La Organización Económica y Social
El nuevo Estado musulmán impulsó un notable desarrollo en la agricultura, las ciudades y el comercio.
Agricultura
La agricultura mejoró gracias a importantes innovaciones agrarias (intensificación del regadío, acequias, norias, etc.) y nuevas prácticas hortícolas.
Ciudades
Las ciudades fueron el centro de la vida económica, social y cultural. En ellas se desarrolló una próspera artesanía (cordobanes, cerámica, orfebrería…). El destino de estos productos no era solo el mercado interior, sino también el comercio exterior. Usaban monedas de plata (dinar y dirham).
Sociedad
La sociedad surgida en los territorios peninsulares controlados por los musulmanes presentó características muy diferentes a las de la sociedad visigoda. En primer lugar, se trataba de una sociedad de gran diversidad étnica y religiosa.
- Musulmanes: No era un conjunto homogéneo, sino muy fragmentado: árabes, baladíes (los que tenían antepasados árabes) y bereberes.
- No musulmanes: Muladíes (cristianos conversos), mozárabes (cristianos) y judíos.
Otro rasgo característico era su carácter urbano. Surgieron nuevas ciudades y algunas de las antiguas (Córdoba, Sevilla) se convirtieron en las más populosas del momento. La planificación era irregular y sus calles confluían en el zoco y la mezquita. La vida social y económica giraba en torno a estos núcleos urbanos que desempeñaban una tarea decisiva de coordinación administrativa, política y judicial; eran al mismo tiempo el eje de toda la actividad comercial y artesana, abierta a grandes rutas internacionales; el asentamiento en las mismas de los grupos aristocráticos las convertía igualmente en núcleos de atracción de rentas y excedentes agrarios de toda la comarca circundante. La ciudad de Córdoba llegó a superar los 100.000 habitantes en el siglo X, y se convirtió en la mayor ciudad de Europa occidental.
El Legado Cultural
La España musulmana tuvo un elevado desarrollo cultural y científico. Se crearon escuelas y universidades.
El desarrollo científico se orientó hacia las ciencias prácticas (medicina, astronomía, matemáticas y agronomía), filosofía (Averroes), historia, geografía, música y literatura.
La vida intelectual y cultural en Al-Ándalus, como en toda sociedad musulmana, donde existe una profunda trabazón entre fe y vida, está íntimamente influenciada por sus convicciones religiosas; alcanzó cotas muy elevadas si la comparamos con el nivel general de la Europa medieval. Aunque expresaron su pensamiento en árabe, existen influencias muy importantes de la filosofía y de la cultura persa y grecorromana. El mecenazgo realizado en la época del califato y por algunos reyes en la etapa de los reinos de taifas permitió alcanzar niveles de una importante originalidad. El pensamiento andalusí ejerció al mismo tiempo una gran influencia sobre la Europa occidental cristiana, sirviéndole a ésta última de vehículo de conexión con la cultura clásica: en este sentido fueron fundamentales sus escuelas de traductores para que no se perdieran muchas obras de la antigüedad clásica.
Entre los intelectuales a destacar hay que mencionar a Avempace (musulmán), Avicena (persa) y Maimónides (judío) dentro del campo de la Filosofía y el Derecho (musulmán, persa y judío, respectivamente, lo cual nos habla de un destacado clima de tolerancia); en el campo de la Medicina hay que destacar a Avicena; y en Matemáticas, a Al-Juarismi, que facilitó la expansión de los números actuales y la forma de operar con ellos, al igual que importantes aspectos de álgebra y trigonometría. En la Lírica destacó el zéjel y las jarchas (pareado final de la moaxaja).
Los Primeros Núcleos de Resistencia
El dominio musulmán sobre la Península nunca llegó a ser completo. Ya desde los primeros momentos de la conquista se fueron perfilando ciertos núcleos de resistencia al Islam, donde los pueblos que ya se habían opuesto a conquistas anteriores se hicieron fuertes junto a grupos de visigodos que huían de los nuevos conquistadores. Estos territorios no conquistados se mantuvieron durante varios siglos sin apenas extenderse y sometidos a la hegemonía del poder islámico.
- Núcleo asturiano: Surgido en torno a unos primeros enfrentamientos (Covadonga, 722) y a la figura de Don Pelayo; dará lugar al primitivo reino de Asturias. En su proceso de conquista (hacia el este y el oeste) y de reafirmación fue tomando cuerpo la creencia de ser los continuadores del reino visigodo de Toledo, restauradores de la Iglesia e iniciadores de la reconquista. Aunque inicialmente tuvo su corte en Cangas de Onís, hacia mediados del siglo IX la trasladó a Oviedo con Alfonso II. El posterior traslado de la capital a León permitirá hablar del reino de León.
- Núcleo castellano: Formado inicialmente por una mezcla de cántabros y vascones, pueblos tradicionalmente rebeldes a toda conquista, que fueron fortificando los territorios con numerosos castillos, lo que le llevó a la denominación de Castilla, posteriormente pasarían a engrosar las tierras del reino asturiano, del cual el conde Fernán González se independizará en el siglo X (condado de Castilla).
- Núcleos pirenaicos: En este caso la resistencia tuvo como origen la rebeldía de ciertas aristocracias autóctonas, más proclives, sobre todo al este, a la sintonía con la marca hispánica organizada por los francos que con el nuevo poder hegemónico de Córdoba. La posterior evolución y organización dará lugar a los reinos de Navarra, de Aragón (Sobrarbe y Ribagorza) y a los condados catalanes (Barcelona, Pallars, Rosellón y Cerdaña).
Principales Etapas de la Reconquista
Llamamos Reconquista al proceso de avance y ocupación militar por los reinos cristianos, de los territorios ocupados por los musulmanes, aprovechando los momentos de debilidad de los mismos.
- 1ª Etapa (S. X-XI): Se llegó hasta el límite del Duero y el rey Sancho III de Navarra (1000-1035), anexionó Castilla a Aragón, repartiéndolos a su muerte entre sus hijos: Fernando I (Castilla), García Sánchez (Pamplona), Ramiro I (Aragón) y Gonzalo (Sobrarbe y Ribagorza).
- 2ª Etapa (S. XI): Los reinos cristianos avanzaron hasta el Tajo (Alfonso VI conquistó Toledo en 1085, lo que provocó la primera invasión norteafricana con los almorávides) y el Ebro (Aragón conquistó Huesca en 1096, Barbastro en 1100 y Zaragoza en 1118, gracias a la ayuda de los cruzados, convocados por el Papa Urbano II).
- 3ª Etapa (S. XII): Se llegó hasta el Guadiana, Júcar y Turia, siendo frenados por la 2ª invasión norteafricana con los almohades, que derrotaron a Alfonso VIII en Alarcos (1195), lo cual provocó el segundo llamamiento del Papa a una cruzada para detener el peligro islámico.
- S. XIII: Se llegó al valle del Guadalquivir. Tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212), los reyes castellanos Fernando III y Alfonso X, conquistaron Córdoba, Sevilla y Cádiz, mientras que Jaime I de Aragón avanzaba hacia Valencia y Baleares, quedando solo el reino nazarí de Granada en manos de los musulmanes hasta 1492.