Evolución Política, Económica y Social del Régimen de Franco (1939-1975)

El Régimen de Franco: Evolución Política, Económica y Social (1939-1975)

I. La Situación Política y Económica de los Años Cincuenta

El final del aislamiento internacional y la progresiva incorporación de España a los diversos organismos internacionales obligaron a una tímida apertura del régimen hacia posiciones políticas e ideológicas que hicieran desaparecer todo vestigio de totalitarismo y falangismo. Este proceso, iniciado tras la Segunda Guerra Mundial, demostró ser insuficiente al final de la década. Desde el punto de vista económico, empezó a hacerse evidente el estrangulamiento económico y el fracaso de la vía autárquica.

1.1. El Fracaso de la Autarquía

Desde principios de los años cincuenta, la autarquía económica se hizo cada vez más insostenible, manifestando graves síntomas de descomposición. La supresión del racionamiento y el decreto de libertad de precios, comercio y circulación de productos alimenticios supusieron una cierta normalización de la vida cotidiana. Sin embargo, la política económica basada en la autarquía dejó tras de sí un panorama desolador:

  • Desigualdad en la distribución de la renta.
  • Reducción del salario real.
  • Fracaso del objetivo de autosuficiencia.
  • Torpe política monetaria.

1.2. El Comienzo de la «Era Tecnócrata»

La angustiosa situación económica, que no se logró salvar con las ayudas económicas norteamericanas a partir de 1953, generó una sucesión de huelgas y movimientos de protesta generalizados en todo el país, culminando en la crisis de 1956 con la gran protesta estudiantil.

En el nuevo gobierno aparecieron por primera vez los llamados tecnócratas, vinculados al Opus Dei. Entre sus principales representantes destacaron Navarro Rubio y Alberto Ullastres. Se promulgaron leyes que regulaban la actuación del poder político, como la Ley de Régimen Jurídico de la Administración Civil del Estado y la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958).

La principal tarea del nuevo gobierno fue la reorientación de la política económica. Incluso organismos económicos internacionales como la OECE y el FMI promovieron la necesidad de una nueva dirección para la economía española.

1.3. El Plan de Estabilización

El Plan de Estabilización de 1959 perseguía dos objetivos: establecer las bases de un desarrollo económico equilibrado y buscar una mejor integración de la economía española con los países del mundo occidental. Las medidas fiscales y monetarias debían lograr el equilibrio interior, frenando la demanda, estabilizando los precios y reduciendo las importaciones. La liberalización del comercio exterior y la disminución del control estatal sobre éste facilitarían la integración de la economía española.

El Plan de Estabilización sentó las bases para el crecimiento de la economía española en los años sesenta, siendo considerada la operación económica de mayor alcance realizada durante el franquismo.

II. El Desarrollo Económico de los Años Sesenta

2.1. Los Planes de Desarrollo

Superada la recesión del Plan de Estabilización, el franquismo inauguró la etapa del desarrollismo, con la subida de la renta per cápita como objetivo nacional. En 1962 se creó la Comisaría del Plan de Desarrollo, dirigida por López Rodó, miembro del Opus Dei. Siguiendo el modelo francés de planificación indicativa, se pretendía programar el crecimiento de la economía e impulsar el desarrollo de determinadas zonas geográficas a través de los Polos de Desarrollo y polígonos industriales.

2.2. El Crecimiento Industrial

El sector industrial fue el principal foco de atención de las autoridades. España tuvo durante los años sesenta una de las tasas de crecimiento más altas del mundo, con la producción industrial creciendo a un ritmo aún mayor: entre 1960 y 1973 lo hizo con una tasa anual del 10%. Esto potenció una expansión sin precedentes de la industria y los servicios.

Como contrapartida, la agricultura disminuyó drásticamente. El aumento de las importaciones de tecnología hizo posible mejorar la productividad de la industria española. Destacó el sector del automóvil, cuyo consumo aumentó progresivamente al socaire de la mejora del poder adquisitivo. A principios de los setenta, España se convirtió en la décima potencia industrial del mundo.

2.3. El Comercio Exterior

El sector exterior experimentó un enorme crecimiento gracias a la liberalización, aunque se mantuvo cierto proteccionismo. Las exportaciones siguieron un ritmo de crecimiento paralelo pero inferior, manteniendo el déficit crónico de la balanza comercial. A pesar de ello, la balanza de pagos fue normalmente positiva gracias al turismo, las remesas de emigrantes y las inversiones extranjeras.

2.4. Balance sobre la Planificación Desarrollista

El crecimiento económico de la etapa de los Planes de Desarrollo escondía importantes carencias y fracasos. Los porcentajes de cumplimiento de las previsiones estuvieron entre el 50% y el 70%. En el apartado industrial, se logró una gran expansión de la pequeña y mediana industria, pero con un alto índice de dependencia del exterior. Se mantuvieron las desigualdades regionales, concentrándose el crecimiento en zonas como el País Vasco, Madrid, Cataluña, Baleares y Canarias. La planificación no fue la única causa del dinamismo económico de los sesenta.

III. La Apertura Política de los Sesenta

3.1. El Pragmatismo Político de la Tecnocracia

El alejamiento de la guerra, la liberalización económica y los cambios sociales impusieron un nuevo cambio de imagen del régimen. La tecnocracia, que daba mayor importancia al progreso económico que al mantenimiento de principios políticos, fue el medio elegido. Se introdujeron cambios en la estructura de poder del franquismo antes de su institucionalización, como la creación en 1962 de la figura de Vicepresidente del Gobierno, cargo que ocupó Carrero Blanco.

3.2. La Institucionalización del Régimen

El gobierno de 1965 llevó a cabo la institucionalización del régimen:

  • Ley de Prensa (1966): Desapareció la censura previa, pero el Estado se reservaba el control de la prensa.
  • Ley Orgánica del Estado (1967): Pretendió ser una culminación de las Leyes Fundamentales anteriores, introduciendo novedades como la separación entre Jefe del Estado y Presidente del Gobierno.
  • Ley de Sucesión (1969): Establecía que el Estado español quedaba constituido en Reino y preveía un sucesor a título de Rey designado por Franco.

IV. El Ocaso del Régimen

La escalada de huelgas y conflictos manifestó la progresiva inestabilidad del régimen, acentuada por el declive físico de Franco. Tras el nombramiento de Juan Carlos como sucesor, el régimen se debatió entre el aperturismo y el inmovilismo. El asesinato de Carrero Blanco en 1973 marcó un punto de inflexión. Le sucedió Carlos Arias Navarro, endureciendo las medidas y enfrentándose a la Iglesia en el caso Añoveros.

El gobierno de Arias (1974-1975) prometió aperturismo, pero la represión continuó. El atentado de ETA en la calle Correo (1974) y la ejecución de terroristas del FRAP y ETA en 1975, que provocaron la retirada de embajadores de trece países, aislaron a España internacionalmente. La Marcha Verde (1975) aprovechó la debilidad del régimen para forzar la cesión del Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania. A su muerte en 1975, Franco dejaba un país industrializado pero con las mismas limitaciones políticas y en los inicios de una grave crisis económica.

V. Los Grandes Cambios en la Sociedad Española

5.1. El Comienzo de la Sociedad de Consumo

La modernización y el desarrollo económico trajeron consigo profundas transformaciones sociales, especialmente en el consumo. Entre 1966 y 1974 se produjo un gran incremento en la producción de bienes de consumo.

5.2. Cambios en la Estructura Social

El desarrollo hizo disminuir el peso del mundo agrario y aumentó el del proletariado industrial. La población activa se acercó a los niveles europeos. Emergió una nueva y numerosa clase media, formada por funcionarios, técnicos y profesionales liberales.

5.3. Los Nuevos Hábitos Socioculturales

Las nuevas oportunidades sociales de progreso cambiaron el comportamiento social y las pautas culturales. La apertura propició un nuevo tipo de oposición al régimen. Se produjeron profundas transformaciones en la educación, la universidad, la familia, el papel de la mujer y la mentalidad religiosa.

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