivos de exportación.
- Proletariado urbano de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife.
- Trabajadores asalariados de los puertos.
Destacan las Federaciones Obreras de Tenerife y Gran Canaria y la Confederación Regional del Trabajo de Canarias.
La Guerra Civil
El gobierno republicano nombró capitán general de Canarias a Francisco Franco. Desde su llegada en marzo de 1936, Franco estuvo en contacto con los militares que conspiraban contra la República. El 18 de julio se proclamó el estado de guerra en las islas y Franco abandonó Canarias para ponerse al frente del ejército de África. Canarias quedó en el bando nacional.