Europa Tras la Gran Guerra: Orígenes y Proyectos de Integración (1914-1957)

Europa de la Gran Guerra y sus Consecuencias: Paneuropa y el Proyecto Briand (1914-1939)

La Gran Guerra (Primera Guerra Mundial) devastó el continente europeo, marcando el inicio del proceso de construcción europea. Las fronteras se estabilizaron, aunque la zona sudeste presentaba una situación conflictiva, con estados inestables tras el retroceso del Imperio Otomano y rivalidades entre potencias por el dominio de los estrechos del Bósforo y Dardanelos. En esta zona de los Balcanes tuvo lugar el magnicidio de Sarajevo, donde Francisco Fernando, heredero del Imperio Austrohúngaro, fue asesinado por un bosnio. Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia, desencadenando una contienda mundial que dejaría más de 10 millones de muertos y finalizaría en 1918, debido a la existencia de alianzas como la Triple Alianza y la Triple Entente.

El Mundo de Postguerra

Los países colonizados comenzaron a sublevarse contra las potencias coloniales (Egipto, Marruecos, Siria, etc.). Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña intentaron reconstruir el continente europeo, deshaciendo estados dinásticos, construyendo nuevos estados nacionales y favoreciendo el establecimiento del régimen parlamentario. Surgieron las primeras ideas de una construcción que uniera diferentes pueblos, destacando el político francés Aristide Briand y la propuesta de Coudenhove-Kalergi.

Primeras Propuestas Hacia una Construcción Europea

Aristide Briand abogó por superar las rivalidades pasadas y pensar, hablar y sentirse como europeos. En 1942, el economista francés Gide se unió a otros signatarios para fundar el Comité Internacional para la Unión Aduanera Europea. La Gran Guerra evidenció la dependencia mutua entre alemanes y franceses. En septiembre de 1926, un pacto del acero de alcance internacional reguló la producción para evitar la capacidad excesiva, permitiendo a los magnates franceses del acero comprender su dependencia del carbón alemán y la necesidad de colaboración. Otros esfuerzos incluyeron:

  • El Grupo de Oslo de 1930, que abarcaba países escandinavos y el BENELUX (Bélgica, Holanda y Luxemburgo).
  • El Protocolo de Roma de 1934, entre Italia, Austria y Hungría.
  • Un acuerdo comercial entre alemanes y franceses en 1938.

Estas tentativas de asociación económica fueron acompañadas por la diplomacia. Aristide Briand impulsó la Sociedad de Naciones, resultando en los Pactos de Locarno (1925) y el Pacto Briand-Kellogg (1928). Fue uno de los primeros en esbozar la idea de una unión federal de los estados europeos, dentro del espíritu de Ginebra, falleciendo en 1932 con gran prestigio. Gustav Stresemann logró la evacuación del Ruhr y firmó los Pactos de Locarno (1925), así como la evacuación de la zona de colonia y la aceptación de Alemania en la Sociedad de Naciones en 1926. En 1928 firmó el Pacto Briand-Kellogg de renuncia a la guerra y participó en el Plan Young (Alemania veía condonada una parte de las reparaciones de guerra, aunque Hitler en 1933 se negó a pagar). En la década de 1920, Stresemann abogó incansablemente por el fin de las barreras comerciales y una moneda europea. Rathenau negoció con Francia el pago parcial de las reparaciones de guerra en especie, y en 1922, como titular de exteriores, firmó el Tratado de Rapallo. Su política económica partidaria de la apertura le granjeó el odio de los nacionalistas y los antisemitas, siendo asesinado por radicales. Richard Coudenhove-Kalergi realizó un llamamiento público a la unidad de Europa en su libro Pan-Europa (1923). Los pilares de la unidad europea debían ser: rechazo a todo prejuicio nacionalista, defensa de la libertad y consolidación de la paz, reconciliación de Alemania y Francia. Propuso la adopción del Himno de la Alegría como himno de Europa en 1929, sugiriendo en 1930 el Día de Europa y un sello de correos europeo. A partir de la “Declaración Schuman” de 1950, se acabaron las guerras en territorio bajo construcción europea, manteniéndose así hasta nuestros días.

Los Proyectos Europeístas Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945): Dominio Alemán Sobre el Continente Europeo y Consecuencias

Los alemanes ocuparon Francia en 1940 y llegaron a un acuerdo con el Mariscal Pétain sobre pagos y entregas que equivalía a la utilización forzosa de los recursos franceses para esfuerzos bélicos alemanes, aparentando una colaboración franco-alemana. Pierre Pucheu ideó un orden europeo de postguerra donde las barreras aduaneras quedarían eliminadas y una sola economía europea englobaría a todo el continente con una moneda única. Pucheu representaba la actualización del sistema continental napoleónico auspiciado por Hitler y atraería a burócratas y técnicos del continente en la década de 1930.

Winston Churchill

Winston Churchill, el político británico más importante del siglo XX, fue clave para que el Reino Unido no fuera invadido por el ejército alemán durante la Operación León Marino. En 1942, Churchill escribió a Anthony Eden confiando en Europa e ideó crear un Consejo de Europa, que se convirtió en realidad en 1948 con el Congreso del Movimiento para la Unidad Europea (La Haya). Este Consejo de Europa estaba integrado por delegados del BENELUX, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Italia, Noruega y Suecia. Era un consejo sin poder, autoridad ni estatus legal ejecutivo o legislativo, y sus delegados no representaban a nadie. En 1950, este consejo promulgó una Convención Europea de Derechos Humanos.

Manifiesto de Ventotene

El Manifiesto de Ventotene por una Europa federal fue fruto de las reflexiones de Altiero Spinelli, Ernesto Rossi, Eugenio Colorni y Ursula Hirschmann, escrito en 1941 mientras estaban presos en la isla de Ventotene (Lazio) por su oposición al régimen fascista italiano.

Posición Ante Alemania en las Conferencias de Yalta y Potsdam

La posición ante Alemania fue un elemento clave para el éxito de la construcción europea, con una actitud diferente del Reino Unido y Francia hacia Alemania de cara al mundo de postguerra. Churchill quiso que Francia tuviera una voz relevante en el futuro orden europeo. Medio siglo después, las tres principales economías europeas eran la alemana, la inglesa y la francesa. Lo más importante era que Alemania no cayera en manos del bolchevismo y que actuara como barrera para contener su avance.

La Europa Comunitaria: Creación de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA) y el Fracaso de la Comunidad Europea de Defensa (CED) (1945-1954)

Democratacristianos y Socialdemócratas

Tras la Segunda Guerra Mundial, los democratacristianos y socialdemócratas estaban a favor de una unión federal europea, defendida por los principales políticos del momento. La integración europea constituía un instrumento clave para frenar la ofensiva soviética en los primeros compases de la Guerra Fría. Estos padres de Europa reforzaron las principales fuerzas ideológicas de posguerra: el socialismo democrático o socialdemocracia y la democracia cristiana. Ambas fuerzas veían en la unidad de Europa la fórmula para preservar los valores de la democracia frente a un eventual retorno del fascismo y la amenaza del comunismo. Desde ese instante, la construcción europea delimitaba su espacio geográfico-político: incluiría la Europa occidental, una comunidad respetuosa con los derechos humanos y con la libertad de los individuos.

Convención de la Haya y Consejo de Europa

Churchill invitó a los europeos a edificar los Estados Unidos de Europa, dando el primer paso con la formación de un Consejo de Europa. El comité de movimientos para la unidad europea convocó un encuentro en La Haya. La celebración de la Conferencia de La Haya en 1948 (Congreso de Europa) reunió a 750 delegados, entre ellos Churchill, Schuman, Alcide De Gasperi y Jean Monnet. El congreso aprobó en mayo de 1959 el estatuto del Consejo de Europa, cuyo objetivo era fomentar una reunión más estrecha entre sus miembros a fin de salvaguardar y promover sus ideales y principios, así como favorecer su progreso económico y social, con sede en Estrasburgo.

Confederalismo y Federalismo

El Consejo de Europa podía y debía ser la primera institución política europea, contando con un consejo de ministros que debatía y aprobaba por unanimidad las proposiciones presentadas por una asamblea parlamentaria, de carácter consultivo, y varios comités intergubernamentales. Excepto en defensa, el Consejo de Europa entendía sobre cualquier materia. Años después se aprobaría la Convención Europea de los Derechos del Hombre. Las discusiones para la creación del Consejo de Europa demostraron dos concepciones sobre la construcción:

  1. El modelo confederal o unionista, que propugnaba una simple cooperación intergubernamental sobre materias de interés mutuo, sin afectar a las soberanías nacionales.
  2. La concepción federalista, que deseaba el establecimiento inmediato de los Estados Unidos de Europa, propugnando la creación de una entidad política supranacional controlada por un parlamento elegido por sufragio universal directo y que actuara de acuerdo con un consejo de ministros, defendido por socialdemócratas, sectores de la derecha liberal y la democracia cristiana alemana, francesa e italiana.

Obstáculos Iniciales a la Construcción Europea: De la Declaración Schuman a la CECA

A comienzos de 1950, los resultados en la construcción política europea eran poco alentadores. El Consejo de Europa y la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE) constituían estructuras de cooperación intergubernamental pero no de integración. El Consejo de Europa era un organismo con competencias muy limitadas. La Declaración de Schuman proponía colocar el conjunto de la producción franco-alemana del carbón y el acero bajo una alta autoridad común con poderes soberanos, en una organización abierta a otros países. Esta propuesta respondía a tres necesidades:

  1. Reorganizar la siderurgia e industria de base europeas y evitar prácticas comerciales proteccionistas.
  2. Solucionar sobre nuevas bases el problema de las relaciones franco-alemanas.
  3. Relanzar la unificación de Europa a través de una integración sectorial.

CECA

El Plan Schuman contó con el respaldo de los gobiernos alemán, italiano, belga, holandés y luxemburgués. Por el contrario, Gran Bretaña, preocupada por preservar su soberanía, se autoexcluía del proceso de construcción europeo. La CECA quedó instituida en 1951, compuesta por Francia, RFA, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, con el objetivo de modernizar la producción del carbón y el acero y favorecer su exportación. La organización, con claro carácter y vocación supranacional, establecía los cimientos de una federación europea con unas bases comunes de desarrollo económico.

Fracaso de la Comunidad Europea de Defensa (CED)

Se deseaba una unión política y militar. En 1950, el inicio de la Guerra Fría marcó el momento perfecto para estos proyectos. Sin embargo, conflictos e intereses particulares lo dificultaron. Estados Unidos propuso rearmar Alemania con una propuesta de la OTAN, rechazada por Francia, que temía una Alemania armada otra vez. El ministro francés de defensa, René Pleven, propuso en octubre de 1950 la creación de un ejército europeo compuesto por unidades aportadas por los países miembros bajo la autoridad de un ministro de defensa y un estado mayor europeo a disposición del mando de la OTAN. Este plan aseguraba la participación alemana en la defensa común occidental sin reconstruir un ejército alemán autónomo; habría soldados alemanes, pero sin restablecerse el ejército que habían perdido con su derrota en la Segunda Guerra Mundial. A finales de 1954, la asamblea nacional francesa rechazó la CED. La construcción política de una Europa federal fracasaba en aquel año y la llamada Europa de los Seis quedaba reducida a la CECA.

De los Tratados de Roma a la Europa de las Patrias: Cumbre de Messina

El rechazo de la comunidad política europea y de la comunidad europea de defensa impulsó un relanzamiento de la construcción europea desde bases más realistas. En 1955, los ministros de asuntos exteriores de la CECA se reunieron en Messina para buscar un sustituto a Alcide y estudiarían un memorándum realizado entre belgas, holandeses y luxemburgueses (Plan Beylen) que proponía una unión aduanera entre los seis países de la CECA con vistas a la progresiva integración de sus economías. Todos apoyarían la iniciativa BENELUX y se creó un comité de expertos presidido por Paul-Henri Spaak, ministro de Exteriores belga. Gran Bretaña fue invitada, pero rechazó los ofrecimientos europeístas. En 1965, el comité finalizó su trabajo con el Informe Spaak, que recomendaba la creación de un mercado común y una comunidad europea de la energía atómica entre los socios de la CECA.

Avanzar en la Integración

La integración económica, frente a la cooperación, implica la cesión de soberanía desde los Estados miembros hacia instituciones comunes y la implantación de los instrumentos destinados a eliminar formas de discriminación entre países. Los procesos de integración incluían etapas:

  1. Unión aduanera.
  2. Mercado común.
  3. Unión económica y monetaria.
  4. Unión política.

Tratados de Roma

Tras un año de negociaciones, (R.F.A.), Francia, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo firmaron el 25 de marzo de 1957 los Tratados de Roma, quedando constituidas la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea para la Energía Atómica (EURATOM). La CEE planteaba como objetivo promover actividades económicas en el conjunto de la comunidad, una expansión continua y equilibrada, una estabilidad creciente, la elevación del nivel de vida y relaciones más estrechas entre los Estados, construyendo un mercado común a través de una unión aduanera. Los estados abrirían sus fronteras a los movimientos internos de trabajadores, capitales y servicios. Se contemplaba la realización de políticas comunes sectoriales, siendo la principal la Política Agrícola Común (PAC) por razones sociales y financieras, ya que la agricultura se iba a llevar la mayor parte del presupuesto común. La PAC entró en vigor a comienzos de los años 70 y sus problemas de financiación serían constantes. La CEE contaba con diferentes órganos; en el caso del ejecutivo (comisión y consejo de ministros):

  1. Comisión: órgano supranacional por excelencia, compuesta por comisarios, representaba a la propia institución, elaboraba política, formulaba recomendaciones y disponía de un poder decisorio en materia de reglamentos, directivas y decisiones.
  2. Consejo de Ministros: representantes de cada gobierno nacional, adopta decisiones políticas, por unanimidad. El Tratado de Roma estipula que al octavo año funcionaría la mayoría cualificada.
  3. Asamblea Parlamentaria y Corte de Justicia: las mismas de la CECA.

EURATOM: Proyecto Fallido

Los seis países pretendían favorecer la investigación y el desarrollo tecnológico, garantizarse una amplia autonomía en materia atómica y asegurar el suministro. Sin embargo, fracasó porque Francia deseaba mantener su independencia a la hora de construir un arsenal atómico, y Estados Unidos veía con buenos ojos que Europa siguiera siendo dependiente, poniendo obstáculos.

Reino Unido y su Alternativa: AELC o EFTA

La CEE incomodaba al Reino Unido, por lo que Londres puso en marcha una gran zona libre a través de la OECE. En noviembre de 1958, las negociaciones fracasaron ante las exigencias de los seis, que no estaban dispuestos a renunciar al camino abierto en Messina. El Reino Unido decidió crear con países que no estaban dentro la llamada Asociación Europea de Libre Cambio (AELC o EFTA). En 1959 se firmaba la Convención de Estocolmo, que establecía la supresión de los derechos de aduana y contingentes para los productos originarios de los países miembros, pero donde cada Estado dirigía su política aduanera y comercial frente a terceros. Europa intentaba organizarse sobre entidades distintas: la comunidad europea, vía integracionista de naturaleza política y económica, y la asociación europea de libre cambio del Reino Unido, con dimensión comercial.

Avances y Retrocesos

La CEE se convertiría en un éxito, a pesar de la competencia de la EFTA. En 1959 entraba en la primera fase del mercado común, cuyo impacto económico sería extraordinario, y de manera paralela comenzarían a funcionar las instituciones comunitarias. Hallstein sería nombrado presidente de la comisión, acompañado por Marjolin, Sicco Mansholt y Jean Rey. No obstante, también surgieron dificultades internas, ya que los Tratados de Roma implantaban una estructura con potencial que exigía mayores definiciones (superar objetivos iniciales, ampliar Europa, funcionamiento político).

De Gaulle

La llegada de De Gaulle al poder en 1958 marcaría las orientaciones de la construcción europea. Su visión era la de una Europa de las patrias, donde Europa solo podía surgir de las voluntades nacionales e independientes. Rechazaba toda construcción supranacional porque los estados gozaban del derecho para ordenar y el poder de ser obedecidos. Francia se opondría al federalismo, y las instituciones comunitarias debían ser, para De Gaulle, organismos técnicos sin autoridad real y sin eficacia política, correspondiendo el poder de decisión solo a los estados. Europa ocupaba un lugar esencial en la política exterior gaullista, y el mercado común le interesaba como instrumento para enderezar la economía francesa y le ofrecía un marco de influencia internacional. La Europa de los seis conoció durante estos años crisis entre Francia y el resto.

Plan Fouchet: Intento Fallido de Unión Política

Las primeras divergencias surgieron con el Plan Fouchet y la solicitud de adhesión del Reino Unido. A comienzos de los años 70, los seis encargaron a Fouchet la elaboración de un proyecto sobre la unión política de Europa. Unos meses después, presentó sus propuestas, que en la práctica reflejaban la filosofía gaullista. Preveía una unión cuyos objetivos serían la política exterior y seguridad común, la cooperación científica y cultural y la defensa de los derechos del hombre, las libertades fundamentales y la democracia. La unión tendría naturaleza jurídica confederal, contaría con un órgano principal que sería un consejo que reuniría a jefes de Estado, adoptando sus decisiones por unanimidad, una asamblea parlamentaria consultiva y una comisión política de carácter técnico. Sin embargo, el plan tenía difícil viabilidad. Fouchet presentó una segunda propuesta, pero De Gaulle se mostraba inflexible en la cuestión de la cooperación gubernamental.

Reino Unido Cede Parcialmente

El avance del mercado común, el semifracaso de la EFTA y el bloqueo gaullista a las tendencias supranacionales empujaron al primer ministro británico MacMillan a renunciar a la política anterior de confrontación y anunciar su intención de abrir negociaciones para la adhesión del Reino Unido a la CEE, con el apoyo de Dinamarca, Irlanda y Noruega. Sin embargo, las excesivas exigencias británicas generaron tres conflictos: la política agrícola y su financiación (costosa), la tarifa exterior común que deseaban reformar para preservar sus vínculos especiales con la EFTA, y el comercio con la Commonwealth (comunidad de naciones), ya que el Reino Unido deseaba garantizar sus mercados.

Crisis de las Comunidades (1963-1970): Enfrentamiento Entre Reino Unido y Francia

En 1963, la entrada de la CEE en crisis se relacionó con el intento del Reino Unido y Francia, y las negociaciones concluyeron bruscamente. En 1963, el presidente De Gaulle anunció de forma unilateral y sin consultar al resto de socios la ruptura de las conversaciones, debido a que no veía la voluntad política del Reino Unido de ingresar en la CEE, así como una serie de consideraciones económicas y políticas que habían llevado a los franceses a vetar la candidatura del Reino Unido. El veto francés se basaba en que el Reino Unido quería transformaciones agrarias y en la tarifa exterior común, tenía fuertes vínculos con Estados Unidos y existía miedo a las influencias anglosajonas y nórdicas, lo que trasladaría el eje del poder hacia el norte. El 22 de enero, Francia y RFA firmaron un tratado de amistad y cooperación para fortalecer las relaciones entre países e impulsar la integración europea, reforzando a De Gaulle como conductor de Europa. Hacia el año 1965, las insuficiencias económicas de la PAC llevaron al presidente de la comisión, Hallstein, a proponer como solución un sistema de recursos propios, atribuyendo a la CEE la recaudación de los derechos aduaneros. Dentro del presupuesto comunitario habría una partida no sometida a la vigilancia directa de los gobiernos, a lo que el presidente francés era contrario, ya que no quería dotar de más poder a la CEE. De Gaulle aprovechó para atacar a la comisión y la supranacionalidad, y en 1965 Francia abandonó las reuniones del consejo y paralizó el funcionamiento interno de la CEE durante seis meses. La crisis se solucionó en Luxemburgo, dando la razón a Francia y cerrando de momento la cuestión de la supranacionalidad: la comisión abandonó la propuesta de la PAC y se mantenía el voto por unanimidad sobre cuestiones muy importantes, por lo que la construcción europea dependía de la buena voluntad de los gobiernos. El proceso hacia el federalismo era neutralizado y solamente el Acta Única levantaba ese obstáculo.

Segundo Veto a la Candidatura Británica

El laborismo, que había ganado en 1964 y 1966, había abandonado sus posturas contrarias al proceso de construcción europeo y evolucionaba en sentido favorable al mercado común. Al igual que el conservador MacMillan, no se ocultaba que el interés en la CEE se debía a las graves dificultades económicas que atravesaba el país. El compromiso de Luxemburgo con el debilitamiento de la comisión facilitaría el acercamiento británico y se concretaría la nueva solicitud de adhesión a la CEE por parte del Reino Unido en 1967. Las condiciones británicas fueron menores, pero Francia se volvió a oponer a la entrada del Reino Unido en 1967 por las mismas razones, añadiendo que la economía británica se estaba quedando retrasada respecto a los seis y que no veía clara la auténtica voluntad de los británicos de unirse. La respuesta de los otros cinco fue distinta, llevando la contraria a Francia y empeorando las relaciones.

Logros de la CEE Después de los Tratados de Roma

  1. En 1986 se eliminaban los aranceles al comercio entre países miembros y se fijaba la tarifa exterior común.
  2. El crecimiento económico de la CEE era dos veces más rápido que el del Reino Unido, y el grado de competitividad obligaba a los estados a modernizar sus estructuras económicas e industriales.
  3. La CEE mejoraba su participación en el comercio mundial y lograba abrirse al tercer mundo con acuerdos de cooperación con los países de África francófona.

En 1967 entraba en vigor el tratado de fusión de los ejecutivos firmado en abril de 1965 y fijaba instituciones únicas para las tres comunidades existentes en el momento (CECA-CEE-EURATOM). Sin embargo, problemas pendientes como el mercado común y la libre circulación de factores productivos aún no se habían completado, y la Europa agrícola arrastraba insuficiencias, mientras que la presencia de De Gaulle obstaculizaba la construcción europea.

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