La Guerra Relámpago (1939-1941)
El 1 de septiembre de 1939, el ejército alemán invadió Polonia. El ejército polaco estaba anticuado y carecía de artillería antiaérea, por lo que fue incapaz de enfrentarse a la guerra relámpago (Blitzkrieg) de los alemanes. Reino Unido y Francia declararon la guerra a Alemania, pero no intervinieron militarmente de forma inmediata, dejando a Polonia sola. Por otra parte, desde el 17 de septiembre, el Ejército Rojo penetró en el territorio oriental de Polonia. Como se acordó en el Pacto Germano-Soviético, Polonia fue repartida entre Alemania y la URSS. Las tropas soviéticas ocuparon también otros territorios e invadieron Finlandia.
En mayo de 1940, la primera línea alemana invadió Bélgica y los Países Bajos, mientras que otra ala rompía el frente en Sedán. Más de 350.000 soldados aliados quedaron aislados en Dunkerque. Milagrosamente, la mayoría de estos soldados lograron embarcar y refugiarse en Inglaterra (Operación Dinamo). Las divisiones blindadas alemanas continuaron su avance, arrollando al ejército francés. En junio, las tropas alemanas entraron en París y se firmó el armisticio en Compiègne, por el que Francia quedó dividida en dos zonas: el norte y la costa atlántica bajo ocupación alemana, y una zona «libre» al sur con capital en Vichy.
La ocupación de Francia dejó solo al Reino Unido frente a los alemanes. Winston Churchill rechazó las ofertas de paz alemanas y decidió continuar la guerra. Hitler desencadenó una encarnizada batalla aérea que duró hasta principios de 1941, conocida como la Batalla de Inglaterra.
Nuevos frentes: el Norte de África y los Balcanes
En junio de 1940, la Italia de Mussolini entró en la guerra al lado de Alemania. Los italianos intentaron invadir Grecia desde Albania, pero fracasaron, lo que obligó a Hitler a intervenir en los Balcanes en la primavera de 1941, asegurando el flanco sur antes de la invasión de la URSS. Paralelamente, se abrió un frente en el Norte de África.
La Guerra Adquiere Dimensión Mundial (1941-1942)
Hasta la primavera de 1941, la guerra había tenido como escenario fundamental el continente europeo y el norte de África. El 22 de junio de 1941, la Wehrmacht invadió por sorpresa la Unión Soviética (Operación Barbarroja). El objetivo era obtener los cereales rusos y el petróleo del Cáucaso, suministros que Alemania necesitaba para continuar la guerra. La debilidad inicial del Ejército Rojo, afectado por las purgas estalinistas, favoreció el éxito alemán inicial. Pero la brusca llegada del invierno, la falta de carburante, la vasta extensión del territorio y la táctica rusa de «tierra quemada» hicieron fracasar a las tropas nazis en el asedio de Leningrado y en la toma de Moscú, con lo que la guerra con la URSS se prolongó.
En el Pacífico, ante la expansión japonesa y la invasión de Indochina, Estados Unidos decretó el embargo sobre el comercio japonés, especialmente de petróleo. El 7 de diciembre de 1941, la aviación japonesa lanzó un ataque sorpresa contra la base naval estadounidense de Pearl Harbor (Hawái), sin previa declaración de guerra. Esto provocó la entrada inmediata en el conflicto de Estados Unidos. Tras la destrucción de parte significativa de la flota estadounidense en el Pacífico, el dominio naval japonés le permitió un rápido proceso de ocupaciones en el Sudeste Asiático y las islas del Pacífico.
El Viraje de la Guerra (1943-1944)
A finales de 1942 y durante 1943, los Aliados tomaron la iniciativa y la guerra experimentó un giro decisivo.
Frente Oriental
Hitler sufrió su primera gran derrota estratégica en Rusia. La toma de Stalingrado era un objetivo clave del ejército alemán por su valor industrial y simbólico. Pero la contraofensiva rusa de noviembre de 1942 cercó al 6º Ejército alemán (unas 22 divisiones). Hitler cometió el error de ordenar resistir a toda costa e intentar romper el cerco desde fuera. Los rusos impidieron la llegada de refuerzos, y el hambre y el frío obligaron a los alemanes cercados a capitular en febrero de 1943. La Batalla de Stalingrado marcó un punto de inflexión en el Frente Oriental.
Frente Africano e Italiano
En África, la ofensiva del Afrika Korps de Rommel fue detenida por los británicos, al mando de Montgomery, en la Batalla de El Alamein (otoño de 1942). En noviembre, un cuerpo de ejército anglo-norteamericano desembarcó en los puertos de Marruecos y Argelia (Operación Torch), atrapando a las fuerzas del Eje en Túnez, que capitularon en mayo de 1943.
En el verano de 1943, los Aliados desembarcaron en Sicilia y emprendieron la conquista de Italia. Esto provocó la caída de Mussolini. En septiembre de 1943, Italia firmó el armisticio con los Aliados. Los alemanes reaccionaron rápidamente, ocuparon el norte y el centro del país hasta Roma y liberaron a Mussolini, estableciendo un estado títere (la República Social Italiana). La campaña italiana sería larga y costosa.
Frente del Pacífico
Mientras tanto, los estadounidenses contraatacaron en el Pacífico. Tras las victorias en las batallas del Mar del Coral y, sobre todo, Midway (verano de 1942), Estados Unidos frenó el avance japonés y comenzó una larga campaña de «salto de isla» (island hopping) para acercarse a Japón.
Este cambio en el curso de la guerra fue posible tanto por la intervención decisiva de Estados Unidos (su enorme potencial industrial y humano) como por un mayor acercamiento y coordinación estratégica entre el Reino Unido, Estados Unidos y la URSS (los «Tres Grandes»).
La Derrota del Eje y el Final de la Guerra (1944-1945)
Frente Occidental
La definitiva derrota alemana comenzó en el oeste con la gran ofensiva aliada. El 6 de junio de 1944 (el Día D), se produjo el Desembarco de Normandía (Operación Overlord), que desbarató las defensas alemanas del Muro Atlántico y permitió el avance de las tropas aliadas en Francia. En agosto, París fue liberada y, a finales de octubre, los territorios franceses y belgas fueron totalmente reconquistados. Hitler recurrió al reclutamiento masivo y a las nuevas armas (como los cohetes V1 y V2) y decidió un ataque desesperado en el oeste, en las Ardenas (Batalla de las Ardenas, invierno 1944-45), que fue detenido por los Aliados tras duros combates.
Frente Oriental
Los avances del Ejército Rojo fueron continuos e intensos desde 1943. El asalto final se produjo entre finales de 1944 y principios de 1945, liberando Europa Oriental y Central del dominio nazi y avanzando hacia Alemania.
La Caída de Alemania
En la primavera de 1945, el régimen nazi se descompuso. Los ejércitos aliados avanzaban desde el oeste y el Ejército Rojo desde el este. Berlín fue cercada y bombardeada intensamente por los soviéticos. El 30 de abril de 1945, Hitler se suicidó en su búnker. La ciudad capituló el 2 de mayo. El 8 de mayo de 1945 (Día de la Victoria en Europa), se firmó la rendición incondicional de la Alemania nazi, y sus principales responsables fueron detenidos o se suicidaron.
La Derrota de Japón
Aunque Alemania había sido derrotada, la guerra continuaba en el Pacífico. Ante la feroz resistencia japonesa y para evitar las enormes bajas que se preveían en una invasión de Japón, el presidente estadounidense Harry S. Truman decidió utilizar la bomba atómica. Fue lanzada sobre las ciudades japonesas de Hiroshima (6 de agosto de 1945) y Nagasaki (9 de agosto de 1945), causando una destrucción sin precedentes y cerca de 200.000 muertos directos e innumerables heridos o afectados por la radiación a largo plazo. El 8 de agosto, la URSS declaró la guerra a Japón e invadió Manchuria. El 2 de septiembre de 1945, Japón firmó su capitulación incondicional a bordo del acorazado USS Missouri. La Segunda Guerra Mundial había acabado.