1.3 El bienio reformista: la coalición republicano-socialista
Azaña se propuso la modernización del país y para ello integró a los socialistas en el gobierno, ya que para acometer las reformas, debía contar con el apoyo de la clase obrera.
La acción de gobierno pasaba por resolver los problemas históricos que habían lastrado la modernización de España:
La reforma del ejército (independencia y modernización)
Las principales medida que se tomaron tenían tres objetivos:
üEstablecimiento del principio de supremacía del poder civil. (derogación de la ley de Jurisdicciones).
üProfesionalización y la modernización del ejército[1]. Mejora del equipamiento y la preparación, y reducción del excesivo número de oficiales mediante el retiro voluntario con mantenimiento de sueldo(a ella se acogieron 7.500 oficiales, casi un 40% del total).
üRepublicanización del cuerpo de oficiales. Se revisaron los ascensos por méritos de la época de Primo de Rivera, se obligó a los militares a prometer el acatamiento de la Constitución y se nombraron para los cargos estratégicos a oficiales fieles (todo ello dio lugar a acusaciones de partidismo)
üCreación de una policía urbana leal a la República, la Guardia de Asalto.
La reforma agraria(el acceso a la propiedad de los jornaleros)
La situación del campo español exigía importantes cambios (de cuatro millones de campesinos dos eran jornaleros). Por ello las mayores expectativas de cambio social estaban puestas en este sector. Las leyes de Reforma Agraria buscaban un mejor reparto de la tierra con el acceso a la propiedad de los jornaleros mediante la expropiación con indemnización de fincas de los grandes latifundistas.Sin embargo, el coste total de las indemnizaciones y la resistencia de los propietarios mediante recursos jurídicos, hizo fracasar la ley. Dos años después de su aprobación sólo había beneficiado a doce mil familias; la frustración desembocó en conflictos (Casas Viejas, Cádiz)
Las reformas laborales(la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores urbanos)
El responsable de la reforma laboral fue el ministro socialista Largo Caballero. Entre las principales medidas que se tomaron destacan:
Ley de Contratos de Trabajo (regulación de los convenios colectivos), creación de la Inspección de Trabajo y Ley de Jurados Mixtos (basada en los comités paritarios de la época de Primo de Rivera). Estas medidas, que aumentaban el poder sindical en el mundo de la empresa, provocaron la oposición de la patronal.
Los estatutos de autonomía[2](descentralización del Estado)
El Estatuto de Cataluña fue aprobado por las Cortes en Septiembre de 1932. El denominado Estatuto de Nuria reconocía la cooficialidad del catalán y ponía en manos del gobierno catalán (la Generalitat) amplias competencias incluido el orden público, reservándose el Estado las relaciones exteriores y el ejército. Poco después fue elegido como jefe de gobierno (Presidente de la Generalitat)
Francesc Macià de Esquerra Republicana.
La oposición al régimen
El gobierno del Bienio
Reformista tuvo que enfrentarse a una durísima oposición, Azaña había minimizado la capacidad de resistencia de los núcleos extremistas confundido por los resultados electorales de Junio del 31 que apenas les otorgaron apoyo social.
Todas estas reformas encontraron una fortísima oposición:
üPara los grupos conservadores (Iglesia, ejército, terratenientes)
Eran inadmisibles, por ello primero intentaron liquidar el sistema (Golpe de Estado de Sanjurjo, Agosto de 1932), y cuando esto fracasó, se agruparon en un nuevo partido católico de derechas, la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) cuyo lema era religión, patria; familia, propiedad y orden.
üPara la izquierda (socialistas y anarquistas) resultaban insuficientes. La crisis económica dificultó la financiación de las reformas desencadenando una fuerte conflictividad social[3] (huelgas, ocupación de tierras).
Los socialistas comenzaron a rechazar a un gobierno que utilizaba los instrumentos de represión ante el conflicto social como ocurríó en Casas Viejas en Enero del 33.
La falta de apoyos de Azaña por las presiones de derecha e izquierda llevó a Alcalá Zamora a sustituir a Azaña por el radical Lerroux como Jefe de Gobierno. Ante la incapacidad de éste de conseguir una mayoría parlamentaria suficiente, Alcalá-Zamora convocó nuevas elecciones que dieron un amplio triunfo al centro-derecha unida en torno a dos grandes partidos
; la CEDA (grupo derechista) de José María Gil Robles y el Partido Radical de Lerroux (republicanos de centro).