Guerra Civil Española: Fases, Batallas Clave y Políticas Internas

Franco, a la vista de esta situación, decidió cambiar de estrategia, abandonando el ataque a Madrid y llevándola a otros escenarios. La lucha se trasladó al norte, a la franja cantábrica, donde cayeron en manos de los nacionales, Irún y San Sebastián, y fue atacado el “cinturón de hierro bilbaíno”, siendo ocupada Bilbao por los franquistas en junio de 1937. Otro hito importante fue el bombardeo de Guernica, el 26 de abril por la aviación alemana. La República desencadenó los ataques de Brunete (Madrid), y más tarde de Belchite (junto a Zaragoza), pero no se consiguió evitar que las tropas de Franco entrasen primero en Santander, y luego en Asturias. Ello supuso que una zona industrial y minera de primera importancia pasase a manos de los sublevados.

En la tercera fase de la guerra, se produce el avance hacia el Mediterráneo (noviembre de 1937-junio de 1938). El ejército republicano había sido reformado y se pretendía dotar a éste de la necesaria eficacia para dar un giro al desarrollo de la guerra. A tal fin, el ejército se dotó de mandos profesionales, y en él se integraron las Brigadas Internacionales. El nuevo ejército republicano reformado intentó tomar la iniciativa desencadenando diversos ataques, el más importante de los cuales tuvo lugar en la Batalla de Teruel, que acabó en derrota de la República. El gobierno republicano se traslada de Valencia a Barcelona. El ejército de Franco desencadenó entonces la campaña de Aragón, llegando al Mediterráneo en Vinaroz. El territorio republicano quedaba dividido en dos zonas, una de las cuales será Cataluña.

En la cuarta y última fase de la guerra (julio de 1938-abril de 1939), tiene lugar la Batalla del Ebro, que se prolonga desde julio a noviembre de 1938. Este enfrentamiento termina con la derrota definitiva de la República. Ante la ofensiva republicana en el río para intentar reunir las dos zonas de la República, Franco envió grandes refuerzos y consiguió detener allí el ataque, tomándose Tarragona, Barcelona y Girona, y el gobierno republicano catalán y vasco ante esta derrota cruzarán la frontera. Destacan en las dos batallas los militares Hernández Sarabia, Miaja y Vicente Rojo.

En febrero de 1939 a la República sólo le quedaba Madrid, y los territorios desde Valencia a Almería. A pesar de que el jefe de gobierno republicano, Juan Negrín, quería continuar la guerra, Inglaterra y Francia reconocieron al gobierno de Franco, y a primeros de marzo Manuel Azaña presentó en París su dimisión como presidente de la República. A comienzos de marzo, se produjo en Madrid una sublevación contra el gobierno republicano dirigida por el coronel Segismundo Casado, que creía que sería posible terminar la guerra mediante una negociación con Franco. Su objetivo era conseguir una “paz honrosa”. Este esfuerzo no sirvió para nada, pues el General Franco no aceptó condición ninguna para la rendición, y obligó a entregar las armas. El día 28 de marzo de 1939 las tropas del bando sublevado entran en Madrid sin ninguna resistencia, y el 1 de abril Franco firmó en Burgos el último parte de guerra. Dejaba tras de sí, destrucción, muertos, el recuerdo de los paseos, etc…

En ANDALUCÍA, la insurrección se inició el 18 de julio en ciudades como Cádiz y Sevilla. Dicho levantamiento fue protagonizado por los militares Varela y Queipo de Llano. Tras los primeros días del levantamiento, Andalucía quedó dividida en dos zonas de influencia: la occidental (a la que hay que unir Granada), donde triunfó el golpe militar, y la oriental (Jaén, Málaga y Almería), que continuó bajo el mando republicano. En las fases de la guerra, Andalucía vivió acontecimientos bélicos importantes como la batalla de Málaga, el asalto al Santuario de la Virgen de la Cabeza, o el bombardeo de Almería por los alemanes.

Durante la guerra, cada bando desarrolló una política interna diferente.

España Republicana

Entre julio y octubre de 1936 el gobierno se ve desbordado y se produce la caída de las instituciones. El mismo mes de la sublevación militar, el presidente del gobierno en el Frente Popular será sustituido por José Giral, este entrega armas al pueblo organizándose un Ejército Popular. Se desencadenó una cruel represión de la que fueron víctimas entre otros: José Antonio Primo de Rivera, el sacerdote Pedro Póveda y los obispos de Guadix y Almería. En septiembre de 1936, Largo Caballero será el nuevo presidente del gobierno, bajo su poder entrarán en el gobierno anarquistas y se aprobará el Estatuto de Autonomía del País Vasco. En esta fase se enfrentaron anarquistas, comunistas y los trotskistas del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista, encabezado por Andrés Nin) por el poder en Cataluña. Estos enfrentamientos terminaron con la derrota anarquista, y llevaron a la disolución del POUM por presión comunista. Estos sucesos y la división en su partido provocarán la caída del presidente. Tras Largo Caballero sube al poder Juan Negrín, presidente que tras la caída de Barcelona vuelve a Madrid para organizar la resistencia, e intentar una salida negociada a la guerra. Para ello elaboró su programa de 13 puntos, pero su poder es suplantado por una Junta de Defensa presidida por el coronel Casado. Dicha junta apoyada por Julián Besteiro sería la encargada de gestionar la rendición.

España Franquista

En la ESPAÑA FRANQUISTA por el contrario, se impuso un férreo control y la represión fue brutal. Los sublevados en 1936 crearon un organismo de dirección, la Junta de Defensa Nacional, integrada por los militares golpistas. En octubre de ese año, Franco es nombrado “Jefe del Estado, del gobierno y Generalísimo del ejército”. Entre las principales medidas de su gobierno destaca, el Decreto de Unificación de abril de 1937, creándose un único partido Falange Española Tradicionalista y de las JONS, la aprobación de una de las Leyes Fundamentales, el Fuero del Trabajo, y la supresión de los sindicatos siendo sustituidos por sindicatos verticales, que agrupaban a patronos y asalariados de una misma organización. La reforma agraria republicana fue abolida y se devolvió a sus propietarios las fincas intervenidas. El 30 de enero de 1938, fue proclamado “Caudillo”, en la misma línea del Duce (Mussolini) y del Führer (Hitler), aunque en realidad no llegara a formar un estado propiamente fascista. En el ámbito religioso, la Iglesia recuperó su papel y protagonismo en la vida del país, elaborando una carta pastoral colectiva donde daba a la guerra el carácter de cruzada. Por último, citar la limitación de las libertades y la extensión de la censura.

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