Evolución de Al-Ándalus y los Reinos Cristianos: Conquista, Romanización y Diversidad Cultural

Pueblos Prerromanos y Colonizaciones Históricas

Pueblos Prerromanos

Los pueblos prerromanos se asentaron en la Península Ibérica antes de la llegada de los romanos. Entre ellos destacan:

  • Íberos: Habitaban la costa mediterránea y el sur de la península. Eran un conjunto de tribus con características culturales comunes, pero sin unidad política.
  • Celtas: Ocupaban el centro, norte y oeste de la península. De origen indoeuropeo, se organizaban en tribus y eran expertos en la metalurgia del hierro.
  • Celtíberos: Resultado de la mezcla de celtas e íberos, se ubicaban en la zona de la Meseta Central.
  • Tartessos: Civilización que se desarrolló en el suroeste de la península, conocida por su riqueza y comercio con los fenicios.

Colonizaciones Históricas

Durante el primer milenio a.C., la Península Ibérica experimentó la llegada de pueblos colonizadores del Mediterráneo oriental, atraídos por su riqueza en metales.

Fenicios

Procedentes del Mediterráneo oriental, se asentaron en la costa andaluza durante el primer milenio a.C. Su principal actividad era el comercio de metales. Desde sus factorías en Gadir (Cádiz) y Malaca (Málaga), comerciaban con los pueblos mineros del interior, especialmente con los tartesios. Difundieron el uso del hierro e introdujeron la conserva en salazón, el torno de alfarero y la escritura alfabética.

Griegos

Se extendieron por las costas catalana y levantina. La influencia griega sobre las tribus ibéricas se aprecia en el arte, la lengua y la industria, como el cultivo de la vid y el olivo. La colonia más importante fue Ampurias (Emporion), fundada hacia el año 600 a.C., ciudad que mantuvo su prosperidad comercial hasta la época romana.

Cartagineses

En el siglo III a.C. fundaron la ciudad de Cartago Nova (Cartagena), principal enclave en la Península Ibérica. Su objetivo principal, al igual que los fenicios y griegos, era el comercio de metales, sobre todo el estaño. En su deseo de controlar el interior de la península, se enfrentaron al ejército romano en plena expansión, en las Guerras Púnicas (237-201 a.C.), en las que los cartagineses fueron derrotados.

Conquista y Romanización de la Península Ibérica

La conquista de la Península Ibérica por Roma se inició con la Segunda Guerra Púnica (219-201 a.C.). Siguió la campaña de Catón en el 195 a.C. para reprimir las sublevaciones indígenas, las guerras contra los lusitanos (Viriato), la conquista de Numancia en el 134 a.C. y finalizó con las guerras cántabro-astures dirigidas por Augusto, que concluyeron en el año 19 a.C. (norte).

La Romanización

La romanización es el proceso de asimilación cultural de los modos de vida romanos por parte de los pueblos indígenas. Los principales focos de romanización fueron las ciudades; sus principales difusores, los soldados y los comerciantes. Sus elementos más destacados fueron:

  • La lengua latina: Se impuso inicialmente en las ciudades y, más tarde, en las zonas rurales, donde se mezcló con las lenguas autóctonas. Apareció así el denominado latín vulgar, del que derivan las lenguas romances (castellano, francés, italiano, etc.).
  • El derecho romano: Defendía los derechos del individuo, especialmente el de propiedad.
  • La religión de Roma: Incluido el culto al emperador. A pesar de ello, las creencias autóctonas no desaparecieron. Asimismo, llegaron a Hispania religiones como el cristianismo y otras del Mediterráneo oriental, como el culto a Mitra o a Isis.
  • Las construcciones monumentales: Templos como el de Diana, en Mérida; foros y teatros como los de Mérida y Sagunto; anfiteatros como los de Itálica y Tarragona; puentes como el de Alcántara sobre el río Tajo o el de Mérida sobre el Guadiana; pantanos como el de Proserpina, en Mérida, y acueductos como los de Segovia y Mérida.
  • Las calzadas: Red de caminos empedrados, construidos por el ejército, que comunicaban las ciudades y por las que transitaban mercancías, viajeros y tropas.

Al-Ándalus: Crisis del Siglo XI, Reinos de Taifas e Imperios Norteafricanos

A la muerte de Almanzor, sus hijos trataron de mantener la dictadura, pero se sucedieron rebeliones de gobernadores provinciales que independizaron sus territorios. Ante esta situación, una asamblea de notables declaró extinguido el califato (1031). El territorio de Al-Ándalus quedó dividido en pequeños reinos independientes, denominados reinos de taifas.

Si bien algunos reinos de taifas como Toledo, Zaragoza, Valencia y Sevilla alcanzaron cierta prosperidad económica y cultural –construcción de palacios y alcazabas, promoción de las letras y de las ciencias–, su debilidad militar y las continuas querellas entre ellos les impedían resistir los ataques de los reinos cristianos. Para evitar estos ataques, las taifas pagaban a los reinos cristianos tributos anuales llamados parias.

Con independencia del pago de parias, los cristianos continuaron la Reconquista. Alfonso VI de Castilla tomó Toledo en el año 1085. Por primera vez era conquistada una gran ciudad andalusí. Los reinos de taifas buscaron el apoyo de almorávides y almohades, pueblos del norte de África, que invadieron la península y trataron de unificar a todas las taifas.

Los primeros reinos de taifas buscaron el apoyo de los almorávides, quienes derrotaron a Alfonso VI en la batalla de Sagrajas (1086). Los segundos reinos de taifas reclamaron el apoyo de los almohades, que de nuevo invadieron Hispania, unificaron las taifas y derrotaron a los cristianos en la batalla de Alarcos (1195). La victoria cristiana en las Navas de Tolosa (1212) marcó el fin del dominio almohade en la península.

Los Reinos Cristianos en la Edad Media

Primeros Núcleos de Resistencia (Siglos VIII-X)

Los reinos cristianos aparecieron y se consolidaron entre los siglos VIII y X en las zonas que los musulmanes no llegaron a conquistar y, desde allí, iniciaron la Reconquista hacia el sur.

  • Reino de Asturias: Don Pelayo fue proclamado rey por los astures en el año 718. Este reivindicó la herencia visigoda y extendió su poder a Galicia y País Vasco. Más tarde, en el año 910, Alfonso III trasladó la capital a León, transformándose el reino de Asturias en el reino de León. Abarcaba el noreste peninsular y tenía por fronteras las de Castilla y Portugal, independizada por Enrique de Borgoña en 1109.
  • Condado de Castilla: Independiente desde el año 930, Fernán González fue su primer conde. En el año 951, Castilla quedó definitivamente vinculada a la familia de este.
  • Núcleo de Navarra: En el año 824, Íñigo Arista fue reconocido rey de Pamplona. El reino de Navarra se consolidó durante el siglo X e inició su expansión por La Rioja. Sancho III el Mayor convirtió el reino de Navarra en el más poderoso de los reinos cristianos.
  • Núcleo de Aragón: El reino de Aragón, cuyo primer rey fue Ramiro I, nació a la muerte de Sancho III de Navarra, reino al que, a finales del siglo X, se habían incorporado los condados aragoneses (Sobrarbe y Ribagorza).
  • Condados catalanes: Formaban parte de la “Marca Hispánica” carolingia. Wilfredo el Velloso y Borrell II, en los siglos IX y X, consolidaron de hecho estos condados y su independencia con respecto al reino de Francia. El condado más importante era el de Barcelona.

Principales Etapas de la Reconquista

Las causas de la expansión territorial de los reinos cristianos hacia el sur fueron:

  • La presión demográfica.
  • La difusión de las instituciones feudales.
  • La búsqueda de botín.
  • El espíritu de cruzada.

Etapas de la Reconquista:

  • Siglos VIII, IX y X: Avance de los cristianos sobre territorios casi despoblados como el valle del Duero y la plana de Vic. Este avance se vio frenado en el siglo X por la creación del Califato y por la necesidad de repoblar y consolidar las tierras ya conquistadas.
  • Siglos XI, XII y XIII: Durante estos siglos se produce el gran avance reconquistador.
    • En el siglo XI y primera mitad del XII, el avance se produce contra los reinos de taifas y los almorávides. Los reinos de León y Castilla ocuparon el valle del Tajo, mientras que el valle del Ebro era ocupado por el reino de Aragón y los Condados catalanes. Los mayores éxitos fueron la conquista de Toledo por Alfonso VI en 1085, Zaragoza por Alfonso I el Batallador en 1118 y Tortosa por Ramón Berenguer IV en 1148.
    • Entre 1150 y 1212 se conquistó el curso medio del río Guadiana (provincia de Badajoz) y los cursos altos del Turia y del Júcar. El reino de León se expandió por Extremadura, el de Castilla por la submeseta sur (Castilla-La Mancha) y el de Aragón por Teruel. Los reinos de Castilla y Aragón delimitaron sus áreas de expansión en el Tratado de Cazorla (1179).
    • En el siglo XIII, el reino de Castilla reconquistó el valle del Guadalquivir y Murcia. Alfonso VIII derrotó a los almohades en Navas de Tolosa (1212) y Fernando III tomó Sevilla en 1248. Los ejércitos de la Corona de Aragón conquistaron el reino de Valencia y Baleares. La ciudad de Valencia fue tomada por Jaime I el Conquistador en 1236.

Al-Ándalus quedaba así reducido al reino de Granada, cuya conquista lograron los Reyes Católicos en 1492.

Diversidad Cultural en los Reinos Cristianos: Cristianos, Musulmanes y Judíos

La convivencia de cristianos, musulmanes y judíos dio como resultado una gran riqueza cultural. La cultura se caracterizó por su religiosidad, siendo los monasterios donde se preservó y transmitió el conocimiento. El Camino de Santiago permitió el contacto con Europa, penetrando las órdenes de Cluny y Císter, y propició la difusión de textos griegos, romanos, hindúes, persas, musulmanes y judíos; llegando modelos literarios (cantares de gesta) y artísticos (románico). La Escuela de Traductores de Toledo fue el centro de intercambio entre las tres culturas, alcanzando su máximo esplendor con Alfonso X.

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