España en el Siglo XIX: Del Trienio Liberal a la Restauración y la Primera República

El Trienio Liberal (1820-1823)

Por iniciativa popular se creó una Junta Provisional Consultiva para aconsejar al monarca, Fernando VII, el cual firmó un Manifiesto cuando una multitud rodeó el Palacio Real de Madrid pidiendo que aceptara los postulados del pronunciamiento de Riego. En él se declaraba partidario leal de la Constitución de 1812, la cual se restauró de la mano de los liberales.

Se convocaron las Cortes el 9 de julio de 1820 y se emprendió la tarea de modernizar el Estado y la administración.

Reformas y Conflictos

  • En el terreno administrativo, se inició la división provincial y se elaboró el primer reglamento de instrucción pública.
  • Las Cortes elaboraron un código penal moderno.
  • Se abolieron los gremios.
  • Se suprimió la Inquisición.

Sin embargo, los liberales chocaron con la Iglesia, contraria a las desamortizaciones, y con sectores de la aristocracia por la abolición de los señoríos.

A esto se sumó la petición secreta del monarca de una intervención extranjera para restaurar el absolutismo. A nivel de la calle, existía la presión ejercida por los absolutistas y por los liberales radicales exaltados a través de las Sociedades Patrióticas.

Incluso se llegó a establecer la llamada Regencia de Urgel, que argumentaba que el rey no era libre para gobernar.

Divisiones Liberales

Liberales Moderados o Doceañistas

Se identificaban con los principios de las Cortes de Cádiz. Eran moderados, favorables a actuar con mesura y colaborar con el rey. Destaca Martínez de la Rosa.

Liberales Exaltados o Veinteañistas

Radicales, germen del futuro Partido Progresista. Eran partidarios de desarrollar la Constitución de Cádiz en su sentido más avanzado.


La Restauración Borbónica: Gobiernos de Cánovas y Sagasta

El Gobierno Conservador de Cánovas del Castillo (1875-1881)

Se centró en reforzar el control del Estado con medidas como:

  • La Ley de Imprenta (restrictiva).
  • La vuelta del sufragio censitario, con el control del mismo por parte de los ayuntamientos.
  • La prohibición de sindicatos y asociaciones de prensa.

Estas medidas generaron un clima de tensión en la población. A pesar de eso, se lograron importantes actuaciones como la Constitución de 1876, el fin de los conflictos bélicos (Tercera Guerra Carlista, Guerra de Cuba -parcialmente-) y reformas administrativas. En esta época, Francisco Giner de los Ríos funda la Institución Libre de Enseñanza.

El Turno Liberal: Sagasta y las Reformas (1881-1883 y 1885-1890)

Mientras se perfilaba entre los sectores liberales progresistas el otro partido dinástico, y una vez confirmada su solidez, el rey Alfonso XII les encargó en 1881 la formación de gobierno, iniciando así la alternancia o turno pacífico.

Primer Gobierno Liberal (1881-1883)

Este gobierno liberal de Sagasta tomó medidas para terminar con las restricciones de la libertad de expresión (derecho de reunión de asociaciones obreras y republicanas, libertad de prensa), aunque no se atrevieron a restablecer el sufragio universal. En esta etapa se produjeron disturbios y protestas sociales:

  • Huelga de tipógrafos, que se convirtió en modelo para los enfrentamientos con los patronos.
  • Sucesos de la «Mano Negra» en Jerez (vinculados al anarquismo agrario).
  • Intento de pronunciamiento republicano de 1883, encabezado por el brigadier Villacampa.

Los dos últimos sucesos fueron reprimidos con dureza, pero el rey encargó de nuevo a Cánovas el gobierno en 1884.

El «Parlamento Largo» (1885-1890)

Cánovas gobernó hasta 1885, cuando el rey murió y asumió la regencia su segunda esposa, María Cristina de Habsburgo-Lorena, embarazada del futuro Alfonso XIII. Tras el Pacto del Pardo (acuerdo entre Cánovas y Sagasta para garantizar la estabilidad tras la muerte del rey), Cánovas cedió el poder a Sagasta, iniciando un periodo de gobierno conocido como el «Parlamento Largo«. Se caracterizó por reformas de carácter liberal. Se trataron de introducir derechos individuales inspirados en la Constitución de 1869 que la Constitución de 1876 permitiera, aprobándose así:

  • La libertad de prensa e imprenta.
  • La libertad de cátedra.
  • La Ley de Asociaciones de 1887, que permitió la legalización de sindicatos como la UGT (Unión General de Trabajadores).
  • La Ley del Jurado en 1888, que permitió a la sociedad participar en la administración de justicia.
  • El Código Civil de 1889.
  • La ley que implantó el sufragio universal masculino en 1890.

Finalmente, la muerte de los dos líderes (Cánovas asesinado en 1897 y Sagasta por causas naturales en 1903) marcó el inicio de la crisis del sistema de la Restauración, aunque este perduró formalmente hasta 1923.


El Reinado de Amadeo I y la Primera República (1871-1874)

El Reinado de Amadeo I (1871-1873)

Rey de los españoles elegido por las Cortes tras la Revolución de 1868. Su reinado comenzó con mal pie, ya que el mismo día que llegó a España, el general Prim, principal valedor de Amadeo I, fue asesinado en un atentado. Con ello, el nuevo monarca perdía su más firme apoyo y también el de la coalición monárquico-democrática que lo había traído.

Amadeo se encontró con un fuerte rechazo de grupos carlistas (partidarios de Carlos VII) y alfonsinos (partidarios del futuro Alfonso XII).

Así, se produjo una gran inestabilidad política. Unionistas, progresistas y demócratas vieron cómo, tras haber aprobado una constitución democrática (1869), su unión se resquebrajaba debido a la muerte de su líder (Prim) y al amplio frente de rechazo. El Partido Progresista se dividió en dos: el Partido Constitucional (liderado por Sagasta) y el Partido Radical (liderado por Zorrilla). Estos dos líderes mantenían diferencias ideológicas, pero también una profunda enemistad personal. Por esto, se sucedieron constantes cambios gubernamentales y se celebraron hasta tres elecciones generales en apenas dos años.

Por otra parte, el contexto social hizo que las clases adineradas observaran con creciente temor el incremento de las huelgas, motines y manifestaciones, la multiplicación de mendigos, además de una epidemia de tifus que diezmó a la población.

Ante la ingobernabilidad y la falta de apoyos, Amadeo I abdicó.

La Primera República Española (1873-1874)

Tras la abdicación de Amadeo I, las Cortes proclamaron la Primera República el 11 de febrero de 1873, ya que era impensable la búsqueda de otro rey extranjero y existía un fuerte núcleo republicano en las Cortes.

La debilidad del régimen se constató por los escasos 11 meses que duró y los cuatro presidentes que tuvo:

  1. Estanislao Figueras
  2. Francisco Pi y Margall
  3. Nicolás Salmerón
  4. Emilio Castelar

Las ideas republicanas tuvieron escaso apoyo social real y contaban con la oposición de las instituciones más poderosas del país (Iglesia, Ejército, élites económicas). En este ambiente de inestabilidad, se iniciaron o proyectaron una serie de reformas radicales que, en parte, se volvieron en contra de la propia República:

  • Eliminación de las Quintas (servicio militar obligatorio por sorteo) y del impuesto de consumos.
  • La reducción de la edad de voto a 21 años.
  • La prohibición del trabajo en niños menores de 10 años.
  • La separación de Iglesia-Estado.
  • La instauración de una República federal (proyecto de Constitución Federal de 1873, que proponía 17 estados).

Este programa no llegó a consolidarse ni, en gran parte, a aprobarse, debido a un triple desafío bélico:

  • La Tercera Guerra Carlista (1872-1876), encabezada por Carlos VII, el cual estableció un gobierno paralelo en Estella. Todo comenzó al verse truncadas sus expectativas al entronizarse la monarquía de Amadeo de Saboya. Por ello, en 1872 iniciaron una nueva guerra contra la España liberal y luego republicana.
  • La sublevación cantonal, un movimiento que aspiraba a una federalización desde abajo, proclamando cantones independientes en diversas ciudades (Cartagena fue el más duradero).
  • La persistencia de la Guerra de los Diez Años en Cuba (1868-1878).

La incapacidad de la República para controlar la situación llevó al golpe de Estado del General Pavía en enero de 1874, disolviendo las Cortes republicanas y estableciendo un gobierno autoritario bajo el mando del General Serrano, preludio de la restauración borbónica que se produciría a finales de ese mismo año.

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