Historia de España: De la Corona de Aragón a la Expulsión de los Judíos

Formación de la Corona de Aragón

El proceso histórico que dio lugar a la formación de la Corona de Aragón se inició tras la muerte de Alfonso I el Batallador (1104-1134). Los nobles aragoneses proclamaron rey a su hermano Ramiro I, mientras que los nobles navarros eligieron a García Ramírez, lo que determinó la separación del Reino de Navarra. Ramiro I casó a su hija Petronila con Ramón Berenguer, conde de Barcelona. Esta unión dio lugar al nacimiento de la Corona de Aragón. Alfonso II fue el primer rey de la Corona al heredar los territorios de sus padres.

El Pactismo en la Corona de Aragón

El creciente comercio en el Mediterráneo durante el siglo XIII, el desarrollo de la burguesía y el arraigo de las estructuras feudales y el poder de los nobles impulsaron el pactismo. Este sistema político limitaba las atribuciones del monarca.

Las Provincias Romanas en Hispania

Las provincias romanas eran divisiones administrativas del territorio conquistado por Roma en la Antigüedad. Cada una estaba dirigida por un gobernador y se subdividían en conventos jurídicos.

División de Hispania

La península, llamada Hispania por los romanos, se dividió tras su llegada en el siglo III a.C. en dos provincias: Citerior y Ulterior. Con el tiempo se fragmentaron, y en el Bajo Imperio existían seis provincias: Tarraconensis, Cartaginensis, Baetica, Lusitania, Gallaecia y Balearica. Navarra pertenecía al convento jurídico Caesaraugusta, dentro de la provincia Tarraconensis.

Andelos: Ciudad Romana en Navarra

Andelos fue una ciudad romana ubicada en la zona media de la actual Navarra, cerca de Mendigorría. Su máximo desarrollo se produjo en los siglos I y II d.C. En ella se han encontrado los restos romanos más importantes de la comunidad, destacando las plantas de varias mansiones (domus) pavimentadas con mosaicos (como el del Triunfo de Baco) y un complejo sistema de abastecimiento de agua a la ciudad, del que se conserva la presa, el depósito y restos del acueducto.

Romanización de Hispania

La romanización fue el proceso de asimilación de los rasgos de la cultura romana que experimentaron los habitantes de los pueblos conquistados. Estos asumieron sus costumbres, organización política, económica y social, la lengua latina y la religión. En la península tuvo lugar durante el período de dominación romana (siglos III a.C. – V d.C.) de forma gradual y lenta, y no fue uniforme, siendo más intensa en el Mediterráneo que en la cornisa cantábrica. Los principales agentes de la romanización fueron las ciudades, la red de calzadas, el ejército, etc.

La Monarquía Visigoda

La monarquía visigoda fue el sistema de gobierno en la península ibérica entre los años 507 y 711 d.C. Los visigodos, un pueblo germánico procedente del este de Europa, establecieron su capital en Toledo.

Características de la Monarquía Visigoda

  • Carácter electivo de los monarcas.
  • Apoyo en la Aula Regia y los Concilios de Toledo.
  • Unificación territorial tras la guerra contra los suevos y bizantinos.
  • Unificación jurídica a través del Liber Iudiciorum.
  • Unidad religiosa con la adopción del catolicismo.

La debilidad interna provocada por las luchas por el trono facilitó la conquista musulmana en el año 711.

El Califato de Córdoba

El Califato de Córdoba fue el régimen político establecido en Al-Andalus, el territorio bajo dominio musulmán en la península ibérica, en el año 929 por el emir Abderramán III. Al proclamarse califa, se convertía en la máxima autoridad religiosa y rompía los lazos de dependencia con el califato abasí de Bagdad. Esta etapa se caracterizó por su esplendor en todos los aspectos, y su capital, Córdoba, se convirtió en la principal ciudad de Europa Occidental. El califato entró en crisis tras la muerte de Almanzor y acabó fragmentándose en los Reinos de Taifas en 1031.

Los Reinos de Taifas

Los Reinos de Taifas fueron un conjunto de estados independientes en los que se fragmentó Al-Andalus en 1031. La debilidad de estos reinos, a menudo enfrentados entre sí, fue aprovechada por los reinos cristianos del norte para avanzar en la Reconquista y exigir el pago de tributos, llamados parias, a cambio de protección. A pesar de los intentos de unificación por parte de almorávides y almohades, las taifas sucumbieron al avance cristiano y, a partir del siglo XIII, solo consiguió resistir una, el Reino Nazarí de Granada, conquistado en 1492 por los Reyes Católicos.

Almorávides y Almohades

Los almorávides y almohades fueron grupos nómadas bereberes del norte de África que llegaron a la península ibérica entre 1090 y 1146, invitados por los musulmanes de Al-Andalus para aumentar su número de soldados y revitalizar el islam.

Los Almorávides

Los almorávides, soldados-monjes de las regiones del Sáhara, tenían un profundo sentimiento religioso y aspiraban a unificar Al-Andalus mediante una interpretación rigurosa del islam.

Los Almohades

Los almohades establecieron un vigoroso imperio que se extendía desde el centro de Portugal hasta la mitad sur de la península. Desembarcaron en 1145 y su dominio empezó a debilitarse tras la batalla de las Navas de Tolosa en 1212. Como consecuencia de la decadencia almohade, la taifa de Granada se reconstituyó como reino plenamente independiente, formando el Reino Nazarí de Granada.

Los Mozárabes

Mozárabes es el nombre que recibieron los cristianos que vivieron en Al-Ándalus tras la conquista musulmana del 711. Se les permitió practicar el cristianismo, pero estaban obligados a pagar un impuesto. Su importancia numérica fue decreciendo debido a la conversión al islam y a las migraciones a los territorios cristianos, donde contribuyeron a la repoblación.

La Reconquista

La Reconquista fue el proceso histórico que tuvo lugar durante la Edad Media en el que los núcleos cristianos del norte de la península ibérica fueron arrebatando a los musulmanes los territorios de Al-Andalus. Comenzó en el año 722 con la victoria de Don Pelayo en la batalla de Covadonga y duró ocho siglos, avanzando de norte a sur. El siglo de mayor avance fue el XIII, tras la batalla de las Navas de Tolosa en 1212. Finalizó con la conquista del Reino Nazarí de Granada en 1492 por los Reyes Católicos.

El Reino de Pamplona

El Reino de Pamplona fue un estado medieval cristiano del Pirineo occidental que surgió a comienzos del siglo X. Aunque su origen está en un núcleo vascón controlado por los Arista en el siglo IX, el reino se fundó en el 905 con Sancho Garcés I, quien logró la independencia frente a los musulmanes y expandió sus dominios por Estella y La Rioja. Estuvo gobernado por la dinastía Jimena y vivió su momento de esplendor bajo el reinado de Sancho III el Mayor. En el siglo XII (1162), bajo el reinado de Sancho VI el Sabio, pasó a llamarse Reino de Navarra.

Sucesión de Sancho III el Mayor

La sucesión de Sancho III el Mayor (1004-1035), rey de Pamplona y uno de los principales beneficiados de la desintegración de Al-Andalus en los Reinos de Taifas, marcó un punto de inflexión en la historia de la península ibérica. Su proyecto político se basaba en la apertura a Europa y en el intento de unidad peninsular. Bajo su reinado, aglutinó todo el poder sobre los reinos cristianos. A su muerte en 1035, el reino se dividió entre sus hijos: García Ramírez III heredó el Reino de Pamplona, Gonzalo los condados de Sobrarbe y Ribagorza, Ramiro I el condado de Aragón (y tras la muerte de Gonzalo, también los suyos), y Fernando I el condado de Castilla (convirtiéndose después en rey de León).

La Batalla de las Navas de Tolosa (1212)

La batalla de las Navas de Tolosa fue un enfrentamiento entre los ejércitos cristianos y musulmanes que tuvo lugar en 1212 cerca de la localidad jiennense del mismo nombre. El poderío almohade llevó a los reinos de Castilla, Navarra y Aragón a coaligarse y enfrentarse al ejército almohade dirigido por Miramamolín, con el apoyo de Francia y Portugal. La victoria cristiana tuvo como consecuencia el fin del dominio almohade, la división de su territorio en taifas y un gran avance reconquistador en el siglo XIII.

Unión del Reino de Castilla y la Corona de Aragón

La unión del Reino de Castilla y la Corona de Aragón fue un acontecimiento histórico que tuvo lugar durante el reinado de los Reyes Católicos (1479-1504). El matrimonio entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón en 1469 y su posterior ascenso al trono de sus respectivos reinos dio origen a la Monarquía Hispánica. Se trató de una unión dinástica, ya que cada reino conservó sus propias leyes, lengua, costumbres, moneda y frontera. No obstante, Isabel y Fernando actuaron conjuntamente en el gobierno de sus dominios con objetivos comunes: la unidad peninsular, la conquista de Granada y Navarra, la unidad religiosa, la expulsión de los judíos y la conversión de los musulmanes, y el establecimiento de una monarquía autoritaria. Este proceso se vio favorecido por el descubrimiento de América.

Incorporación de Navarra a la Corona de Castilla

En las Cortes de Burgos de 1515, se decidió la anexión del Reino de Navarra a Castilla, respetando sus fueros a través de la Ley Paccionada. El origen de la incorporación se encuentra en la conquista de 1512 por parte del ejército castellano, comandado por el Duque de Alba y apoyado por los beaumonteses. Esta conquista fue consecuencia de la firma del Tratado de Blois, una alianza entre los reyes de Navarra y el rey de Francia.

La Expulsión de los Judíos

La expulsión de los judíos fue un acontecimiento histórico que tuvo lugar en 1492 tras la aprobación por los Reyes Católicos del Edicto de Expulsión, donde se ordenaba a los judíos convertirse al cristianismo o abandonar sus reinos. Esta medida se enmarcó dentro de la política de unidad religiosa y se vio facilitada por el odio popular hacia la minoría judía. Como consecuencia, unos 150.000 judíos abandonaron Castilla y Aragón. La pérdida de este sector laborioso y emprendedor conllevó consecuencias negativas para el desarrollo económico de la Monarquía Hispánica.

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