Estado liberal finales S.XIX
En el último tercio del siglo XIX, en parte de Europa seguían predominando monarquías propias del Antiguo Régimen. Solo algunos países habían accedido a un régimen liberal moderado.
Características básicas de los estados liberales en Europa finales S.XIX
- Forma de estado: Monarquía constitucional (en la mayoría de países). Se trataba de una monarquía que progresivamente se convirtió en representativa, perdiendo sus funciones ejecutivas, que pasaron a ser competencia de un gobierno parlamentario. También se consolidó la República en Francia y Suiza.
- Tipo de estado: Centralista y laico (se tendió a una concentración del poder y reducción o eliminación de la influencia de la iglesia).
- Política económica: Proteccionista (para evitar la competencia de otros estados, se fijaron fuertes aranceles que gravaban los productos extranjeros, para incentivar el consumo interior y con ello, la industrialización del estado).
- Política social: Intervencionista. Debido a la presión de los sindicatos y los partidos socialistas, los gobiernos liberales empezaron a regular las condiciones laborales e intervinieron en la educación.
- Tipo de sufragio: Censitario (el derecho a voto basado en la fortuna personal e instrucción) y Universal masculino (solo Francia lo implantó en 1848, el resto a partir de Alemania en los años 70).
- Partidos políticos: Partidos políticos (aparecen y se consolidan partidos que representan grandes corrientes de opinión) y Grupos de presión (grupos con poder político, económico y social que defienden sus intereses).
Realidad de Alemania a finales del siglo XIX
A finales del siglo XIX, Alemania había conseguido un gran desarrollo económico liderado por Prusia. La constitución de 1871 proclamaba una estructura federal y establecía la unificación de la legislación, los tribunales y la economía de los miembros. Pero en realidad estaban sometidos a la hegemonía de Prusia. La constitución también garantizaba el sufragio universal masculino, pero los mecanismos de votación favorecían a los terratenientes. Aunque se presentaba como una monarquía constitucional, tenía un fuerte carácter autoritario y centralista. La presión obrera era cada vez más fuerte, por lo que Bismark intentó frenarlos con una política social intervencionista, que creó un sistema de garantías sociales. Fueron medidas aisladas y no una reforma profunda. Entraron en conflicto un sistema autoritario y una economía moderna que traía cambios de mentalidad. La crisis social era inevitable.
Sistema de estados de Bismark
En 1860, para garantizar el éxito de la unificación alemana, Prusia necesitó neutralizar a Austria. Después se pasó a neutralizar a Francia. La diplomacia de Bismark se basaba en la idea de que Francia era enemiga de Alemania, por lo que había que aislarla. Bismark logró su meta en 1887, al conseguir la renovación de la Triple Alianza de 1882 con Austria y Rusia, la firma de los Acuerdos Mediterráneos con Reino Unido, Italia, Austria-Hungría y España, y el Tratado de Reaseguro, un acuerdo secreto con Rusia.
Política mundial de Guillermo II
El delicado equilibrio de las alianzas europeas de Bismark se desmoronó a causa de la política agresiva de Guillermo II, que aspiraba a que Alemania fuera una potencia mundial. Destituyó a Bismark y tomó el control de la política alemana. Para permitir la expansión de su economía, Guillermo II emprendió una política mundial y la constitución de un imperio colonial. Esto provocó recelo en Reino Unido, que buscó el apoyo de Francia, rompiendo así el aislamiento francés. La política naval fue una fuente de tensión. Guillermo II quería convertir a Alemania en una potencia naval y ordenó la construcción de una flota. La reacción británica fue iniciar una carrera armamentística, a la vez que aislaban a Alemania. En 1907, la Triple Entente (Reino Unido, Francia, Rusia) aisló a Alemania. El equilibrio europeo se vio amenazado, lo que llevó al estallido de la Primera Guerra Mundial.
La Tercera República en Francia
República Conservadora
Durante los primeros años, el parlamento estuvo gobernado por los conservadores, defensores del Antiguo Régimen. La elaboración de la Constitución de la Tercera República no se inició hasta 1874 y se completó en 1875. Era una carta breve y ambigua, muy adaptable, lo que explica su larga duración hasta 1940.
República Moderada
Durante este periodo se sucedieron varios gobiernos republicanos moderados que representaban a la alta burguesía. Es el periodo de consolidación de la República. En materia social, su preocupación fue la secularización del estado y la sociedad, y la reforma de la escuela pública. En 1882, el ministro francés Jules Ferry reformó la educación primaria y la convirtió en obligatoria, gratuita y laica. Los objetivos de esta política eran favorecer el progreso, crear conciencia republicana y quitar la influencia de la iglesia. La política tuvo un fuerte componente nacionalista, que pretendía justificar la expansión colonial. La política colonial de Ferry fue muy criticada y provocó su caída en 1885.
República Radical
En 1889, accedieron al poder los republicanos radicales, que representaban los intereses de la pequeña burguesía y los socialistas. Sus objetivos fueron incentivar la intervención del estado en materia social. Se agravó el enfrentamiento con la iglesia. Se suprimieron órdenes religiosas, conventos y colegios religiosos, e incautaron sus bienes. En 1905, se promulgó una ley que separaba la iglesia del estado y se produjo la ruptura con el Vaticano. Aumentó la agitación social. En 1900, se consiguió reducir la jornada laboral a 10 horas y en 1906 se consiguió un día de descanso semanal. La jornada de 8 horas no se consiguió hasta 1919.
Pervivencia del Antiguo Régimen
Imperio Austro-Húngaro
En el imperio austro-húngaro gobernaba desde 1848 Francisco José, el cual tuvo que enfrentarse a las tensiones entre las naciones que formaban su imperio. La más importante enfrentaba a los austriacos y a los húngaros. Fue solucionado con el Compromiso Austro-Húngaro de 1867, que creaba una monarquía dual. El emperador ostentaba el doble título de emperador de Austria y rey de Hungría. La monarquía mantuvo el carácter absolutista del siglo XIX. La economía estaba estancada y necesitaba renovación técnica. En el ámbito cultural se vivió una época de oro. La política exterior fue conciliadora y poco agresiva, pero también intentó expandirse en los Balcanes, donde diversos estados intentaban beneficiarse de la crisis del imperio turco. En 1878, ocupó Bosnia-Herzegovina y la anexionó en 1908, enfrentándose a Serbia y Rusia.
Imperio Ruso
A principios del siglo XX, Rusia se extendía por Europa y Asia, abarcando una superficie de 22 millones de kilómetros cuadrados. Tan amplio imperio, que presentaba complejidad geográfica, humana y económica, era el resultado de políticas expansionistas de los zares.
Rusia zarista
Rusia, bajo el zar Nicolás II, estaba sumida en el atraso político, económico y social. La monarquía era absoluta y teocrática. El zar concentraba todo el poder y lo ejercía ilimitadamente. No existían libertades políticas y se producían deportaciones a Siberia o ejecuciones como represión. El objetivo del zar era la unificación territorial, lo que provocaba conflictividad social. En el plano socioeconómico, Rusia era un régimen feudal. Los campesinos estuvieron adscritos a las tierras hasta 1861, con la liberación de los siervos. Las tierras liberadas se entregaron al mir. El mir distribuía los lotes y decidía todo. El proceso de industrialización fue tardío y débil. El estado fue el principal impulsor y recurrió a capital extranjero, principalmente francés. Esta dependencia no impulsó la creación de una burguesía autóctona. La industria se localizaba en unas pocas ciudades, como San Petersburgo o Moscú. La explotación de los obreros rusos era similar a la de los trabajadores europeos de principios del siglo XIX. La represión política favoreció la adquisición de conciencia de clase, influida por ideas revolucionarias socialistas y marxistas.