Contexto Histórico de los Estatutos del Euskeldun Batzokija
Este documento histórico recoge los artículos más importantes de los Estatutos del Euskeldun Batzokija. Se trata de una fuente primaria de tipo político, cuyo autor, Sabino Arana, es el fundador del PNV en 1895. El carácter del texto es público. Esta sociedad nacionalista fue fundada en Bilbao (calle Correo) el 14 de julio de 1894 por Sabino Arana, quien crearía un año más tarde el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Sus ideas políticas se dirigen, en un primer momento, solo a Vizcaya; pero luego las hace extensibles al resto de las provincias vascas, como se ve en el documento. El texto se enmarca en la década de los noventa del siglo XIX. En ese País Vasco de la Restauración, el acontecimiento fundamental fue la industrialización. Al compás del crecimiento de la industria, surgen en Vizcaya dos nuevas ideologías: el socialismo (que calará entre los trabajadores de las minas y fábricas) y el nacionalismo vasco de Arana.
Ideas Principales de los Estatutos
Las ideas fundamentales de este texto son:
- En primer lugar, explicar las razones por las cuales se funda el batzoki, centro recreativo donde se reunían los nacionalistas para crear lazos de unión, bajo el lema «Bizkaiko Jaun Goikoa eta Lege-zarra» (art. 1, Dios y Fueros son pilares fundamentales en la ideología de Arana).
- En segundo lugar, afirmar que el batzoki seguirá las leyes del Bizkai-Batzar (Asociación General de Vizcaya), que redactará Arana (art. 2, de hecho, al año siguiente, Arana fundará el PNV).
- La religión oficial en Vizcaya será la católica-apostólica-romana (art. 3) y sus leyes, los fueros vascos (art. 4), de ahí que el lema sea «Bizkaiko Jaun Goikoa eta Lege-zarra», que significa «Dios y ley vieja», es decir, fueros y tradiciones (arts. 4 y 5), ya que Sabino Arana había defendido siempre el integrismo religioso y la recuperación íntegra de los fueros en un País Vasco en el que la Ley Abolitoria de los Fueros Vascos (1876) había provocado reacciones diversas.
Además, el nacionalismo de Arana tenía como precursores el Fuerismo, el Larramendismo y el Carlismo. En estas tres ideologías, los fueros fueron, sin duda, pieza clave. En este texto también se aprecia que, según Arana, debe haber un equilibrio entre lo político y lo religioso («eta»), también una distinción entre ambos (art. 6), aunque cabe destacar una primacía de lo religioso sobre lo político (art. 7). Finalmente, se mencionan otros territorios en el texto que se unirían a Bizkaia formando así Euskelerria, ya que, según Arana, compartían unos mismos rasgos objetivos (art. 8). Estos rasgos objetivos definían el concepto de «nación» en la Escuela Alemana de Herder («raza, lengua, fe, carácter, costumbres»).
El Nacionalismo Vasco a Finales del Siglo XIX
El nacionalismo del País Vasco surgió en un clima de defensa de los fueros (finales del siglo XIX). La ley que los derogaba (Ley Abolitoria de los Fueros de 1876) aportó dos tipos de reacciones y filosofías: la de los que supieron rentabilizar la situación con los Conciertos Económicos con Madrid en provecho propio; y la de los que, apelando al tradicionalismo, defendieron la recuperación íntegra de los fueros (mencionados en el texto). Estos últimos eran los perdedores de la última Guerra Carlista (1872-76), que se aferraban a un País Vasco tradicionalmente agrario y contrario a la industria. La industrialización y la masiva llegada de inmigrantes eran señaladas como enemigas de la sociedad tradicional vasca, junto con el gobierno liberal español, que había abolido sus fueros.
Evolución del PNV y el Legado de Sabino Arana
El 31 de julio de 1895, Sabino Arana fundó el primer Partido Nacionalista Vasco con una solemne declaración antiespañola y una voluntad de restaurar en el territorio el orden jurídico tradicional. Los elementos en que se basaba la nacionalidad vasca se asentaban en la raza, la lengua, la ley, el carácter y las costumbres (concepto de «Nación» de la Escuela Alemana –Herder). Arana, desde una perspectiva tradicional, se limitó en los años noventa a recoger y dar coherencia a las ideas que flotaban en la sociedad, y las depuró: para un pueblo diferente, recuperar los fueros totales era recuperar la plena soberanía, la cual significaba la independencia, volver a la libertad originaria, a la esencia histórica del pueblo vasco. Así, la independencia política preservaría a la sociedad vasca del laicismo, los inmigrantes, la industrialización… Pero el partido no fue capaz de conseguir nada mientras se mantuvo en la órbita de los primeros seguidores del fundador (la pequeña burguesía bilbaína tradicionalista) y se vio obligado a ampliar sus bases hacia una burguesía más moderna e industrial.
Fue entonces cuando apareció la tensión interna entre los defensores de la independencia y los que buscaban la autonomía dentro del Estado español. Estos últimos se impusieron, con el armador Ramón de la Sota a la cabeza, en el control del partido, pues eran los que tenían el dinero suficiente para llevar a cabo el control del mismo. Así, con la mezcla de ambas posturas, se encontró un equilibrio relativo dentro del PNV, que permanecería durante décadas. De esta forma, junto al nacionalismo etnicista y ruralista de Arana apareció también el de Ramón de la Sota, que procedía del fuerismo acomodado en las libertades liberales e intentaba coordinar sus intereses económicos con los de un partido político.
Desarrollos Posteriores y Disidencias
En diciembre de 1906, tres años después de la muerte de Sabino Arana, el PNV celebró su primera asamblea, en la cual el nacionalismo dio testimonio de sus avances, como la creación de Las Juventudes Vascas (1904) y de los primeros batzokis (1894, este texto). Sin embargo, las disidencias entre los nacionalistas no se podían ocultar y los sectores enfrentados serían arropados por diferentes revistas: Euskalduna, de los más pragmáticos, de Ramón de La Sota; y Aberri, de los independentistas, liderados por Luis Arana, hermano del fundador y máximo defensor del nacionalismo agrarista y antimodernista.
En 1910, el PNV sufrirá una escisión entre sus elementos más progresistas, separándose el grupo Askatasuna, más favorable a un nacionalismo laico y republicano. No obstante, este grupo no pervivirá y no tendrá éxito hasta la Segunda República (1931-36), cuando otro grupo con el mismo espíritu laicista funde Acción Nacionalista Vasca. Durante la II República, el PNV será ya una fuerza importante en el País Vasco y, de hecho, colaborará con otras fuerzas políticas para conseguir el Estatuto de Autonomía.
Relevancia de los Batzokis en la Actualidad
La importancia de este texto radica en que, gracias a estos centros de asociación, los afiliados al nacionalismo vasco han podido desarrollar, impulsar y extender sus ideas y, con ellas, aumentar las posibilidades electorales del partido. En diferentes estatutos (como en este texto) quedan plasmadas las bases políticas de la ideología nacionalista. Aunque todos los batzokis (con el tiempo se fueron abriendo en diferentes localidades) fueron clausurados tras el triunfo franquista en la Guerra Civil, muchos de ellos fueron reabiertos en la Transición y han continuado hasta la actualidad. El PNV continúa siendo en la actualidad un partido político relevante en la vida política vasca.