Evolución y Legado de Al-Ándalus: Política, Economía y Cultura

Evolución Política de Al-Ándalus: Conquista, Emirato y Califato de Córdoba

En el año 711, un destacamento musulmán, al mando de los generales Tariq y Muza, con unos 11.000 efectivos, cruzó el estrecho para intervenir en los conflictos entre los visigodos: los partidarios de los hijos de Witiza y los seguidores del rey Rodrigo. Este último fue derrotado en la batalla de Guadalete y, en pocos años, los musulmanes conquistaron la mayor parte de la Península, estableciendo su frontera en los ríos Duero y Ebro. Al norte, pequeños núcleos de resistencia visigoda, aliados con tribus no romanizadas, quedaron fuera de la influencia de los conquistadores.

En el año 755, Abd el Rahman, último representante de los Omeyas, desembarcó en la Península. Los Omeyas habían sido eliminados por los Abbassíes, quienes establecieron una nueva dinastía, trasladando la capital del califato de Damasco a Bagdad. En Al-Ándalus, Abd el Rahman creó el Emirato de Córdoba como estado independiente, rechazando la autoridad de los califas. Durante dos siglos, sus sucesores consolidaron el dominio sobre el territorio. Sin embargo, al comenzar el siglo X, los problemas se multiplicaron: sublevaciones de familias andalusíes y rebelión de los cristianos mozárabes.

El emir Abd el Rahman III, tras sofocar las principales rebeliones, se autoproclamó califa en 929, estableciendo el Califato de Córdoba. Esta decisión marcó el inicio de un siglo de esplendor: Córdoba extendió su dominio hasta Marruecos y obligó a los reinos cristianos del norte al pago de tributos. El segundo califa, Al Hakem, convirtió a Al-Ándalus en el mayor referente cultural de Occidente, con una gran biblioteca y una intensa labor de traducción de filósofos clásicos, especialmente Aristóteles.

A finales del siglo X, comenzó la decadencia. Almanzor, visir del califa, se hizo con el control del gobierno, influyendo sobre Hixam, aún un niño, y sobre su madre, y eliminando a los opositores. Además, envió expediciones de castigo contra los reinos del norte. Tras la muerte de Almanzor en 1002 y de su hijo Abd al Malik seis años después, la lucha por el poder se desató en Al-Ándalus, hasta que un consejo de notables decidió disolver el califato en 1031.

La Crisis del Siglo XI: Reinos de Taifas e Imperios Norteafricanos

Tras la muerte del sucesor de Almanzor en 1008, se desató una lucha por el poder entre nobles andalusíes.

A raíz de una crisis política, cada territorio se dividió y en 1031 una asamblea de nobles en Córdoba declaró extinguido el Califato. Las causas fueron el cansancio de los andalusíes respecto a la Yihad, el debilitamiento de los Omeya y los enfrentamientos internos.

Al-Ándalus permaneció dividida en reinos de taifas hasta 1090. Estos fueron dominados por distintas familias, gozando de prosperidad económica y grandes ciudades como Sevilla y Zaragoza. En 1085, el rey de Castilla, Alfonso VI, conquistó Toledo, lo que llevó a los Taifas a pedir ayuda al reino almorávide.

En 1086, los almorávides desembarcaron en la Península y derrotaron a Alfonso VI. Entre 1090 y 1110, conquistaron Al-Ándalus y reunificaron el territorio, aunque no pudieron recuperar Toledo. Pronto entraron en crisis debido a la corrupción y la subida de impuestos. En 1118, los aragoneses tomaron Zaragoza y el imperio se hundió en 1144 ante el ascenso de los almohades.

Los almohades conquistaron el Magreb y se introdujeron en la Península. Hasta 1195, mantuvieron la unidad andalusí y derrotaron a los cristianos en Alarcos. Sin embargo, en 1212, los cristianos vencieron a los musulmanes en las Navas de Tolosa. A partir de entonces, los reinos cristianos avanzaron y conquistaron ciudades como Valencia, Murcia, Córdoba (1236) y Sevilla (1248).

Al-Ándalus: Organización Económica y Social

Mientras Europa mantenía una economía rural, Al-Ándalus gozaba de una próspera economía urbana, comercial y monetaria.

Agricultura

Los musulmanes practicaban una agricultura comercial orientada al mercado regional y a la exportación. Destacaba la agricultura de regadío en los valles del Ebro, Guadalquivir y Segura, donde introdujeron nuevas técnicas de riego y cultivos como el arroz, la naranja, la alcachofa, la caña de azúcar y el algodón.

Artesanía y Comercio

En la artesanía y el comercio destacaban los talleres de Toledo, Córdoba y Granada dedicados a las sederías, la marquetería, los cordobanes y las armas damasquinadas. Para el comercio, acuñaron el dinar (oro) y el dirhem (plata).

El centro del comercio era la ciudad, en el zoco y en los mercados estacionales. Un funcionario, el sahib al suk o muhtasib, vigilaba los pesos, medidas y calidad de los productos. Al-Ándalus mantenía una red de comercio a larga distancia: importaban productos de lujo de Oriente y esclavos de Europa, y exportaban manufacturas.

Sociedad

En Al-Ándalus, todos tenían los mismos derechos, excepto los esclavos. La sociedad se dividía en:

  • Árabes: Minoría aristocrática con riqueza procedente de las tierras conquistadas.
  • Bereberes: Mayoría de las tropas conquistadoras, dedicados a la ganadería y al ejército.
  • Judíos: Próspera burguesía urbana dedicada a la artesanía y el comercio.
  • Eslavos: Esclavos de Europa central y oriental que ocuparon cargos importantes.
  • Hispano-visigodos: Mayor parte de la población, divididos en muladíes (cristianos convertidos al Islam) y mozárabes (cristianos que mantuvieron su religión).

La división social era más religiosa que étnica, con una gran diferenciación entre musulmanes y no creyentes.

La Cultura Andalusí

La religión influía en la sociedad andalusí. El pensamiento religioso fue moderado, con excepciones al inicio del califato y durante las invasiones norteafricanas. En muchos aspectos, hubo una separación entre religión y valores sociales.

El árabe era la lengua oficial, aunque el árabe andalusí tenía características propias por la influencia latina. Los mozárabes y muladíes usaban el latín y luego la lengua romance. Ambas lenguas eran conocidas y usadas indistintamente. La literatura y otros saberes alcanzaron su máximo esplendor en tiempos de Al-Hakem II.

Entre las figuras destacadas se encuentran: Ibn Rus o Averroes, médico, matemático y filósofo; los poetas Ibn Gabirol e Ibn Hazm; el historiador Ibn Jaldún; el filósofo Maimónides; y el enciclopedista Abulcasis.

La cultura andalusí destacó en el terreno científico. Al-Ándalus fue la vía por la que se difundió el sistema de numeración de origen indio al resto de la cristiandad europea.

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