Política económica del franquismo: de la autarquía al desarrollismo
En la política económica, España era un país con una economía arruinada. Inicia un proceso de recuperación con el intervencionismo del Estado y un régimen de autarquía. La dificultad de abastecerse del exterior por el bloqueo y el aislamiento provoca la implantación de un modelo fundamentado en el fascismo italiano. Las medidas a la implantación de un modelo intervencionista por parte del Estado son:
- Se fijan los precios agrarios y se distribuyen los alimentos a través de las cartillas de racionamiento.
- La actividad industrial quedó subordinada a los intereses del Estado y se crea el Instituto Nacional de Industria (INI), además de priorizar la industria de la defensa militar.
- Se reglamenta el comercio exterior.
Esta política económica tuvo consecuencias nefastas, como los bajos precios tasados por los productos agrícolas, teniendo que recurrir a Argentina, los índices de producción industrial hundidos y la ocultación de producción al Estado, haciendo negocios en el mercado negro (estraperlo) a precios elevados.
El fin de la autarquía en los años 50
Comienza un giro económico a partir de 1951 con la liberalización parcial de precios, comercio y mercancías. Con mejores cosechas se termina con la cartilla de racionamiento y empieza un despegue económico y un paulatino crecimiento de la producción industrial, además de las ayudas estadounidenses que recibíamos. Sin embargo, su prosperidad será aparente porque comenzó una inflación en ascenso y, además, también comenzaron protestas y huelgas que desembocaron en el cambio de gobierno. Por lo tanto, Franco entregará su economía a los miembros del Opus Dei.
El plan de estabilización de 1959
Con la entrada de los miembros del Opus Dei, como Laureano López Rodó, se crea el Plan de Estabilización, tratando de liberalizar la economía. Con medidas restrictivas como la reducción del gasto público y el recorte del presupuesto, se favorece el comercio exterior, se devalúa la peseta, se liberalizan las inversiones extranjeras y se congelan los salarios. Sus resultados provocaron un cierre de empresas, una crisis de consumo y una gran emigración exterior, pero se consiguió reducir el déficit y acumular capitales, y la economía española comenzó a crecer a un elevadísimo ritmo a partir de 1961.
En el desarrollismo de los años 60
Se ponen en marcha los Planes de Desarrollo (1964-1975) y se produce una gran expansión industrial. Se crearon los llamados polos de desarrollo con el objetivo de generar tejido industrial y empleo en zonas no industrializadas, pero fracasaron. Además, el crecimiento industrial también produjo un gran éxodo rural y una falta de mano de obra campesina. Por último, creció el comercio exterior y el gobierno fomentó el turismo, y la balanza de pagos dejó de ser deficitaria debido al turismo. El crecimiento económico (1961-1973) cambió la naturaleza de la economía, que dependía de la expansión de la economía mundial; por este motivo, la crisis del petróleo en 1973 detuvo el crecimiento.
Las transformaciones sociales
La sociedad española de los años 40 y 50 era rural, y la despoblación provocó una ruralización del país. El hambre y la miseria afectaban a las clases bajas, pero también a las clases medias. Solo pudo mantenerse con un elevado estatus la élite franquista y grupos que se enriquecieron a costa de la corrupción y el mercado negro. Predominaban los valores tradicionales y la moral católica, además del mantenimiento del orden social. La mujer quedaba supeditada al marido, y tuvo un papel importante la intervención de la sección Femenina de Falange.
A partir de 1960, en la demografía se producen movimientos migratorios y la industrialización provoca el éxodo rural hacia las grandes ciudades y el crecimiento del negocio especulativo urbanístico. Además, se da una emigración hacia países europeos, sumado a un fenómeno conocido como Baby Boom, con un aumento de la natalidad y una mejora en la tasa de mortalidad gracias a la Ley de Bases de la Seguridad Social (1963), que mejoró las condiciones sanitarias. El mantenimiento de un gasto público es escaso en comparación con Europa, que era la base del masivo turismo de los años 60. Por otro lado, la fuerte emigración desde el campo provoca un descenso de la población rural, lo que mejora sus condiciones de vida y provoca una bajada significativa del desempleo.
Empieza la incorporación de la mujer al mercado de trabajo y se realiza una fuerte inversión en educación, sumándose también un cambio de mentalidad y de cultura a todo este proceso. La llegada del turismo europeo cambia el gusto de los españoles. Sin embargo, el crecimiento económico no estuvo acompañado de una mejor redistribución de la riqueza. A pesar de que las clases medias consumían más productos y pequeños lujos y comodidades, la aparición de RTVE también cambió las costumbres familiares y el comportamiento social. El símbolo de la época va a ser, sin duda, el Seat 600, que permite a la clase media acceder a un vehículo particular. En 1970, la sociedad de consumo cambió de mentalidad, se relajaron los hábitos católicos y se aceptaron nuevas modas, comenzando a desear un cambio de etapa cuando Franco muriese.