La Enfermería en el Siglo XIX
Tras el esplendor previo, la enfermería del siglo XIX sufre el acoso realizado sobre las órdenes religiosas que la sustentaban. La desamortización de Mendizábal (Real Decreto que desamortiza los bienes de la Iglesia en 1836), la inestabilidad política y las guerras carlistas no permitieron un desarrollo de la asistencia en los hospitales civiles. Hasta los años 60 del siglo XIX no se encuentran datos de evolución en el campo enfermero. En el primer tercio del siglo XIX, los gobiernos liberales se plantean la supresión de los conventos y la desamortización de sus bienes. Con el gobierno de Mendizábal:
- Se promueve el Real Decreto de 25-7-1835 que suprime todos los conventos cuya comunidad no llegara a los doce religiosos profesos.
- Se establece el Real Decreto de marzo/1836 con el que se suprimen el total de las órdenes religiosas y monacales, excepto los siete conventos de los Hermanos de San Juan de Dios que en ese momento se hallaban abiertos. Aunque les prohíbe recibir novicios y el uso de hábitos religiosos, dejando extinguir la orden lentamente.
El nivel asistencial de la Orden de San Juan de Dios se muestra en la obra «Arte de enfermería», publicada en 1833 por José Bueno González. En ella se muestra cómo conocía perfectamente la naturaleza de la enfermería y que poseía la capacidad para desarrollarla en todos sus aspectos. Su principal objetivo era dar a la parte enfermera mayores conocimientos. Parte de dos premisas: el ejercicio de la parte enfermera debe constituir una ciencia particular y una mano diestra, benéfica y consoladora guiada por el norte seguro de la observación.
La gestión de los hospitales de las órdenes religiosas pasa a las Juntas Municipales de Beneficencia y la asistencia sufre un deterioro importante. En la segunda mitad del siglo XIX resurge la labor asistencial de las órdenes: Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl en los albergues, manicomios, epidemias y guerras; la Congregación de las Hermanas Carmelitas de la Caridad, con la prestación de servicios en hospitales durante la guerra; y la restauración de la Orden de San Juan de Dios en España.
Benito Menni y la Restauración de la Orden de San Juan de Dios
Benito Menni fue un Hermano de San Juan de Dios (Italia) encargado de restaurar la Orden en España. Inició la restauración fundando el primer hospital infantil para niños lisiados en Barcelona en 1867. Junto a un grupo de enfermeros formados por él, atendió a los heridos de la guerra carlista. En 1876 presentaron en Madrid la Asociación de Enfermeros Hermanos de la Caridad, dando servicio a hospitales y asilos en toda España. En 1880 pone en marcha los psiquiátricos en Ciempozuelos y un asilo para niños en Granada, realizando posteriormente los de Sevilla, Málaga, Valencia, dos psiquiátricos en Palencia, otro en Zaragoza, etc., restaurando la Orden en España. Funda también la Orden de las Hermanas Enfermeras en 1881, en Ciempozuelos, que dan lugar a las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús. Restauró la Orden en Portugal en 1893 y en México en 1901.
Contexto Legal e Histórico a Finales del Siglo XIX
El contexto legal e histórico a finales del siglo XIX era:
- Ley de Bases para la Instrucción Pública, conocida por la Ley de Moyano. Primera carrera de practicante, quedando pendiente su desarrollo.
- Real Orden del 26 de junio de 1861 que determina estudios prácticos que han de exigirse a aspirantes a practicante y que incluyen conocimientos sobre el arte de dentista y pedicura.
- Real Orden de 21 de noviembre de 1861 que aprueba el reglamento para la enseñanza de practicantes y matronas.
- Real Decreto de 16 de noviembre de 1888 que aprueba el reglamento para las carreras de practicante y matrona en el que se exceptúa la preparación para el arte de dentista.
Destacan figuras como Concepción Arenal, que apoyó la unión de los practicantes, matronas y enfermeras en una sola titulación y la importancia de crear escuelas de enfermería para su formación. También destaca Federico Rubio y Galí, que promueve la fundación en 1895 de la Escuela de Enfermeras de Santa Isabel de Hungría, considerada la primera iniciativa hacia la profesionalización de la enfermería.
La Enfermería en el Siglo XX
La Real Orden de 7-5-1915 establece el plan de estudios para la instrucción enfermera que da lugar al reconocimiento de la profesión enfermera. Esto es fruto de los esfuerzos de la congregación «Siervos de María». En las décadas siguientes se produce un gran desarrollo de la formación de enfermería, se elaboran manuales para la formación que amplían el catálogo de cuidados y técnicas que fomentan en 1925, y se crea la Escuela Nacional de Sanidad. Entre sus objetivos está el formar en España un «cuerpo de enfermeras sanitarias» que ejercieran como enfermeras visitadoras, incorporando a este colectivo a las tareas de salud pública, labor que iniciarán en el año 1933. También durante este periodo hay un fuerte impulso para que esta «enfermera social» abarque funciones de puericultura. En 1932 se crea la titulación de enfermero psiquiátrico, al que pueden acceder los practicantes mediante un año de prácticas y examen posterior.
La Enfermería durante la Guerra Civil
Durante la Guerra Civil:
- En el bando nacional: la labor de la Sección Femenina de la Falange en la formación de enfermeras se une al trabajo que realizaban las Damas Voluntarias de la Cruz Roja y las auxiliares militares, a las que se unieron las congregaciones religiosas de las Hijas de la Caridad, las Siervas de María y las Carmelitas de la Caridad.
- En el bando republicano: las iniciativas se encaminan a promover los servicios sanitarios, tomando las mujeres un importante papel en hospitales militares y de campaña en los distintos frentes. La necesidad de personal competente programa la instrucción de enfermeras de guerra.
Tras la guerra hay un reconocimiento de la labor de las enfermeras de distinto origen que trabajaron en la zona nacional. Durante los años cincuenta se promueve la Asociación Profesional de Enfermeras Españolas para ampliar el catálogo de funciones. Esto origina problemas con los practicantes y lleva a la unificación de las titulaciones de practicante, matrona y enfermera, que se realiza a partir del Decreto de 27 de junio de 1952 y su posterior desarrollo legislativo en años sucesivos, en los que pasan a denominarse Ayudantes Técnicos Sanitarios (ATS). El programa disponía que los conocimientos prácticos o teóricos predominasen sobre los teóricos para que los últimos no hicieran extralimitarse en sus funciones a estos profesionales.
«Debemos conseguir ATS poco sabios, pero hábiles y precisos en el ejercicio profesional». En 1955 se establece que la formación femenina se realice en escuelas específicas en régimen de internado, mientras que la formación masculina se realizaba en las universidades y con prácticas optativas.
La Enfermería en la Universidad
En el Real Decreto de 23 de julio de 1977 se integraron a la universidad las escuelas de ATS de nueva creación y pasan a llamarse Escuelas Universitarias de Enfermería. Las antiguas escuelas deberán adecuarse a la nueva normativa o extinguirse. La universidad no va a ser un lugar donde se dé a los individuos una formación para ejercer una profesión, sino para ejercer como persona capaz y, una vez conseguido, que ellos mismos se desarrollen como profesionales.
Deja a un lado la educación basada en la enseñanza práctica y solo centrada sobre el individuo enfermo. Enfoca el estudio sobre la persona de una forma integral, abarcando todas sus esferas individuales y formas posibles de estado individual respecto a la salud. Se va a centrar en el estudio del individuo sano, del enfermo, del que precisa rehabilitación y del que se espera la muerte, todo ello haciendo hincapié en los aspectos referentes de la denominada atención primaria (prevención de la enfermedad, fomento de la salud y mantenimiento de hábitos de vida sanos).