Formación, Expansión y Crisis de los Reinos Cristianos en la Península Ibérica

A. Formación de los Primeros Reinos Cristianos (Siglos VIII-IX)

Durante este periodo, Al-Ándalus mantenía la hegemonía en la Península Ibérica. Solo el norte peninsular quedó fuera del dominio islámico, formándose los primeros núcleos de resistencia, que se constituyeron en reinos y condados independientes.

Núcleo Cantábrico: Reino Asturleonés

Los musulmanes no llegaron a controlar la zona de la Cordillera Cantábrica, donde se refugiaron nobles hispanovisigodos. Pelayo derrotó a los musulmanes en Covadonga. Sus sucesores, Alfonso I y Alfonso II, crearon el Reino de Asturias. En la segunda mitad del siglo IX, Alfonso III ocupó la Cordillera Cantábrica y el valle del Duero. Ordoño II trasladó la capital a León, y el reino pasó a denominarse Reino de León. Se fortificó la Meseta con castillos y se creó el condado de Castilla, gobernado por condes como Fernán González.

Núcleo Pirenaico: Reino de Pamplona, Condados Aragoneses y Condados Catalanes

Carlomagno, emperador franco, estableció una franja fortificada al sur de los Pirineos, la Marca Hispánica, dividida en condados. Hacia el 817, los hispanos de Jaca crearon el condado de Aragón, y hacia el 830 se creó el Reino de Pamplona, origen del futuro reino de Navarra. A finales del siglo X, nacieron los condados catalanes, entre ellos el de Barcelona.

B. Expansión de los Reinos Cristianos (Siglos X-XIII)

a. Consolidación de las Monarquías: Corona de Castilla, Corona de Aragón, Reino de Navarra

Con el tiempo, los pequeños reinos y condados del norte se convirtieron en reinos. Durante el reinado de Sancho III el Mayor, el Reino de Pamplona alcanzó su máxima expansión, pero a su muerte se dividió entre sus hijos: Ramiro I (rey de Aragón), Fernando I (rey de Castilla) y García Sánchez III (rey de Navarra). Los Reinos de Castilla y León se unieron y dividieron varias veces hasta su unión definitiva como Corona de Castilla. El matrimonio de Petronila, heredera del Reino de Aragón, con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, dio lugar a la Corona de Aragón, que unió el reino aragonés y los condados catalanes. La primera mitad del siglo XIII fue de gran expansión, especialmente tras la disgregación del poder almohade después de la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Los reinos peninsulares conquistaron amplios territorios:

  • Jaime I de Aragón conquistó Mallorca, el reino de Valencia y el de Murcia, que fue entregado a su yerno Alfonso X de Castilla. La expansión mediterránea de la Corona de Aragón fue completada por Pedro el Grande y Jaime II.
  • Fernando III de Castilla emprendió la conquista de Andalucía.

b. Conquistas y Repoblación de Al-Ándalus

Tras la descomposición del Califato en reinos de taifas, los reinos del norte atacaron las tierras andalusíes. Los reyes musulmanes pagaban parias (oro y objetos preciosos) para detener el avance. Los reinos del norte construyeron castillos y mejoraron su armamento. A finales del siglo XIII, solo el Reino nazarí de Granada quedaba como testimonio de la presencia musulmana en la Península.

C. Crisis de los Reinos Cristianos (Siglos XIV-XV)

Una sucesión de malas cosechas y la llegada de la Peste Negra (1348) inauguraron una etapa de catástrofes demográficas, crisis económica y conflictos sociales y políticos.

Conflictos Sociales: Revueltas Campesinas

El malestar social provocó levantamientos campesinos contra la nobleza y el endurecimiento del régimen señorial. En Cataluña, los remensas exigieron la anulación del régimen señorial. En Galicia, la rebelión campesina de los irmandiños tuvo demandas similares. El malestar social también llegó a las ciudades, con acciones contra las minorías, en especial los judíos, a quienes se culpaba de todos los males. Los ataques a las juderías (barrios judíos) se sucedieron.

Conflictos Políticos: Guerras Civiles

Hubo constantes enfrentamientos políticos y guerras civiles. En Castilla, la alta nobleza y la Iglesia se opusieron a Pedro I de Castilla y apoyaron a su hermanastro Enrique de Trastámara. Tras años de guerra civil, el bando nobiliario venció y proclamó rey a Enrique II, iniciando la dinastía Trastámara en Castilla. Esta dinastía se introdujo en la Corona de Aragón cuando, por el Compromiso de Caspe, se nombró rey a Fernando de Antequera. Durante el reinado de Juan II, Cataluña sufrió una guerra civil que enfrentó a la monarquía con la nobleza y las clases dirigentes.

El reino de Navarra también tuvo disensiones políticas que derivaron en una guerra civil. El conflicto se prolongó hasta la intervención de Fernando el Católico, que estableció un protectorado sobre el reino y lo incorporó a Castilla.

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