Evolución de la Economía Internacional: 1870-1914

La Economía Internacional entre 1870-1914

1. Los Cambios Demográficos

El crecimiento de la población a lo largo de todo el siglo XIX fue constante. La población mundial pasó de cerca de 900 millones a 1600 millones. Las transformaciones económicas, el aumento de la producción agrícola, la industrialización y la revolución de los transportes pueden ayudar a explicar ese crecimiento vertiginoso de la población. La diferencia de crecimiento demográfico entre los países europeos podía llegar a ser muy destacada entre los países que poseían unas tasas más elevadas y los que tenían una menor. Por otro lado, la mejora de los transportes facilitó los grandes movimientos migratorios dentro de Europa y desde esta hacia América y otros enclaves. Las migraciones dentro de Europa fueron importantes, aunque en algunos casos resultaron solo temporales. Las regiones con una economía más dinámica siguieron atrayendo los excedentes de población de las regiones pobres. Pero los destinos preferentes de los emigrantes europeos fueron los de América o Australia. En concreto, EEUU absorbió a casi 16 millones de emigrantes y Canadá cerca de 1 millón. La intensificación de las migraciones internacionales a finales del siglo XIX estuvo relacionada con la mejora de los transportes y las comunicaciones. Los emigrantes eran ya adultos jóvenes, predominantemente varones solteros, que procedían del mundo urbano y que eran trabajadores sin cualificar. Por otro lado, la emigración de indios y chinos fue muy cuantiosa pero, generalmente, de carácter temporal. Con frecuencia se estableció a partir de unos contratos especiales que forzaban a los emigrantes a trabajar, en un régimen de servidumbre, en las plantaciones durante un tiempo para pagar el pasaje. En menores cantidades, los emigrantes orientales también se establecieron en Sudáfrica y el Caribe. Las intensas inmigraciones no contribuyeron a equilibrar las densidades de población por continentes. La revolución de los transportes facilitó los movimientos migratorios, pero las causas de dicha emigración fueron otras como las crisis de subsistencias, las persecuciones religiosas o las revoluciones políticas. Pero determinantes fueron las condiciones demográficas y económicas. También las posibilidades de empleo y las diferencias salariales entre el país de destino y de origen fueron factores decisivos. La pauta general de la emigración se debió a la elevada productividad del trabajo en las zonas de asentamiento reciente. Esta productividad elevada se fundaba en una tecnología nueva que reducía los costes de transportes y que podía hacer buen uso de tierras relativamente abundantes. Muy importante fue el papel desempeñado por los emigrantes ya establecidos en las regiones de destino; estos impulsaban la migración en cadena, pues enviaban información y dinero para financiar el viaje de los nuevos emigrantes y les proporcionaban alojamiento y manutención cuando llegaban hasta que encontraban trabajo. Finalmente, los efectos de la industrialización sobre la emigración fueron importantes, porque incrementó los salarios de los emigrantes potenciales. El proceso de globalización permitió colocar los productos agrarios americanos en Europa a precios inferiores a los europeos. Los descensos en Europa de los precios agrarios provocaron una profunda crisis en el sector que empobreció a millones de campesinos. La escasez de empleo y los bajos salarios impulsaron a la emigración. Asimismo, se reforzaron las políticas proteccionistas para limitar los efectos de la competencia internacional y evitar una mayor caída de las rentas. Pero, a su vez, la inmigración erosionaba los salarios en los países ricos y con escasez de trabajo. La respuesta fue la aparición de restricciones a la emigración. En general, se pretendía frenar la inmigración de trabajadores sin cualificar, permitiendo la entrada de trabajadores cualificados. En Europa, las respuestas ante la inmigración fueron distintas.

2. El Sector Agrario

2.1. La Crisis Agraria Finisecular y sus Consecuencias

El sector agrario europeo sufrió un impacto considerable ante la creciente importación de grandes cantidades de cereales americanos, que originaron un sensible descenso de los precios entre 1878 y 1885. Los responsables del incremento de la oferta mundial fueron EEUU, Canadá, Argentina, Australia y África del Sur. En estas zonas, el cultivo de cereal, con una relación tierra-hombre mucho más favorable que en Europa, sus costes eran proporcionalmente menores. En EEUU el proceso de mecanización fue muy intenso. Al mismo tiempo, la política de tierras públicas fue un estímulo muy poderoso. Desde el principio el gobierno siguió una política de venta a particulares, sin restricciones, sin embargo la política evolucionó hacia lotes más pequeños y precios más bajos, tendencia que culminó en la Homestead Act (Acta de Asentamientos) de 1882, que concedía a los colonos 160 acres gratis, a condición de que vinieran o cultivaran la tierra durante 5 años. En 1850, EEUU exportó 8 millones de dólares, en 1870 fueron 68 millones de dólares y en 1880 alcanzaron los 226 millones de dólares, se apoyó en el pronunciado descenso del precio de los transportes. La creciente importación de los cereales procedentes de las zonas de nueva colonización provocó un descenso continuado de los precios en Europa. Los agricultores europeos tuvieron que enfrentarse a una reducción de sus ingresos e irremediablemente descenso de la renta de la tierra y de la demanda de trabajo. En consecuencia, los movimientos migratorios hacia las ciudades o hacia los países de nueva colonización redoblaron su identidad. Una primera respuesta inmediata fue el reforzamiento de la protección arancelaria. Los agricultores demandaron a sus gobiernos un aumento de los aranceles al trigo foráneo para limitar los efectos de la competencia internacional. Los altos aranceles sobre los cereales formaron parte de una política proteccionista que también favoreció a la industria. Por el contrario, Gran Bretaña y otros países como Holanda, Dinamarca, Bélgica o Suiza siguieron manteniendo una política librecambista, y apenas gravaron la importación de aranceles. En los países más abiertos, los agricultores tuvieron que protagonizar un intenso proceso de reconversión de su actividad para adaptarse a las nuevas condiciones de los mercados internacionales. Fueron introduciendo los diferentes componentes del cambio técnico. Por otro lado, buena parte de los agricultores tendieron a reforzar sus actividades ganaderas. El tamaño del sector agrario tendió a disminuir pero ganó en productividad, eficacia y rentabilidad. La política proteccionista pretendía contener la caída de los precios. Al mismo tiempo pretendía alcanzar una capacidad de producción necesaria para asegurar una autosuficiencia alimentaría. Los países proteccionistas consiguieron aislarse en gran medida del impacto de la disminución en los costes del transporte transatlántico. En consecuencia, el proteccionismo continental amortiguó o eliminó la convergencia de precios entre Europa occidental y EEUU o Rusia, y también dificultó la integración de los mercados en la Europa occidental. Numerosos agricultores también tendieron a modernizar sus explotaciones cerealistas, o a incrementar su especialización ganadera. En este caso, la fuerte protección arancelaria sobre el trigo ayudó a realizar un proceso de modernización más pausado que no redujo tanto el peso del sector agrario. Por lo tanto, es determinante el peso del sector agrícola y del trigo para configurar una respuesta más proteccionista. El cereal barato disminuyó el coste de la vida de los trabajadores, pero redujo la demanda de la mano de obra agrícola y, por lo tanto, los salarios nominales. Los factores económicos pueden ayudar a explicar por qué Gran Bretaña mantuvo libre comercio mientras el continente optaba por la protección de la agricultura. La agricultura era mucho menos importante para la economía eminentemente industrial británica. A pesar del enorme impacto de la invasión de cereales, el crecimiento de la producción agraria fue positivo en todos los países, salvo en Gran Bretaña.

3. El Desarrollo Industrial

3.1. Las Innovaciones Tecnológicas

Las innovaciones tecnológicas siguieron siendo un elemento determinante en esta época; los inventos tuvieron ya una base científica y experimental. Asimismo, las nuevas tecnologías propiciaron que desde 1870 la industria básica adquiriese el protagonismo del crecimiento industrial. Además, las fuentes energéticas comenzaron a desplazarse del carbón y el vapor al petróleo y la electricidad. Por otro lado, la producción en masa en el último tercio del siglo aceleró el progreso de cambio. Todo ello funcionó en conjunto para reducir los costes medios en la industria y en las empresas. Las empresas que aprovecharon las ventajas de las economías de escala obtuvieron mayores beneficios y una producción más barata. Su triunfo fue también el de la gran empresa con un enorme poder sobre el mercado. El acero, el procedimiento ideado por Henry Bessemer, y mejorado posteriormente, permitió un incremento de la producción de acero de buena calidad que pudo venderse a menor precio. En EEUU, William Kelly desarrolló una tecnología similar, e incluso llegaron a un acuerdo para coordinar sus patentes. En la Europa continental se desarrolló el procedimiento de hogar abierto denominado de Martín-Siemens. Este procedimiento permitía emplear chatarra de hierro y combustible de baja graduación, con lo que a largo plazo resultaba más rentable que el procedimiento Bessemer. También se introdujeron mejoras en otros aspectos de la industria siderúrgica. Se elevó la altura de los altos hornos y se aumentó su temperatura hasta los 500ºC, se empezaron a reciclar los gases de desecho y se introdujeron motores de soplado. La industria química tuvo un extraordinario desarrollo en la segunda mitad del siglo XIX y los alemanes consiguieron una clara hegemonía en este sector gracias a su capacidad científica y técnica. En el campo de los tintes artificiales el británico Perkin descubrió la malveína, pero fueron los químicos alemanes los que consiguieron la mayor parte. Asimismo, aunque los británicos descubrieron el método de contacto catalítico para la obtención de ácido sulfúrico, los alemanes lo perfeccionaron y ello les permitió ser autosuficientes en amoníaco, nitratos y salitre. En el campo de los explosivos, Alfred Nobel descubrió en 1866 que, mezclada con diatomita, la nitroglicerina conservaba todo su poder explosivo, pero que sólo podía estallar con un detonador. La dinamita, como se llamó al nuevo compuesto, se utilizó en la construcción de túneles, carreteras, pozos petrolíferos y canteras. En el campo de los fertilizantes, además de descubrir otras fuentes de suministro como el guano peruano, se persiguió su desarrollo por métodos industriales. James Murray demostró en 1835 que podían hacer superfosfatos tratando las rocas de fosfato con ácido sulfúrico. Los alemanes desarrollaron ampliamente este tipo de productos. Los fertilizantes nitrogenados se fabricaron a partir del caliche extraído de las minas de Chile. Asimismo, los ingenieros realizaron un notable esfuerzo para mejorar el método de Leblanc para la producción de sosa. Fue sustituido por torres carbonatadas que utilizaban amoníaco para extraer la sosa de sal, un procedimiento inventado por Ernest Solvay. Otra innovación destacada fue la de Charles Goodyear, el norteamericano inventó el procedimiento de vulcanización del caucho. También la industria química contribuyó a mejorar los productos farmacéuticos disponibles. Humphry Davy demostró la posibilidad de utilizar la electricidad para la iluminación en 1808. Michael Faraday inventó el motor eléctrico en 1821 y la dinamo en 1831. No obstante, siguió habiendo cierta incertidumbre sobre las posibilidades de uso de la electricidad. La primera utilización efectiva de la electricidad fue en el telégrafo, se debió a una cadena de inventores, S.T. Von Soemmering y Samuel Morse. El telégrafo fue el resultado de la combinación de distintas invenciones tecnológicas y requirió muchas mejoras posteriores. Por ejemplo, la tecnología del cable submarino resultó difícil de dominar. Hacía falta perfeccionar las técnicas de aislamiento y blindaje de los cables y solucionar el problema de la capacitancia. William Thomson hizo contribuciones fundamentales a la tecnología.

Su desarrollo solo fue posible por una estrecha colaboración entre la ciencia y la tecnología, característica de esta segunda revolución industrial. El telégrafo tuvo una enorme repercusión, no tenía sustitutos, su uso fue importantísimo en el campo militar y en el político. En 1865 se fundó la Unión Telegráfica Internacional. El aprovechamiento de la electricidad resultó más difícil. Era necesario concebir un modo eficiente de generarla. El desarrollo de los generadores eléctricos también fue el resultado de una cadena de invenciones. Fábricas, calles, estaciones de ferrocarril y otros lugares empezaron a sustituir el alumbrado de gas por la luz eléctrica. En 1878, Charles F. Brush, de Ohio, inventó una lámpara de corriente continua de alta tensión. En 1889, Nikola Tesla, construyó un motor eléctrico polifásico de corriente alterna, que fue luego perfeccionado por Westinghouse. Igualmente importante fue el transformador y perfeccionado después. Hacia 1890, ya se habían resuelto los principales problemas técnicos. La electricidad estaba domada. A continuación, vino una cadena de micro invenciones que incrementaron la fiabilidad y la durabilidad y redujeron los costes. Otra de las innovaciones más destacadas del periodo se centró en la extensión del llamado sistema norteamericano de fabricación: montar complejos productos a partir de componentes individuales, las piezas intercambiables, producidos en masa. Su aplicación, a partir de 1850, fue lenta. Solo después de la guerra civil, EEUU fue adoptando gradualmente los métodos de producción en masa, seguido por Europa. Primero en las armas de fuego, luego en los relojes, etc. Aunque el avance de este sistema era, a largo plazo, en Europa se vio demorada por 2 factores: su incapacidad de producir artículos de indiscutible alta calidad, y la resistencia de la mano de obra. Similar importancia tuvo el desarrollo de la producción en cadena, en la cual los trabajadores en un lugar fijo donde recibían las tareas a realizar. Hasta el último tercio del siglo no se adoptó en gran escala. Destacaron los grandes mataderos de Chicago y Cincinnati. La planta de montaje de automóviles de Henry Ford combinó el concepto de piezas intercambiables con la producción en cadena. Pudo así producir en masa un producto complejo y a la vez mantener un precio bajo, lo que le permitió venderlo como un vehículo popular. Las nuevas tecnologías del siglo XIX afectaron en la conservación de alimentos como el envasado al vacío, sobre todo en lata. Gail Borden inventó la leche en polvo en la década de 1850. El separador centrífugo para desnatar leche además de la refrigeración era otra forma de conservación. La refrigeración mecánica evolucionó gradualmente y experimentó mejoras decisivas entre 1834. En 1876, el ingeniero Charles Tellier construyó el primer barco con cámara frigorífica, el Frigorifique. Las innovaciones tecnológicas favorecieron la extensión de los productos agrarios americanos en Europa y propiciaron un descenso de precios que facilitó la incorporación de proteínas en la dieta europea. También es necesario destacar las herramientas neumáticas para la minería, la máquina de coser, etc.

3.2. El Desarrollo de las Industrias Nacionales

En 1870, Gran Bretaña era la principal productora mundial de manufacturas, pero en 1913 ya había sido sobrepasada ampliamente por EEUU y, en menor medida, por Alemania. Estos 2 países tomaron la delantera en los sectores característicos de la segunda revolución industrial: siderúrgico, químico y eléctrico. La difusión del procedimiento Gilchrist-Thomas, y la generalización del horno Martín-Siemens permitieron reducir el coste de la producción de acero. La química orgánica permitió la producción de colorantes artificiales y fertilizantes sintéticos. En 1913, las exportaciones alemanas de hierro y acero superaban las británicas. Esto se explica por 2 causas: en primer lugar, en 1879 se patentó el procedimiento Gilchrist-Thomas, que permitió a los siderúrgicos alemanes la utilización eficiente del mineral de hierro fosfórico; y, en segundo lugar, porque Gran Bretaña perdió la ventaja energética. Por otro lado, Alemania contó con las ventajas de un mejor sistema educativo, científico y tecnológico, consiguió el liderazgo en la industria química. Gran Bretaña perdió terreno, aunque seguían dominando en la construcción naval y en los servicios financieros. Las exportaciones alemanas de productos químicos y maquinaria ofrecían mayores oportunidades de incrementar la productividad de la economía. El liderazgo industrial de EEUU en este periodo se apoyó en: su enorme mercado interior, la especialización regional, la política de sustitución de importaciones facilitada por una alta protección arancelaria, las entradas de capital y de trabajadores. Esta industrialización incrementó las exportaciones de manufacturas así como la importación de materias primas. El declive industrial británico se explica por mantener durante demasiado tiempo los métodos productivos y las antiguas tecnologías e infraestructuras propias. Por último hay que destacar que el incremento de la competencia entre los países industrializados provocó un aumento de la protección arancelaria en Francia, Alemania y EEUU.

3.3. La Concentración Empresarial. La Gran Empresa

A partir de 1870 la combinación de una serie de cambios en el mercado y la tecnología darán lugar a la aparición de la gran empresa moderna. Por un lado, las nuevas tecnologías dieron paso a un mercado internacional y aumentó la competencia entre las empresas. En algunos sectores productivos, la respuesta a un mercado más grande, una competencia más dura y una tecnología más intensiva en capital e I+D fue la gran empresa industrial moderna. Su generalización incrementó la concentración empresarial. Todos estos cambios tuvieron lugar antes y con mayor intensidad en EEUU, Europa y Japón. Las estrategias de crecimiento de las grandes empresas fueron la triple inversión en producción, distribución y dirección que llevaron a cabo las empresas, en numerosas industrias permitió aprovechar al máximo las ventajas derivadas de las economías de escala, velocidad y diversificación, lo que se tradujo en un crecimiento extraordinario de la producción y la productividad. La respuesta más difundida fue la cooperación entre las empresas, limitar la producción de sus respectivas plantas, mantener los precios de sus productos e impedir o dificultar la entrada de nuevos competidores en el sector, el cártel, esos cárteles tomaban una forma corporativa. En ambos casos, su buen funcionamiento dependía de un compromiso firme de colaboración entre las diferentes empresas firmantes, pero estaban sujetos al oportunismo de las partes. La cartelización se extendió al mercado internacional, los cárteles internacionales alcanzaron su apogeo durante el periodo de entre guerras. El mecanismo más formal y de mayor cohesión de la concentración horizontal fue la fusión de las diferentes empresas en una nueva, o bien mediante la adquisición por parte de una empresa dominante de las restantes. Las grandes empresas también optaron por otra vía de crecimiento.

La integración de la producción y la distribución a gran escala ofrecía a los fabricantes la oportunidad de reducir los costes de transacción y de aumentar la productividad por medio de una administración más efectiva de los procesos de producción y de distribución y de la coordinación del flujo de productores que pasaban por ellos. Algunas empresas intentaron aprovechar la existencia de activos muy específicos para reducir costes en transacciones periódicas y abundantes. Algunos tipos de empresa destacaron con diferentes modalidades de integración vertical. Las empresas con tecnologías de proceso continuo se integraron en la adquisición de materias primas y en la distribución de los productos terminados. Por otro lado, los fabricantes de productos perecederos requerían servicios comerciales y de distribución muy especializados que las empresas existentes no podían proporcionales. Hacía necesaria una fuerte inversión, que acababa siendo realizada por la empresa productora. Asimismo, los fabricantes de maquinaria requerían una serie de servicios especializados que los comerciantes no podían ofrecer. Las empresas crearon redes mayoristas que aseguraban un aprovisionamiento y un asesoramiento continuo a los minoristas. Por último el crecimiento a través de la diversificación fue motivado sobre todo por el deseo de utilizar la ventaja competitiva creada por las capacidades organizativas aprendidas en la producción, distribución y dirección y por la mejora en productos y procesos. Esta estrategia dio lugar a una profunda reestructuración administrativa de las empresas. La expansión hacia nuevos mercados fue una estrategia desarrollada por empresas que tenían ventajas competitivas derivadas de la explotación de economías de escala, del liderazgo tecnológico, y de la integración de la producción y distribución en sus respectivos sectores. El establecimiento de filiales en otros países fue un medio de sortear unas barreras arancelarias muy elevadas. El surgimiento de estas empresas multinacionales fue importante en sectores como los envasados de marca, maquinaria ligera, automóviles, material y maquinaria eléctrica, química y productos farmacéuticos. La estrategia de diversificación de productos y actividades permitía un uso más pleno de los recursos y capacidades y, por tanto, una reducción de costes unitarios. Los cambios experimentados en la venta al por menor contribuyeron a modificar las relaciones entre productores y consumidores. Durante este periodo las marcas comenzaron a generalizarse, primero en los bienes de consumo semiduraderos y luego en los duraderos.

4. La Expansión de la Economía Internacional

4.1. El Desarrollo de los Transportes

El progreso de los transportes promovió la expansión de la economía internacional y la integración de los mercados, al mismo tiempo que facilitó los cuantiosos movimientos de población de este periodo. El ferrocarril continuó desempeñando un papel fundamental. En EEUU y Rusia, el ferrocarril permitió el dominio político de todo el continente por un solo gobierno. Fuera de Europa y Norteamérica, el ferrocarril también conoció un desarrollo extraordinario. Se construyeron para atender en primer lugar las necesidades de exportación de los productos mineros y agrícolas. El desarrollo del ferrocarril no solamente consistió en ampliar el número de kilómetros. También hubo un permanente proceso de mejoras tecnológicas en las locomotoras, el material rodante y las propias vías, que permitieron aumentar la velocidad y la seguridad en este tipo de transporte. Hacía 1900 también empezaron a circular los vehículos a motor, que plantearon mejorar las carreteras para permitir un desplazamiento rápido y seguro. Respecto al transporte marítimo, los buques a vapor acabaron imponiéndose por la apertura del canal de Suez que acortó el trayecto desde Europa hacia Asia y Oceanía y desplazó las rutas hacia mares interiores con menos viento, y por las innovaciones tecnológicas que fueron incorporando la sustitución de los cascos de madera por los de hierro y acero, de las palas por la hélice, etc. Estas innovaciones disminuyeron los costes de mantenimiento y funcionamiento. Hacia 1880 desapareció el velamen auxiliar, así pudieron reducirse las tripulaciones y los costes, los vapores lograron imponerse totalmente en los transportes a largas distancias. Este descenso del coste del transporte provocó un aumento de la producción arancelaria, como defensiva de los agricultores europeos y de los industriales norteamericanos. Por otro lado, Gran Bretaña mantuvo el liderazgo en el transporte marítimo y en la industria de construcción naval. Esta revolución de los transportes provocó sustanciales alteraciones en el comercio internacional.

4.2. La Estructura del Comercio Internacional: Flujos y Áreas Comerciales

El comercio internacional aumentó a un ritmo mucho más elevado. El resultado de este progreso fue un crecimiento en la proporción del comercio mundial sobre el conjunto de la producción mundial. Este proceso de globalización supuso un aumento de los flujos comerciales, humanos y de capitales, que favorecieron la convergencia en los precios de productos y en los factores de las zonas más desarrolladas del planeta. Europa dominó el comercio mundial en el siglo XIX. Este predominio se mantuvo a lo largo de todo el periodo hasta 1913, a pesar del continuo crecimiento de la proporción norteamericana en el conjunto mundial. También aumentaron su participación el comercio mundial, Latinoamérica. A causa de la expansión de la industrialización y del crecimiento de nuevos centros de producción primaria en ultramar se produjeron cambios significativos entre las diferentes regiones comerciales. La tendencia de los países europeos a adquirir sus productos en continentes de Europa, reflejaba la dependencia de los países de ultramar respecto de los mercados europeos. Los EEUU no fueron una excepción a esta regla. Al mismo tiempo, la participación británica sobre el total de las importaciones cayó, mientras Alemania continuó creciendo a lo largo del periodo. El comercio africano y asiático era todavía más dependiente de los mercados europeos que el latinoamericano. El comercio canadiense, por otra parte, estaba dominado también por Inglaterra y por los EEUU. Mientras que Inglaterra constituía el mercado más importante para las exportaciones canadienses. A pesar de la creciente importancia industrial de los EEUU y de Japón en el siglo XIX, la dirección del comercio mundial en el periodo anterior a 1913 estuvo dominada por la constante demanda europea de alimentos y materias primas. El predominio europeo del comercio mundial se confirma si tenemos en cuenta que los dos quintos del comercio representaban transacciones intraeuropeas. A lo largo de este periodo entre 1876-1913 la participación de los productos primarios en el comercio mundial fue dominante y se mantuvo estable. El comercio de manufacturas también se triplicó entre 1876- 1913. El rasgo más característico fue el crecimiento de la participación norteamericana a la vez que la participación británica decaía.

Dentro del componente manufacturas de los países desarrollados se produjo una caída en la participación de los textiles, a la vez que una elevación en la participación de las manufacturas metálicas y un rápido auge en la participación de otros productos, como químicos, papel y madera, etc. se debieron al proceso de industrialización. En principio, la participación de cada país en el comercio internacional estuvo determinada por la dotación de factores, el tejido empresarial y el grado industrialización. También hay que considerar las políticas comerciales imperantes, o la existencia de zonas de influencia económica más o menos exclusivas creadas a partir de la extensión de los imperios coloniales durante este periodo hay que destacar el declive exportador de Gran Bretaña frente al crecimiento de Alemania y EEUU. Estos superaron en el siderúrgico, químico y eléctrico. Respecto a los exportadores de productos primarios deberíamos distinguir entre los países de reciente asentamiento europeo en las zonas templadas y los países tropicales. Por otro lado, varios países tropicales (Brasil, México, India, China, Indonesia, Filipinas, Tailandia) también aumentaron sus exportaciones de productos primarios. Aunque no pudieron converger con los más industrializados. Su especialización en el comercio internacional se apoyó en productos tropicales y en una agricultura de baja productividad debido a la ilimitada oferta de trabajadores y tierras. La especialización en la exportación de productos tropicales de oferta elástica tendió a deteriorar la posición comercial de los países no industrializados. En consecuencia, la exclusiva especialización en la exportación en productos primarios podía ser un obstáculo a la industrialización de un país determinado.

El Colonialismo

En la década de 1880 comenzó una época de expansión colonialista que continuó hasta el estallido de la guerra de 1914. África fue repartida entre los estados europeos, Francia consolidó su imperio indochino. Las islas Filipinas fueron ocupadas tras la guerra con España. Se estableció una república en Hawái y se llevaron a cabo diferentes formas de intervención política en México, Costa Rica, República Dominicana, Colombia y Nicaragua. Los factores políticos y los económicos han sido frecuentemente empleados para explicar esa oleada de expansión colonial. Desde un punto de vista global, la incidencia económica de las colonias para los países imperialistas fue pequeña.

Sin embargo, el dominio político de amplios territorios generó importantes beneficios económicos para determinadas compañías que explotaron abundante recursos naturales a bajo precio. Asimismo, el dominio británico de la India le facilitó la venta de sus manufacturas de algodón que terminó por arruinar la manufactura india tradicional. La colonización puso severos límites al desarrollo económico de los territorios anexionados. Los cambios en el sistema de tenencia de la tierra, las condiciones de la oferta de trabajo y la naturaleza de las actividades económicas de grandes núcleos de población fueron modificados por los gobierno colonizadores. El resultado fue la ruptura del balance tradicional entre población, recursos naturales y tecnología.

Reacciones frente a la Globalización

La creciente internacionalización de la economía provocó una serie de reacciones defensivas en aquellos sectores que vieron descender sus ingresos. Los agricultores e industriales europeos, o los trabajadores e industriales de las zonas de ultramar, se movilizaron para lograr que sus estados incrementaran las barreras arancelarias. Como consecuencia de ello, la mayor parte de los países europeos aumentaron los aranceles a las importaciones y pusieron restricciones a la inmigración. Aunque durante este periodo la industria británica empezó a perder competitividad, Gran Bretaña mantuvo su política librecambista hasta 1914. Por su parte, Alemania desplegó una política industrial centrada en los aranceles. Asimismo, empleó los aumentos arancelarios como medio de presión para lograr acuerdos comerciales con otros países con ventajas para sus productos. Otro rasgo de Alemania fue el importante papel que jugaron los bancos mixtos. Estos bancos contribuyeron a la formación de cárteles. Los bancos y los cárteles fueron fundamentales para el surgimiento y desarrollo de los grandes emporios en las industrias básicas de la segunda industrialización: la química orgánica, la electricidad y el acero. La política proteccionista también se extendió, entre otros países. En cuanto a EEUU, se mantuvo una política proteccionista respecto a la industria que ya se había establecido durante la primera mitad del siglo XIX. Este proteccionismo permitió el desarrollo de las industrias textil y siderúrgica que también se vio favorecida por otras políticas gubernamentales como el apoyo a la investigación agrícola, el aumento del gasto público en educación y las subvenciones a las compañías ferroviarias. Entre 1880 y el inicio de la guerra con Japón, Rusia se industrializó, gracias a la construcción de ferrocarriles públicos, al desarrollo de la industria armamentística y el surgimiento de los bancos mixtos.

El papel del Estado fue fundamental, al financiar los ferrocarriles, aumentar el gasto en defensa, proteger por medio de aranceles a las industrias básicas y atraer el capital extranjero. Japón fue obligado a abrirse a la economía internacional (amenazado por EEUU). Se le impusieron unos tratados comerciales que le impidieron establecer aranceles superiores al 5%. La escasez de recursos llevó a Japón a buscarlos en el exterior, mediante guerras contra China y contra Rusia. Por último, los países que cayeron bajo la órbita de forma directa o indirecta, de las grandes potencias coloniales carecieron de la posibilidad de establecer una política comercial proteccionista para fomentar su industria nacional. Gran Bretaña trató de impedir el desarrollo de las manufacturas a través de los “tratados desiguales” que les imponían unos topes arancelarios, privándoles de la soberanía arancelaria. Estos tratados desiguales se extendieron por Asia, adoptando una política librecambista. Estos países dependientes sólo pudieron desarrollar su industrialización cuando recuperaron la autonomía para fijar la política arancelaria y otras políticas de apoyo industrial, circunstancia que, generalmente, ocurrió después de 1913.

5. El Sistema Monetario y Financiero. El Papel del Estado

5.1. Los Movimientos de Capitales

La integración de los mercados de capital también se reforzó durante este periodo. Su impacto económico era insignificante. Sin embargo, desde el final de las guerras napoleónicas, la inversión extranjera adquiere un carácter nuevo y una significación creciente. Este cambio se produjo obedeciendo a una serie de razones. El establecimiento y desarrollo de instituciones financieras, tales como bancos comerciales, así como el desarrollo de casas de inversión. El flujo de los fondos, desde los ahorradores en un país hasta los inversores en otro. Además, los mercados de capital se hicieron mucho más diversificados en sus posibilidades de negocios, ayudando a la expansión del comercio internacional y de las inversiones extranjeras. La edad de oro de las inversiones extranjeras tuvo lugar después de 1870. Hacia 1900, las inversiones extrajeras totalizaban una cifra cercana a 4750 millones de libras, y crecieron rápidamente durante los años siguientes. Los avances tecnológicos, monetarios y políticos posibilitaron esa integración internacional de los mercados de capitales. Primero, el mercado de cambios anglo-americano se fue integrando progresivamente gracias a la disminución de los fletes y los seguros así como la mejora en la rapidez y seguridad del transporte marítimo que facilitaron la labor de los operadores financieros. Segundo, la generalización del patrón oro disminuyó los riesgos de las inversiones en el exterior. Tercero, la estabilidad política y la ausencia de guerras generalizadas entre 1870 y 1914 facilitaron los préstamos internacionales y la cooperación entre los bancos centrales de los distintos países. Los movimientos de capitales fluyen desde zonas con bajos tipos de interés hacia áreas y regiones con tipos de interés más elevados. Estas diferencias en los tipos de interés estaban determinadas por varios tipos de desequilibrios: entre el ahorro interior y la inversión interior; entre las importaciones y las exportaciones; y entre los ingresos y los gastos del Estado. Durante el siglo XIX, Gran Bretaña fue la mayor fuente de capital extranjero. Los EEUU acapararon el 21%, Latinoamérica el 18%, mientras que Europa sólo absorbió el 5%. Francia ocupaba en 1914 el segundo lugar como inversor en el exterior. La inversión exterior alemana sólo adquirió importancia hacia 1880. Los préstamos se extendieron hacia Argentina, Venezuela, México y los EEUU, en donde los bonos ferroviarios eran muy populares.

Hacía 1914 Alemania era el tercer inversor de la inversión total en el exterior. La mitad de esa inversión se centró en países europeos. El resto se concentró sobre todo en América y, en menor medida, en África y Asia. Por último, habría que destacar otros 2 núcleos de inversores en el exterior. Asimismo, EEUU alcanzó el 7% de la inversión total en el exterior. La minería de metales industriales, la manufactura y las empresas agrarias constituían la parte más importante de la inversión americana en el exterior. Europa absorbió el 24% de la inversión exterior, Norteamérica el 24%, Latinoamérica el 19%, Asia el 16%, África el 9% y Oceanía el 5%. Entre los grandes países prestatarios en este periodo habría que destacar, Argentina, Canadá, Egipto, Japón, Rusia y Turquía. La dependencia del capital exterior era muy alta entre los países receptores de las inversiones. Esos flujos de capital se materializaron en inversiones en cartera (duda pública, ferrocarriles, infraestructuras) o en inversiones directas. Durante este periodo la invasión extranjera directa adquirió una creciente importancia. La inversión directa norteamericana fue importante en el Reino Unido, Canadá y Alemania. Para los países exportadores de capital los riesgos de una inversión eran numerosos. En muchas ocasiones los inversores extranjeros o bien perdieron su dinero por los descalabros financieros, o bien se vieron obligados a esperar muchos años hasta que se beneficiaron de nuevo de algún rendimiento del capital prestado. Si se invertían en sectores de rendimiento perfectamente calculado o en empresas industriales pertenecientes a los sectores económicos, las posibilidades de que sufrieran un descalabro económico disminuían, por lo que estas inversiones provenían por sí mismas de los fondos necesarios para pagar a los países inversores. Los países que despilfarraron sus préstamos exteriores invirtiéndolo en guerras o en especulaciones no disponían de fondos que facilitasen el pago de la deuda y sus intereses. En este caso, los países morosos sufrieron un agresivo intervencionismo por parte de los prestamistas que limitó su soberanía económica, la mayor parte de ellas fueron utilizadas en actividades productivas, los resultados de las inversiones de tiempos pasados suponían un importe, lo suficientemente elevado como para proveer nuevos préstamos.

Cuando los países utilizaban eficientemente los préstamos recibidos no crearon en ningún caso problemas de balanza de pagos, o por lo menos éstos no fueron significativos. Donde los préstamos exteriores se utilizaron indebidamente y sin una buena asignación eran inevitables las dificultades de balanza de pagos, seguidas del impago de intereses y del posible rechazo de la deuda.

En conclusión, las inversiones extranjeras favore

cieron el incremento de la prod total en muchos países. En las primeras épocas de la industrialización, tanto en Europa como Norteamérica, este tipo de inversión desempeñó un papel importante en el proceso de la misma.Sin embargo, en los países productores de artículos primarios, tales como los de Asia, África y Latinoamérica no produjo, en general, mejoras en los niveles de vida locales, y la mayor parte de los bº obtenidos de tales actividades se concentraron en los inversores extranjeros.Por el contrario, los países prestamistas fueron capaces de intensificar sus ritmos de industrialización asegurándose suministros rápidamente crecientes de materias primas xra abastecer sus factorías y de alimento xra sus poblaciones. Las remesas de capital crecieron hasta tales niveles q permitieron la formación de un fondo circulante en los países prestamistas, útil xra practicar nuevas reinversiones.

5.2. La extensión de un sistema multilateral de pagos y la generalización del patrón oro.

El nacimiento de una red multilateral de pagos q facilitó los mov. de bienes, etc, hasta el extremo de hacer desaparecer las fuerzas contrarias al desarrollo de las relaciones económicas internacionales fue uno de los acontecimientos + imptantes q pueden asociarse al crecimiento del comercio internacional durante esta época.Puede decirse q cuanto mayor sea el nº de países q comercien multilateralmente, mayores serán las oportunidades de saltar los déficit y superávit y consecuentemente, menores necesidades de mov. de oro xra conseguir estos equilibrios.Se calcula q entre el 20% y 25% del total del comercio mundial fue de naturaleza multilateral en los años cercanos a la 1ª guerra mundial.Dentro de este nuevo sistema, los EEUU aparecieron como un eslabón separado en la cadena de comercio y pagos internacionales en los años posteriores a 1880. al comienzo de esta década la mayor parte de las exportaciones norteamericanas, se dirigían a Europa.


De esta forma, el país experimentaba superávit comercial con Europa y déficit con el resto del mundo.Lo + imptante de todo fue la aparición de un superávit comercial norteamericano con los países de las grandes llanuras, Canadá.Fue este superávit con la región ya citada, + q el superávit con Inglaterra, el q financió el ascendente déficit de los EEUU con las regiones tropicales.A medida q los EEUU se iban haciendo menos dependientes del mdo europeo, las refiones de las grandes llanuras se hacían + dependientes de Europa. Como rº de lo anterior obtuvieron rápidamente superávit en sus balanzas comerciales con los Estados europeos.Alemania tb estableció sus propios lazos comerciales. A causa del rápido crecimiento de sus ind. manufactureras y de un descenso relativo en su prod. agrícola, la demanda alemana de materias primas y de alimentos aumentó rápidamente y se produjeron déficit comerciales con los países de las grandes llanuras cuando éstos reemplazaron a Alemania por los EEUU en el suministro de manufacturas. Ade+, durante la década de 1890, el déficit comerciales alemanes con otros países continentales importantes se convirtieron en superávit. Aunq estos superávit disminuyeron posteriormente, a causa de las fuertes importaciones de carbón británico y de productos coloniales.En el centro de esta nueva red de comercio multilateral se encontraba en Inglaterra, cuyas contribuciones son: el crecimiento de sus importaciones y su política comercial librecambista, q facilitó en gran medida el crecimiento de las exportaciones y la expansión de su capacidad de préstamo internacional.En 1880, cuando el conjunto de los ptamos internacionales era pequeño, el gran déficit inglés, se cubrían por el superávit con la India, Sudamérica, Turquía y Japón.En 1910 el déficil británico tendió a fluctuar en gran medida hacia el Lejano Oriente y Australia. Mientras q el mdo indio continuaba absorbiendo grandes cantidades de manufacturas británicas cuya entrada era difícil en muchos otros países por la protección arancelaria, los productos indios exportados al Continente y a otras partes del mundo contaban con una menor protección arancelaria. Como rº de esto, Inglaterra fue capaz de absorber grandes cantidades de alimentos, materias primas y manufacturas de países fuertemente proteccionista sin tener q incrementar sus exportaciones a estos países.


Este complejo sistema multilateral facilitó el funcionamiento del sistema monetario internacional y promovió una mayor expansión del comercio mundial.Como rº numerosos países del sistema fueron capaces de alcanzar tipos de crecimiento relativamente elevado en la producción y en las rentas a través del consecuente aumento de las oportunidades comerciales.

La generalización del patrón oro.

Las transacciones internacionales requieren un sist. monetario capaz de facilitar el comercio q se llevas a cabo con una variedad de monedas nacionales. Durante la década de 1870 se aceleró el mov hacía el patrón oro, y la plata vio descender rápidamente su papel en los patrones monetarios internacionales.En 1895, los principales países pertenecían al patrón oro, mientras q los países atrasados mantuvieron el patrón plata. La extensión del patrón oro se apoyó en el descubrimiento de nuevos yacimientos de oro desde 1886 q permitieron aumentar las reservas de oro y el crecimiento de la oferta monetaria.La implantación del patrón oro suponía la adopción de una serie de compromisos: mantenimiento de un encaje de oro en el banco central proporcional a los billetes emitidos, así como la libertad xra fundir, importar y exportar ese metal.De esta manera, se generalizó un sistema de cambios libres y divisas convertibles q facilitó la expansión de las transacciones comerciales y financieras entre las principales áreas económicas.Ad+, el prestigio internacional del patrón oro derivaba de su teórica capacidad xra delimitar los desequilibrios económicos entre las naciones.Cuando había desequilibrios en la balanza de pagos de un país, la cotización de su divisa en el mdo podía diferir de su paridad oficial. En estos casos, operaban una serie de mecanismos de ajuste.1º surgía un cambio en los tipos de interés, seguido de alteraciones en los niveles de renta, de actividad económica y de empleo y, finalmente se producían mov. en el nivel general de precios, debidos a los cambios en la oferta monetaria.Asi, un superávit implicaba un aumento de las reservas del país, q requería q el banco central aumentase la emisión de billetes, lo q elevaría los precios interiores y las importaciones y reduciría las exportaciones.


Por otro lado,1déficit exterior provocaría una salida d reservas lo q exigiría 1aumento d los tipos d interés, con el fin d frenar la salida d oro,q era el objetivo básico d la política monetaria: el incremento del tipo d interés retraería la demanda interior,reduciendo el nivel d renta y empleo, y la exterior,disminuyendo el déficit dela balanza d pagos.La eficacia d esos mecanismos d ajuste dependían delas instituciones d cada país. Xro,con frecuencia,los gobiernos no aplicaban esas reglas.Los mecanismos d ajuste dl patrón oro fallaban,x el lado delos países con superávit en su balanza d pagos,sus gobiernos no reaccionaban emitiendo +billetes,sino q preferían atesorar sus reservas antes q provocar aumentos en sus precios interiores.Al no cumplir estas naciones las reglas,todo el peso dl ajuste recaía sobre los países deficitarios,algunos delos cuales tuvieron q abandonar la convertibilidad,ante la imposibilidad d mantener la paridad d su divisa. Por ejem,los gobiernos europeos no respetaron las reglas del patrón oro sino xra evitar las recesiones.Por el contrario, en EEUU los gobiernos respetaron las reglas del patrón oro,por lo q los tipos d interés aumentaban rápidamente cuando las reservas d los principales bcos caían al 25% d los depósitos.Esto explica q este país sufriese +intensamente las crisis financieras.En el caso delos países d la periferia, cmo sus gobiernos carecían d cualquier control sobre los tipos d interés,el ajuste d sus desequilibrio exteriores se resolvía mediante descensos en el nivel renta y d empleo.La extensión y estabilidad dl patrón oro se asentó tb gracias a la solidez d algunas divisas,particularmente la libra esterlina.Muxos países mantuvieron una parte d sus reservas en divisas convertibles en oro(libra, franco, marco)q eran las qse utilizaban enlas transacciones internacionales.La confianza en dichas divisas fue q eran convertibles a oro y qdaban garantizada x una economía sólida cmo era la británica o la alemana.La estabilidad q proporcionaba el patrón oro no evitó la crisis fra típica.La crisis de 1907 fue grave pq coincidieron pánicos fros en Egipto, Japón, Alemania y sobre todo EEUU.La cooperación d algunos bcos centrales,particularmnt del Bco de Francia y el d Reichsbank,ayudó a salir d aqella crisis,q tuvo como rº la creación dl sist dla Reserva Federal.Se ampliaría al control de cambios,cuand el >intervencionismo d los bcos centrales trató de aislar las economías nacionales delas crisis fras internacionales mediante el control de los mov. especulativos d capitales.


5.3. El papel del Estado.

El patrón oro y el equilibrio presupuestario fueron los dos pilares de la política económica del periodo.

A partir de la década de 1880 se fueron introduciendo los seguros sociales ante la insuficiencia de beneficencia. En Alemania se estableció el seguro de accidentes de trabajo en la industria y el seguro sanitario. Francia introdujo el seguro de desempleo. En GB el gobierno liberal implantó los seguros de desempleo y de jubilación, se estableció el salario mínimo en la industria y se aprobó el seguro de enfermedad.

EEUU estableció una ley federal de seguros de accidentes.

Otro campo de la legislación social fue la legislación laboral q supuso una mayor intervención del Estado en el mdo de trabajo.

La ley de fábricas inglesa prohibía el trabajo de los menores. La Ley de Talleres y Fábricas limitó el trabajo de los niños mayores de 10 años a 30 horas semanales.

En Prusia, hasta 1878 no fue considerado ilegal el trabajo de los niños menores de 12 años.

Por otro lado, la jornada de trabajo se reguló por 1ª vez en la Ley de Fábricas inglesas de 1844 señalando un máximo de 12h, xro su cumplimiento real fue problemático.

El crecimiento del gasto público estimuló la extensión de reformas tributarias. En este periodo se difundió el impuesto sobre la renta y los impuestos sobre la herencia y el patrimonio.

En EEUU, la sexta Enmienda xra permitir el impuesto federal sobre la renta sólo fue adoptada en 1913.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *