La España del s. XVIII
Expansión y transformaciones económicas
En el siglo XVIII, España vivió un periodo de crecimiento demográfico, más intenso en la periferia (Valencia y Cataluña) que en el interior (Castilla). La población española pasó de 7 millones, al comenzar el siglo, hasta los 11 millones. Las causas de este aumento de población fueron: la desaparición de la peste, la ausencia de guerras internas desde el final de la Guerra de Sucesión, y los avances médicos (la vacuna contra la viruela). En cuanto a las actividades económicas, la principal siguió siendo la agricultura. La mayor parte de la tierra cultivada era propiedad vinculada y pertenecía a la nobleza, a la Iglesia y a los concejos. Predominaban los cultivos de secano: cereales, vid y el olivar. Las cosechas era escasas, apenas se generaban excedentes, y eran frecuentes las crisis de subsistencia y la subida de los precios agrícolas.
La artesanía y la industria
La artesanía se practicaba en las ciudades, en pequeños talleres. Solo los grandes comerciantes y la monarquía establecieron manufacturas, grandes locales donde los operarios con escasas herramientas producían algodón, armas y objetos de lujo.
La industrialización en Cataluña
La única región en la que apareció un foco de industrialización fue Cataluña, con las fábricas de indianas (telas de algodón) destinadas a la exportación a América. Las guerras de finales del s. XVIII al interrumpir el comercio colonial, provocaron la crisis de la industria catalana. Finalmente, el comercio interior fue muy escaso. Mucho más importante fue el comercio exterior con las colonias de América, controlado por un reducido grupo de comerciantes-empresarios, concentrados en Cádiz y en Barcelona.
Los primeros núcleos de resistencia cristiana
Principales etapas de la Reconquista
En la zona cantábrica, el primer núcleo cristiano que se formó fue el Reino Astur, cuyo origen se remonta a la Batalla de Covadonga (722), donde un grupo de astures liderados por en noble visigodo Don Pelayo vencieron a un ejército musulmán. Durante los siglos VIII y IX, el reino astur se extendió hacia Galicia y Vizcaya, y estableció su capital en Oviedo. Durante la segunda mitad del siglo IX se extendió el reino hacia el sur, situando su frontera en el rio Duero y su capital pasó a ser la cuidad de León. El reino astur pasó a llamarse Reino de León, y en la parte oriental del reino se creó el Condado de Castilla, que en el siglo X se independizó del reino de León. El condado de Castilla se convertiría en reino y, más tarde, absorberá el territorio leonés (Corona de Castilla). En el Pirineo occidental se creó el reino de Pamplona, que se convertiría en el reino de Navarra; en el Pirineo central se formó el Condado de Aragón, al que se incorporarían los condados de Sobrarbe y Ribagorza, formando el Reino de Aragón; y en el Pirineo oriental, los condados catalanes serían unificados en el siglo IX por el conde de Barcelona, Wifredo el Velloso.
La Reconquista
La reconquista fue el proceso de ocupación militar de Al-Ándalus por los reinos cristianos en el periodo comprendido entre los siglos VIII al XV. Podemos destacar las siguientes etapas: Primera etapa (s. VIII-X). Los núcleos cristianos se limitaron a ocupar tierras deshabitadas, abandonadas por los bereberes, como el valle del Duero por parte del reino astur y el piedemonte de los Pirineos por parte de navarros, aragoneses y catalanes. Segunda etapa (finales del s. XI a mediados del s. XII). La desaparición del Califato y la división de Al-Ándalus en los Reinos de Taifas favorecen el desarrollo de la reconquista. El reino de Castilla avanza hasta ocupar el valle del Tajo (conquista de Toledo en 1085) y el reino de Aragón y los condados catalanes se extendieron hasta alcanzar el valle del Ebro. Tercera etapa (segunda mitad del s. XII). Los avances cristianos son escasos por la llegada de los almohades y su victoria en la batalla de Alarcos.
La Repoblación
La Repoblación fue la ocupación de los territorios deshabitados y conquistados de Al-Ándalus por población cristiana. La repoblación del valle del Duero fue dirigida por los reyes astur-leoneses conforme al sistema de presura. En los valles del Tajo y del Ebro, el modelo de repoblación fue el de concejos o ciudades fuertemente amuralladas, con una importante extensión de tierras a su alrededor o alfoz. Los reyes cristianos repoblaron el valle del Guadiana y las tierras situadas al sur del Ebro con la ayuda de las Órdenes Militares, que recibieron extensos territorios o encomiendas. Finalmente, se repoblaron el valle del Guadalquivir y Murcia por parte de Castilla; y Valencia y las Baleares por parte de la Corona de Aragón. En todos estos territorios se utilizaron los repartimientos, entre los participantes en la reconquista conforme a su categoría social. La repoblación cristiana de Al-Ándalus fue la causa principal de la diferente estructura de la propiedad de la tierra en la península.
El reino visigodo: origen y organización política
Los concilios
En el año 409, diversos pueblos bárbaros (vándalos, nuevos y alanos) penetraron en la Hispania romana sin encontrar resistencia. En el 411, penetraron los visigodos en calidad de federados (aliados de Roma) para luchar contra las anteriores tribus. Los visigodos expulsaron a vándalos y alanos, conquistaron el reino que los suevos crearon en Galicia, y los territorios bizantinos del sur de la península ibérica.
Organización política
A comienzos del s. VI, tras la desaparición del Imperio Romano de Occidente, los visigodos decidieron fundar un reino, con capital en Toledo, que llegó a extenderse por toda la península ibérica. La monarquía visigoda fue electiva (los reyes eran elegidos por la nobleza visigoda guerrera), lo que fue causa de frecuentes guerras civiles. Sólo los monarcas de mayor personalidad lograron que el trono pasara a sus hijos. Los reyes visigodos contaron con las siguientes instituciones de gobierno: A) Aula Regia (Consejo Real): órgano asesor del monarca compuesto por altos funcionarios, nobles y obispos. B) Concilios de Toledo: asambleas de carácter eclesiástico, formadas por los obispos hispanos, que acabaron teniendo una importante influencia política en el reino visigodo. C) La administración territorial se basó en los Duques (grandes nobles visigodos, gobernadores de las provincias) y en los Comes Civitatis (gobernadores visigodos de las ciudades).
Los conquistadores visigodos (unos 200.000) acabaron asimilando la cultura hispanorromana de la mayoría de los habitantes de Hispania, por lo que adoptaron como lengua el latín, se convirtieron al catolicismo (589), elaboraron un código de justicia para visigodos e hispanos basado en el derecho romano (Fuero Juzgo). El reino visigodo de Hispania se extendió desde principios del s. VI hasta comienzos del s. VIII, cuando en el año 711 fue destruido por la invasión árabe.