Frente Popular: La situación generada por la revolución y las elecciones de 1936
La situación generada por la revolución, obliga a convocar nuevas elecciones. En este caso, la derecha se presentó desunida y desgastada. La represión de Octubre y las medidas posteriores posibilitaron la creación de una coalición electoral de las fuerzas de izquierdas, el Frente Popular, formado por republicanos, socialistas y comunistas, con el respaldo de los anarquistas. Esta coalición electoral tenía un programa común: amnistía para los presos y aplicación de la legislación reformista del bienio de izquierdas. Además, tenían el compromiso que una vez ganadas las elecciones, se disolverían y gobernarían los republicanos de Azaña.El 16 de febrero de 1936 votó el 72% del censo electoral. Ante la desunión de las derechas, el Frente Popular ganó las elecciones. Azaña fue nombrado presidente de la República y Casares Quiroga, presidente del gobierno. El gobierno formado exclusivamente por republicanos, pero apoyados por los socialistas aplicó rápidamente el programa del Frente Popular: decretó la amnistía, restableció el Estatuto Catalán y su gobierno y se reanudó la Reforma Agraria.El triunfo del Frente Popular no fue aceptado por todos los sectores, por ello, se inició una conspiración contra la República, mientras los sindicatos y partidos obreros exigían la profundización de las reformas sociales del primer bienio.La sociedad española estaba polarizada entre derechas e izquierdas. Los sectores más conservadores reaccionaron ante el gobierno republicano de Azaña.El gobierno conoce la intención de la extrema derecha por derribar la República, en esto intervienen políticos de la extrema derecha, como Calvo Sotelo y militares, por lo que dispersó a los militares sospechosos. La medida se mostró como un grave error con el paso del tiempo porque Mola pudo tomar contacto con los tradicionalistas del carlismo y Franco quedó con mayor capacidad de acción.El triunfo de las izquierdas trajo consigo una intensa movilización popular que creó un clima de tensión social. Huelgas obreras, ocupación de fincas, incendios de conventos e iglesias… Los anarquistas, los comunistas y el sector de Largo Caballero del PSOE radicalizaron sus posturas, promulgando la revolución social. GOLPE DE ESTADO 17 JUL 1936.El golpe de estado se empezó a gestar cuando ganó el Frente Popular, cuando Franco intentó declarar el estado de guerra y en marzo hubo un intento de alzamiento, pero fracasó. A partir de ahí tomó las riendas de la preparación del golpe de Estado el general Emilio Mola, que fue el jefe hasta julio del 36.El plan consistía en el pronunciamiento simultáneo de todas las guarniciones, contando con el ejército de África dirigido por Franco para consolidar el golpe. Tenían el apoyo de una trama civil, facilitando hombres y, sobre todo, dinero.Los preparativos del golpe se aceleraron al asesinar a Calvo Sotelo. Fue así como en los grupos más conservadores se pensó que la única solución era un golpe de estado militar. El mayor problema se produce para poner de acuerdo a los distintos sectores políticos, porque cada grupo de la derecha aspiraba a un modelo distinto de gobierno tras el golpe.
Bienio Conservador: Las elecciones de generales de noviembre de 1933
Las elecciones de generales de noviembre de 1933 fueron las primeras de la historia de España en las que pudieron votar las mujeres. Mientras que la izquierda acudió desunida y los anarquistas se abstuvieron, la derecha concurrió unida. El ganador fue la CEDA y durante el primer año el gobierno fue presidido por Lerroux, con el apoyo de la CEDA ya que Alcalá Zamora se negó a entregar el poder al ultraderechista Gil Robles, de la CEDA, quien no reconocía la República y proponía revisar la Constitución y la legislación social. El bienio se divide en los siguientes periodos:EL GOBIERNO RADICAL,A finales de 1933 comenzó un periodo de gobierno con miembros de su partido y el apoyo parlamentario de la CEDA, caracterizado por el conservadurismo político y la anulación de las reformas, lo que contribuyó a intensificar las tensiones. Se intentó “rectificar” la obra legislativa del periodo anterior: 1.El problema religioso: se intentó normalizar la relación del Estado con la Santa Sede. 2.El problema agrario: sin llegar a abolir la Ley de Reforma Agraria. 3.El problema regional: se agudizó considerablemente el enfrentamiento con el gobierno de Cataluña y el País Vasco. 4.Aprobación de una Ley de Amnistía a los militares y monárquicos encarcelados LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DE 1934:El momento más crítico fue el estallido, en Cataluña y Asturias, de la Revolución de octubre de 1934. En 1934 el país estaba polarizado definitivamente entre derechas e izquierdas. El clima de enfrentamiento en las Cortes, los incidentes en la Universidad y la tensión política entre el Gobierno y los nacionalistas, dan lugar a una situación muy complicada, lo que anima a la izquierda obrera a actuar. La entrada en el gobierno de tres ministros de la CEDA provoca la reacción de la mayor parte de la izquierda política, que convoca una huelga general. El día 5 de octubre el paro caracterizó todas las ciudades del país, pero fue especialmente seguido en Cataluña y Asturias.En Cataluña Lluís Companys declaró la República Catalana dentro de la República Federal Española.En Asturias, los mineros protagonizaron una revolución social, con el acuerdo entre socialistas, comunistas y anarquistas. Mineros armados ocuparon la zona minera. El gobierno mandó a la legión y dio plenos poderes militares al grupo de élite de los africanistas, mandados por el general Franco, que se trajo tropas de África y quien tras una dura represión sofocó la revuelta.FINAL DEL BIENIO:La revolución de Octubre endureció la postura del gobierno. Las cárceles se llenaron de presos políticos y entraron cinco miembros de la CEDA en el gobierno. Se suspendió el Estatuto de Autonomía de Cataluña, se devolvieron las propiedades a los jesuitas, contemplando la abolición del divorcio, la restricción de las autonomías y la negativa a la socialización de la propiedad. Un escándalo de corrupción del gobierno de Lerroux fue aprovechado por Gil Robles para forzar otra crisis y pedir la jefatura del gobierno. El presidente Alcalá Zamora no accedió y convocó elecciones.
1ª GUERRA MUNDIAL: Causas de la neutralidad española
Causas de la neutralidad española:El gobierno conservador de Eduardo Dato decidió mantener a España neutral, porque carecía de motivos y de recursos para entrar en el conflicto.España no tenía la potencia económica y militar suficiente como para presentarse como un aliado de alguna de las grandes potencias europeas en conflicto. Además, nuestro ejército de tierra era anticuado, mal armado, con excesivo número de oficiales y se tenía que hacer frente al problema con Marruecos. Consecuencias:No hubo importantes consecuencias negativas iniciales, el mayor problema consistió en el hundimiento de mercantes españoles por parte de los submarinos alemanes. Económicamente: Al superar el impacto negativo inicial, la Primera Guerra Mundial produjo un auténtico despegue económico en España, gracias a la declaración de neutralidad. Los países en guerra necesitaban alimentos, armas, uniformes, metal y carbón. España creció económicamente, sobre todo en la industria textil catalana, la minería del carbón asturiana, la siderurgia vasca y la agricultura de cereales. También crecieron la industria química, la construcción naval y la industria de armas ligeras, y la balanza de pagos española tuvo un saldo positivo. Socialmente: el desarrollo económico que benefició a la clase industrial no estuvo acompañado de una redistribución de los beneficios entre los asalariados, esto provocó un empeoramiento de su nivel de vida, disparo de la inflación y los salarios crecían a un ritmo menor, carencia de productos de primera necesidad.Al final de la I Guerra Mundial se originó una crisis como consecuencia de la disminución de la demanda de productos por parte de los países en guerra. Este hecho dio fin a la euforia económica y desencadenó una fuerte crisis. El mercado interno no fue capaz de sustituir a las exportaciones y muchas empresas tuvieron que cerrar. Las industrias tuvieron que disminuir su producción, lo que provocó la reducción de plantillas, cierre de empresas, congelación o bajada de salarios… Esto causó que los obreros protagonizaran enfrentamientos que desembocaron en movilizaciones y huelgas.
Constitución 1931 de carácter democrático y progresista
Constitución 1931 de carácter democrático y progresista:El origen de la soberanía era nacional, explícitamente del pueblo y por ello se definía España como “una república democrática de trabajadores de toda clase”. Declaración de derechos y libertades. Se reconoció el derecho de voto a las mujeres, el matrimonio civil y el divorcio. También se incluyó el derecho a una educación primaria y gratuita. Se reconoció el derecho a la propiedad privada, pero se asumió el principio de que la riqueza del país quedaba subordinada a los intereses de la economía nacional. La propiedad privada podría ser objeto de expropiación forzosa por utilidad social, con la correspondiente indemnización. Se estableció una radical división de poderes, con una sola cámara el Congreso de los Diputados, con amplia capacidad legislativa y de control político del gobierno. Las cortes elegían al presidente de la República. Se podían disolver las Cortes dos veces como máximo. En el ámbito judicial se introdujo la institución del jurado y se creó un Tribunal de Garantías Constitucionales, y los respectivos presidentes son elegidos por el Parlamento. Se produce la separación Iglesia-Estado, la eliminación de la financiación estatal de la Iglesia, la confesionalidad de éste, la libertad de cultos y enseñanza laica. Se prohibió a las congregaciones religiosas ejercer la enseñanza, el comercio y la industria. Estas medidas tuvieron consecuencias muy graves pues tuvieron la oposición radical de toda la derecha católica y la Iglesia, que no se consideraron compatibles con el nuevo régimen ni con la Constitución a partir de ese momento. La falta de consenso de todas las fuerzas políticas en este asunto dificultó la vida política durante todo el periodo republicano. La Constitución en sí no concedía ninguna autonomía, sino que sentaba las bases para las mismas y encomendaba al parlamento la deliberación de los posibles estatutos de autonomía, pero dentro de una concepción de un Estado «integral”. En 1932 se aprueba el “Estatut de Catalunya” y en 1936 el del País Vasco.