España en la década de 1950: Transición y Consolidación

Acuerdos con EEUU

Los acuerdos con EEUU firmados en septiembre de 1953 fueron el final de un proceso de conversaciones, relaciones comerciales discretas y visitas de técnicos y militares. Este arreglo histórico con los estadounidenses no llegó a tiempo para que España entrara de lleno en el Plan Marshall. España y Estados Unidos establecían una política de defensa y ayuda económica. La ayuda económica, aunque fue muy importante, fue menor que la ofrecida a otros estados europeos. La mayor rentabilidad de los acuerdos la obtuvo Franco al usarlos como prueba de reconocimiento internacional de su régimen, sin que este renunciase a sus particularidades políticas, sindicales o religiosas.

El Concordato

El régimen hacía concesiones a la Iglesia y recibía el espaldarazo definitivo en el mundo católico. El estado favorecía a la Santa Sede con la confirmación de la confesionalidad católica del régimen y con el fuero eclesiástico, según el cual los clérigos gozaban de jurisdicción propia. Se dotaba económicamente y se le otorgaban amplios derechos en la enseñanza. El Gobierno intervenía en el nombramiento de los obispos. Fue en la enseñanza media donde la Iglesia pudo desplegar una gran actividad de impacto social. El rechazo de las doctrinas pedagógicas extranjeras, los recelos ante la libertad de pensamiento, una percepción obsesiva y negativa de la disciplina constituían los pilares de la educación católica. 20 prelados se sentaron en las Cortes por designación de Franco desde 1942 hasta 1969. La Iglesia se benefició de la decisiva ayuda económica del estado.

Oposición y Movimientos Sociales

Paralelamente al reconocimiento internacional en 1955, con el ingreso de España en la ONU, el régimen consiguió estabilidad interna. Existían cuatro formas de actuación: huelgas obreras, agitación universitaria, renacimiento de los nacionalismos y la actividad de los exiliados, que cada vez tenía menor incidencia en la política interior de España.

  • Desde 1951 el movimiento obrero ensayó su estrategia de reivindicaciones, implicando en ella a sectores de la población. Fueron boicots blandos, realizados por grupos de ciudadanos.
  • A partir de 1956 la economía española creaba dificultades al régimen, que no podía detener la inflación ni el descontento de los obreros. Se organizaron huelgas en el País Vasco, Asturias y Cataluña. El Partido Comunista fue la principal fuerza de la oposición en el interior y desarrolló su influencia en el mundo sindical a través de las Comisiones Obreras (CCOO).
  • El católico Joaquín Ruiz-Giménez intentó llevar a cabo cierta apertura en los medios intelectuales y universitarios y promovió una reforma en la enseñanza secundaria que fue rechazada por los falangistas. Después de una serie de desórdenes, se produjo la primera gran crisis universitaria. Fruto de la labor de infiltración del Partido Comunista en las universidades, se multiplicaron las protestas contra el Sindicato Español Universitario (SEU) en las que participaron muchos estudiantes antifranquistas y demócratas.
  • Los nacionalismos renacieron en Cataluña y en el País Vasco. En 1959, unos jóvenes universitarios bilbaínos separados del PNV fundan ETA. La protesta de ETA tendría como horizonte el progreso económico del País Vasco y el gran aumento de inmigración.

La Apertura Económica

Desde el comienzo de los años 50, la autarquía económica se hizo cada vez más insostenible. La supresión del racionamiento establecía la libertad de precios, comercio y circulación de productos alimenticios. Los salarios seguían tasados. La ayuda económica estadounidense dejó huella en el sector industrial. En 1950 se abrió un periodo de crecimiento industrial. España era predominantemente agraria. El desarrollo del turismo fue el fenómeno social y económico más sorprendente y de gran repercusión. El fin del aislamiento político del régimen y su acercamiento progresivo a los países occidentales contribuyeron a incrementar el flujo turístico tradicional.

Hacia 1957, el Estado Español estaba al borde de la bancarrota. La semiautarquía y la sindicación vertical asfixiaban la economía y Franco comprendió la necesidad de introducir cambios por lo que eligió ministros en economía y derecho administrativo, algunos de los cuales pertenecían al instituto secular católico Opus Dei.

El Gobierno constituido por Franco en 1957 representó la liquidación de los ideales económicos de Falange y el nacimiento de un grupo de políticos, los tecnócratas, modernos en lo económico y conservadores en lo político. El régimen se decidía a liberalizar la economía española pero antes debía pasar por un Plan de Estabilización que llevó a España a una forzada austeridad y también se abordó la reforma fiscal. Los efectos del programa fueron inmediatos pero tuvieron un alto coste, sobre todo en la clase asalariada. Aumentó el paro rural. La consecuencia fue que muchos españoles emigraron a las regiones industriales de la periferia y otros buscaron trabajo en el extranjero. Para suavizar los efectos negativos de la política estabilizadora, EEUU, el Fondo Monetario Internacional y la banca privada concedieron a España importantes ayudas.

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