Los Reinos Cristianos
La expansión musulmana hacia la península fue rápida, llevando a los cristianos a refugiarse en las montañas y formar núcleos de resistencia que evolucionaron en reinos.
El primer reino surgió en Asturias con el noble visigodo Don Pelayo, tras la victoria en la batalla de Covadonga contra los andalusíes. Durante los reinados de Alfonso II y III, el reino se consolidó y expandió hasta el río Duero. La capital se trasladó de Oviedo a León con Ordoño I, denominándose reino astur-leonés. En el siglo X, el conde Fernán González independizó Castilla.
El segundo reino fue el de Pamplona-Navarra, donde los vascos, con apoyo franco, mantuvieron su independencia tras la victoria en Roncesvalles. Destacan también el condado de Aragón, bajo Galíndez, y el catalán, protegido por Carlomagno, que logró su independencia con Wilfredo el Velloso y Borrell II.
Tanto en la Corona de Castilla como en la de Aragón y el Reino de Navarra, la monarquía era el modelo de gobierno.
En Castilla, la monarquía era autoritaria y centralizada, como se refleja en las Siete Partidas de Alfonso X y el Ordenamiento de Alcalá de Alfonso XI. Los monarcas consultaban a las Cortes, y los municipios gozaban de autonomía hasta la aparición del Corregidor.
En Aragón, la monarquía era pactista, respetando las leyes y costumbres de los territorios. Las Cortes actuaban como poder legislativo (Generalitat), equilibrando el poder con el rey.
La conquista de Al-Ándalus por los cristianos se dividió en tres etapas:
- Primera etapa: Avance cristiano hasta el Duero, frenado por la resistencia del califato y la necesidad de repoblar y asegurar los territorios conquistados.
- Segunda etapa: Castilla y León conquistan Toledo, mientras que Aragón y los condados catalanes toman el valle del Ebro y Zaragoza.
- Tercera etapa: Castilla y León conquistan Extremadura en la batalla de las Navas de Tolosa, y Aragón ocupa Baleares y Valencia. Finalmente, Granada es tomada por los Reyes Católicos en 1492.
Los Modelos de Repoblación
Tras la conquista de nuevos territorios, surgió la necesidad de repoblar las tierras incorporadas.
Se implementaron tres modelos de repoblación:
- Presura: En el norte del Duero, por el reino astur-leonés. Se basaba en la ocupación y cultivo de tierras, otorgando la propiedad a quien las trabajara, creando pequeñas y medianas propiedades.
- Repoblación concejil: En la zona del Ebro y entre el Duero y el Tajo. El territorio se dividía en concejos, con un representante del rey en la villa principal. El monarca otorgaba una carta puebla que establecía las normas municipales. La vecindad se obtenía por solicitud, recibiendo casas y tierras de cultivo. Predominaba la propiedad mediana y las tierras comunes.
- Señoríos: Pago otorgado por el rey por servicios prestados. Los solariegos adquirían la propiedad y derechos de la corona, mientras que los jurisdiccionales obtenían plenos poderes, convirtiendo a los habitantes en vasallos bajo relaciones feudo-vasalláticas.
En el siglo XIII, en Andalucía y Extremadura, se distribuyeron tierras a las órdenes militares (como Calatrava) que apoyaron al rey. Estas zonas, amplias y poco pobladas, se dividieron en encomiendas (latifundios ganaderos) y repartimientos (entrega de tierras según rango social) en el valle del Guadalquivir y Murcia, formando grandes latifundios.
La sociedad estamental se dividía en tres grupos sin movilidad social: dos privilegiados (alta y baja nobleza, alto y bajo clero) y uno no privilegiado (pueblo llano, incluyendo burguesía, campesinos y minorías marginadas como judíos y mudéjares).
La Baja Edad Media
Los reinos compartían una estructura política basada en la monarquía, las Cortes y los municipios. En la Baja Edad Media, estas instituciones se desarrollaron con características propias en cada reino.
Corona de Castilla
Se produjo una guerra civil entre Pedro I el Cruel y su hermanastro Enrique II de Trastámara, apoyado por la nobleza. Enrique II recompensó a la nobleza con las mercedes enriqueñas. Con Enrique IV, el poder real decayó, dando paso a la anarquía, que finalizó con la coronación de Isabel de Castilla. La administración central se componía del Consejo Real, la Audiencia, Hacienda y las Cortes. En la administración territorial, destacaban las merindades y adelantamientos, y en la local, los concejos, controlados por la monarquía mediante la figura del corregidor.
Corona de Aragón
Era una federación de estados con leyes e instituciones propias, generando una monarquía pactista donde el poder real estaba limitado por las Cortes. Hubo problemas económicos debido a la expansión por el Mediterráneo. La muerte de Martín el Humano sin descendencia se resolvió con el Compromiso de Caspe, estableciendo la dinastía Trastámara con Fernando I de Aragón. Este intentó establecer una monarquía autoritaria, provocando una guerra civil que fue frenada por Fernando el Católico con una política pactista. Existían Cortes en cada reino, supervisadas por las Diputaciones. Destacaba la Justicia de Aragón, que mediaba entre nobles y rey. La autoridad real era representada por los virreyes, y los municipios quedaron en manos de las oligarquías urbanas.
Reino de Navarra
Al igual que en Aragón, predominó la doctrina pactista, con las Cortes limitando el poder monárquico. Hubo frecuentes cambios de dinastía y luchas por la corona, como la guerra civil entre Carlos de Viana y su padre Juan II de Aragón. Las instituciones principales eran el Consejo Real y la Cámara de Comptos. En 1512, Navarra se incorporó a Castilla, manteniendo sus instituciones.