La Transformación de España en la Etapa Final del Franquismo
Evolución de las Mentalidades y la Oposición al Régimen
La liberalización económica del franquismo no trajo consigo la liberación política. El Estado mantuvo un férreo control y restringió las libertades, creando un distanciamiento entre la Iglesia (Juan XXIII) y el régimen. Resurgieron las tensiones nacionalistas tras la creación de ETA en 1959, una escisión de las juventudes radicales del PNV que optaron por la lucha armada. A esto se sumaron los conflictos laborales.
En 1962, España solicitó su adhesión a la CEE. Sin embargo, este proceso se paralizó hasta que se reinstauraran las libertades (Sucesos de Múnich). La prensa franquista calificó este hecho como el Contubernio de Múnich, lo que conllevó detenciones y la ejecución de Julián Grimau, dirigente comunista, en 1963.
El régimen intentó mejorar su imagen con un aparente aperturismo, incorporando nuevos ministros jóvenes como Fraga y López Rodó. En 1966, se aprobaron la Ley de Prensa y la Ley Orgánica del Estado. Finalmente, en 1969, Juan Carlos de Borbón fue nombrado sucesor de Franco a título de Rey.
A pesar de estos cambios, la oposición al régimen crecía, especialmente en el País Vasco, donde las acciones de ETA eran respondidas con dura represión. Se cerró la Facultad de Ciencias Políticas de Madrid y Barcelona. La década finaliza con el Proceso de Burgos, donde miembros de ETA fueron condenados a muerte, aunque tras el secuestro del cónsul alemán, sus penas fueron conmutadas por cadena perpetua.
Años 70: Corrupción, Represión y Conflictos
A partir de 1970, estallaron escándalos de corrupción (Asunto Matesa). La oposición universitaria y obrera, duramente reprimida en las calles, sufrió la actuación de la Brigada Social y los enjuiciamientos en los Tribunales de Orden Público (TOP).
Dentro del régimen, se produjo una ruptura entre los aperturistas, dispuestos a reformar el sistema, y los inmovilistas (búnker), opuestos a cualquier cambio. En 1973, surgió el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota).
Franco separó la Jefatura del Estado del Gobierno, nombrando a Carrero Blanco presidente. Este formó un gabinete con miembros del Opus Dei y franquistas. El 20 de diciembre de 1973, Carrero Blanco fue asesinado por ETA. Carlos Arias Navarro lo sustituyó, con vagas promesas aperturistas, pero demostró su carácter represivo al aprobar la ejecución del anarquista Salvador Puig Antich en 1974.
Se produjo un grave enfrentamiento con la Iglesia tras la homilía nacionalista de Monseñor Añoveros, amenazado de expulsión por el Gobierno. El Vaticano amenazó a Franco con la excomunión, ante lo que Arias cedió.
En 1975, miembros de ETA y FRAP fueron juzgados, y cinco de ellos ejecutados, lo que provocó manifestaciones internacionales. En octubre, Franco enfermó, y Hassan II de Marruecos inició la Marcha Verde, reclamando el Sahara. España cedió, entregándolo a Marruecos y Mauritania mediante el Acuerdo Tripartito de Madrid. El 20 de noviembre de 1975, Franco murió.
La Oposición al Régimen
- UGT
- CNT
- PSOE
- PCE (lucha clandestina)
- Movimiento republicano
- Movimiento obrero (Comisiones Obreras – CC.OO. en 1962)
- Oposición nacionalista
- Movimiento estudiantil
- Movimiento católico de base
- Oposición monárquica, democristiana y liberal
- Asociaciones de vecinos
Cultura en la Última Etapa del Franquismo
La educación, sometida a censura, vigilancia y adoctrinamiento, transmitió ideales fascistas y católicos, que comenzaron a debilitarse al final de la dictadura. Los intelectuales, inicialmente afines al régimen, se distanciaron a partir de los 50, liderando las movilizaciones de los 60 y 70.
Novelistas: Sánchez Ferlosio, Delibes, Carmen Martín Gaite.
Poetas: Blas de Otero.
Dramaturgos: Alfonso Sastre, Buero Vallejo.
Pensadores: Julián Marías.
Arquitectura: Valle de los Caídos, La Pagoda.
Cine: Luis García Berlanga (Bienvenido, Mr. Marshall).