El Trabajo Forzado de los Indígenas
La conquista tuvo un carácter minero y esclavista. A comienzos del siglo XVI, Europa tenía una gran necesidad de oro y plata para financiar la expansión económica de sus Estados, pagar a los ejércitos y a los funcionarios, y solventar el lujo de las cortes. Era esclavista porque, para acumular metales preciosos, se necesitaba mano de obra, y los europeos resolvieron esa necesidad sometiendo a los indígenas por la fuerza de las armas.
Las Dos Caras de la Conquista: Leyenda Negra y Leyenda Rosa
Contra la explotación de los nativos del Nuevo Mundo, surgió la Leyenda Negra de la Conquista. Esta denominación europea provocó en América una matanza sin precedentes en la historia de la humanidad y la desaparición de culturas nativas muy desarrolladas y originales. Otras interpretaciones promovieron la denominada Leyenda Rosa de la Conquista, que sostenía que Europa concretó en América una obra civilizadora, imponiendo la cultura occidental y la evangelización.
Impacto Cultural y Social en el Nuevo Mundo
El contacto con los pueblos del Nuevo Mundo produjo una enorme crisis en la cultura y el pensamiento de los europeos. Ante la evidencia de que en otras regiones existían hombres similares a ellos, pero con culturas, religiones y costumbres completamente diferentes, se derrumbó la antigua idea cristiana de que la palabra de Cristo había sido divulgada por todo el mundo habitado. Es por eso que los europeos comenzaron a reeducar a los indígenas según la fe cristiana.
Desde la perspectiva de las poblaciones locales, la llegada de los hombres blancos significó la desarticulación completa de su forma de vida, suplantada por otra, la europea, que no comprendían y les parecía ajena y extraña. Todos los aspectos de la vida cotidiana fueron atacados. A la destrucción física por la violencia, los trabajos forzados y las nuevas enfermedades, se agregaba la ruptura de la estructura social a la que los indígenas estaban acostumbrados y consideraban propias: sus prácticas culturales, sus formas religiosas y, en general, el modo en el que concebían el tiempo y la vida.
La Tenencia de la Tierra
Tipos de Ciudades Fundadas por los Españoles
Los españoles fundaron ciudades de acuerdo a sus necesidades. Existieron tres tipos de ciudades:
- Ciudad-fuerte: servía de defensa militar ante los posibles intentos de intervención de otras potencias europeas sobre los territorios conquistados. También se fundaron para evitar el avance de los aborígenes, el contrabando y la piratería.
- Ciudad-puerto: eran articuladoras de la circulación de personas y mercancías. Eran fundamentales para el comercio entre las metrópolis y los territorios coloniales.
- Ciudad-minera: se construían en lugares altos, cercanos a las minas de las que se extraían los metales. Respondían a la necesidad de controlar las actividades económicas.
La Propiedad Comunal de la Tierra
La tenencia de la tierra fue, en un principio, la propiedad comunal. Se consideraba que la tierra era un bien común a todo el grupo social, y cada unidad socioeconómica, el calpulli azteca y el ayllu inca, la cultivaba con dos fines: la redistribución y la subsistencia. En el primer caso, la producción se entregaba al Estado para que la distribuyera de acuerdo con las necesidades sociales. En el segundo caso, se trataba de las tierras de usufructo privado, cuyos productos se usaban para la subsistencia del grupo comunal. Entre los aztecas y los incas coexistió con otras formas de tenencia de la tierra, como en el caso de las parcelas del soberano y la nobleza. Otras tierras se disponían con fines particulares. En el Perú había tierras destinadas al cultivo del maíz que se usaba en las ceremonias. La propiedad comunal como forma de tenencia de la tierra se mantuvo hasta fines del siglo XVII. Se denominaban elegidas o tierras elegidas y servían para que en ellas pastaran los animales de cría o se hicieran huertas.
Repartición de Tierras Post-Conquista
Las tierras fueron usadas como un medio de pago para premiar a los conquistadores y como retribución de servicios a los particulares que habían financiado las expediciones. Una de las formas de ceder parcelas a los particulares se denominó merced de tierra, que era una extensión que se otorgaba con la condición de que se cultivara. El repartimiento consistía en distribuir tierras entre los conquistadores.
Las Encomiendas en el Tucumán en el Siglo XVI
El Contexto del Tucumán Colonial
En la época colonial, la región de Tucumán abarcaba el territorio que actualmente comprende la provincia de Jujuy hasta Mendoza en la zona cordillerana, hasta el Chaco hacia el este y hasta Córdoba hacia el sudoeste. Durante la segunda mitad del siglo XVI, la región de Tucumán se incorporó al sistema económico colonial como proveedora de manufacturas y productos agrícolas que eran requeridos, en especial, desde Potosí, el principal centro minero de la conquista.
La Encomienda como Sistema de Explotación
El atractivo económico para los conquistadores españoles fue la posibilidad de contar con fuerza de trabajo indígena. Así, el sistema que les permitía disponer de la mano de obra aborigen organizó la economía y la sociedad coloniales tucumanas. La Corona española creó un sistema administrativo denominado encomienda. El rey permitía que determinados colonizadores percibieran los tributos y los trabajos que se suponía que debían los indígenas.
La encomienda imponía a los indígenas un vínculo jurídico con la Corona. Los aborígenes debían entregar a los encomenderos un tributo, en productos o en trabajo. En Tucumán, predominó la encomienda de servicios personales; el encomendero tucumano se comportaba como un señor feudal, y los indígenas trabajaban en su beneficio como si fueran siervos.
La Cuestión de la «Guerra Justa»
Lo que se discutía era si los indígenas tenían una condición humana semejante a la de los europeos. Según la lógica del pensamiento europeo de esa época, si los indígenas no tenían condición humana, era lícito hacerles la guerra, exterminarlos o reducirlos a la esclavitud. La cuestión de la guerra justa contra los aborígenes motivó varios debates y preocupó a la Corona española, que impuso ciertas regulaciones en América hasta tanto no se definiera una forma de proceder con los indígenas.
Tipos de Ciudades y su Planificación
Las ciudades construidas a partir de la planificación respondieron a lo que se llama el modelo de damero. La mayoría de las ciudades se construyeron en espacios territoriales reconocidos como conflictivos y con necesidad de defensa militar ante los posibles intentos de intervención de otras potencias europeas sobre los territorios conquistados. También se fundaron para evitar el avance de los aborígenes y la realización de actividades como el contrabando y la piratería. Estas ciudades eran del tipo ciudad-fuerte defensiva. Algunas que comenzaban siendo solo puntos defensivos se transformaban posteriormente en lugares clave. Otras se edificaban directamente en zonas cercanas a las áreas de explotación económica. Las ciudades-puerto funcionaban como articuladoras de la circulación de personas y mercancías. También las ciudades mineras respondían a la necesidad de controlar las actividades económicas. Estas ciudades contaban con una distribución del espacio particular, ya que se construían en lugares altos, cercanos a las minas.