Autarquía y Estancamiento Económico. La Estabilización y el Crecimiento Económico
El aislamiento internacional y las destrucciones de la Guerra Civil han sido los principales argumentos con los que se ha justificado el enorme estancamiento económico que ha sufrido España en su primera fase del franquismo. Pero la verdadera causa de este caos económico se encuentra en la desacertada política intervencionista y de autarquía, la cual está inspirada en el fascismo italiano y que alejó a España de las ayudas concedidas por otros países europeos en el Plan Marshall.
En la agricultura, a través del SNT, se comenzó a requisar el trigo a precios de tasa y se controlaba toda su producción, comercialización y consumo. Esto pretendía garantizar el abastecimiento de pan a las ciudades a precios de tasa y tuvo un efecto negativo, ya que los labradores redujeron su producción y ocultaron gran parte de la misma (mercado negro). Así surgió el estraperlo.
Todo ello provocó una gran escasez de cereales, obligando a racionalizar el pan y a importar trigo de Argentina. El hambre y la indigencia se extendieron por toda España y se hizo famoso el desarrollo del Auxilio Social para paliarlas.
Las enormes ganancias del estraperlo permitieron efectuar un trasvase del capital desde el sector primario a la industria. Por otra parte, el intervencionismo estatal se hizo patente en la industria mediante la creación del INI. El Estado participaba directamente en el proceso de industrialización. La imposibilidad de importar productos de otros países limitó el crecimiento de la industria en esta década. En conclusión, se mantuvieron niveles de renta y de producción inferiores a la época de preguerra. A partir de 1950, se emprendieron las primeras medidas liberalizadoras y la situación económica empezó a mejorar: expansión industrial y créditos bancarios.
Era necesario romper con todos los vestigios de autarquía para integrar la economía española en el concierto económico internacional. Se produjo la llegada de ayuda americana en el contexto de los Acuerdos de Madrid (1953), a cambio de la instalación de bases norteamericanas en España. Se puso fin al racionamiento, se liberalizó el mercado interior y la industria sufrió un impulso. La autarquía cada vez se veía más insuficiente para sacar al país de la crisis.
La sucesiva entrada de los tecnócratas en el gobierno permitió seguir progresando. El equipo de políticos tecnócratas inició un conjunto de medidas económicas tendentes a restablecer el equilibrio.
Se promulgó una reforma tributaria que tenía el objetivo de aumentar la recaudación y reducir el déficit público. Se le llamaron medidas preestabilizadoras.
La clave de este cambio fue el Plan de Estabilización de 1959, que tenía como objetivo poner las bases de un desarrollo económico equilibrado a partir de la liberación de los intercambios en el exterior.
El éxito del Plan de Estabilización de 1959 permitió crear en España las bases de un importante crecimiento económico durante los años sesenta y parte de los setenta. El boom económico europeo de los años 60 sirvió de arrastre a la economía española, dinamizándola.
A partir de 1962, bajo la dirección de López Rodó, se pusieron en marcha los Planes de Desarrollo. Tenían un carácter indicativo y contemplaban la creación de Polos de Desarrollo en las regiones industrializadas. En 1970 se firmó el Acuerdo Preferencial con la CEE, el cual fue muy importante por las ventajas que trajo consigo. En cuanto a la agricultura, se introdujeron innovaciones técnicas que aumentaron la productividad y la producción. Así se produjo un éxodo rural. El desarrollo afectó principalmente a la industria, de tal manera que cambió el sino de exportación española: pasa de ser un país exportador de productos agrícolas a un exportador de productos industriales. El crecimiento fue descontrolado y se produjo un desequilibrio, al que se llamó desarrollismo. A esta etapa se le llamó Década Prodigiosa.
España se convierte en uno de los grandes destinos turísticos de Europa. Este “boom” turístico significó un importante aporte de divisas, así como la dinamización del sector servicios. La cuantiosa emigración española a otros países de Europa occidental supuso el envío de cuantiosas sumas de dinero que ayudaron a crear un mercado nacional. El capital extranjero realizó grandes inversiones en la Bolsa y la industria española, aprovechando la mano de obra barata. En conclusión, se produce una transformación del sistema económico español que pasa de ser una base agraria a otro más diversificado y se duplica el PNB.
El desarrollo económico dio lugar a cambios en la estructura de la sociedad:
- Importante aumento demográfico, con un incremento significativo de la población (mejoras sanitarias y alimentarias).
- El predominio de la ciudad y de las actividades terciarias, con la migración del campo a la ciudad (éxodo rural).
- La nueva estructura social española, que presenta un predominio de la clase obrera y se añade una nueva clase dominante, de funcionarios y ejecutivos.
- La mejora del nivel de vida, que influyó en la transformación de las costumbres y en la modificación de la vida cotidiana.
Todo esto no afectó a todos los grupos por igual. La juventud española participó plenamente en la rebeldía de la juventud europea y se expresó en el modo de vestir. Pero con el modernismo convivieron las costumbres tradicionales. No dejaron de existir las lacras sociales (enormes contrastes entre los barrios residenciales y los suburbios).
Los profundos cambios socioeconómicos operados en la sociedad española no fueron acompañados de las correspondientes transformaciones políticas. La estructura política autoritaria del régimen de Franco era incapaz de resolver la alta conflictividad de la sociedad. Surgió el sindicalismo (no oficial) y aumentaron las huelgas. El gesto más importante de la oposición política fue el llamado Contubernio de Múnich, que trajo consigo medidas para democratizar el país. El régimen franquista no adoptó medidas. Aprendió a convivir con los problemas. Cuando Franco murió, el régimen cayó.
En conclusión, a lo largo de la dictadura, la economía y la sociedad se van a ir transformando. En la economía se pasa de la autarquía hacia un cierto liberalismo que repercute en las transformaciones de la sociedad; esas transformaciones no se corresponden con las transformaciones políticas y, como consecuencia, se producirá la caída del régimen franquista.