La Segunda República: La Constitución de 1931 y el Bienio Reformista
La instauración del régimen republicano se produce en un marco internacional caracterizado por el retroceso democrático y la subida al poder de fuerzas nacionalistas en diversos Estados. La II República española trata de establecer un régimen regeneracionista de carácter liberal-democrático, descentralizado y de inspiración laica radical. La redacción de una nueva Constitución es el objetivo de las Cortes. Fue aprobada el 9 de diciembre de 1931 y sus características principales son:
Características de la Constitución de 1931
- Declaración de derechos: Los derechos y libertades son recogidos y traducen una concepción moderna del Estado. Su violación es susceptible de recurso ante los Tribunales de Garantías.
- Soberanía nacional: Todos los poderes emanan del pueblo. El presidente de la República es elegido cada seis años por diputados y compromisarios. Este puede disolver dos veces las Cortes, pero de manera justificada.
- Poder ejecutivo: De carácter dualista, recae sobre el presidente de la República y el del Gobierno.
- Sistema de representación: El poder legislativo está formado por una única Cámara: el Congreso de los Diputados. La mujer alcanza, por primera vez en España, el derecho a voto.
- Diputación permanente: Las Cortes son gobernadas por una Diputación permanente.
- Poder judicial: Con carácter independiente. Se establece un Tribunal Supremo y un Tribunal de Garantías Constitucionales, ambos presidentes son elegidos por el Parlamento.
- Estructura del Estado: Se garantiza la autonomía de las regiones en un Estado integral, refrendada por el Parlamento a través de los Estatutos de Autonomía.
- Relaciones Iglesia-Estado: Se separan y España se declara una República laica. Se suprime la retribución del clero, la Compañía de Jesús y se secularizan los cementerios.
Obra política y social del bienio reformista
El primer Gobierno republicano-socialista de Manuel Azaña (1931-1933) pone en marcha un programa reformista en distintos ámbitos:
La política agraria
La principal preocupación es la política en torno a la propiedad de la tierra. La exasperación de los jornaleros se manifiesta en varios sucesos reivindicativos. Se aprueba en Cortes un proyecto en septiembre de 1932, cuyo objetivo era el reasentamiento de campesinos sin tierra en latifundios insuficientemente explotados. Para ello se crea el Instituto para la Reforma Agraria. Las arcas republicanas no pueden hacer frente a las indemnizaciones a los propietarios, y la reforma adquiere un ritmo muy lento. Esto supone la decepción de los campesinos y un desconsolador resultado para el bienio en este ámbito.
La cuestión religiosa
El objetivo es aminorar la influencia de la Iglesia católica en la sociedad. Destacan varias leyes: la de confiscación de los bienes de la Compañía de Jesús, la de matrimonios civiles y secularización de los cementerios y la ley sobre el fin de la actividad docente de las congregaciones religiosas y la desaparición del presupuesto del clero. Al no producir una enseñanza alternativa, las tasas de analfabetismo aumentan. Alcalá Zamora disuelve las Cortes del bienio. No obstante, la influencia de la Iglesia en la vida política sigue presente.
Las autonomías
- Cataluña: El Estatuto de Autonomía garantiza a Cataluña muchas de las aspiraciones por las que se venían pronunciando las fuerzas nacionalistas. La Generalitat está integrada por un Parlamento, un presidente y un Consejo ejecutivo y dispone de facultades legislativas y ejecutivas. Tras las elecciones, Macià es elegido presidente de la Generalitat y Companys del Parlamento.
- País Vasco: La religión es el motor de la autonomía a medida que la República se distancia de ella. Esto provoca la colaboración entre carlistas y nacionalistas. En abril de 1932 las Diputaciones vasco-navarras preparan un Estatuto en el que no figura la posibilidad de concordato con el Vaticano (había sido rechazado previamente) pero no es votado por Navarra.
- Galicia: Castelao lleva a cabo una tarea fundamental en la plasmación del Estatuto gallego, que se somete a plebiscito pero no se pone en marcha por la Guerra Civil.
- Andalucía: Blas Infante es el líder del andalucismo, reivindica la reforma agraria y colabora en la redacción del Estatuto en 1933, aunque finalmente no es estudiado por las Cortes.
Educación y cultura
El objetivo es adoptar un modelo de escuela laico, público y gratis, en el que se sustituya la acción de la Iglesia por la del Estado, basándose en el regeneracionismo. Estas medidas se completan con la aportación de misiones pedagógicas, formadas por profesores y estudiantes. Se establece la participación de los sectores educativos en la planificación de la enseñanza y se construyen muchas escuelas.
Política laboral
El Ministerio de Trabajo, dirigido por Largo Caballero, pretende sintonizar las relaciones laborales con la Constitución. Se hacen aprobar por las Cortes diversas iniciativas, como la ley de contratos de trabajo. El Congreso aprueba la ley de jurados mixtos y se amplían las prestaciones a los pensionistas e indemnizaciones por bajas. La política laboral de Largo Caballero encontró la cerrada oposición de los empresarios. La crisis económica, la línea radical propiciada por la CNT y la negativa de la patronal a las reformas llevaron a un marco de fuertes tensiones sociales. El debate en Cortes del Estatuto de Cataluña y la Ley de Reforma Agraria provocaron una oposición cerrada que considera necesario dar un giro conservador a la República. Para ello dan un golpe de Estado dirigido por el general Sanjurjo, en Sevilla en agosto de 1932. La «Sanjurjada», mal preparada y con desigual apoyo en el ejército, fracasó, pero pese a ello, el gobierno republicano-socialista daba muestras de claro desgaste. En ese contexto, se produjeron los graves incidentes de Casas Viejas, en los que la Guardia de Asalto sitió y mató a un grupo de campesinos anarquistas. El escándalo consiguiente llevó al gobierno a la decisión de convocar nuevas elecciones en noviembre de 1933.