Historia de Al-Ándalus: Política, Economía, Sociedad y Cultura

AL ÁNDALUS

5 a) Conquista y evolución política de Al-Ándalus

Al-Ándalus es el nombre que los musulmanes dieron al territorio de la Península Ibérica que dominaron durante la Edad Media. Por lo tanto, fue variando en extensión y organización política a lo largo de casi ocho siglos de historia. La invasión musulmana de la Península se inicia en el año 711. Sus causas son la expansión del islam por el norte de África y el conflicto sucesorio que había estallado en el reino visigodo a la muerte del rey Witiza.

Una parte de la nobleza se opone al nuevo rey Rodrigo y reclama el apoyo de Musa, el gobernador musulmán de Tánger. Este envía a Tarik, que desembarca en Gibraltar con un grupo de soldados de origen bereber (pueblos naturales del norte de África que se habían convertido a la religión islámica) y derrota al ejército de Rodrigo en la batalla de Guadalete. Al año siguiente, el gobernador norteafricano Musa invade la Península con más tropas y acaba con el reino visigodo.

Esta rápida ocupación es consecuencia sobre todo del sistema de conquista, que incluye un reparto más equitativo de las tierras, una rebaja de los impuestos y los acuerdos con algunos jefes visigodos, por los que conservaban bienes y religión a cambio de pagar tributos. Se crea un emirato dependiente del califa de Damasco, con capital en Córdoba, hasta que un golpe derriba a la familia Omeya en Damasco en el año 750. Abd al-Rahman I sobrevive a la matanza de su familia y huye hasta llegar a Al-Ándalus, donde contaba con notables apoyos. Proclama el emirato independiente de Córdoba, que alcanza un momento de prosperidad.

A comienzos del siglo X, Abd al-Rahman III se proclama califa uniendo el poder político y religioso en un Estado teocrático, que logra el control político del territorio con un poderoso ejército. El Califato de Córdoba es el momento en que Al-Ándalus alcanza su máximo esplendor durante el siglo X, destacando como el gran foco cultural, científico y artístico de su época. Sin embargo, la dictadura implantada por el primer ministro Almanzor deja paso a su muerte a una guerra civil que acaba con el califato.

El antiguo califato se divide en un conjunto de reinos musulmanes independientes entre sí, que reciben el nombre de taifas. Sus constantes luchas entre ellos favorecieron el avance de los reinos cristianos del norte y se vieron obligados a pagarles tributos (parias) a cambio de protección frente a otros reinos. La conquista de Toledo por el rey de Castilla (1085) provocó que las taifas pidieran ayuda y fueran invadidas por almorávides y almohades, pueblos bereberes del norte de África que los integran en sus respectivos imperios. Finalmente, la derrota almohade frente a la coalición de los reyes cristianos en las Navas de Tolosa en 1212 provoca el retroceso militar musulmán y la conquista de las taifas. A finales del siglo XIII ya solo resistía el reino de Granada como único territorio de Al-Ándalus, bajo la dinastía nazarí, hasta que los Reyes Católicos logran la rendición de la ciudad de Granada en 1492 y con ella se cierra la larga historia de Al-Ándalus.

5 b) Cambios económicos, sociales y culturales introducidos en Al-Ándalus

Al-Ándalus es el nombre que los musulmanes dieron al territorio de la Península Ibérica que dominaron durante la Edad Media. Por lo tanto, fue variando en extensión y organización política a lo largo de casi ocho siglos de historia. El dominio musulmán del territorio favoreció la recuperación de un mundo urbano y una floreciente economía basada en la agricultura, las artesanías y el comercio.

En la costa mediterránea y las vegas de los ríos, la agricultura mejoró con nuevas técnicas de regadío para los cultivos de huerta y la introducción de nuevos cultivos como los cítricos, el arroz o el algodón. Se multiplica la producción artesanal en las ciudades, orientada al comercio urbano y para la exportación. Tejidos, cerámica, objetos de cuero, vidrio o papel salen de las ciudades andalusíes hacia todas partes y algunos productos como los cordobanes alcanzan fama mundial. El comercio exterior utiliza los puertos mediterráneos y las monedas andalusíes como el dinar de oro y el dirham de plata se extienden por toda Europa como instrumento de cambio.

La ocupación musulmana provocó grandes transformaciones sociales, derivadas de la diversidad religiosa y étnica de la población de Al-Ándalus. En primer lugar, la religión divide a la sociedad entre creyentes y grupos de otras creencias. Entre los musulmanes, la minoría árabe ocupa los principales cargos en la Administración, junto con los sirios que habían llegado en los años del emirato. Por debajo de estos, como una clase inferior, se encuentran los bereberes procedentes del norte de África y los muladíes, la población peninsular convertida al islam tras la conquista. Hasta la llegada de los imperios norteafricanos existe una tolerancia religiosa hacia los mozárabes y judíos, pero se fue imponiendo un rigorismo religioso que condujo a la persecución, conversiones forzosas e incluso la expulsión. Por último, en la sociedad andalusí estaban los esclavos, generalmente prisioneros de guerra.

Al-Ándalus es uno de los grandes focos culturales del mundo, donde se resumió, enriqueció y difundió el conocimiento de la filosofía y la cultura grecolatina mediante las traducciones a la lengua árabe. Hay una gran interrelación entre todas las ramas del conocimiento, alcanzando un gran desarrollo en ámbitos científicos como las matemáticas, la astronomía y la medicina, pero también en filosofía, historia y geografía. No menos importante es la literatura, sobre todo la lírica, y la música andalusí. Mención aparte merecen la arquitectura y las artes decorativas, con ejemplos destacados como la mezquita de Córdoba, el palacio de Medina Azahara y la Alhambra de Granada. Sin embargo, el rigor religioso de almorávides y almohades limitó la labor científica y artística, llevando al exilio a figuras tan destacadas como Averroes y Maimónides.

El Islam en la Edad Media: Formas de gobierno e influencia social y cultural

Al-Ándalus es el nombre que los musulmanes dieron al territorio de la Península Ibérica que dominaron durante la Edad Media, a lo largo de casi ocho siglos de historia. La invasión musulmana de la Península se inicia en el año 711. Sus causas son la expansión del islam por el norte de África y el conflicto sucesorio que había estallado en el reino visigodo a la muerte del rey Witiza. Tras una rápida ocupación se crea un emirato dependiente del califa de Damasco, pero a mediados de siglo se hace con el poder un descendiente de la familia Omeya, Abdal-Rahman I, que proclama el emirato independiente de Córdoba.

A comienzos del siglo X, Abd al-Rahman III se proclama califa, uniendo el poder político y religioso en un Estado teocrático. El Califato de Córdoba es el momento en que Al-Ándalus alcanza su máximo esplendor, destacando como un gran foco cultural, científico y artístico. Sin embargo, la dictadura implantada por Almanzor dará paso a su muerte a una guerra civil que acaba con el califato. Este se disuelve en un conjunto de reinos independientes, que reciben el nombre de taifas. Las constantes luchas entre ellos favorecieron el avance de los reinos cristianos y se vieron obligados a pagarles tributos a cambio de protección. Buscan entonces el apoyo de los pueblos bereberes del norte de África, que los incluirán en los imperios almorávide y almohade. La derrota almohade frente a la coalición de los reyes cristianos en las Navas de Tolosa en 1212 provoca el retroceso militar musulmán y la conquista de las taifas, de las que solo resiste el reino de Granada bajo la dinastía nazarí, hasta la conquista por los Reyes Católicos.

Al-Ándalus experimentó un gran desarrollo económico, social y cultural. La agricultura mejoró con nuevas técnicas de regadío para los cultivos de huerta y se introducen nuevos cultivos como los cítricos, el arroz o el algodón. Aumenta la producción artesanal, orientada al comercio urbano y para la exportación (cuero, papel, vidrio). El comercio exterior utiliza los puertos mediterráneos y las monedas andalusíes como el dinar de oro y el dirham de plata se extienden como instrumento de cambio.

Las transformaciones sociales derivan de la diversidad religiosa y étnica de la población de Al-Ándalus. La minoría árabe ocupa los principales cargos en la Administración y posee las tierras. Los bereberes procedentes del norte de África forman una clase inferior. El resto de la sociedad la forman muladíes, mozárabes y judíos, con una tolerancia que fue perdiéndose frente al rigorismo religioso de almorávides y almohades.

Al-Ándalus es uno de los grandes focos culturales del mundo, destacando en el ámbito científico, pero también en la filosofía, la historia y la geografía. No menos importante es la literatura, sobre todo la lírica, y la música andalusí. Mención aparte merecen la arquitectura y las artes decorativas, con ejemplos destacados como la mezquita de Córdoba, el palacio de Medina Azahara y la Alhambra de Granada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *