Introducción: La Crisis del Modelo Político y Socioeconómico
Los reinados de Carlos IV y Fernando VII marcan un periodo de profunda crisis para el modelo político y socioeconómico que había caracterizado a España en los siglos anteriores. Este modelo ya mostraba signos de debilidad en la segunda mitad del siglo XVIII, pero fueron los acontecimientos externos, como la Revolución Francesa y la posterior invasión napoleónica, los que catalizaron las transformaciones radicales que experimentaría el país a partir de 1800.
La Crisis Política Durante el Reinado de Carlos IV
El rey Carlos IV ascendió al trono español a finales de 1788. A los pocos meses, se vio superado por la compleja situación derivada de la Revolución Francesa. El temor a la expansión de las ideas revolucionarias provocó la paralización de todas las reformas iniciadas durante el Despotismo Ilustrado de Carlos III.
La Política Española Frente a la Revolución Francesa
Inicialmente, Carlos IV mantuvo como primer ministro a Floridablanca, quien implementó una política de “cordón sanitario”, cerrando las fronteras para impedir la entrada de ideas revolucionarias en España. Tras el fracaso de esta estrategia, Floridablanca fue reemplazado en 1792 por Aranda, quien intentó negociar con el gobierno revolucionario francés. Sin embargo, la radicalización del proceso revolucionario francés hizo fracasar las negociaciones, llevando a la sustitución de Aranda por Manuel Godoy, un Guardia de Corps de origen humilde con gran influencia sobre la reina.
Conflictos y Alianzas
La ejecución de Luis XVI en Francia impulsó a Carlos IV a declarar la guerra a la República Francesa. La derrota española fue contundente, y la Paz de Basilea (1795) subordinó la política exterior española a los intereses franceses. Con el ascenso de Napoleón Bonaparte, la política española osciló entre el temor a Francia y la búsqueda de pactos para evitar un enfrentamiento directo.
- Alianzas con Francia: Los Tratados de San Ildefonso (1795 y 1800) llevaron a España a un conflicto con Gran Bretaña.
- Guerra de las Naranjas (1801): Ejércitos españoles invadieron brevemente Portugal, aliado del Reino Unido.
- Batalla de Trafalgar (1805): La armada franco-española fue aniquilada por la flota británica, significando la pérdida de casi toda la capacidad naval española.
Crisis Interna y Descontento Popular
El desastre naval de Trafalgar agudizó la crisis de la Hacienda Real, ya afectada por la disminución de ingresos, especialmente los procedentes del comercio colonial debido a la interrupción del tráfico marítimo. Godoy intentó paliar la situación mediante:
- Endeudamiento público.
- Aumento de impuestos.
- Reformas como la desamortización de tierras eclesiásticas.
Estas medidas resultaron ineficaces y generaron una fuerte oposición entre la Nobleza y la Iglesia. Simultáneamente, los impuestos sobre el campesinado, sumados a las epidemias, el hambre y la escasez, provocaron un creciente descontento popular. La impopularidad de Godoy alcanzó su punto álgido en 1807 con la firma del Tratado de Fontainebleau junto a Napoleón. Este tratado permitía el paso de tropas francesas por España para atacar Portugal, a cambio de un futuro reparto del país vecino y la creación de un principado para el propio Godoy.
El Motín de Aranjuez y la Caída de Godoy
La presencia de las tropas francesas, que se situaron en puntos estratégicos y cometieron abusos, irritó profundamente a la población. El 18 de marzo de 1808, estalló el Motín de Aranjuez. Los reyes, aconsejados por Godoy y temiendo una invasión francesa en toda regla, planeaban retirarse hacia el sur. El motín, instigado por la nobleza y el clero pero con participación popular, logró la destitución de Godoy y forzó la abdicación de Carlos IV en favor de su hijo, Fernando VII, aglutinador de la oposición al valido.
La Guerra de la Independencia (1808-1814)
Ante la inestable situación española, Napoleón convocó a toda la Familia Real española en Bayona. Allí, consiguió que tanto Carlos IV como Fernando VII le cedieran sus derechos al trono (Abdicaciones de Bayona). Napoleón entregó entonces la corona de España a su hermano, José Bonaparte (José I), quien formó un gobierno con apoyo de los afrancesados.
El Levantamiento del 2 de Mayo y la Formación de Juntas
El 2 de mayo de 1808, mientras el infante Francisco de Paula se preparaba para viajar a Bayona, una multitud se congregó ante el Palacio Real de Madrid para impedirlo, alzándose espontáneamente contra la ocupación francesa. La revuelta fue duramente reprimida por las tropas del General Murat, pero sirvió de chispa para extender un movimiento de resistencia popular por toda España.
Surgieron Juntas de Armamento y Defensa, primero a nivel local, formadas por personalidades leales a Fernando VII. Posteriormente, se crearon Juntas Provinciales que asumieron la soberanía en ausencia del rey, declararon la guerra a Napoleón y buscaron el apoyo de Gran Bretaña.
Fases de la Guerra
1. Éxitos Iniciales Españoles (1808)
Generales como Castaños lograron reorganizar parte del ejército español, obteniendo victorias significativas como la Batalla del Bruc (junio) y, sobre todo, la Batalla de Bailén (julio). Esta última impidió la conquista de Andalucía y forzó a José I a abandonar Madrid, replegándose las tropas francesas al norte del Ebro. En septiembre de 1808, se constituyó en Aranjuez la Junta Suprema Central, coordinada por figuras como Floridablanca y Jovellanos, para unificar la lucha y gobernar en nombre de Fernando VII.
2. Hegemonía Francesa y Guerra de Guerrillas (1809-1812)
Napoleón intervino personalmente al frente de un gran ejército (la Grande Armée). A pesar de la heroica resistencia en los Sitios de Zaragoza y Gerona, los franceses avanzaron. Tras la victoria en la Batalla de Somosierra, José I regresó a Madrid en enero de 1809, y el dominio francés se extendió por casi toda la península. La resistencia española se reorganizó en forma de guerrillas: pequeños grupos armados que hostigaban constantemente al ejército invasor. Destacaron líderes guerrilleros como:
- Espoz y Mina
- Juan Martín Díez, ‘El Empecinado’
- El Cura Merino
Las guerrillas atacaban convoyes, destruían instalaciones y dificultaban los movimientos franceses.
3. Ofensiva Aliada y Retirada Francesa (1812-1814)
La campaña de Napoleón en Rusia a partir de 1812 obligó a retirar tropas de España. Aprovechando esta circunstancia, el ejército anglo-hispano-portugués, bajo el mando del General Wellington, lanzó una ofensiva desde Portugal. La victoria clave en la Batalla de Arapiles (julio de 1812) obligó a José I a abandonar Madrid definitivamente. Las sucesivas derrotas francesas en la Batalla de Vitoria y la Batalla de San Marcial (1813) marcaron el final de la ocupación.
Fin del Conflicto
Incapaz de mantener dos frentes abiertos, Napoleón optó por negociar. Mediante el Tratado de Valençay (diciembre de 1813), reconoció a Fernando VII como rey de España y acordó la retirada de sus tropas, poniendo fin a la Guerra de la Independencia.