1. El nacimiento de Estados Unidos
En el último tercio del Siglo XVIII, en las colonias de Gran Bretaña en Norte-América se inició un proceso revolucionario que, con el tiempo, se extendíó a Europa y, a comienzos del Siglo XIX, retornó al continente americano, en concreto al centro y al sur. Estas revoluciones fueron fruto de los cambios en el pensamiento, la economía y la sociedad que terminaron con el Antiguo Régimen y sentaron las bases del mundo contemporáneo.
Las causas de la independencia de Estados Unidos
Desde el Siglo XVII, los pioneros británicos habían colonizado el litoral oriental del norte de América; se habían enfrentado con los indígenas y habían constituido las denominadas Trece Colonias. Los territorios conocidos como Nueva Inglaterra, en el norte, estaban habitados por grupos dedicados al comercio y a cierta actividad protoindustrial; en el sur, por el contrario, predominaban las grandes propiedades de plantaciones basadas en el trabajo de esclavos.
Tras la guerra de los Siete Años (1756-1763), los franceses fueron expulsados de sus colonias en Quebec y, como consecuencia, aumentó el control británico sobre los territorios de América del Norte. A pesar de la victoria, el conflicto resultó muy caro para las arcas británicas, por lo que el gobierno de Jorge III decidíó presionar, mediante nuevos impuestos, a los habitantes de las colonias americanas. Estos no pudieron oponerse ya que carecían de representación en el Parlamento de Londres.
Además, los británicos les prohibieron la ocupación de territorios más allá de los Apalaches y, para reforzar su monopolio comercial, les impidieron el establecimiento de nuevas industrias. Todas estas medidas crearon un fuerte malestar entre los colonos que, bajo el lema de «no más impuestos sin representación», exigían la retirada de los tributos y asiento en el Parlamento. La negativa del gobierno británico fue contestada con una ola de protestas que culminó con acciones como la del Boston Tea Party.
1.2. La guerra de Independencia
Las tensiones entre colonos y británicos fueron en aumento hasta que, en 1774, las Trece Colonias se reunieron en el Primer Congreso Continental en la ciudad de Filadelfia e impusieron el boicot a los productos británicos. A esta reuníón acudieron algunos colonos que conocían bien las ideas ilustradas y democráticas, y que eran acérrimos defensores de los derechos individuales. Al año siguiente se iniciaron los enfrentamientos entre las milicias coloniales y el ejército británico.
El 4 de Julio de 1776, las Trece Colonias firman la Declaración de Independencia de Gran Bretaña. Unos días antes, en la Declaración de Derechos de Virginia, habían proclamado el derecho de los colonos a resistir a los gobiernos tiránicos. Frente al ejército profesional británico los colonos organizaron un ejército de milicias dirigido por George Washington. La falta de refuerzos, las tácticas de guerrilla y el desconocimiento del terreno minaron la posición de las fuerzas británicas que sufrieron una dura derrota en Saratoga (1777).
Esta victoria les atrajo el apoyo de Francia y de España, que querían debilitar a su enemigo británico. Finalmente, la decisiva derrota de Yorktown (1781) selló el destino de la guerra. En la Paz de Versalles, de 1783, Gran Bretaña re-conocíó la independencia estadounidense.
1.3. Una nueva nacíón
Las antiguas Trece Colonias empezaron a negociar un nuevo estatus político. Pese a las diferencias entre ellas, el: interés común propició un acuerdo para constituir una República Federal de carácter presidencialista. En 1787 fue proclamada la Constitución de Estados Unidos de América, que recogía las ideas de Montesquieu sobre la división de poderes y sobre los controles mutuos entre el ejecutivo, el legislativo y el judicial.
Además, se establecíó el carácter democrático y federal de la Uníón con unas amplias competencias para cada Estado. En 1789, fue elegido como primer presidente George Washington, que durante una década sentó las bases del desarrollo económico estadounidense y del impulso hacia la conquista del Oeste.
2. La Revolución francesa
El estallido revolucionario en la Francia de finales del Siglo XVIII fue motivado por causas profundas y diversas.
• En el orden social, existía una evidente decadencia de la sociedad estamental, debido al ascenso de la burguésía, así como del sistema jurídico feudal, cuestionado por la mayoría de los campesinos.
• En el orden político, las ideas ilustradas sobre la soberanía nacional, la di-visión de poderes o las libertades individuales ponían en entredicho los fundamentos del Antiguo Régimen y de la monarquía absolutista.
Las causas inmediatas de la Revolución fueron, sin embargo, económicas. Una época de malas cosechas coincidíó con un importante déficit del Estado, que había aumentado sus deudas por el apoyo de la monarquía de Luis XVI a la causa estadounidense. Esto se tradujo en un aumento de la presión fiscal sobre los estamentos no privilegiados, que no había evitado el creciente endeuda-miento del Estado y la posibilidad de su quiebra.
Causas de la Revolución francesa
Ideológicas
■ Ideas de los ilustrados: división de poderes, soberanía nacional, crítica a las instituciones, liberta e igualdad frente a absolutismo monárquico y privilegios de la nobleza y del clero.
■ Influencia del triunfo de la independencia de Estados Unidos.
Sociales
■ Ascenso de la burguésía.
■ Pervivencia del régimen feudal. ■ Demandas de cambio de campesinos, burgueses y habitantes de las ciudades.
Económicas
■ Aumento de la presión fiscal sobre los campesinos. ■ Crisis económica por participación francesa en la Guerra de Independencia de Estados Unidos.
■ Malas cosechas. ■ Exención de impuestos de los estamentos privilegiados.
■ Excesivos gastos de los monarcas
2.1. La convocatoria de los Estados Generales
La nobleza y el clero se resistieron a los intentos de Calonne, Brienne o Necker, ministros de hacienda de Luis XVI, de subirles a ellos los impuestos para aliviar la deuda del Estado.
Ante esta negativa, Luis XVI, asesorado por su ministro Necker, convocó los Estados Generales, que no se reunían des de 1614, con el fin de impulsar la re-forma fiscal. Los comicios para elegir a los representantes de los tres estamentos que debían constituir esta asamblea provocaron un gran revuelo político, al mismo tiempo que se presentaban los cuadernos de quejas de los electores, que recogían las pretensiones y agravios de los distintos territorios y comunidades. Durante la campaña, empezaron a sobresalir personajes contrarios a la monarquía absoluta y a la sociedad estamental, como Sieyés que, con su pan-fleto ¿Qué es el tercer estado?, reivindicaba un mayor protagonismo para este estamento sin privilegios.
2.2. De la Asamblea Nacional a la Asamblea Legislativa
El 5 de Mayo de 1789, Luis XVI inauguró los Estados Generales en Versalles.
Pronto, los debates quedaron bloqueados a causa de la exigencia del tercer estado de que las votaciones fueran nominales: un voto por representante, y no un voto por estamento. Ante su rechazo, los representes del tercer estado, secundados por algunos miembros de los grupos privilegiados, decidieron constituirse en Asamblea Nacional el 17 de Junio.
Mediante un gesto revolucionario, los miembros de la Asamblea pasaron a considerarse representantes de la soberanía de la nacíón francesa. El rey intentó frenar lo que ya era una verdadera revolución y la disolvíó, pero los diputados se trasladaron a la sala del Juego de Pelota y acordaron «no disolverse en tanto no se haya establecido una Constitución».
De esta forma, la asamblea pasaba a ser Constituyente. La nueva Asamblea contó con el apoyo in-mediato de las provincias y el pueblo parisino. Este último reacciónó a la concentración de tropas en torno a la capital con el asalto a la cárcel de la Bastilla, símbolo del poder real en París, el 14 de Julio.
Al mismo tiempo, en el campo francés se produjo el Gran Miedo: frente a una posible reacción de la aristocracia, los campesinos asaltaron y destruye-ron los castillos y residencias de los nobles que simbolizaban el poder feudal. A la revolución política se añadió la revolución popular.
Una vez consolidado el poder de la Asamblea frente al monarca, decidieron crear una Guardia Nacional que garantizara la supervivencia de la revolución, e iniciaron una importante obra legislativa en la que destacaron:
• Abolición del régimen feudal: el 4 de Agosto, mediante la supresión de to-dos los derechos señoriales.
• Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano: el 26 de agos-to, que garantizaba los derechos individuales, la soberanía nacional y la igualdad jurídica e implicaba la desaparición del sistema estamental y de la monarquía absoluta.
• Nacionalización y venta de los bienes de la Corona, de la Iglesia y de los nobles que habían emigrado al estallar la revolución. De esta forma se pre-tendía hacer frente a los problemas financieros del país.
Luis XVI intentó oponerse, pero las mujeres parisinas le obligaron a firmar estas leyes y a trasladarse con su familia al palacio de las Tullerías. Con el rey anulado por el ímpetu revolucionario, la Asamblea inició los trámites para dotar a Francia de una Constitución.
La ideología determinó su situación en la sala de reuniones: a la derecha, los partidarios de la vuelta al Antiguo Régimen; en el centro, los que abogaban por una monarquía constitucional, y a la izquierda, los defensores de profundizar en la revolución o incluso de constituir una república.
Finalmente, salieron adelante las propuestas del centro y, el 3 de Septiembre de 1791, fue promulgada una Constitución por la que Francia pasaba a convertirse en una monarquía parlamentaria.
2.3. La caída de la monarquía
La posición de Luis XVI era cada vez más precaria y su intento de huir de Fran-Cía, la fuga de Varennes, arruinó su credibilidad. La nueva Constitución había establecido la división de poderes, fortaleciendo al legislativo y debilitando al ejecutivo al frente del cual estaba el rey. Las nuevas elecciones contribuyeron a la formación de dos grandes grupos republicanos, los girondinos y los jacobinos, estos últimos apoyados en la calle por los sans-culottes.
Luis XVI se había resistido a las medidas de la asamblea, especialmente las referidas a la Iglesia católica. Se habían suprimido las órdenes religiosas y se había establecido una Constitución civil del clero que obligaba a este a jurar la Carga Magna. El Papa condenó el proceso revolucionario y muchos clérigos, los llamados refractarios, se negaron a hacer el juramento. Por otro lado, los nobles emigrados alentaban a potencias, como Austria, a que acabaran con el proceso revolucionario antes de que se contagiaran.
En un intento de unir al país en una causa común, en Abril de 1792, la Asamblea declaró la guerra a Austria, a la que apoyó Prusia. Los primeros enfrentamientos fueron un desastre para los franceses y se acusó a la familia real, especialmente a María Antonieta, de origen austriaco, de colaborar con el ene-migo. El 10 de Agosto, los sans-culottes asaltaron las Tullerías, residencia real, y la Asamblea depuso al rey, que fue encarcelado.
2.4. La Convencíón republicana
El 22 de Septiembre de 1792 se proclamó la República francesa. Se estable-ció un nuevo calendario, en el que el año cero coincidía con el nacimiento del nuevo Estado republicano. Dos días antes, los franceses habían derrotado a los austro-prusianos en Valmy y, evitado de este modo, la invasión del país. La Asamblea republicana quedó dividida en: girondinos, que representaban la derecha republicana y los intereses de la burguésía; «la llanura», sin un programa político definido; y los jacobinos, entre los que destacaban Robespierre, con ideas mucho más radicales. Organizó un régimen de convencíón por el que el ejecutivo quedaba totalmente subordinado al órgano legislativo.
2.4.1. La Convencíón girondina
En un primer momento, los girondinos dominaron la Convencíón y mantuvieron la política de guerra en el exterior.
El juicio, condena y ejecución de Luis XVI, en Enero de 1793, se convirtió en un hecho decisivo ya que eliminó cualquier posibilidad de acuerdo con la Europa monárquica que organizó, en torno a Gran Bretaña, la Primera Coalición.
La situación se hizo crítica porque Francia estaba rodeada de enemigos y fue necesario decretar la leva en masa. Esto creó malestar y la regíón de La Vendée, de mayoría católica y monárquica, se sublevó, junto con otras ciuda-des y regiones. A la Guerra Civil y al enfrentamiento contra la Primera Coalición, se sumó la carestía y la inflación. Todo ello desacreditó a los girondinos.
2.4.2. La Convencíón jacobina
Para hacer frente a los enemigos interiores, la Convencíón implantó tribuna-les revolucionarios y un Comité de Salvación Pública que pronto estuvieron en manos de los jacobinos. En Junio de 1793, los sans-culottes consiguieron la caída de los girondinos. El jefe de los jacobinos, Robespierre, adoptó políticas favorables a la igualdad de todos los ciudadanos: un proyecto de Constitución de fuerte carácter democrático, así como medidas para paliar la carestía y fijar los precios máximos de los productos básicos. Impuso una política centralista que fortalecíó a París. En Octubre de 1793, los jacobinos instauraron el Terror mediante una persecución de los enemigos contrarrevolucionarios que provocó miles de ejecuciones en la guillotina. También, lanzaron una campaña de descristianización para sustituir esta religión por la fiesta del Ser Supremo.
2.4.3. La Convencíón Termidoriana
Asustados por la deriva revolucionaria, los representantes burgueses de «la llanura» organizaron, en Junio de 1794, un golpe contra los jacobinos. Robespierre y otros líderes fueron ejecutados. Comenzó un nuevo periodo, dominado por la burguésía, en el que la Revolución se atemperó.
Una nueva Constitución, la de 1795, establecíó un sistema de gobierno que dejó fuera a las clases populares y que estuvo dirigido por un gobierno de notables, a través del Directorio. La Convencíón reprimíó con éxito los intentos de monárquicos y de extremistas revolucionarios, a la vez que en el exterior conseguía notables victorias militares gracias a figuras como Napoleón
Bonaparte.
El Legado de la Revolución Francesa
- El nacimiento de la sociedad contemporánea
- Los cambios económicos que posibilitaron la revolución industrial en Francia
- El fin de la sociedad estamental
- Ascenso político y económico de la burguésía
- Descenso del nivel de vida de jornaleros y obreros
- La abolición del régimen feudal
- El fin de la monarquía absolutista
- Aparición de los partidos políticos
3. El Imperio napoleónico
La figura de Napoleón Bonaparte marcó decisivamente los tres primeros lustros del Siglo XIX. Napoleón fue un producto de la Revolución francesa.
Desde unos orígenes humildes, fue capaz de forjar un Imperio a escala continental que, aunque efímero, ayudó a difundir los ideales revolucionarios.
3.1. El ascenso de Napoleón: el Consulado
Napoleón se uníó a la causa revolucionaria como oficial de artillería. Durante las guerras de la Convencíón obtuvo rápidos ascensos. Tras su éxito en el sitio de Toulon (1793), fue ascendido a general, el más joven del ejército republicano.
Dos años después se le encargó sofocar un levantamiento monárquico en París y, en 1797, dirigíó el ejército francés en Italia en una exitosa campaña en la que exhibíó todo su genio militar.
El Directorio, temeroso de su creciente fama y prestigio, apoyó una expedición a Egipto del general. Napoleón conquistó El Cairo, en 1798, pero su éxito terrestre fue empañado por su derrota naval frente a los británicos, lo que les permitíó el control del mar.
Pese a todo, su gloria no dejó de crecer en Francia, a la que regresó para acabar con el Directorio, que había sido acusado de corrupto e ineficaz. Con el apoyo de su hermano Luciano y otros conjurados, el 18 de Brumario (9 de Noviembre) de 1799 dio un Golpe de Estado y transformó el Directorio en un Consulado. Fue elegido cónsul, primero por diez años y, después, de forma vitalicia, inició una intensa actividad reformadora y promulgó una nueva Carta Magna. Entre sus decisiones más trascendentes, citaremos las siguientes:
• Organizó un aparato policial que ayudó a acabar con cualquier disidencia monárquica o republicana. Controló la prensa mediante la censura.
• Firmó un Concordato con la Santa Sede (1801) por el que la Iglesia católica aceptaba la venta de bienes eclesiásticos. Se reconocía el catolicismo como la religión mayoritaria de los franceses, pero el Estado se declaraba laico.
• Reformó la Administración y la educación, reforzando todavía más el centralismo y transformando la enseñanza en un servicio público.
• En 1804, promulgó un nuevo Código Civil que garantizaba los derechos de propiedad, el matrimonio civil y el divorcio.
• Forjó la Grande Armée, un ejército moderno y multinacional, en el que los ascensos eran por méritos, muy ágil y ofensivo, que llegó a contar con más de medio millón de soldados.
3.2. Auge y caída del Imperio
En Mayo de 1804, Napoleón fue coronado emperador por el papa Pío VII. El nuevo emperador soñaba con unificar Europa bajo la hegemonía francesa. Gracias a la Grande Armée y a su genio militar, Napoleón vencíó a las sucesivas coaliciones emprendidas contra él. En Austerlitz (1805), en Jena (1806) y en Friedland (1807) acabó con los ejércitos de austriacos, prusianos y rusos.
Sin embargo, la victoria de Nelson en Trafalgar (1805) sobre la armada Franco española dio el dominio del mar al Reino Unido y anuló los planes de invasión por Napoleón. El emperador, entonces, intentó ahogar económica-mente a los británicos mediante el bloqueo continental que prohibía el comercio con este país.
En 1808, los ejércitos napoleónicos habían invadido España y Portugal y, a diferencia de otros lugares, la población, mediante guerrillas, acosaba a los franceses conviniéndose en la «úlcera española».
Esta situación fue aprovechada por el Reino Unido que envió un ejército a la Península y hostigó a las tropas napoleónicas. En 1812, Napoleón invadíó Rusia que había abandonado el bloqueo continental.
La campaña, pese a conquistar Moscú, fue un desastre y el invierno ruso acabó con la Grande Armée. Al año siguiente, Europa se sublevó contra Napoleón y un ejército multinacional lo vencíó, casi definitivamente, en Leipzig. Derrotado, en Abril de 1814, Napoleón tuvo que abdicar y retirarse a la isla de Elba. En Francia fueron restaurados los Borbones, pero las medidas de Luis XVIII crea-ron malestar.
Napoleón regresó en Marzo de 1815 y emprendíó el efímero Imperio de los cien días. Una nueva coalición acabó con sus sueños en la batalla de Waterloo y Napoleón fue desterrado definitivamente a la isla de Santa Elena.
La Obra de Napoleón
Napoleón impulsó numerosas reformas e instituciones que perduran en nuestros días:
- El Banco De Francia
- El Código Civil (normas de convivencia)
- El Código del Comercio
- La Enseñanza Pública y Laica controlada por el Estado
- La Administración Centralizada
- División Territorial en departamentos
- Creación de la Legión de Honor
- Puso en orden la Hacienda Francesa e hizo crecer la producción industrial
Conceptos:
Declaración de Independencia de Estados Unidos:
es un documento firmado el 4 de Julio de 1776, el cual anunciaba que las Trece colonias de América del Norte, se declaraban como 13 nuevos Estados.
El Boston Tea Party:
En el 1773, en el puerto de Boston, Estado de Massachusetts, un grupo de colonos disfrazados de indios arrojo al mar el cargamento de té de los barcos de la compañía de las Indias Orientales. Este atentado contra monopolio comercial británico y este desafío a su autoridad determinaron el cierre del puerto.
Tercer Estado
Estamento o clase social que estaba formado por el común de la gente del pueblo, frente a los nobles, los eclesiásticos y militares.
Declaración de Derechos del Hombre y Ciudadano:
es uno de los documentos fundamentales de la Revolución Francesa, en cuanto a definir los derechos personales y los de la comunidad
Jacobinos:
eran los miembros del grupo político de la Revolución Francesa cuya sede se encuentra en París, cuya ideología era muy radical.
Convencíón:
forma de gobierno de la República Francesa tras eliminar la monarquía.
Brumarios:
Golpe de Estado a Francia que acabo con el Directorio y por el cual Napoleón se convierte en Emperador.
Código Civil:
conjunto unitario de normas de derecho privado que recoge las normas sociales y e propiedad
Comité de Salvación Pública:
organismo instituido por la convencíón revolucionaria francesa otorgándole amplios poderes para sustituir al Comité de Defensa General.