Felipe V fue el primer rey de la dinastía de los borbones. Era nieto de Luis xiv y trajo a nuestro país a la dinastía reinante en Francia. Su reinado fue uno de los más largos de la historia de nuestro país extendiéndose a lo largo de casi medio sigl
Carlos II, muerto sin descendencia, nombró sucesor a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia y bisnieto de Felipe IV, quien fue coronado con el título de Felipe V. Acababa así la dinastía de los Habsburgo y llegaba al trono español la dinastía de los Borbones. Francia conseguía una clara ventaja en la hegemonía europea, a la vez que se perfilaba la posibilidad de un futuro en el que las monarquías francesa y española se unieran. Aquel hecho llevó a Inglaterra, Austria y los Países Bajos, a firmar en 1701 la Gran Alianza de la Haya, coalición antiborbónica en apoyo de Carlos de Habsburgo, a la que se sumarían Portugal y otros estados, iniciándose así la Guerra de Sucesión (1701- 1714), que afectó a casi toda Europa y a sus colonias americanas. Felipe de Anjou y el archiduque Carlos
4. Desde el momento de su estallido, la guerra tendrá dos vertientes, siendo al mismo tiempo un conflicto europeo y una Guerra Civil. Se convirtió en Guerra Civil cuando los diferentes reinos hispanos tomaron partido por cada uno de los candidatos al trono. La mayor parte de la población de Castilla se inclínó por sostener la causa de Felipe V, mientras el archiduque Carlos recibíó la adhesión de los territorios de la Corona de Aragón, que esperaban así conservar sus fueros y su nivel de autogobierno. En 1705, las tropas germánicas entraron en aquellos territorios, desde donde iniciaron su ofensiva sobre el interior. La victoria borbónica de Almansa (1707) y las de Brihuega y Villaviciosa (Diciembre de 1710) encerraron en Cataluña a los austracistas, y después de la retirada de Inglaterra y la paz de Utrecht, los catalanes continuaron la lucha en solitario hasta la rendición de Barcelona en 1714 . Batalla de Almansa
5. En lo que respecta a Europa, en una primera fase (hasta 1704) los franceses vencieron en Italia y evitaron los intentos aliados por desembarcar en España, hasta que los ingleses se apoderaron de Gibraltar. Desde 1705, las tropas austriacas entran en España y los Borbones tuvieron que retroceder en Italia y los Países Bajos, aunque pronto llegaría la victoria de Almansa. Desde el otoño de 1710, los ejércitos franceses recuperan la iniciativa en la guerra, tanto en España como en otros frentes, pero otro importante acontecimiento sería el que finalmente pondría fin a la guerra. En 1711 el archiduque Carlos se convierte en emperador austriaco al morir su hermano. Sus aliadas, Inglaterra y Holanda, pasaron en ese momento a ver con prevención la posible uníón de España y Austria bajo un mismo monarca, por lo que ofrecerían a Luis XIV la apertura de negociaciones. Batalla de Barcelona 11 de Septiembre de 1714
6. 1. 2. Tratados de Utrecht y Rastadt: •. Firmados entre 1713 y 1715, supusieron el fin de la guerra y significaron, entre otras cosas, el reconocimiento internacional de Felipe V como rey de España, a cambio de la separación definitiva de las coronas de Francia y España. •. Los Países Bajos españoles y los territorios italianos de Nápoles y Cerdeña pasaron a Austria. •. El ducado de Saboyá se convirtió en reino y anexiónó la isla de Sicilia. •. Inglaterra obtuvo Gibraltar, Menorca y privilegios comerciales con América: el navío de permiso (derecho limitado a comerciar con las Indias españolas) y el asiento de negros (permiso para comerciar con esclavos en las Indias). Aquella paz marcó el inicio de la hegemonía británica en el mundo.
7. 1. 3. Política exterior en Europa: Las líneas de la política exterior española arrancan de la situación creada tras el Tratado de Utrecht: recuperar Gibraltar y Menorca, en manos británicas, y conseguir cargos para príncipes de la familia Borbón en los territorios italianos perdidos. Para ello, se plantearon la alianza con Francia, concretada en varios Pactos de Familia, y el enfrentamiento con Inglaterra en el Atlántico ante la amenaza británica a las posesiones españolas en las Indias. Felipe V (1700-1746) empeñado en recuperar los territorios italianos, para lo cual los dos primeros Pactos de Familia, en 1733 y 1743. Fruto de ellos se llegó a la participación, apoyando los intereses franceses, en la Guerra de Sucesión de Austria (1743-48). Los resultados de dichos acuerdos fueron que el infante Carlos, futuro Carlos III de España, fuera coronado Rey de Nápoles y Sicilia y que el infante Felipe fuera nombrado Duque de Parma. El infante Carlos como rey Carlos VIII de Nápoles y Sicilia
8. Con Fernando VI (1746-1759), el gobierno español adoptó una política exterior de diplomacia pacífica. Carlos III (1759-1788) volvíó a la alianza con Francia y firmó el Tercer Pacto de Familia en 1761, lo que le obligaba a participar en la guerra de los Siete Años en la que franceses e ingleses se disputaban el dominio de América del Norte. La victoria británica llevó a firma del Tratado de París (1763) por el que España cedía Florida a Inglaterra, aunque había recibido antes la Luisiana francesa. En 1776 estallaría la Guerra de Independencia de las colonias norteamericanas. España y Francia apoyaron a los rebeldes contra Inglaterra, que ésta vez fue derrotada y obligada a firmar el Tratado de Versalles (1783) lo que permitíó la recuperación de Menorca y Florida. La política exterior de Carlos IV (1788- 1808), completamente marcada por la Revolución Francesa, llevará al país a la trágica guerra de la Independencia contra Napoleón Bonaparte en los inicios del siguiente siglo.
9. 2. Reformas en la organización del Estado. La monarquía centralista. 2. 1. El cambio dinástico. Los primeros borbones (1700-1759): Felipe V fue un hombre inestable, muy influido por la figura de su esposa, Isabel de Farnesio, que impuso en la Corte sus propios intereses, provocando las guerras en Italia. En Enero de 1724, el rey abdicó en su hijo Luis I, quien murió en el mes de Agosto. Farnesio convencíó a su marido de que recuperara el trono. El resto del reinado estuvo marcado por la preeminencia del Secretario José Patíño y el derroche económico para la guerra. Fernando VI, ascendíó al trono en 1746, destacando en su época la política de intentos reformistas del Marqués de la Ensenada, dispuesto a aprovechar el inesperado periodo de paz.
10. 2. 2. Las reformas administrativas: •. Los Decretos de Nueva Planta: El cambio de dinastía trajo una nueva organización de la monarquía que se acercaba a los modelos franceses, con una estructura legal más unificada. Los reinos de la Corona de Aragón, fueron rebeldes a la presencia borbónica en España durante la Guerra de Sucesión. Según concluía el conflicto, se suprimieron los privilegios, fueros e instituciones autónomas de Aragón, Valencia, Cataluña y Baleares, mediante los Decretos de Nueva Planta, que significaban el establecimiento de la uniformidad política, legal y judicial, bajo el modelo castellano, para todos los territorios de España. Sólo las provincias vascas y Navarra conservaron sus fueros, pues habían sido fieles a Felipe V durante la Guerra. En general las medidas provocaron un gran resentimiento en estos reinos, pese a los efectos positivos en cuanto a la modernización de la administración y al desarrollo económico.
11. • Las Secretarías de Despacho: Los Borbones también reformaron la administración central consolidando el establecimiento de una plena monarquía absoluta. Se suprimieron todos los Consejos, exceptuando el Consejo de Castilla que se convirtió en el gran órgano asesor del rey. Se crearon las Secretarías de Despacho (Estado, Guerra, Marina e Indias, Hacienda, Gracia y Justicia), antecedentes de los ministerios. En 1787 se establece la Junta Suprema de Estado (presidida por el titular de esa secretaría), antecedente del Consejo de Ministros. Se reunía una vez por semana para coordinar la acción del gobierno de los secretarios.
12. • Administración territorial: El Nuevo modelo se basó en la división del territorio en Capitánías Generales y provincias. Las Reales Audiencias se mantienen para las cuestiones judiciales. Los antiguos virreyes fueron sustituidos por los Capitanes Generales, con competencias militares y de gobierno, y que, en ocasiones presidían las audiencias. Al frente de las provincias, siguiendo el modelo francés, se creó la figura de los Intendentes, funcionarios encargados de las cuestiones económicas y civiles. Finalmente, en los Ayuntamientos se mantuvieron los cargos del Corregidor y regidores, apareciendo, ya en tiempos de Carlos III, una figura muy importante, la del Procurador Síndico Personero, elegido por el pueblo, y encargado de defender los intereses de éste frente al consistorio. • Política regalista: La nueva dinastía intensificó la política regalista, buscando la supremacía de la Corona, poder civil, sobre la Iglesia. Las dos medidas principales fueron el establecimiento de un mayor control sobre la Inquisición y, sobre todo, la expulsión de la Compañía de Jesús adoptada por Carlos III en 1767.
13. • Reforma militar: El ejército experimentó una total transformación. Los tercios fueron sustituidos por regimientos, y se separaron las diferentes armas. Se introdujeron los grados de oficiales, jefes y generales modernos convirtiéndose el ejército en permanente y establecíéndose el servicio militar. Se acuartelaron unidades por todo el país, con el objetivo de que las tropas pasaran a controlar el propio territorio del reino. Sin embargo, se mantuvieron rasgos del pasado como el dominio de la nobleza sobre los mandos superiores o la escasa formación estratégica y táctica. También fue muy importante la recuperación de la marina de guerra, cuya debilidad había quedado patente con las pérdidas de Menorca y Gibraltar. • Reformas económicas: Se inició una política económica de promoción de la industria y el comercio, que incluía la supresión de aduanas interiores y la libre circulación de productos. Se ratificaron medidas mercantilistas como la prohibición de importar manufacturas textiles o la de exportar grano. Además se fundaron las primeras Reales Fábricas y compañías de comercio para incentivar, respectivamente, las manufacturas nacionales y el comercio colonial. Se trató de unificar y racionalizar el sistema de impuestos y, para ello, se llevó a cabo el Catastro de Ensenada en 1749 en la Corona de Castilla para conocer el nivel de riqueza de los súbditos. La reforma no llegó a llevarse a cabo, pero el Catastro constituye desde entonces una herramienta muy útil para los historiadores.
14. 3. La práctica del despotismo ilustrado: Carlos III. Las obras públicas: el ejemplo del Canal de Castilla. 3. 1. La Ilustración y el Despotismo Ilustrado: En el Siglo XVIII, o Siglo de las Luces, se produce un vasto movimiento ideológico y cultural que arranca de la centuria anterior: el movimiento racionalista de la Ilustración. Su finalidad fundamental fue, desde la razón humana, difundir el progreso y los grandes descubrimientos científicos basados en la observación directa de la Naturaleza y en el método experimental. El pensamiento ilustrado alcanzaría también a la política, y que se iría reformando hacia el impulso del desarrollo económico. Estas transformaciones no fueron acompañadas de cambios inmediatos en el terreno institucional, pero la difusión de las nuevas ideas por toda Europa y América fue un factor decisivo para las revoluciones liberales de comienzos de la Edad Contemporánea. El influjo de las ideas y doctrinas de la Ilustración en las cortes europeas dio lugar a un nuevo sistema político, el Despotismo ilustrado, en el que el grupo de ministros reformistas que rodeaba al rey cobró un gran protagonismo, en contra, a veces, de otros grupos nobiliarios y clericales más conservadores.
15. Algunos monarcas europeos como Federico II de Prusia y Carlos III de España, con arreglo al nuevo concepto político, tendieron a gobernar en beneficio del pueblo, procurando elevar su condición social y económica mediante reformas que favorecían los intereses generales y la educación e ilustración del pueblo y de todo el país. Esta política se realizaba desde el poder (“todo para el pueblo, pero sin el pueblo”) y sus propuestas más significativas eran: la centralización del Estado, la supresión de jurisdicciones de la nobleza y la Iglesia, la mejora de la instrucción pública y el desarrollo económico y social. Sin embargo, las contradicciones económicas y sociales del Antiguo Régimen lanzaron a las masas hacia el estallido revolucionario. Carlos III, rey de España
16. La Ilustración en España se inscribe en el marco general de la Ilustración europea (espíritu crítico, fe en la razón, confianza en la ciencia, afán didáctico). Los ilustrados fueron una minoría culta formada por nobles, funcionarios, burgueses y clérigos interesados en: • La reforma y reactivación de la economía (fomento de las ciencias útiles, mejora del sistema educativo). • Crítica moderada de algunos aspectos de la realidad social del país. • Interés por las nuevas ideas políticas liberales, aunque, no apoyaron planteamientos revolucionarios. Su afán reformista les llevó a chocar con la Iglesia y la mayor parte de la aristocracia. Pese a los afanes ilustrados, la mayoría del país siguió apegada a los valores tradicionales. Estatutos de la Sociedad Matritense de Amigos del País
17. En la primera mitad de siglo destacan Feijóo y Mayans, que criticaron el atrasado sistema de enseñanza y la imposición de la Iglesia de las verdades oficiales. Durante este período se crearon las principales Academias, instrumentos de difusión de las luces, como la Real Academia de la Lengua, o de la Historia. La Ilustración llega a su apogeo en el reinado de Carlos III, cuyos ministros, con espíritu renovador, trataron de elevar el nivel económico y cultural del país. Los escritos de Campomanes, Jovellanos, o Cabarrús muestran interés por los asuntos económicos y sociales, fruto del cual, se crearon las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País, preocupadas por la difusión de las ciencias y el desarrollo económico. El interés por la educación y el progreso científico se concretó en la creación de nuevas instituciones de enseñanza secundaria, de enseñanza superior y en la reforma de las Universidades y de los Colegios Mayores. Campomanes y Jovellanos
18. 3. 2. El reinado de Carlos III (1759-1788): Al morir Fernando VI sin descendencia, la Corona pasó a su hermanastro Carlos de Nápoles, hombre capaz con gran experiencia en el gobierno de aquellas tierras. De allí se trajo al marqués de Esquilache, a quien colocó como secretario de Hacienda. Junto a él llegaron a la Corte Campomanes y el conde de Floridablanca, quienes pretendieron poner en marcha un programa reformista. En Marzo de 1766, a la escasez de trigo motivada por la libertad de precios, se sumaría un decreto del ministro italiano que obligaba a recortar capas y sombreros, para desembocar en un motín general en Madrid, que se extendíó por el reino. Parece que la revuelta habría estado, manejada por el clero (jesuitas) y la nobleza para frenar las reformas. Carlos III se vio obligado a despedir a Esquilache y poner al frente del gobierno al conde de Aranda, pero también lo aprovechó para expulsar a los Jesuitas, acusados de fomentar el motín. El marqués de Esquilache y el motín visto por Goya
19. El motín llevó al Rey a dar un giro conservador en su política. Durante diez años, Aranda desarrolló un programa moderado, con sólo reformas superficiales tendentes a reforzar la autoridad real y a defender el Imperio colonial. En 1776 le sustituyó Floridablanca, que había abandonado ya su posición reformista. Los ilustrados partidarios de los cambios como Campomanes, Olavide o Jovellanos vieron como se perdía todo el espíritu modernizador del inicio del reinado. Cuando el rey murió, en Diciembre de 1788, Floridablanca continuó al frente del gobierno de su hijo, Carlos IV. Condes de Aranda y Floridablanca
20. 3. 3. La política de reformas: En ésta época la agricultura era aún muy atrasada y poco rentable, siendo frecuentes las hambrunas propias del Antiguo Régimen, agravadas por el crecimiento demográfico. Entre los ilustrados se extendíó la conciencia de la necesidad de emprender reformas en la agricultura, ocupación que ocupaba a la mayoría de la población. Para ello se contó con las aportaciones de las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País, a la par que los ministros de Carlos III preparaban diversos planes de reforma como el Memorial Ajustado de Campomanes y el Informe sobre la Ley Agraria de Jovellanos. Estos proyectos denunciaban las enormes propiedades amortizadas (mayorazgos de la nobleza o manos muertas de la Iglesia) y afirmaban que el acceso del campesinado a la propiedad de la tierra era una condición necesaria para el progreso del país. Por primera ves, se empezaba a hablar de la desamortización. Sin embargo, la negativa rotunda del Clero y la Nobleza, llevó a la paralización de las reformas. Las únicas medidas que se llevaron a cabo fueron el reparto de tierras comunales en Extremadura, la repoblación (fallida) de Sierra Morena bajo el gobierno de Olavide, la reducción de los derechos de la Mesta y algunas obras de regadío (Canal Imperial de Aragón, Canal de Castilla…)
21. Los ministros ilustrados aprobaron medidas también para fomentar el desarrollo de la Industria: se rompíó el monopolio de los gremios en 1772; se establecieron, con escaso éxito económico, las Reales Fábricas, con apoyo del estado (armas, astilleros, vidrio, tapices…). Sólo las industrias textiles privadas catalanas (“indianas”) fueron más competitivas que las empresas estatales. De nada sirvió la Real Cédula de 1783, por la que Carlos III declaraba “honrosos” los oficios. Con respecto al comercio se adoptaron medidas conducentes a integrar el comercio nacional, como la mejora de las vías comunicación o la supresión de las aduanas interiores. Un decreto de 1778 establecíó la liberalización del comercio con América, acabando con el secular monopolio de la Casa de Contratación. Sin embargo, se mantuvo la política comercial proteccionista con respecto a las demás potencias. En el terreno financiero, se establecíó el Banco de San Carlos, antecedente del futuro Banco de España, encargado de controlar la circulación de Vales Reales. Obra de Goya para la Real Fábrica de Tapices y tipo de Vale Real
22. 3. 4. El Canal de Castilla: Es uno de los proyectos más relevantes de ingeniería civil de la España Ilustrada, y el objetivo principal de su construcción fue servir como vía fluvial de comunicación y transporte que solucionase el problema de aislamiento al que estaba sometida la meseta castellana y leonesa, debido a una orografía complicada y una deficiente y mal conservada red viaria, que dificultaba y hacía casi imposible el transporte de los excedentes agrarios de la regíón, cereales en su mayoría, hacia los puertos de salida en el norte. Fue el Marqués de la Ensenada quien propuso a Fernando VI la construcción de una red de caminos y canales de navegación para Castilla, por entonces, la principal productora de cereales. Dos años más tarde, el ingeniero Antonio de Ulloa, presenta el “Proyecto General de los Canales de Navegación y Riego para los Reinos de Castilla y de León”. La construcción del Canal de Castilla duró casi un siglo, desde el año 1753 hasta el 1849, marcada por constantes incidentes y acontecimientos que la dificultaron. Problemas económicos, diferencias de criterio entre los técnicos o los políticos de turno y los acontecimientos propios de una época de turbulencias sociales y militares, hicieron que las obras avanzaran con lentitud o que en muchas ocasiones permanecieran largos periodos de tiempo abandonadas. Así el 14 de Diciembre de 1849 comienza su explotación por la “Compañía del Canal de Castilla” por un periodo de 70 años.
23. 4. Política borbónica en América. En un principio, la nueva dinastía no introdujo ningún cambio importante en las colonias. Continuarían igual la administración, el monopolio comercial castellano (pese al creciente contrabando británico), y los envíos de plata a cambio de productos peninsulares. La sociedad americana se organizaba en torno a dos grupos: • La elite blanca (peninsulares y criollos) que controlaban la administración y la propiedad de la tierra, las minas y demás fuentes de riqueza. • El resto de la población constituida por la mayoría indígena y los esclavos negros. A partir de mediados de siglo se inicia un cambio, cuando el gobierno de Madrid decidíó incrementar la explotación colonial para aumentar la rentabilidad.
24. Se promovieron, con escaso éxito, las Compañías de Comercio, siguiendo el modelo inglés y holandés. Se decretó la introducción de navíos de registro: barcos que podían comerciar al margen de la Flota de Indias, lo que permitíó el incremento del comercio gaditano con América. Durante el reinado de Carlos III se introdujeron importantes reformas: • La Corona trató de incrementar el control administrativo de la metrópoli sobre las Indias: se excluyó de la administración a los criollos, se creó un nuevo virreinato, el del Río de la Plata en 1776, y ese mismo año se establecíó el cargo de Intendente. • La expulsión de los jesuitas en 1767 tuvo en América una importante consecuencia: la Corona se anexiónó sus importantes tierras, sobre todo en Paraguay. • En el terreno económico hubo un incremento impositivo y en 1778 se permitíó el libre comercio entre la península y las Indias, rompiendo el monopolio sevillano-gaditano. Esta nueva política borbónica, enfocada sobre todo al beneficio de la metrópoli, engendró movimientos de protesta de los criollos, apartados de los cargos administrativos, y de la explotada mano de obra indígena. En 1780-1781 se inició una revuelta en Perú iniciada por los criollos pero que pronto se convirtió en una rebelión indígena (Tupac Amaru). La revuelta fue duramente reprimida, pero el espíritu independentista no se vería ya frenado.