Evolución Política y Social de la Monarquía Hispánica: Siglos XV al XVII

La Monarquía Hispánica: Unión Dinástica y Consolidación del Poder

Los Reyes Católicos (1474-1516)

La monarquía de los Reyes Católicos debe entenderse como una unión dinástica, ya que cada reino continuó con sus propias leyes e instituciones. Se conformó un estado plural y no unitario, integrado por territorios que solo tenían en común la misma monarquía. Se denominaba España a la asociación de todos los pueblos de la península ibérica, pero no tenía un significado político. Por ello, los Reyes Católicos nunca se denominaron reyes de España, sino de los diferentes reinos que la formaban.

Las leyes, la moneda y las instituciones, así como las Cortes de cada reino, permanecieron diferenciadas, y en las fronteras entre ambos reinos se mantenían las aduanas. A pesar del aparente equilibrio, el mayor peso territorial, demográfico y económico de Castilla originó una creciente castellanización de la propia monarquía.

Para afianzar su poder, los Reyes Católicos implementaron una serie de medidas:

  • Creación de un ejército permanente, en el que la nobleza, apartada de la política, conservó cargos y prerrogativas.
  • Formación de un cuerpo de embajadores, que atendían los asuntos diplomáticos para reforzar su política exterior.
  • Nombramiento de corregidores, delegados del poder real en las villas y ciudades, que presidían los ayuntamientos y tenían funciones judiciales y de orden público.
  • Reorganización del Consejo Real, apartando a la gran nobleza e introduciendo letrados y secretarios procedentes de la baja nobleza y de la burguesía.
  • Las Cortes, sobre todo en Castilla, perdieron protagonismo y casi únicamente se reunían cuando los monarcas necesitaban más recursos financieros o cuando tenían que confirmar al nuevo rey.

En común, mantuvieron el deseo de la total unidad territorial con la conquista del reino nazarí de Granada, y una política religiosa que sirviera para dar cohesión a su reino por medio del cristianismo.

Unificación Territorial y Expansión

El primero de los hechos más relevantes de 1492 fue la completa unificación territorial de los reinos hispánicos para consolidar un estado fuerte que pudiera expandirse fuera de la península. Castilla, con la ayuda aragonesa, abrió de nuevo las hostilidades contra el último reducto musulmán de la península, el reino nazarí de Granada, que fue definitivamente anexionado en 1492.

La salida se inició en 1482, en Andalucía, pero la expulsión general de los judíos fue aprobada en marzo de 1492. La consecuencia más importante fue, aparte de la pérdida demográfica, un retroceso en las actividades artesanales y financieras.

El Descubrimiento de América

Cristóbal Colón, navegante de origen probablemente genovés, presentó a los Reyes Católicos una propuesta basada en la esfericidad de la Tierra, que consistía en abrir una nueva ruta al oeste para alcanzar las tierras asiáticas en busca de oro y especias, en lugar de bordear África.

El contrato entre Colón y los reyes, las Capitulaciones de Santa Fe (1492), establecía los cargos y beneficios que le reportaría la empresa del descubrimiento de la nueva ruta. El 3 de agosto de 1492 salieron de Palos (Huelva) tres naves que, después de una escala en Canarias, alcanzaron tierra el 12 de octubre de 1492 en una isla del Caribe: Guanahaní o San Salvador, Cuba y La Española.

Los nuevos territorios supusieron una fuente de ingresos para Castilla y la Corona, que recibía una quinta parte (quinto real) de todo el oro y la plata y un 7,5% sobre los productos importados y exportados.

La Dinastía de los Austrias: Siglos XVI y XVII

Carlos I (1516-1556) y Felipe II (1556-1598)

La prematura muerte de Felipe “el Hermoso” y la enfermedad mental de Juana dieron el trono a su primogénito Carlos I (1516-1556). De su abuelo paterno, Maximiliano, heredó los estados patrimoniales de la casa de Austria: Austria, Estiria, Carniola y el Tirol, más el derecho a ser elegido emperador, como así lo fue en 1519 con el nombre de Carlos V.

En 1556, el emperador abdicó en su hijo Felipe II, a quien cedió la corona y todas sus posesiones salvo los dominios del archiducado de Austria y los derechos del título imperial, cedidos a su hermano Fernando.

Conflictos Internos y Externos

Durante el reinado de Carlos I, se produjeron importantes conflictos:

  • Guerra contra los protestantes: El emperador derrotó a los príncipes alemanes protestantes en la batalla de Mühlberg (1547), pero no acabó con el problema. Al fin se llegó a la Paz de Augsburgo (1555), en la que los protestantes consiguieron que cada príncipe pudiera elegir la religión de sus estados y súbditos.
  • Guerras contra Francia: Al no conseguir la corona imperial, Francisco I se enfrentó a Carlos I en Italia por el control de los reinos y ducados italianos, fundamentalmente el Milanesado, y por el control de los territorios de Flandes y Borgoña. Las tropas de Carlos I ganaron la batalla de Pavía y, más tarde, la actitud pro-francesa del Papa llevó al saqueo de Roma (Saco de Roma), en 1527, por las tropas del emperador.

Durante el reinado de Felipe II, los conflictos con Francia continuaron hasta que se produjo la victoria de los tercios españoles en San Quintín (1557) y la firma de la Paz de Cateau-Cambrésis (1559). En las guerras de religión que se produjeron en Francia, Felipe II apoyó a los católicos frente a los hugonotes (calvinistas franceses).

  • Conflicto con los turcos: Desde la toma de Constantinopla en 1453, los turcos practicaban la piratería asaltando los buques y puertos de todo el Mediterráneo para obtener botines y esclavos.
  • Rebelión en los Países Bajos: Se originó por el descontento ante los fuertes impuestos, por el surgimiento de un sentimiento nacionalista y por el conflicto religioso, al extenderse el calvinismo en la zona norte. Finalmente, en 1579, el sur de los Países Bajos, católicos, aceptó la obediencia a Felipe II, pero el norte, las futuras Provincias Unidas de Holanda, mayoritariamente calvinistas, continuaron la lucha por la independencia.

La Administración de América

Para la organización de los nuevos territorios se creó el Consejo de Indias, el organismo, en España, encargado de legislar, nombrar cargos y juzgar los asuntos de América. Desde el punto de vista político-administrativo, los nuevos territorios se organizaron siguiendo el modelo castellano.

Los nuevos territorios supusieron una fuente de ingresos para Castilla y la Corona, que recibía una quinta parte (quinto real) de todo el oro y la plata.

Las tierras fueron repartidas entre los colonizadores, a los que se les daba un grupo de indios para que las trabajaran. Este era el sistema de las encomiendas, muy difundidas en Perú y México. En las minas, el sistema era igual, aunque la propiedad de las mismas pertenecía al rey, el cual la arrendaba a particulares. Los indígenas tenían que trabajar en las minas. El sistema más común fue el de la mita, que obligaba, mediante sorteo, a cada comunidad indígena a aportar un número de trabajadores.

Aunque en teoría los indígenas eran libres y súbditos de la Corona, en la práctica acabaron sometidos a formas de explotación semifeudales. Con las Leyes Nuevas de Indias de 1542 se trató de parar los abusos, pero fueron incumplidas de forma sistemática, a pesar de las denuncias del padre Fray Bartolomé de las Casas.

Consecuencias de la Colonización

La conquista y colonización fue un desastre demográfico para las poblaciones indígenas, lo que obligó a impulsar el tráfico de esclavos desde África. Las principales causas fueron la falta de defensas de los indígenas frente a las enfermedades aportadas por los españoles, las duras condiciones de trabajo y los enfrentamientos armados.

La mezcla de indígenas, colonizadores y población africana configuró un mundo multirracial, formado por criollos (descendientes de españoles nacidos en América), mestizos (descendientes de indígena y europeo) y mulatos (descendientes de europeos y africanos negros). Esta mezcla racial no impidió una sociedad profundamente desigual, donde los criollos acaparaban las riquezas y los puestos en la administración.

La lengua se consolidó como idioma común, y muchas de las costumbres de los colonizadores quedaron incorporadas a la cultura americana, si bien se mantuvo una destacada diversidad cultural, originada por la resistencia de los pueblos precolombinos a abandonar sus tradiciones.

Los Austrias Menores y la Decadencia (siglo XVII)

Los Austrias menores, dada su debilidad de carácter, dejaron el poder en manos de sus favoritos, que gobernaron al margen de todas las instituciones de la monarquía y de los Consejos.

El Conde-Duque de Olivares, favorito de Felipe IV, planteó una política reformista. Para él, era necesario acometer una reforma general del Estado en el sentido de dar mayor unidad a todos los reinos que formaban España. Pretendía integrar a todos los reinos en un solo Estado, con las mismas leyes e instituciones, siguiendo el modelo castellano que permitía un mayor poder real, y avanzando hacia el modelo monárquico absolutista.

Esta idea se tradujo en la práctica en la llamada Unión de Armas, que buscaba la creación de un ejército compuesto por fuerzas de todos los reinos que, de forma proporcional y sin excepción, debían aportar hombres y dinero al ejército. Su intento fracasó por la oposición de los reinos de la Corona de Aragón y originó enfrentamientos y graves disputas internas.

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