Fundamentos de la Democracia Española: La Constitución de 1978 y su Contexto Histórico

Desafíos Post-Referéndum y Consolidación Democrática

Los meses posteriores al referéndum marcaron el inicio de la fase más compleja para la Transición española. Se produjo una escalada de violencia política, con asesinatos perpetrados por facciones de distinto signo ideológico, cuyo objetivo era instigar un golpe de Estado militar y desmantelar el emergente proceso democrático. Durante este periodo, el terrorismo de extrema derecha representó la amenaza más significativa.

Un hito crucial fue la legalización del Partido Comunista de España (PCE), un paso que Adolfo Suárez negoció previamente, asegurando la renuncia del partido a sus aspiraciones republicanas. Paralelamente, la cesión de los derechos dinásticos por parte de Don Juan de Borbón a su hijo, Juan Carlos I, contribuyó a normalizar la situación institucional de la monarquía.

El 15 de junio de 1977 se llevaron a cabo las elecciones a Cortes Constituyentes. La formación vencedora fue la Unión de Centro Democrático (UCD), partido liderado por Adolfo Suárez. Los resultados electorales supusieron una clara derrota para la extrema derecha, reflejando la preferencia mayoritaria del electorado español por la moderación y el consenso.

La Constitución de 1978: Pilar del Sistema Político Actual

La Constitución de 1978 constituye el marco fundamental que define el sistema político vigente en España. Su proceso de elaboración se extendió por casi quince meses, abarcando parte de los años 1976 y 1977.

Tras las elecciones de junio de 1977, se constituyó una Comisión Constitucional compuesta por siete ponentes: tres representantes de UCD, uno del PSOE, uno del PCE (Jordi Solé Tura), un nacionalista catalán (Miquel Roca) y uno de Alianza Popular (Manuel Fraga). La aprobación final del texto constitucional en el Congreso de los Diputados, el 31 de octubre de 1978, obtuvo un respaldo masivo: 325 votos a favor, 6 en contra y 14 abstenciones. Posteriormente, el 6 de diciembre de 1978, la Constitución fue ratificada mediante referéndum popular con un resultado afirmativo, convirtiéndose esta fecha en fiesta nacional.

Características Generales

El texto constitucional se caracteriza por su considerable extensión (consta de 11 títulos y 169 artículos), una necesidad derivada de su propósito de consagrar un cambio radical de régimen político, restableciendo la soberanía popular y garantizando las libertades fundamentales. En su articulado se reflejan influencias ideológicas diversas, procedentes del liberalismo, el socialismo democrático y el humanismo cristiano.

Declaración de Derechos

La carta de derechos fundamentales se inspira en gran medida en la Declaración Universal de Derechos Humanos. España se configura como un Estado Social y Democrático de Derecho. Entre los derechos primordiales reconocidos se encuentran:

  • El derecho a la vida y a la integridad física.
  • El derecho a la intimidad personal y familiar y la inviolabilidad del domicilio.
  • La libertad de conciencia y la libertad de enseñanza.
  • Los derechos de asociación y reunión.
  • El derecho a una educación libre y gratuita y a la protección de la familia.
  • Derechos económicos como el de propiedad y herencia, la libertad de empresa, la libre circulación de bienes y el derecho a un trabajo remunerado.

Para velar por la protección de estos derechos, se instituyó la figura del Defensor del Pueblo.

Definición del Estado

La Constitución establece la monarquía parlamentaria como forma de gobierno. Esto implica que el poder ejecutivo es ejercido por un Gobierno que responde políticamente ante las Cortes Generales (Parlamento). Las Cortes son el órgano depositario del poder legislativo, encargado de elaborar las leyes conforme a la Constitución y como manifestación de la soberanía popular, que reside en el pueblo español, fuente de todos los poderes del Estado. El Monarca ostenta la Jefatura del Estado, siendo la Corona un órgano estatal con funciones principalmente moderadoras y representativas.

División de Poderes

Se consagra el principio de separación de poderes:

  • Poder Legislativo: Reside en el Parlamento o Cortes Generales, estructura bicameral compuesta por el Congreso de los Diputados y el Senado.
  • Poder Ejecutivo: Lo ejerce el Gobierno, integrado por el presidente y sus ministros. El presidente es investido por el Congreso de los Diputados a propuesta del Rey, quien debe considerar los resultados electorales. Los ministros son nombrados por el presidente.
  • Poder Judicial: Administrado por jueces y magistrados independientes, encargados de aplicar las leyes. Su órgano cumbre es el Tribunal Supremo. Adicionalmente, el Tribunal Constitucional actúa como intérprete supremo de la Constitución, determinando la adecuación de las leyes a la misma.

El Estado se declara aconfesional, si bien reconoce la relevancia social de la Iglesia Católica en España.

Organización Territorial

La estructura territorial básica es el municipio, administrado por alcaldes y concejales electos. Los municipios se integran en provincias, cuya institución de gobierno es la Diputación Provincial, encabezada por un presidente y compuesta por diputados provinciales. Uno de los elementos más debatidos durante la elaboración del texto fue la articulación de los nacionalismos históricos a través del régimen de autonomías (Estado de las Autonomías). La Constitución de 1978 se ha consolidado como la segunda más longeva de la historia contemporánea de España, superada únicamente por la de 1876.

Conclusión: Crisis de UCD y Ascenso del PSOE

La UCD, bajo el liderazgo de Adolfo Suárez, había superado enormes desafíos para guiar a España hacia la democracia, incluyendo la compleja gestión del planteamiento territorial y la negociación de los primeros estatutos de autonomía. No obstante, el partido sufrió una profunda crisis interna, fragmentado por luchas entre facciones. Esta situación culminó con la dimisión de Adolfo Suárez en enero de 1981.

Poco después, el 23 de febrero de 1981, se produjo un intento fallido de golpe de Estado liderado por Antonio Tejero. Tras este evento, se formó un gobierno presidido por Leopoldo Calvo Sotelo (UCD), quien intentó estabilizar el sistema democrático mediante diversas medidas políticas y económicas. Sin embargo, sus esfuerzos tuvieron resultados limitados y la UCD continuó desintegrándose.

Este declive propició el ascenso del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que finalmente reemplazaría a la UCD en el gobierno tras las elecciones de 1982, iniciando una larga etapa con Felipe González al frente del ejecutivo durante 13 años.

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