Historia de España: Cortes de Cádiz, Guerras Carlistas y Desamortizaciones

Cortes de Cádiz (1810-1814)

Institución tradicional española que los Borbones no habían convocado para jurar la sucesión. Se hace necesaria su convocatoria debido a los avatares de la guerra y a la falta de autoridades del Antiguo Régimen. Estas se convertirán en una oportunidad para que la burguesía y el liberalismo puedan realizar su primer asalto al poder. Las Juntas Supremas Provinciales forman la Junta Central y convocan Cortes.

Nacen con un triple problema:

  1. Legitimidad: no van a ser cortes tradicionales del Antiguo Régimen ya que no responden a su estructura ni les convoca el rey, adoptan la soberanía Nacional.
  2. Representación: Cádiz, al estar aislado, impide que muchos puedan acudir, por lo tanto se eligen «suplentes» de cada provincia.
  3. Autoridad: la mayoría del territorio está bajo dominio invasor y algunas veces, por problemas anteriores, no permiten a las Cortes que sean obedecidas.

La Junta General crea la Comisión de Cortes (misión: ordenar y clasificar respuestas de la Nación) (308 diputados, 1/3 clero, 1/3 nobleza, 1/3 profesiones liberales) para consultar (opinión pública e instituciones) y coordinar la convocatoria de Cortes.

Obra legislativa:

  • Creación de la Constitución de 1812.
  • Libertad de imprenta.
  • Abolición de los señoríos jurisdiccionales.
  • Los señoríos territoriales pasan a ser propiedades.
  • Abolición de los gremios.
  • Supresión de la Mesta.
  • Abolición de la Inquisición.
  • Nuevo sistema fiscal: igualdad fiscal.

Primera Guerra Carlista (1833-1840)

Causas:

No aceptación de la Pragmática Sanción, reacción de sectores absolutistas (apoyados por la Iglesia y las clases populares) contra las políticas liberalizadoras y centralizadoras de los gobiernos.

Consecuencias:

  • Victoria del liberalismo debido a la mala estrategia del bando derrotado y a la derrota de los carlistas.
  • Consolidación del modelo liberal.
  • Prestigio y refuerzo político de los liberales.
  • Debido a la guerra se produce la quiebra de la Hacienda pública (ni con lo que se obtiene de la desamortización).
  • Se establece el Convenio de Vergara.

Isabelinos:

Integrado por liberales que defienden un estado unitario y centralizado; su mayor apoyo está en las ciudades (territorios fieles a la regente); su general es Espartero; el apoyo social de los liberales pertenece a la burguesía y el apoyo práctico a la nobleza terrateniente (destaca la desamortización de Mendizábal porque Cristina necesita dinero para mantener la Guerra Carlista); apoyo internacional de Gran Bretaña, Francia y Portugal.

Carlistas:

Integrado por personas a favor del absolutismo (la Iglesia les apoya, defienden los fueros y el régimen tradicional de propiedad); apoyo de los campesinos, pequeña nobleza, Iglesia (hace daño con su publicidad a los liberales); sus generales son Zumalacárregui, Maroto y Cabrera; los campesinos y la pequeña nobleza apoyan este bando debido a las desamortizaciones; apoyo internacional de las potencias absolutistas (Rusia, Prusia y Austria).

Los gobiernos liberales pretenden eliminar el régimen señorial y con ello eliminar todo vestigio del sistema de propiedad de manos muertas con lo que permitirá la venta de esas propiedades y por lo tanto nuevos propietarios que modernizarán la agricultura.

Desamortización de Mendizábal (1836)

Creada durante la Regencia de María Cristina contra los bienes eclesiásticos para la obtención de recursos para mantener la Guerra Carlista.

Desamortización de Madoz (1855)

Durante el Bienio Progresista, consistió en requisar tierras cultivadas, tanto de municipios estatales como de órdenes militares. Esto consistía en realizar una subasta pública y vender al mejor postor. Su objetivo era financiar la construcción del ferrocarril.

Crisis del Pacto de El Pardo (1909-1917)

Tras esos años se produjo el último intento de restauración de los partidos dinásticos, cuyos protagonistas fueron: conservadores (Maura) y liberales (Canalejas).

1. Gobierno conservador de Maura:

Maura estableció un programa reformista, pero este encuentra la desconfianza de su oposición pero también de su propio partido. Su labor se ve interrumpida por la crisis de la Semana Trágica (1909). Los enfrentamientos del ejército español contra Marruecos les obligan a inmovilizar a los reservistas, lo que produce una huelga de protesta. Se producen enfrentamientos armados entre obreros y militares que acaban con la destrucción y saqueo de numerosos edificios religiosos. Tras esto se produce una dura represión la cual acaba con la ejecución de 5 personas y el fin del gobierno de Maura.

2. Gobierno Liberal:

Aprovechan esta situación y se unen a partidos de izquierdas: republicanos y socialistas, los cuales piden la dimisión de Maura. El rey, los republicanos y los socialistas rompen el Pacto de El Pardo.

Regencia de Espartero (1841-1843)

Gobierna de manera autoritaria (ni liberal, ni progresista); sufre el rechazo de los liberales moderados y antiautoritarios (demócratas). En economía aplica medidas liberales:

  1. Burguesía catalana: está empezando con la industrialización (obliga a competir igualmente con las telas inglesas).
  2. Vascos: la Paz de Vergara (muy pacifista) al principio promete mantener los fueros, con María Cristina no se acepta y con Espartero tampoco.

En 1843 se produce el pronunciamiento militar de Narváez, militar que accede al poder pero en nombre de un partido político; se declara a Isabel II mayor de edad a los 13 años (moderados liberales, regente: Narváez).

Regencia de María Cristina (1833-1836)

Gobierna con liberales moderados. María Cristina acepta la Carta Otorgada del pueblo (Estatuto Real 1834) y comparte el poder con los liberales. Los liberales proponen medidas moderadas (Javier de Burgos propone la división provincial). Empieza a haber más protestas por parte de liberales progresistas (debido a la Carta Otorgada). Para parar a los progresistas nombra a más progresistas como miembros del gobierno (Mendizábal). Siguen sin estar de acuerdo y piden a la Regente un cambio en el gobierno, se hace una nueva Constitución más moderada que la de 1812. María Cristina se va acercando más a los liberales progresistas.

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