Evolución del Régimen Franquista: De la Neutralidad en la II Guerra Mundial a la Transición

Contexto Internacional y Neutralidad (1939-1945)

Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial, España, a pesar de estar ligada a las potencias del Eje, se declaró neutral en 1941 tras los éxitos de Hitler. En realidad, se trataba de una no beligerancia que favorecía al Eje. En política interior, la Falange tenía un papel hegemónico.

En octubre de 1943, cuando la guerra parecía volverse desfavorable para las potencias del Eje, España se declaró de nuevo neutral. Con la derrota de Alemania en 1945, el régimen franquista se distancia del falangismo, comienza a marginar a los fascistas de los puestos más relevantes y abandona los símbolos fascistas.

Aislamiento Internacional y Acercamiento a EEUU (1945-1953)

A pesar del cambio de rumbo, España entra en un periodo de aislamiento internacional. Las Naciones Unidas condenaron explícitamente al régimen de Franco y recomendaron la retirada de los embajadores de Madrid. España no fue admitida en la ONU, ni tampoco se incluyó en el Plan Marshall. También fue excluida de la OTAN.

A partir de 1947, iniciada la Guerra Fría, el papel de Franco como anticomunista convencido fue haciéndose más interesante para potencias como Estados Unidos y Gran Bretaña, y así, poco a poco, España fue saliendo del aislamiento.

En 1951, Franco comienza a dar más protagonismo a los católicos. En el gobierno entran personajes de gran importancia como Ruiz Jiménez o Carrero Blanco.

En 1953, Franco consigue el definitivo reconocimiento internacional al firmar acuerdos con Estados Unidos sobre aspectos económicos y defensivos. A cambio del apoyo americano, España les cedía bases militares en territorio español.

Ese mismo año se reforzaron las relaciones con la Iglesia Católica con la firma del Concordato con la Santa Sede.

Apertura Internacional y Conflictividad Social (1955-1969)

En 1955, España fue admitida en la ONU. A pesar de ello, la situación económica era difícil y, entre 1956 y 1958, se produjeron protestas obreras y los primeros movimientos de disidencia en la universidad.

Por otra parte, dentro del régimen eran cada vez más los que pedían un cambio en la política económica. En 1957, los católicos aumentaban su protagonismo y entraban en el gobierno los primeros ministros del Opus Dei.

Modernización y Transformación (1960-1969)

El régimen inició la década de los 60 con las mismas características que 20 años antes, pero la radical transformación de la sociedad y las exigencias internacionales obligaron a modernizar las instituciones.

  • El peso de los tecnócratas aumentó.
  • Se acometió el Plan de Estabilización y Desarrollo.
  • Se produjo una modernización (maquillaje) de la administración e instituciones.

En 1963 se creó el Tribunal de Orden Público. En 1966 se promovió la Ley de Prensa (Fraga) y en 1967 la Ley de Libertad Religiosa. En este mismo año se aprobó la última de las Leyes Fundamentales, la Ley Orgánica del Estado, que separó los cargos del Estado y de la Presidencia del Gobierno.

En 1969, Franco designó, de acuerdo con la Ley de Sucesión, a Juan Carlos de Borbón como sucesor en el título de Príncipe de España.

Ese mismo año estalló el escándalo del caso MATESA, lo que provocó la expulsión del gobierno de los sectores más tecnócratas. El vicepresidente Carrero Blanco defendió la necesidad de endurecer la política interna del régimen, modificando en sentido restrictivo la Ley de Prensa y aumentando la represión. El proyecto de Ley de Asociaciones Políticas quedó paralizado y los escasos derechos, limitados.

Crecimiento, Conflictividad y Crisis (1970-1975)

En la década de los 60, el crecimiento económico y el cambio social fueron muy significativos, pero también lo fue la creciente conflictividad social. La oposición, cada vez más vertebrada, erosionaría la dictadura (Comisiones Obreras, movimiento estudiantil y ciertos sectores de la Iglesia).

En 1973, Carrero Blanco fue nombrado presidente del gobierno, lo que permitiría la continuidad del régimen después de la muerte del dictador. Sin embargo, estos planes se vieron frustrados en diciembre de ese mismo año, cuando Carrero Blanco fue asesinado por ETA. A partir de este momento, la fractura entre inmovilistas y aperturistas se hizo más evidente. Los sectores más ultras formaron el llamado búnker.

En enero de 1974, se formó un nuevo gobierno presidido por Carlos Arias Navarro, que pretendía unir a inmovilistas y aperturistas. Su programa de gobierno quedó resumido en el llamado “espíritu del 12 de febrero”, fecha en la que se presentó un proyecto de apertura política. Los ultras forzaron al gobierno a prescindir de este programa.

Paralelamente a estos acontecimientos, tuvo lugar un espectacular crecimiento de la conflictividad social y de las protestas obreras y estudiantiles. La oposición reclamaba cada vez con más fuerza la democratización del país. También se produjo un aumento del terrorismo, protagonizado especialmente por GRAPO, FRAP y, sobre todo, por ETA.

La enfermedad de Franco se agravó a lo largo de 1974 y 1975, y el gobierno tuvo que hacer frente a un nuevo conflicto desestabilizador en el Sáhara.

Franco falleció el 20 de noviembre de 1975, dejando tras de sí un régimen anacrónico y en profunda crisis.

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