Evolución Política y Administración en Castilla y la Corona de Aragón: Siglos XIV y XV

Castilla: Hacia una Monarquía Autoritaria

En Castilla, la monarquía tuvo un carácter menos feudal que en la Corona de Aragón porque el rey gozaba de poderes más extensos. Este proceso de autoritarismo monárquico se inició con Alfonso X (1252-1284), al promulgar el Libro de las Leyes o Partidas, y fue reforzado por Alfonso XI en el Ordenamiento de Alcalá (1348). Esta consolidación del poder real fue posible gracias a la implantación de dos nuevas teorías políticas: el origen divino del poder y la introducción del derecho romano, que defendía que el rey no era señor de vasallos, sino soberano de súbditos. Así pues, en Castilla se fue configurando un Estado moderno y una de las monarquías más poderosas de Europa.

Instituciones de la Administración Central en Castilla

La administración central se apoyaba en las siguientes instituciones:

  1. El Consejo Real: Creado en 1385 en sustitución de la Curia Real. Era una especie de «gobierno» de carácter consultivo, formado, en un principio, sólo por nobles y prelados, pero que poco a poco fue controlado por los letrados (expertos en leyes), que pasaron a ser los principales asesores del rey.
  2. La Audiencia: Tribunal superior de justicia, creado en 1371. En el siglo XV se estableció en Valladolid como sede permanente con el nombre de Chancillería.
  3. Cargos de la Corte: El mayordomo, que se encargaba del patrimonio real; el canciller, de la burocracia; el almirante, de la armada; y el condestable, del ejército.

Las Cortes de Castilla

Las Cortes de Castilla tienen su origen en una reunión que hubo en 1188 entre el rey de León y la nobleza, el clero y los representantes de las ciudades. Era una especie de asamblea general de los tres estamentos medievales y tenía carácter consultivo. Las reuniones a Cortes empezaron a ser habituales a partir del siglo XIII. En ellas, los reyes pedían contribuciones especiales y juraban las leyes o fueros del reino, mientras sus súbditos les prometían fidelidad.

Control de los Gobiernos Municipales

A partir de Alfonso X, la Corona comenzó a controlar los gobiernos municipales a través de los regimientos, concejos formados por nobles y la oligarquía burguesa (los regidores) con carácter vitalicio, que formaban el Ayuntamiento junto con los representantes del rey: los antiguos merinos, que van siendo sustituidos por los alcaldes mayores y, sobre todo, por los corregidores, representantes permanentes del rey en los municipios a partir del siglo XV.

La Corona de Aragón: Una Federación de Reinos

En la Corona de Aragón la situación era distinta. La Corona de Aragón no era un Estado único, como Castilla, sino una federación de reinos (Aragón, Valencia, Mallorca y el principado de Cataluña) con leyes e instituciones distintas. Además, las relaciones entre los reyes y los nobles se basaban en la teoría feudal del rey como señor de vasallos (pactismo), al igual que en Navarra. El poder de los nobles y de las Cortes era grande y limitaba la autoridad real.

Administración Central y Figuras de Autoridad

La administración central tenía, como en Castilla, un Consejo Real y una Audiencia. En los reinos donde no residía el monarca, la autoridad real estaba representada por un lugarteniente o gobernador (virrey en Mallorca). Las Diputaciones que, en un principio, eran comisiones de las Cortes con carácter temporal, se convirtieron en organismos permanentes: en 1359 se constituyó la Diputación del General en Cataluña, llamada Generalitat, que defendía los intereses del principado frente a los abusos reales. En 1412 se constituyó la Diputación de Aragón y en 1419 la de Valencia. En Aragón también estaba el Justicia Mayor, cuya misión era defender los fueros del reino.

Las Cortes en la Corona de Aragón

Las Cortes, a diferencia de Castilla, eran organismos de control sobre la Corona. También eran estamentales y había una cámara en cada reino: Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca. Los territorios de los reinos estaban divididos en veguerías, demarcaciones administrativas dirigidas por un veguer, que era un representante del rey con atribuciones judiciales, militares y administrativas. Los concejos, en un principio, como en Castilla, eran asambleas de vecinos que tomaban sus acuerdos en concejos abiertos, pero lentamente fueron dando sus funciones a unos representantes, dando origen a los Municipios, que acabaron siendo controlados por la oligarquía.

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Evolución Política en Castilla (Siglos XIV y XV)

Desde finales del siglo XIII se plantea en Castilla un fuerte enfrentamiento entre la nobleza y la monarquía, deseosa de afianzar su poder a costa del de los nobles. El proceso fue complejo y violento, siendo el origen de varias guerras civiles, pero al final del cual se impone de manera clara la monarquía, naciendo así en Castilla la monarquía autoritaria.

Reinado de Alfonso XI (1312-1350)

Durante el reinado de Alfonso XI (1312-1350) se producen enfrentamientos entre el rey y los nobles, pero la fuerte personalidad de Alfonso acabó por imponerse.

Conflictos en la Época de Pedro I (1350-1369)

Mucho más graves fueron los conflictos en época de Pedro I (1350-1369), llamado «El Cruel». Deseoso de fortalecer el poder real, impuso un férreo centralismo administrativo, depuró parte de la vieja nobleza y alentó la creación de una industria textil (contra los intereses de la Mesta). La alta nobleza apoyó a su hermanastro Enrique de Trastámara, derivando el conflicto en una guerra civil que terminó con el asesinato de Pedro I en Montiel (1369). Este conflicto interfirió con la guerra iniciada en 1356 entre Pedro I y Pedro III «el Ceremonioso», rey de Aragón, que se disputaban la hegemonía en la península. Incluso llegaron a intervenir mercenarios ingleses, a favor de Pedro, y franceses, a favor de Enrique, dentro del marco de la Guerra de los Cien Años entre ambos reinos.

Ascenso de los Trastámara con Enrique II (1369-1379)

La victoria de Enrique II (1369-1379) supuso el ascenso al trono de los Trastámara, eso sí, con el apoyo de la nobleza, que se benefició de importantes privilegios concedidos por este rey (las llamadas «mercedes enriqueñas»), que supuso una pérdida considerable de poder y patrimonio por parte de la corona. En cambio, derrotó a su antiguo aliado Pedro III de Aragón, imponiendo la hegemonía de Castilla sobre la península.

Siglo XV: Luchas por el Poder y Reforzamiento del Poder Real

En el siglo XV continuaron las luchas por el poder entre la nobleza y los reyes Trastámara, empeñados en reforzar el poder real: así el poder de las Cortes disminuyó, se crearon las Audiencias (1371) como órganos supremos de justicia, se reforzó la autoridad del corregidor (máximo cargo municipal) y se creó la figura del condestable, especie de primer ministro. Hasta 1479, Castilla ofreció un panorama caótico, con continuas luchas de los nobles contra el rey.

Reinado de Juan II (1406-1454) y la Guerra Civil

Durante el largo reinado de Juan II (1406-1454) se produce una nueva guerra civil entre los nobles, apoyados por Aragón, y los defensores de la autoridad real, encabezados por el condestable Álvaro de Luna. La victoria del bando nobiliario supuso el ajusticiamiento de Álvaro de Luna.

Reinado de Enrique IV (1454-1474)

El caos y el desorden siguieron durante el reinado del débil rey Enrique IV (1454-1474), cuya hija Juana parecía ser la heredera del trono.

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