5.2 El 10 de Abril de 1808 Fernando VII creo la Junta Suprema de Gobierno presidida por el Infante D. Antonio de Pascual para que gobernase el reino mientras él visitaba a Napoleón en Bayona. Después de las abdicaciones de Bayona, Napoleón cedíó la corona de España a su hermano José I. Su medida más destacada fue la aprobación del Estatuto de Bayona, que era una Carta Otorgada. Según este documento España quedaba configurada como una monarquía autoritaria pero con alguna reforma, por ejemplo creaba unas Cortes y se reconocían algunos derechos individuales, libertades económicas y reconocía la religión católica como la única del Estado. José I contó con el apoyo de los sectores más cultos de la sociedad que serán conocidos como afrancesados y considerados como traidores por el resto de los españoles.
Los españoles que no aceptaron la ocupación francesa, Se comenzaron a crear Juntas, primero en los municipios y posteriormente a nivel Provincial para organizar a los patriotas y enfrentarse a los franceses. Estas Juntas locales y provinciales estaban dirigidas por las personas más influyentes de cada localidad y pertenecían a los estamentos dirigentes. Para coordinar a todas las Juntas, a la hora de enfrentarse al invasor, se formó en Septiembre de 1808 la Junta Central en representación de las diferentes Juntas Provinciales, su primera sede fue Aranjuez, pero ante el avance francés tuvo que trasladarse primero a Sevilla y posteriormente a Cádiz.
Esta Junta Central asumíó el gobierno de España hasta 1810 dirigiendo la guerra y firmando un pacto de alianza con el Reino Unido. Por último en un acto revolucionario convocó Cortes en Cádiz, sumar a los absolutistas creando un único gobierno español frente a los franceses se acordó disolver la Junta Central en Enero de 1810 y sus poderes se cedieron a un Consejo de Regencia de cinco miembros. Este Consejo de Regencia mantuvo la convocatoria de Cortes y se celebraron elecciones en difíciles condiciones por la ocupación francesa.
-Cortes de Cádiz:
El 24 de Septiembre de 1810 tuvo lugar la apertura de las Cortes de Cádiz, a la que no pudieron llegar todos los diputados elegidos en el territorio peninsular ni en América, y algunos fueron sustituidos por nuevos diputados elegidos en Cádiz. Su número supero los 200 y la mayoría eran clérigos, abogados o militares la mayoría correspondían a la burguésía.
Los diputados podían agruparse en tres grupos ideológicos:
Liberales. Partidarios de acabar con el Antiguo Régimen y conceder la soberanía
a las Cortes.
Los reformadores o jovellanistas. Que solo querían una pequeña reforma y
defendían la soberanía compartida entre el Rey y las Cortes.
Los Absolutistas. Que no querían cambiar el sistema político.
La obra más importante de las Cortes fue la Constitución de 1812.
Fue la primera
Constitución liberal de España. Esta constitución fue aprobada el 19 de Marzo de 1812 y
sus puntos principales son:
soberanía nacional, División de poderes. Derechos individuales. Igualdad ante la ley. Se suprimieron todos los fueros y leyes contrarios a la constitución, La constitución aprobó la creación de una Milicia Nacional para defender la constitución. Se aprobó el Sufragio Universal Masculino indirecto,catolicismo como religión oficial
Medidas económicas y sociales:
las Cortes de Cádiz aprobaron otra serie de medidas que acabaron con el Antiguo Régimen. En primer lugar se aprobó la desamortización de las propiedades de los afrancesados, las órdenes militares que se disolvieron, los conventos destruidos por la guerra y la mitad de las tierras municipales. Junto a estas medidas se suprimieron los mayorazgos.
se abolieron los derechos feudales y los señoríos jurisdiccionales. Sin embargo, la nobleza consiguió mantener todos sus bienes e incluso incrementarlos porque los señoríos jurisdiccionales fueron convertidos en títulos de propiedad.
Se aprobó la libertad de contratación y trabajo lo que terminó de acabar con los privilegios de los gremios y la Mesta. Tribunal de la Inquisición fue eliminado.
Toda la obra de las Cortes de Cádiz apenas llegaron a aplicarse a causa de la guerra y a que cuando retornó Fernando VII declaró ilegal todo lo aprobado,
5.3 Tras el Tratado de Valençay en 1813, Fernando VII se preparó para regresar a un país donde gobernaban unos principios políticos completamente contrarios a sus convicciones absolutistas. El monarca demoró su regreso a Madrid tanteando la situación ante la cada vez más evidente debilidad de los liberales en el interior del país. Fernando VII entró en España el 22 de Marzo de 1814, recibido con entusiasmo por dondequiera que pasaba el monarca decidíó dirigirse a Valencia, allí recibíó el apoyo de buena parte del ejército, la nobleza, la Iglesia y el pueblo que había luchado en su nombre durante la guerra, y estando en Valencia el 12 de Abril un grupo de diputados a Cortes absolutistas le presentaron el conocido como Manifiesto de los Persas en el que le reclamaban la vuelta al absolutismo. Finalmente, Fernando VII terminó por decidirse y el 4 de Mayo de 1814 emite en Valencia un
decreto por el que disolvía las Cortes, abolía la Constitución de 1812 y toda la labor legislativa de las Cortes de Cádiz y restablecía el absolutismo.
Con una economía en quiebra por la guerra recién terminada y con parte de las colonias sublevadas y que no producían ningún beneficio Fernando VII, apegado a la
tradición y a los privilegios estamentales, se negó a emprender ninguna reforma fiscal que incrementara los ingresos.
los gobiernos de Fernando VII se centraron en la represión de los enemigos de la monarquía restaurada. Más de doce mil “afrancesados” tuvieron que exiliarse y se inició una dura persecución contra los liberales.
eliminó la soberanía nacional. También quedaron derogadas la Constitución de Cádiz y la legislación ordinaria, así se anularon las medidas desamortizadoras, los inicios de reforma fiscal o la libertad de imprenta. Se restituyeron los privilegios de la nobleza y de la Iglesia. Se restablecía el Tribunal de la Inquisición y la Mesta, y se permitía incluso el retorno de la Compañía de Jesús.
Muchos militares, entre ellos antiguos héroes de la guerra de la Independencia, optaron por las posturas liberales y para hacer frente a la represión se integraron en sociedades secretas de ideología liberal como la masonería. Estos militares protagonizaron diversas intentonas de golpe militar o pronunciamiento: Espoz y Mina en 1814, Díaz Porlier en 1815, Lacy en 1817… Todos los intentos de golpe fueron duramente reprimidos. Finalmente, el pronunciamiento del comandante Rafael de Riego, jefe de las tropas expedicionarias acantonadas en Cabezas de San Juan para ser enviadas a América, el 1 de Enero de 1820 tiene éxito y recibe el apoyo popular necesario para triunfar, Fernando VII tuvo que
jurar la Constitución de Cádiz el 7 de Marzo.
El Trienio
Liberal (1820-1823)
Los liberales en el poder volvieron a eliminar la Inquisición, volvieron a imponer el sistema fiscal aprobado en Cádiz, acabaron con los señoríos, expulsaron a los Jesuitas y desarrollaron leyes para garantizar los derechos y las libertades de los ciudadanos. Además se aprobó la supresión de las órdenes monacales y la desamortización de tierras de los monasterios con la intención de rebajar la deuda pública. También se puso en marcha la primera legislación sobre enseñanza aprobando el Reglamento General de Instrucción Pública, el primer Código Penal y una nueva división provincial del país en 52 provincias. Regreso de la Milicia Nacional,
Sin embargo el plan de reformas provocó la división de los liberales en dos grupos. De un lado los hombres que participaron en las Cortes de Cádiz, llamados doceañistas, y de otra parte los seguidores de Riego, denominados veinteañistas. Los doceañistas desilusionados del poco apoyo popular al liberalismo en 1814 quería reformar la constitución para restringir la soberanía del pueblo mediante el sufragio censitario y la creación de una Cámara Alta en las Cortes, entre sus miembros destacados se encontraba Martínez de la Rosa. Por el contrario, los veinteañistas defendían la soberanía nacional, el sufragio universal masculino y las cortes unicamerales, entre sus miembros se encontraban Riego, Calatrava o Mendizábal. De estas diferencias arrancará la división del liberalismo español entre Moderados (doceañistas) y Progresistas (veinteañistas).
La oposición a la Constitución la protagonizaron los absolutistas, conocidos como realistas o despectivamente serviles, que acuñaron como lema la frase “Dios, patria y rey”. Este grupo lo encabezaba Fernando VII, y lo respaldaban parte de los oficiales del ejército, la Alta Nobleza, la Iglesia y amplias capas campesinas desilusionadas con el proceso desamortizador que había empeorado sus condiciones de vida.
La década absolutista (1823-1833)
Estos diez años se van a caracterizar por la vuelta a las instituciones del Antiguo Régimen (excepto la Inquisición) y la abolición de toda la legislación liberal.
Las primeras decisiones de Fernando VII se dirigieron a garantizar el absolutismo y acabar con los liberales, para ello e imitando a la Milicia Nacional, creará el cuerpo de los Voluntarios Realistas para defender el absolutismo.
Una vez asegurado en el poder va a empezar una enorme represión contra los liberales. Va a depurar de liberales al funcionariado, los profesores, oficiales del ejército y a toda persona que hubieran desempeñado cargos municipales durante el Trienio. La mayoría de los liberales huyeron al Reino Unido. Numerosos liberales fueron ejecutados
el mayor problema va a ser la deuda pública y la falta de recursos. Estos problemas económicos se debían a los años de la Guerra de la Independencia, los procesos revolucionariosycontrarrevolucionarios del Trienio y la pérdida de las colonias americanas. Los liberales intentaron solucionar el problema con la reforma fiscal y las desamortizaciones pero los gobiernos absolutistas cerraron estas vías. El ministro de Hacienda Luis López Ballesteros para intentar reducir la deuda, o no aumentarla fue el creador de los presupuestos generales del Estado e intentó impulsar la actividad económica aprobando la creación del Código de Comercio y el Banco de San Fernando (1829), y del Tribunal de Cuentas y la Bolsa de Madrid (1830). Lamentablemente la deuda siguió aumentando. Ante la falta de recursos López Ballesteros intentó hacer una reforma fiscal para que los privilegiados pagaran impuestos y aunque no se pudo llevar a cabo, solo el intento creo un sector de oposición al gobierno. Este grupo de oposición cada vez más reaccionaria quería eliminar cualquier recuerdo de liberalismo y eran partidarios de una represión mayor contra los liberales y de recuperar la Inquisición. La actuación más conocida de estos grupos fue la revuelta de los malcontents o agraviados, que tuvo lugar en Cataluña en 1827, y fue protagonizada por los campesinos descontentos con los impuestos. El mismo Fernando VII se puso al frente del ejército que acabo sofocándola. Esta facción reaccionaria comenzó a apoyar a Carlos María Isidro, hermano del rey y Príncipe de Asturias hasta 1830 cuando nacíó la princesa Isabel. Justo antes de su nacimiento Fernando VII para asegurar el trono de su hija publicó la Pragmática Sanción, aprobada en 1789 pero no promulgada, por la que se abolía la Ley Sálica y permitía a las mujeres acceder al trono como había sido la tradición del reino de Castilla con la Ley de Partidas de Alfonso X. Los partidarios de Carlos María Isidro no aceptaron esta decisión e intentaron aprovechar la enfermedad de Fernando VII en Septiembre de 1832 en los conocidos como sucesos de la Granja para intentar que el rey derogase la Pragmática Sanción. Pero la recuperación de Fernando acabó con el intento. Y como respuesta dio un giro a su política, disolvíó los voluntarios realistas, puso al mando del ejército a partidarios de Isabel y proclamó una amnistía para los liberales exiliados.En Agosto de 1822 se creó la Regencia de Urgel, un gobierno absolutista paralelo que tendrá su sede en Lérida, pero que finalmente será dominado por los liberales, el final del Trienio no se debíó a la resistencia interna sino a una intervención militar extranjera. Las grandes potencias del momento reunidas en la Santa Alianza decidieron en el Congreso de Verona de 1822 acabar con la revolución liberal en España y reponer a Fernando VII en su trono absoluto. Penetró en España en Abril de 1823 un ejército francés denominado los Cien Mil Hijos de San Luis, dirigida por el duque de Angulema. No tuvo resistencia
La Independencia de las colonias americanas.
difusión de las ideas Ilustradas y el liberalismo, con ideas como el contrato social, el gobierno representativo, los derechos individuales, la soberanía nacional… Además la independencia de los Estados Unidos en 1776 dio el ejemplo de que una colonia podía autogobernarse.
descontento criollo.
La debilidad de España,
La ambición inglesa por acabar con el monopolio que ejerce España sobre el comercio con sus colonias americanas
El proceso de independencia tuvo dos etapas:
Primera Etapa (1808-1815)
La primera etapa coincidíó con la Guerra de Independencia. También en América se formaron Juntas que poco a poco fueron admitiendo la autoridad de la Junta Central, e incluso hubo diputados americanos en las Cortes de Cádiz. En 1810 se produjo un cambio de actitud. En Mayo el Virreinato de la Plata se declaró independiente. E inmediatamente le siguieron Chile y Venezuela. En México estalló una rebelión indígena liderada por el cura Hidalgo, que pedía el fin de la esclavitud y el repartimiento de tierras entre los campesinos. Solo el Virreinato del Perú y las Antillas se mantuvieron fieles a España. Entre 1814-15 tras la victoria contra los franceses, el gobierno de Fernando VII pudo enviar fuerzas a América que iniciaron la reconquista. El ejército español dirigido por el General Morillo consiguió controlar la situación en toda la América española excepto en el Virreinato de la Plata. En México, como la revolución de Hidalgo era de tipo social, los criollos van a ayudar a los españoles y se conseguirá frenar el movimiento e Hidalgo será ejecutado.
Segunda fase (1816-1825)
Esta etapa se la conoce con el nombre de las Grandes Campañas, porque dos campañas paralelas de los independentistas conseguirán la definitiva emancipación de las colonias
americanas. La ausencia de una armada, perdida en Trafalgar, hizo que España fuera impotente a la hora de frenar el movimiento. En 1816 las autoridades en Buenos Aires deciden que la independencia de este territorio solo será definitiva si expulsan a los españoles del Perú, y desde este territorio partirá una expedición al mando de José de San Martín que cruzará los Andes para lograr liberar Chile tras las victorias de Chacabuco (1817) y Maipú (1818). Tras estas victoria Chile declarará su independencia y quedará presidida por el general O´Higgins. En el norte Brasil se anexionará Uruguay que conseguirá su independencia en 1828, mientras Paraguay ya era independiente desde 1811. En Venezuela, uno de los hombres de confianza de Francisco Miranda, Simón Bolívar que se había tenido que refugiar en Jamaica, vuelve y al frente de un ejército consigue ocupar la ciudad de Angostura. Desde ella y tras vencer a los españoles en Boyacá (1819), Carabobo (1821) y Pichincha , queda liberado todo el Virreinato de Nueva Granada, quedando dividido en las actuales Venezuela, Colombia y Ecuador. Juntos formaron una república unida que recibíó el nombre de la Gran Colombia, que acabará por dividirse en 1830. Pero el peligro español se manténía porque el Perú seguía fiel a España. Por ello los libertadores atacarán por el norte y por el sur, conquistando los independentistas Lima en 1821. Un nuevo problema se planteó porque tanto Bolívar como San Martín querían incorporar el Perú a sus territorios y eso podía llevar a un enfrentamiento, pero ambos generales se encontraron en Guayaquil y San Martín decidíó volver a Buenos Aires y dejar a Bolívar la tarea de ocupar los últimos territorios ocupados por los españoles. Finalmente en 1824 las últimas tropas españolas fueron derrotadas en la batalla de Ayacucho y con esta batalla concluyó la liberación de Perú y la presencia española en el continente. El Alto Perú se independizó en 1825 con el nombre de Bolivia en honor a Simón Bolívar. En México en 1820 consecuencia del triunfo liberal en España, los criollos vieron amenazados sus intereses por la supresión de los mayorazgos, y las reformas religiosas. Así en 1821 el criollo Agustín de Iturbide proclamó la independencia. Unos meses después se proclamó Emperador, Agustín I, pero fue derrocado en 1824 y se proclamó la República. Durante este proceso los territorios centroamericanos se independizaron de México y constituyeron la Confederación de las Provincias Unidas de América Central (1823), que se dividíó finalmente en cinco estados independientes Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Honduras en 1839. Solo Cuba y Puerto Rico quedaron bajo gobierno español en América y Filipinas en Asía.