1.1: Sociedad y Economía en el Paleolítico y Neolítico. El Arte Rupestre
Los inicios de la historia de la Península Ibérica se remontan a la aparición de los primeros homínidos, cuyos restos más antiguos (800.000 años) se hallaron en el yacimiento de Atapuerca.
Durante el Paleolítico tuvo lugar el proceso de evolución del ser humano hasta su configuración actual, gracias a la sucesión de distintas especies de homínidos con diferentes rasgos físicos y cognitivos. Practicaban una economía depredadora (caza y recolección), se organizaban en pequeños grupos, eran nómadas y predominaban los útiles de piedra tallada. Distinguimos tres etapas en función de los tipos de humanos existentes y las técnicas que usaban:
- Paleolítico inferior (1,2 millones – 100.000 a.C.): Homo Antecessor y Homo Heidelbergensis (hallazgos en Atapuerca) y abundantes instrumentos de piedra (bifaces).
- Paleolítico medio (100.000 – 35.000 a.C.): Homo Neanderthalensis, de gran fortaleza física y capacidad craneal (yacimientos en Gibraltar).
- Paleolítico superior (35.000 – 8.000 a.C.): Homo Sapiens, con rasgos similares a los del ser humano actual, mejoró su tecnología gracias al uso de nuevos materiales (huesos, marfil…) y su organización social se hizo más compleja.
Aparecieron las primeras manifestaciones artísticas, principalmente en la cornisa cantábrica: las pinturas rupestres, caracterizadas por las figuras aisladas de animales, representadas con naturalismo; la técnica utilizada era la policromía.
En torno al año 6.000 a.C. empezó una etapa conocida como Neolítico, debido a un cambio socioeconómico. Está caracterizada por la sedentarización, la producción del propio alimento, el comienzo del trabajo de la cerámica, la domesticación de animales, etc.
La pintura de esta etapa es conocida como rupestre levantina: representaban figuras humanas enfrentándose con armamento, actividades económicas (recolección) con un sentido narrativo. Las figuras eran muy esquemáticas y monocromas.
1.2: Los Pueblos Prerromanos. Las Colonizaciones Históricas: Fenicios y Griegos. Tartesos
Se conoce como pueblos prerromanos al conjunto de poblaciones que habitaban en la Península Ibérica antes de la llegada de los romanos. En el sur y este de la Península, estaba la cultura ibérica, más avanzada, debido al alfabeto, el desarrollo del urbanismo, la acuñación de monedas, etc. En el norte y oeste, estaba la cultura céltica, la cual dominaba la metalurgia del hierro, eran ganaderos, vivían en castros y no se dejaron conquistar fácilmente por los romanos.
Por otro lado, desde principios del primer milenio a.C., diversas potencias colonizadoras procedentes del Mediterráneo oriental y central llegaron a la Península:
- Los fenicios fundaron la colonia de Gadir (Cádiz), Malaca (Málaga), etc. Introdujeron el torno alfarero, la moneda, el uso del hierro, la industria del salazón y la escritura alfabética.
- Los griegos fundaron las colonias de Rosas y Ampurias, distribuyendo desde estas zonas la cerámica de Atenas a cambio de sal y esparto. También introdujeron el cultivo de la vid, el olivo y las primeras monedas acuñadas de la Península.
En el sureste de la Península, estaba la cultura de los Tartesos. Esta era muy rica en minas (plata y cobre) y tenía una relación comercial con los fenicios, aparte del control de las rutas comerciales que conducían estaño. Era una sociedad bien organizada y jerarquizada (rey Argantonio). El yacimiento más importante se encuentra en Cancho Roano (Badajoz), y uno de los tesoros más importantes es el de Carambolo (Sevilla).
1.3: Conquista y Romanización de la Península Ibérica. Principales Aportaciones Romanas en los Ámbitos Social, Económico y Cultural
La conquista de la Península Ibérica por los ejércitos de Roma se inició con la Segunda Guerra Púnica (218-197 a.C.), con la conquista del este y sur peninsular. En una segunda etapa (154-133 a.C.) se conquistó el centro y el oeste peninsular, y finalizó con las guerras cántabro-astures, dirigidas por el emperador Augusto en el año 19 a.C.
La larga presencia romana en Hispania hizo que los pueblos autóctonos de la Península adoptaran gran parte de la cultura romana, denominándose este proceso de asimilación cultural romanización.
Tras la conquista, hubo en la Península transformaciones de carácter muy variado y trascendentales en nuestra historia:
- La Península pasó a integrarse en una economía de carácter global dependiente de los intereses de Roma, implantando también un sistema esclavista.
- Las ciudades y la articulación del territorio facilitaron el orden para su fácil control y explotación.
- La construcción de una red de calzadas permitía el rápido desplazamiento, por las seis provincias de la Península y el exterior, de personas, mercancías e información.
- El patrimonio artístico fue otro legado de Roma, dejando constancia en el urbanismo de las ciudades, edificios, obras de ingeniería, etc.
- Hubo también una cristianización del territorio en el siglo IV d.C., por medio del Edicto de Milán (313), promulgado por Constantino, y por el Edicto de Teodosio.
- Se implantó el latín como lengua oficial.
- El derecho romano fue la base de las relaciones de tipo público y privado.
1.4: El Reino Visigodo: Origen y Organización Política. Los Concilios
En el siglo III se produjo una grave crisis en el Imperio Romano por: escasez de mano de obra esclava, las incursiones de pueblos bárbaros que cortaron relaciones comerciales, inestabilidad del poder imperial y un ejército incapaz de contener a los bárbaros.
Roma firmó un pacto (416) con los visigodos para que penetraran en Hispania y expulsaran a los vándalos, alanos y suevos. Como recompensa, los visigodos establecieron un reino con capital en Toulouse (sur de la Galia). Sin embargo, otro pueblo germánico, los francos, pugnaron por el territorio de la antigua Galia y finalmente expulsaron a los visigodos tras derrotarlos en la batalla de Vouillé, en el año 507. Estos se retiraron a sus territorios de la Península Ibérica, estableciendo como nueva capital la ciudad de Toledo.
Su monarquía era electiva, y había tres instituciones:
- El Aula Regia: asamblea de carácter consultivo, integrada por nobles.
- El Officium Palatium: núcleo principal del Aula Regia integrado por nobles de confianza del rey.
- Los Concilios: al frente de la administración central. Asambleas de carácter religioso donde participaban las jerarquías eclesiásticas. A partir del III Concilio de Toledo comenzaron a tener mayor importancia.
La unificación social se llevó a cabo en el Liber Iudiciorum (654). En cuanto a la territorial, había a la cabeza de cada provincia un Duque (dux) con funciones civiles y militares, y los Condes fueron los gobernadores de las grandes ciudades y sus comarcas.
2.1: Al-Ándalus: La Conquista Musulmana de la Península Ibérica. Emirato y Califato de Córdoba
La conquista musulmana de la Península Ibérica comenzó en el 711, debido a la crisis que padecía el reino visigodo por los problemas sucesorios de la monarquía y por el ímpetu expansivo del Islam.
Un ejército bereber dirigido por Tariq llegó a la Península en el 711, derrotando en este mismo año a Don Rodrigo en la batalla de Guadalete. Más tarde llegaron refuerzos de guerreros árabes dirigidos por Muza (gobernador árabe del norte de África). La conquista fue relativamente rápida (711-716) debido al empobrecimiento de la hacienda real, la pérdida de poder del rey, la destrucción de ciudades que se oponían a la conquista y la grave crisis demográfica. El proceso de expansión finalizó tras las derrotas de Covadonga (722), en la que el naciente reino cristiano de Asturias garantizó su independencia, y la batalla de Poitiers (732), que acabó con los intentos de expansión al otro lado de los Pirineos.
En una primera etapa (714-756), Al-Ándalus fue un emirato dependiente de Damasco, con capital en Córdoba. Hubo constantes enfrentamientos entre la élite árabe y los bereberes que exigían un trato mejor. Tras una sublevación en el 750, un superviviente de la familia Omeya, Abd-al-Rahmán, se proclamó emir independiente (756) con el apoyo de seguidores, su ejército y una organización centralizada.
Continuación pendiente
2.2: Al-Ándalus: Reinos de Taifas. Reino Nazarí
Desde principios del siglo XI, en 1002, tras la muerte de Almanzor, se evidenciaba una progresiva debilidad del califato, originando pequeños Estados. En 1031, comenzaron a establecerse reinos de Taifas (estructuras políticas independientes). Las primeras taifas, en el siglo XI, se clasificaban en función de la composición étnica y cultural (árabes, bereberes y eslavas). Estos pequeños reinos tenían inestabilidad política y, dada su inferioridad militar frente a los cristianos, tuvieron que pagar tributos para garantizar su supervivencia, denominados parias.
Para contener el avance cristiano, pidieron ayuda a los almorávides, los que vencieron a Alfonso VI reunificando de alguna manera Al-Ándalus. Posteriormente, la descomposición del poderío almorávide originó una nueva fragmentación política: los segundos reinos de Taifas (siglo XII) con la llegada de los almohades, pero tampoco consiguieron frenar el avance cristiano. Su debilitamiento tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212) frente a los cristianos, supuso el surgimiento de los terceros reinos de Taifas (siglo XIII) sometidos, al final, por los reinos cristianos. A excepción de Granada, donde se consolidó el reino nazarí, el cual mantuvo la independencia gracias a su hábil gestión diplomática con los reinos cristianos y la llegada masiva de andalusíes de otros reinos, incrementando su potencialidad económica. Finalmente, el espíritu de cruzada y la política de unificación territorial de los Reyes Católicos iniciaron una guerra de conquista (1482-1492) que, aprovechando las divisiones internas dentro del reino nazarí, concluyó con la incorporación definitiva del reino de Granada a la Corona de Castilla.
2.3: Al-Ándalus: Economía, Sociedad y Cultura
La sociedad andalusí tuvo unos rasgos predominantemente urbanos y mercantiles, llegando a alcanzar un gran desarrollo en economía y comercio, gracias a su red de comunicaciones y a su sistema monetario. La artesanía textil también fue importante, así como el trabajo del cuero, papel, orfebrería, etc. La agricultura estaba muy desarrollada: trilogía mediterránea y la utilización del regadío. En cuanto a la ganadería, los musulmanes impulsaron la cría de ganado ovino, caprino, bovino y caballar, y también la apicultura y la cría de gusanos de seda.
En cuanto a la sociedad, el grupo dominante era la minoría árabe. Les seguían sucesivamente grupos de creencias musulmanas como: los bereberes, los muladíes y los esclavos. Por otro lado, estaban los mozárabes y los judíos, pertenecientes a otra religión, pero tolerados.
La vida intelectual y artística tuvo un gran auge en esta etapa, adquiriendo una originalidad importante en el periodo de las taifas, y ejerció una gran influencia en los reinos cristianos en numerosos campos. En literatura, Ibn Hazm: “El collar de la paloma”. En poesía destacan la moaxaja y el zéjel. En filosofía, Maimónides (judío), Averroes trató de conciliar la filosofía con el Islam. En matemáticas, se introdujo el uso del cero, el álgebra, etc.
Córdoba se convirtió en uno de los mayores centros culturales de Europa, destacando la mezquita y el palacio de Medina-Azahara. La arquitectura se caracterizaba por el uso de materiales pobres, pero ricamente decorados con motivos vegetales, geométricos y caligráficos. Destacan la Torre del Oro y la Giralda de Sevilla, y la Alhambra de Granada.
2.5: Los Reinos Cristianos en la Edad Media: Organización Política, Régimen Señorial y Sociedad Estamental
La organización política constituyó un largo y conflictivo proceso de estructuración territorial y mecanismos de poder, provocando una serie de disputas internobiliarias y luchas sociales entre vasallos y señores.
En esta época el monarca tenía un poder limitado. Hasta que estos llevaron a cabo la unificación de las leyes de sus reinos (siglos XI-XIII), lo que les otorgaba más privilegios. Para afrontar las necesidades económicas y otros muchos aspectos, los monarcas ampliaron su corte o curia regia, naciendo así las Cortes (asambleas generales convocadas por el rey, formada por los tres estamentos: clero, nobleza y tercer estado). Su convocatoria era irregular, ya que dependía de las necesidades del rey. Las primeras que se celebraron fueron las de León, en 1188.
En este periodo la sociedad de los reinos cristianos estaba ruralizada y atrasada, convirtiéndose posteriormente en señorial, por lo que la mayor parte de la población campesina y urbana acabó dependiendo económica y materialmente de los señores laicos y eclesiásticos, aparte también de forma personal y legal. La economía era de subsistencia, basándose el comercio en el trueque y pagos en especie. Durante los siglos XI y XII aparecieron en las ciudades un nuevo grupo social, la burguesía, formada por comerciantes y artesanos.
Esta sociedad se dividía en tres estamentos:
- Dos de ellos privilegiados, los cuales no pagaban impuestos:
- Nobleza: grupo de familias que participó en la Reconquista acaparando enormes posesiones territoriales y gran poder político.
- Clero: a cambio de justificar la conquista y la repoblación ideológicamente, recibió un gran patrimonio y la cercanía al poder político.
- El no privilegiado, que sí pagaba impuestos, formado por: campesinos, pequeños y medianos propietarios y los siervos.
Existían también minorías étnicas, diferenciadas por la religión: judíos y mudéjares.
2.6: Organización Política de la Corona de Castilla, de la Corona de Aragón y del Reino de Navarra al Final de la Edad Media
Los reinos peninsulares presentan a finales de la Edad Media una estructura política muy similar basada en tres instituciones: la monarquía, las Cortes y los municipios, aunque cada reino posee sus propias características. La lucha por el poder político en esta época acabó generando dos modelos de monarquía en la Península: autoritario y pactista.
En la Corona de Castilla el poder monárquico se fortaleció y centralizó debido a las siguientes medidas en distintos ámbitos:
- Estatal: el rey se sirve de una administración central formada por la curia regia, audiencia o chancillería real y la real hacienda.
- Territorial: división en 7 provincias (merindades y adelantamientos).
- Local: intervencionismo de la monarquía en los concejos, a través de regidores, alcaldes, etc.
En la Corona de Aragón existían diferentes cortes en cada uno de los reinos que la formaban, debiendo respetar el rey las opiniones, fueros y privilegios, comprometiéndose a colaborar con pactos de gobierno, siendo un modelo pactista. En la administración central, destacan el consejo real, las cortes, la hacienda, la audiencia y la corte. En la administración local, los concejos empezaron a ser controlados por las oligarquías ciudadanas.
En Navarra, las instituciones representativas eran: el rey, las cortes, el consejo real, la corte mayor y la cámara de cómputos. Tras su incorporación a Castilla conservó su condición de reino y sus instituciones privativas.
3.1: Los Reyes Católicos: Unión Dinástica e Instituciones de Gobierno
Tras morir Enrique IV estalló la guerra civil en Castilla, entre la hermana, Isabel de Castilla, que contaba con el apoyo de Aragón, y la presunta hija, Juana»la Beltranej», apoyada por Portugal. Se enfrentaron en un conflicto que culminó con la batalla de Toro en 1476 y la paz de Alcaçovas con Portugal en 1479. Isabel I era reconocida como reina de Castilla. Ese mismo año de 1479, Fernando I era coronado rey de Aragón.
La unión dinástica se produjo con el matrimonio de ambos reyes en 1469, pero no significó la unión del Estado (leyes, instituciones, lengua y monedas comunes), sino que, por el contrario, ambos reinos permanecieron diferenciados e incluso enfrentados. Sin embargo, decidieron gobernar conjuntamente en todos sus territorios tal como habían establecido en la Concordia de Segovia (1475).
Los Reyes Católicos establecieron las bases de la Monarquía Hispánica mediante el refuerzo de la institución monárquica con instrumentos de control necesarios (Santa Hermandad, Tribunal de la Inquisición, etc.). Las instituciones de gobierno fueron:
- Los Consejos (Castilla, Estado, Aragón, Indias…).
- Cortes de Castilla, convirtiéndose en asambleas dóciles.
- Reorganización de la Hacienda Real, revisando las mercedes (concesiones a los nobles), lo que hizo que se recuperaran más de la mitad de sus rentas.
- Organización territorial de justicia con el establecimiento de Audiencias y Chancillerías, estando por encima el Consejo de Castilla.
- En la Corona de Aragón, debido al pactismo, apareció la figura del virrey.
3.2: El Significado de 1492. La Guerra de Granada y el Descubrimiento de América
Las políticas y reformas de los Reyes Católicos les hicieron alcanzar parte de sus objetivos en 1492, fecha de gran relevancia para la monarquía hispánica, pero también para la historia de la humanidad.
A finales del siglo XV, la presencia musulmana se limitaba al reino nazarí de Granada, en el cual había sucesorias disputas, lo que aprovecharon los Reyes Católicos para comenzar la reconquista, dividida en tres fases:
- Conquista y defensa de Alhama a través de una expedición llevada a cabo por Ponce de León, viéndose esta beneficiada por la guerra civil entre los pretendientes al trono nazarí.
- La toma de Málaga, que tras ser asediada, fue ocupada y la población musulmana quedó sometida a la esclavitud.
- Por último, la rendición de Granada, con la firma de unas capitulaciones con Boabdil (enero de 1492), por las que se respetaban sus costumbres, derechos y religión. Pasó el reino nazarí a ser parte de Castilla.
La tolerancia duró relativamente poco, y en 1499 el cardenal Cisneros obligó a los musulmanes a convertirse al cristianismo, pasando a ser moriscos, o bien, elegir el exilio.
El descubrimiento de América fue posible gracias a la firma de las Capitulaciones de Santa Fe (abril, 1492) por los Reyes Católicos, tras la propuesta de Cristóbal Colón de llegar a las Indias por una nueva ruta a través del océano Atlántico. El primer viaje partió de Huelva y, llegando tres meses después a la isla que llamó San Salvador; el segundo viaje se basó en la exploración de la Antillas Menores; y los siguientes viajes consistieron también en numerosas expediciones por la costa de América Central. Finalmente, Américo Vespucio, tras la muerte de Colón, afirmó que se trataba de un nuevo continente.
3.3: El Imperio de los Austrias: España bajo Carlos I. Política Interior y Conflictos Europeos
Carlos I recibió:
- Por parte materna, las coronas de Castilla y Aragón.
- Por parte paterna, la herencia borgoñona y los territorios de los Habsburgo, y la posibilidad de ser emperador del Sacro Imperio.
La llegada de Carlos I a España causó una mala impresión, especialmente en Castilla, ya que no sabía castellano y venía acompañado de numerosos consejeros extranjeros que obtuvieron cargos importantes en Castilla. El malestar ya se hizo sentir en las Cortes de Valladolid (1518) cuando pidió dinero para financiar el viaje de su coronación como emperador a Alemania. Esto provocó la Rebelión de las Comunidades (1519-1521), por la cual los comuneros se negaron a pagar más impuestos, y le impusieron al rey condiciones como: prescindir de los consejeros extranjeros y acatar la voluntad del reino. Fueron derrotados en Villalar (1521), y sus líderes Bravo, Padilla y Maldonado, ejecutados. A su vez, estalló otra en el reino de Valencia conocida como las Germanías, entre la burguesía y la nobleza por el control de las ciudades. También fue una pugna entre campesinos y señores en el mundo rural. Los sublevados fueron derrotados por los nobles con el apoyo de tropas castellanas. A pesar de que en ambas la monarquía salió vencedora, Carlos I decidió gobernar con el apoyo de gobernadores castellanos.
En 1520 fue nombrado emperador, y a partir de ahí tuvo problemas con:
- Francia: tras ser derrotado su rey en la batalla de Pavía (1525).
- Los turcos: porque les veía como una amenaza para las posesiones del imperio y sus rutas comerciales.
- Alemania: debido a diferencias religiosas, los alemanes fundaron la Liga de Smalkalda. El conflicto culminó con la Paz de Augsburgo (1555) concediéndole libertad religiosa a los principales alemanes.
3.4: La Monarquía Hispánica de Felipe II. Gobierno y Administración. Los Problemas Internos. Guerras y Sublevación en Europa
Felipe II comenzó su reinado en 1556. Sus objetivos fueron la defensa del catolicismo y el mantenimiento de la hegemonía dinástica en Europa. Para gobernar su enorme imperio, con capital en Madrid, contó con una compleja administración con nuevas instituciones:
- Un sistema de consejos (territoriales y temáticos) y secretarios.
- Un consejo de Estado formado por virreyes que gobernaban en Milán y en los Países Bajos.
- Un poderoso ejército.
Las Cortes fueron disminuyendo en importancia, siendo las Chancillerías y Audiencias las encargadas de administrar la justicia.
En cuanto a los problemas internos, tuvo que hacer frente a:
- La sublevación de los moriscos de las Alpujarras (1568).
- Las alteraciones de Aragón por el enfrentamiento del rey y la Justicia Mayor.
- El problema de Antonio Pérez y la primera bancarrota.
Nuevos problemas amenazaban a la monarquía como:
- La guerra con Francia: victoria de San Quintín (1557).
- El enfrentamiento contra los turcos: Lepanto (1571).
- La rebelión de Flandes.
- Las relaciones con Inglaterra (Isabel I, Armada Invencible, 1588).
- La guerra contra los Países Bajos, al rechazar el poder real.
- La unión con Portugal: en 1581 Felipe II, tras ganarse a la clase dirigente portuguesa prometiendo la autonomía del reino y que la gestión de los asuntos portugueses la hicieran ellos mismos, consiguió que le reconocieran como rey de Portugal tras las Cortes de Tomar.
3.5: Exploración y Colonización de América. Consecuencias de los Descubrimientos en España, Europa y América
El proceso de exploración y conquista se va a llevar a cabo mediante las capitulaciones. Entre 1499 y 1519 tiene lugar la etapa antillana y del 1519 al 1550 la continental. En esta se realizaron muchas expediciones de las que destacamos:
- La primera vuelta al mundo llevada a cabo por Fernando de Magallanes y finalizada por Elcano (1519-1522).
- La conquista del Imperio Azteca, por Hernán Cortés. Se enfrentó a Moctezuma II, quien gobernaba el imperio y en 1521 Cortés consiguió el dominio del territorio al que llamó Nueva España.
- En 1531, la conquista del Imperio Inca por Pizarro. El enfrentamiento entre Atahualpa y Huáscar favoreció la conquista española. Pizarro capturó a Atahualpa, lo que supuso el derrumbe del Imperio.
Fue un proceso de conquista rápido cuyo objetivo fundamental era la explotación de recursos agrarios (encomienda) y la introducción de la mita (sistema de trabajo forzoso que practicaban los incas). Tras esto se produjo la hecatombe demográfica. En 1542, Carlos V promulgó las Leyes Nuevas que intentaron mejorar las condiciones de vida y prohibían las encomiendas.
Desde el punto de vista político algunas de las consecuencias fueron:
- La transformación de España en un gran Imperio.
- La belicosidad se extendió por el continente.
En economía, se produjo un auge importante en todos los sectores y la llegada de nuevos productos agrarios (maíz, patata) y animales domesticados (pavo) permitió el acceso a nuevas especies. Una de las consecuencias más evidentes fue la Revolución de los Precios (alza de precios continua debida a la llegada de metales).
Desde el punto de vista social, la demografía americana se vio sacudida por la llegada de europeos, nace el proceso de mestizaje y fruto de este nace una sociedad jerarquizada. La esclavitud es también una de las consecuencias más evidentes del proceso.
Por último, en cuanto a la cultura, nacen nuevos conocimientos que van a renovar muchas ciencias.
3.6: Los Austrias en el Siglo XVII: El Gobierno de los Validos. La Crisis de 1640
Los Austrias menores entregaron el poder de gobernar a ministros omnipotentes en los que confiaban, se denominaban validos. Esta forma de gobierno fue criticada por la nobleza, los letrados y las clases populares.
- Felipe III (1598-1621): nombró al duque de Lerma, el cual tras la expulsión de los moriscos en 1609, fue sustituido por el duque de Uceda.
- Felipe IV (1621-1665): su valido el Conde-Duque de Olivares ejerció una política centralista, absolutista y belicista. Planteó una reforma financiera y la Unión de Armas (ejército de 140.000 hombres, reclutado y mantenido por todos los reinos). Fracasó originando enfrentamientos y graves revueltas internas.
- La dinastía concluyó con el incapacitado Carlos II (1665-1700) al morir sin descendencia. Su reinado significó el punto álgido de la decadencia del imperio. Tuvo varios validos: el padre Nithard, Valenzuela y Juan José de Austria.
En cuanto a la crisis de 1640, podemos decir que fue provocada por la política reformista de Olivares, lo que chocó con la crisis económica y social, y la resistencia de los distintos fueros y privilegios. En Cataluña estas exigencias, junto con daños comerciales y el comportamiento de las tropas castellanas, estallaron en el llamado “Corpus de Sangre” (12 de junio de 1640).
En diciembre de 1640 estalló el levantamiento en Portugal contra la Unión de Armas y la presencia de castellanos en el gobierno del reino. Finalmente, Portugal logró independizarse en 1668.
Tuvieron lugar otras rebeliones en: Andalucía (1641), Nápoles (1647) y Sicilia (1648). Olivares se retiró del gobierno en 1643, quedando la monarquía sumida en una grave crisis.
3.7: La Guerra de los Treinta Años y la Pérdida de la Hegemonía Española en Europa
Como consecuencia de la política exterior de Felipe IV y Olivares, España se involucró en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), caracterizada por:
- La rivalidad religiosa en Alemania.
- Las pretensiones de la Casa de Austria por restaurar la autoridad imperial.
- La política exterior francesa dirigida a acabar con la hegemonía de los Austrias.
Con la entrada de Francia en la guerra, España tuvo que hacer un sobreesfuerzo por mantener sus posesiones europeas. La batalla de las Dunas (1639) contra los holandeses, y la batalla de Rocroi (1643) contra los franceses, marcaron el final de la guerra. Las potencias europeas firmaron la Paz de Westfalia (1648), y los Habsburgo reconocieron su derrota. Pero el conflicto con Francia no culminó hasta la firma del Tratado de los Pirineos (1659) en el que se establecía la entrega a Francia de territorio, además del acuerdo matrimonial entre Luis XIV de Francia y María Teresa de Austria, facilitando la entrada de los Borbones al trono español.
A esto se le sumó la acción de holandeses e ingleses en las colonias, obligando a invertir recursos en defensa y buques para América. La guerra con Portugal y su independencia en 1668, la sublevación en Cataluña. El acoso de Francia hacia España persistió con la conquista de Luis XIV de gran parte del Flandes español y el Franco Condado. Todo esto originó escasez de recursos financieros y pérdida de efectivos militares.
La impotencia de España para afrontar esta situación, más la ausencia de sucesor al trono, provocaron la Guerra de Sucesión española, acabando esta con la dinastía de los Habsburgo y con el Imperio español en Europa. Lo que supuso la llegada de una nueva dinastía, los Borbones.
3.8: Principales Factores de la Crisis Demográfica y Económica del Siglo XVII y sus Consecuencias
Durante el siglo XVII hubo una gran crisis demográfica, económica y social que originó una gran inestabilidad política. Las numerosas campañas militares de los últimos Austrias, así como la propagación de la peste, tuvieron como consecuencias: pérdida de población por hambrunas debido a las malas cosechas, epidemias, numerosas guerras, la emigración a América y la expulsión de los moriscos.
En cuanto a la economía, hubo una severa crisis que afectó a la agricultura, de tal forma que esta disminuyó por la escasez de mano de obra, arruinando así a los campesinos. Se vendieron las tierras a particulares, lo que aumentó los latifundios. También se vio afectada la gan
adería por la disminución de las exportaciones a causa de la guerra. Por otro lado, la industria y el comercio también se vieron afectados ya que se exportaban materia primas y se importaba manufacturas. El saldo de la balanza comercial era negativo y había una constate salida de oro y plata al exterior. Existía una crisis en la metalurgia vasca y en el comercio con América que decayó en 1639 y 1660, favoreciendo esto a los comerciantes extranjeros que querían introducir nuevos productos en la Península, para que fueran enviados a América. Todo esto conllevó a una fuerte presión fiscal y la bancarrota estatal.