Expansión Imperialista: África, Asia y la Segunda Revolución Industrial

El Reparto de África

La expansión imperialista comenzó en África.

Los Primeros Pasos

Francia y Reino Unido iniciaron el proceso colonizador en África. En el África mediterránea, Francia inició en 1830 la ocupación de Argelia y en 1848 la proclamó territorio francés. En 1881, los franceses establecieron un protectorado sobre Túnez. En Egipto, entraron en colisión los intereses franceses e ingleses por el dominio de la ruta del Canal de Suez. Reino Unido estaba interesado en el control de Egipto para asegurar su ruta hacia la India. En 1882 se produjo la ocupación militar de Egipto. Misioneros, exploradores y aventureros abrieron el resto de África a Europa. Destacaron las exploraciones de David Livingstone, Henry Stanley y Savorgnan.

La Conferencia de Berlín

Las rivalidades entre Francia y Bélgica por el Congo y el creciente interés de los comerciantes alemanes por el África central, impulsaron al canciller alemán Bismarck a celebrar una conferencia internacional en Berlín entre 1884 y 1885. Se adoptaron una serie de acuerdos: la libertad de comercio y de navegación por los ríos Níger y Congo, la prohibición de la esclavitud, el Estado Libre del Congo y, era necesario ocupar de verdad un territorio para considerarlo como propio (reparto de África). Las potencias se lanzaron a conquistar tierras. Las nuevas potencias se incorporaron al reparto de África. Las más importantes fueron Italia, que se apoderó de Somalia y de Eritrea, y Alemania, que estableció colonias en el África oriental, en la costa occidental y el área desértica del suroeste de África.

El Reparto de Asia

La presencia europea en Asia se remonta a 1498, cuando Vasco de Gama llega a Calicut. Durante los siglos siguientes, los europeos (portugueses, holandeses, franceses e ingleses sucesivamente) compiten por establecer factorías comerciales.

La joya del imperio británico fue la India. Hasta 1712 estuvo nominalmente bajo la soberanía del imperio mongol, pero en el siglo XVII los ingleses consiguieron establecer factorías comerciales en Bombay, Madrás y Calcuta. Desde el estado de Bengala, organizado por la Compañía Inglesa de las Indias Orientales, y aprovechando la fragmentación política, religiosa y cultural de la India, que provocaba rivalidades, los ingleses extendieron su influencia y poder, imponiéndose a los nativos y expulsando a sus rivales coloniales franceses (Batalla de Plassey, 1757). En 1857, tras el motín de los cipayos, el protagonismo pasó de la compañía a la corona, y la reina Victoria fue proclamada emperatriz de la India en 1877. Para proteger la India, los ingleses ocuparon el sur de Afganistán, para cerrar el paso a los rusos, y Birmania. Finalmente, acordaron conservar la independencia de Siam, que funcionó como colchón de ambas potencias. Los franceses se instalaron en Indochina, ofreciendo asistencia al príncipe de Annam. Al crecer su influencia, Francia entró en guerra con China, que consideraba la zona como una provincia de su imperio. El Tratado de Tient-Sin reconoció la soberanía francesa. China constituía un gran imperio, al frente del cual estaba la dinastía manchú Qing, orgullosa de su civilización milenaria y de sus tradiciones espirituales, pero con graves problemas económicos, sociales y demográficos. Ante la expansión occidental, intentó replegarse sobre sí misma. Los ingleses vieron en el maltrato y las restricciones a los misioneros y a los comerciantes el pretexto perfecto para intervenir. Las Guerras del Opio obligaron a China a abrir su mercado. La debilidad militar china fue aprovechada también por Francia, que arrebató Indochina, y por Japón, que se apoderó de Formosa y consiguió influencia en Corea y Manchuria. La propia división china favoreció la penetración europea. El propio gobierno chino pidió ayuda a los occidentales para hacer frente a la rebelión nacional de los Taiping y por eso, claro, cobraron. Otros movimientos de corte nacionalista, nacidos por el disgusto ante la postración china, fueron el de los «Boxers» y la revolución de 1911, que puso fin al imperio y proclamó la república, intento supremo, aunque poco exitoso, de liberar a China de la dependencia colonial. China quedó dividida en zonas de influencia, aunque al menos conservó la independencia.

La Segunda Revolución Industrial

Las bases del crecimiento económico e industrial se vieron profundamente transformadas durante la Gran Depresión. La competencia entre empresas y entre países industriales se incrementó, y fue el incentivo de importantes innovaciones tecnológicas y cambios en la organización del trabajo industrial. La Gran Depresión condujo a un proceso de concentración industrial y financiera que pretendía eliminar la competencia y crear monopolios de un mercado determinado o el control de la mayor parte de él, hecho que terminaría traspasando las fronteras nacionales. Surgieron asociaciones de empresas en las que se tomaban acuerdos sobre producción, precios y reparto del mercado internacional.

El Cártel

Es un convenio entre empresas fabricantes de un determinado producto con el fin de reducir o eliminar la competencia, mediante el acuerdo en los precios o el reparto de la clientela.

El Trust

Es el resultado de la fusión de diversas empresas, bien dedicadas a la misma actividad o a las distintas fases de un proceso productivo.

El Holding

Es una sociedad financiera que invierte en empresas variadas para controlarlas.

El Proteccionismo Económico

Es un nacionalismo económico que defiende los productos del país frente a la competencia de los del extranjero. Este proteccionismo consistía en elevar los aranceles aduaneros, es decir, imponer una tasa que debían pagar los productos importados. La competencia entre las distintas economías nacionales y la rivalidad entre las grandes potencias llevó a que los gobiernos defendiesen la producción y las industrias nacionales, y a que casi todos ellos tomaran severas medidas proteccionistas.

Las Innovaciones Tecnológicas

Las innovaciones tecnológicas y los cambios en la organización del trabajo fueron los síntomas más visibles de las transformaciones económicas de la llamada Segunda Revolución Industrial. El uso de nuevos materiales y de nuevas fuentes de energía transformó radicalmente la industria. Las tecnologías del vapor y del hierro fueron sustituidas por los nuevos procedimientos de fabricación del acero y por el empleo de la energía eléctrica y del petróleo. Los años finales del siglo XIX y los primeros del XX fueron un período de grandes inventos, que revolucionaron las formas de vida y la economía mundiales.

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