Explorando las Causas y Consecuencias de la Primera Guerra Mundial

Causas de la Primera Guerra Mundial

Causas económicas

Entre el último tercio del siglo XIX y la primera década del XX se desarrolló la Segunda Revolución Industrial. Ésta se caracterizó por una serie de cambios: nuevas fuentes de energía (petróleo y electricidad), nuevos sectores de la producción (químico, siderúrgico y alimentario), nuevas formas de organización del trabajo (taylorismo), la concentración de capitales en torno a grandes agrupaciones de tendencia monopolística (cartel, trust) y una creciente globalización de la economía.

Motivaciones políticas

Finales del siglo XIX y comienzos del XX, pactos como la Triple Alianza (1882) y la Triple Entente (1907) conformaron bloques militares cada vez más agresivos. Esto hizo que la ofensa a un país acabara afectando a todo un bloque, con lo que se internacionalizaron los problemas bilaterales.

Agravaron la situación las disputas territoriales no resueltas, como las de Alsacia y Lorena, regiones reivindicadas por Francia al Segundo Reich alemán, o las causadas por los territorios irredentos italianos, la debilidad de los grandes imperios y el fracaso de la diplomacia.

Motivaciones ideológicas

El militarismo se hizo patente en la importancia social que ganó el estamento militar y su participación en los gobiernos. Muestra de ello fueron la expansión e influencia de los valores militares y el aumento de armamento y soldados. Los saludos, uniformes y conductas se militarizaron. Otros factores ideológicos fueron la existencia de una opinión pública favorable a la guerra.

Contendientes

En un principio se enfrentaron los países de la Triple Entente y los de la Triple Alianza, pero Italia se descolgó de esta. A los imperios centrales —Alemania y Austria-Hungría— se les unieron el Imperio otomano, en noviembre de 1914, y Bulgaria, en septiembre de 1915. A los aliados de la Triple Entente —Reino Unido, Francia y Rusia— se sumaron Bélgica y Serbia al ser atacados por los imperios centrales, y luego Italia (1915), Rumania (1916) y Grecia (1917). Portugal conservó su alianza con el Reino Unido y España se declaró neutral, al igual que los Países Bajos, Suiza, Albania, Suecia, Noruega y Dinamarca.

Fuera de Europa, Japón se unió a los aliados al comienzo de la contienda y Estados Unidos lo hizo en abril de 1917. Los dominios británicos Canadá, Australia, Nueva Zelanda y África del Sur lucharon al lado de su metrópoli. Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia y las naciones centroamericanas, China y otros países asiáticos declararon la guerra a los imperios centrales. Al inicio de la guerra existió un equilibrio de fuerzas, pese a que los imperios centrales tenían menos población que los aliados (116 millones frente a 240). Las fuerzas terrestres austro-alemanas eran ligeramente superiores, mientras que en potencia naval los aliados salían ganando. A los imperios centrales, con pocos recursos fuera de sus propios límites, les convenía un conflicto breve. Por el contrario, los aliados tenían asegurados, gracias a sus imperios coloniales, el reclutamiento de hombres y el abastecimiento de materias primas y alimentos.

Consecuencias de la guerra

Aspectos demográficos y sociales

Las pérdidas humanas se han cuantificado entre 8,5 y 10,5 millones de muertos, y más de 21 millones de heridos, en su mayoría soldados jóvenes en edad de procrear, lo que mermó la natalidad. Las mujeres se incorporaron al trabajo y obtuvieron derechos políticos, mientras que muchos excombatientes fueron incapaces de adaptarse a la vida civil. Se creó así un grave problema de desarraigo que la sociedad no supo resolver.

Aspectos económicos

Europa fue la gran perdedora de la guerra: se destruyó un 40 % de su riqueza industrial, el 30 % de la agrícola y buena parte de sus infraestructuras. Además, su economía quedó muy endeudada con Estados Unidos, que suministró gran cantidad de recursos a los aliados. Los esfuerzos de los países europeos en la posguerra se dedicaron a la reconstrucción.

Aspectos políticos

Desaparecieron los grandes imperios: el Segundo Reich alemán dio paso a la República de Weimar; el Imperio ruso se convirtió en el primer Estado comunista y el Imperio otomano se desintegró y fue sustituido por la República de Turquía. Nuevos Estados accedieron a la independencia a partir de la desmembración de los imperios: Austria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Yugoslavia, Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania. Por otro lado, la democracia parlamentaria empezó a generalizarse como sistema político. Países como Francia, Reino Unido y Alemania pasaron de ser Estados liberales a Estados democráticos con la ampliación de los derechos ciudadanos y la extensión del sufragio. Europa perdió su hegemonía y emergieron dos nuevas potencias: Estados Unidos, que sustituyó al Reino Unido como primera potencia económica mundial, y la Rusia comunista.

Aspectos éticos y morales

La guerra cambió el estilo de vida y parte de los valores de Occidente, como la fe en el progreso y la conciencia de su superioridad. Surgieron sentimientos de odio y desconfianza entre los pueblos. Nuevas corrientes culturales y estéticas, como las vanguardias, representaron los sentimientos de angustia ante la devastación de la guerra y el fracaso de la civilización occidental.

Tratados de paz y reajuste internacional: la Sociedad de Naciones

Los Catorce Puntos de Wilson

El presidente Thomas W. Wilson presentó ante el Congreso de Estados Unidos (1918) los Catorce Puntos de Wilson, un documento que proponía construir una paz justa y duradera basada en el derecho internacional y el respeto e igualdad entre naciones. Sus aspectos más importantes eran:

  • Desarme y desaparición de la diplomacia secreta.
  • Libertad de navegación y comercio.
  • Fin del colonialismo.
  • Reconocimiento del principio de las nacionalidades y del derecho de los pueblos a su independencia.
  • Creación de una Sociedad de Naciones como foro de debate internacional, para impedir nuevas guerras y establecer el principio de seguridad colectiva.

Este documento sirvió de base para los tratados de paz, pero quedó desvirtuado por la actitud revanchista de países vencedores como Francia.

Los Tratados de París (1919-1920)

Los Tratados de París estuvieron dirigidos por Estados Unidos, Francia y Reino Unido. Los países vencedores en la Primera Guerra Mundial se reunieron en París y sus alrededores para establecer el nuevo orden mundial. Los protagonistas de los debates fueron: el presidente Wilson de Estados Unidos, que defendió sus propuestas para la paz; el presidente francés Clemenceau, que buscó la humillación de Alemania, garantizar la seguridad de Francia y asegurarse el pago de fuertes indemnizaciones por los perdedores; el premier británico Lloyd George, que procuró conservar la hegemonía colonial de su país, y el primer ministro italiano Vittorio Orlando, que pretendió la prometida anexión de los territorios irredentos, aquellos territorios del Imperio austrohúngaro que no se integraron al reino de Italia durante su unificación. Los vencidos no fueron invitados a las conversaciones de paz. Se los convocó por separado una vez concluida la redacción de los documentos y tuvieron que firmar lo estipulado, pese a sus reticencias por las duras condiciones impuestas. Esto se convirtió en motivo de futuros conflictos.

Se firmaron un total de cinco tratados con cada uno de los países derrotados:

  • Tratado de Versalles (28 de junio de 1919). Fue suscrito con Alemania, que entregó Alsacia y Lorena a Francia y concedió a Polonia una salida al mar Báltico junto a Dantzig, convertida en ciudad libre. Así, Prusia oriental quedó separada del resto del país. Además, a Alemania se le impusieron fuertes reparaciones de guerra, la entrega de sus colonias, reguladas por el Mandato de la Sociedad de Naciones, la desmilitarización de la zona del Ruhr, la limitación de su ejército a solo 100,000 hombres, con la abolición del servicio militar y la supresión de la aviación, la artillería pesada y la marina de guerra.
  • Tratado de Saint-Germain (10 de septiembre de 1919). Se firmó con Austria, cuyo territorio quedó reducido a los límites actuales y sin posibilidad de unirse a Alemania.
  • Tratado de Neuilly (27 de noviembre de 1919). Bulgaria cedió la Tracia a Grecia y quedó sin acceso al Mediterráneo.
  • Tratado de Trianon (4 de junio de 1920). Hungría redujo su territorio a un tercio y perdió su salida al mar.
  • Tratado de Sèvres (10 de agosto de 1920). Turquía entregó la mayoría de las islas del mar Egeo a Grecia y las del Dodecaneso y Rodas a Italia. Sus posesiones en Oriente Próximo quedaron bajo el Mandato de la Sociedad de Naciones, administradas por Francia y Reino Unido.

Europa tras los Tratados de París

La firma de estos tratados marcó un nuevo orden en Europa, con profundas implicaciones políticas, sociales y económicas que sentarían las bases para futuros conflictos.

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