Historia de España: Desde el Neolítico hasta la Dictadura de Franco

1. El Neolítico en la Península Ibérica

El Neolítico emerge en la Península Ibérica alrededor del 5700 a. C., proveniente del Próximo Oriente. Este período marca el inicio de la agricultura, la ganadería y otras innovaciones significativas. Se proponen tres vías principales de llegada: continental, mediterránea y norteafricana, aunque algunos defienden una vía autónoma, menos respaldada.

Dentro del Neolítico, se distinguen dos etapas:

  • Neolítico Inicial (mediados del VI milenio a. C.): Se desarrolla en Levante y Andalucía oriental, con las primeras prácticas agrícolas y ganaderas. Los asentamientos en cuevas persisten. La cerámica cardial (grisácea) caracteriza esta etapa, como se observa en la Cueva de Nerja (Málaga).
  • Neolítico Pleno (finales del V milenio – III milenio a. C.): Se extiende hacia el interior, con un mayor desarrollo de poblados y agricultura. La cerámica “a la almagra” (rojiza) es característica, como en la cultura de Almería. Surgen las primeras necrópolis, como la “cultura de los sepulcros en fosa” (Cataluña). El Neolítico también trae consigo la estratificación social, evidente en los enterramientos.

2. Los Pueblos Colonizadores y la Transformación de la Península Ibérica

La búsqueda de minerales y otros recursos atrae a pueblos del Mediterráneo oriental y central a las costas peninsulares a partir de finales del II milenio a. C. Estos pueblos establecen factorías (colonias costeras) y provocan la aculturación u orientalización de las culturas locales, como Tartesos. Los pueblos colonizadores más relevantes son:

  • Fenicios: Provenientes de Tiro y Sidón (Líbano), a finales del II milenio – principios del I milenio a. C., fundan Gadir (Cádiz), su principal factoría. Otras factorías fueron Sexi, Malaca, etc. Introducen la escritura alfabética, el torno de alfarero, las primeras monedas, entre otras innovaciones.
  • Griegos: Procedentes de Massalia (Marsella), llegan alrededor del siglo VI a. C. Su principal factoría es Emporion (Ampurias), y otra destacada fue Rhode (Rosas). Introducen la vid, el olivar, monedas, etc.
  • Cartagineses: Originarios de Cartago (colonia de Tiro), aparecen en el siglo VI a. C. Su principal factoría fue Cartago Nova (actual Cartagena), y otra importante fue Ebusus (Ibiza). Ocupan la península en el contexto de las guerras púnicas contra Roma.

En resumen, los pueblos colonizadores transforman la Península Ibérica a partir del II milenio a. C. mediante la fundación de colonias costeras. Introducen innovaciones y provocan la aculturación de culturas locales como Tartesos.

3. La Romanización: Asimilación Cultural y Transformación Administrativa

La Romanización, la asimilación de los pueblos conquistados por Roma, implica la adopción de su lengua, cultura y administración. Este proceso se desarrolla en el contexto de la Segunda Guerra Púnica (218 a. C.). Los aspectos más destacados son:

  • Fundación de ciudades: Se crean ciudades a partir de campamentos romanos o nuevas construcciones.
  • Imposición del latín: El latín se convierte en la lengua común, junto con el Derecho Romano y la religión romana (“culto al emperador”).
  • Infraestructura y obras públicas: Se construye una red de calzadas (como la Vía de la Plata) y edificios públicos (como anfiteatros).
  • Transformación económica: Se implementa una economía esclavista y se introducen mejoras agrícolas en el latifundio (villas).
  • Reorganización administrativa: La península se divide en provincias, como la Tarraconensis, la Bética y la Lusitania. Cada provincia se subdivide en conventos jurídicos. La ciudad se convierte en la unidad básica de la administración territorial.

4. La Conquista Musulmana y el Surgimiento de Al-Andalus

Al-Andalus se refiere a los territorios musulmanes en la Península Ibérica (711-1492). La conquista musulmana forma parte de su expansión hacia Occidente. Aprovechando la guerra civil en el reino visigodo tras la coronación de Don Rodrigo, tropas musulmanas, compuestas principalmente por bereberes lideradas por Tariq, desembarcan cerca de Gibraltar en 711. Derrotan a los visigodos en la Batalla de Guadalete, donde muere Don Rodrigo.

Musa, gobernador del norte de África, envía refuerzos, y la conquista continúa por tres vías (712-714), llegando hasta el norte de la península. Son detenidos en Covadonga (722). El intento de avanzar más allá de los Pirineos fracasa en la Batalla de Poitiers (732). A partir de entonces, los musulmanes se centran en consolidar su dominio en Al-Andalus.

5. Política Religiosa de los Reyes Católicos: Unificación Religiosa y Expulsión de Minorías

La política religiosa de los Reyes Católicos buscaba la adhesión de todos sus súbditos a la ortodoxia cristiana. Se crea el Tribunal de la Inquisición para vigilar a los conversos. Se decreta la expulsión o conversión forzosa de los judíos (1492, Marruecos) y la expulsión forzosa de los musulmanes (1502, Moriscos). Las cortes de los distintos reinos se mantienen, pero pierden protagonismo, siendo convocadas solo para jurar al heredero o atender peticiones de los súbditos.

6. La Política Exterior de los Reyes Católicos: Expansión y Alianzas Matrimoniales

En política exterior, Castilla se enfoca en el Atlántico, mientras que Aragón se orienta hacia el Mediterráneo. Se establece una política de alianzas matrimoniales para aislar a Francia, enemigo común. Se organizan matrimonios con el Imperio, Inglaterra y Portugal, aunque no todos con el resultado esperado en el Mediterráneo. Se recupera el Rosellón y Cerdeña (1493). Se ocupan plazas en el norte de África para combatir la piratería berberisca, como Melilla (1497). Un año antes, Castilla incorpora las Islas Canarias.

7. Política Exterior de Carlos I (1516-1556): Guerras y Conflictos Religiosos

Los objetivos de Carlos I en España (Carlos V como emperador) eran mantener y, si era posible, ampliar la herencia recibida y combatir la Reforma Protestante (1517). Esto lo lleva a participar en numerosas y costosas guerras que agotan a sus reinos peninsulares. Sus principales enemigos son:

  • Francia: Múltiples conflictos por la posesión de Milán. Destaca la victoria española en Pavía (1525), donde se captura al rey Francisco I, y el posterior saqueo de Roma (1527) por el apoyo del Papa al rey francés.
  • Turcos Otomanos: Avanzan por los Balcanes. La ocupación de Túnez (1535) busca frenar la piratería berberisca en el Mediterráneo.
  • Protestantes Alemanes: Un desafío para Carlos V que le consume tiempo y recursos. A pesar de sus intentos de conciliación, la guerra se vuelve inevitable, concluyendo con la Paz de Augsburgo (1555).

8. Política Exterior de Felipe II (1556-1598): Defensa del Catolicismo y Guerras Europeas

Felipe II hereda los territorios hispanos, pero no el título imperial. Sus objetivos principales son mantener la herencia recibida y defender el catolicismo (Contrarreforma). Sus principales enemigos son:

  • Francia: Continúa la guerra por Italia hasta la victoria española en San Quintín (1557). Durante las Guerras de Religión francesas (1562-1598), Felipe II apoya al bando católico.
  • Piratería Turca: Amenaza el comercio en el Mediterráneo. Destaca la defensa de la isla de Malta (1565) y la formación de la»Liga Sant» (España, Venecia y el Papado), que derrota a los turcos en Lepanto (1571).
  • Inglaterra: Apoya a los rebeldes en los Países Bajos. La ejecución de María Estuardo, reina de Escocia, lleva al envío de la»Armada Invencibl» (1588), que termina en fracaso.
  • Guerra en Flandes: La Guerra de los Ochenta Años (1568-1648) lleva a la separación de las Provincias Unidas y Flandes.
  • Anexión de Portugal (1581): Tras la muerte del rey Sebastián I y del cardenal Enrique I sin descendencia, Felipe II reclama el trono portugués. La ocupación militar de Lisboa por el duque de Alba asegura su control.

9. Centralización y Reformas Borbónicas: Un Nuevo Modelo de Estado

Tras la Guerra de Sucesión Española, se establece un nuevo modelo de Estado centralista y absolutista. Se reorganizan los reinos peninsulares mediante los Decretos de Nueva Planta (1707-1716), creando un único Estado (desaparece la Corona de Aragón), una única nacionalidad, un único cuerpo de leyes, respetando los territorios vascos y Navarra.

Se suprimen los consejos (excepto el de Castilla), y el gobierno queda en manos de los secretarios de despacho. Desaparecen los virreinatos (excepto en Navarra y América), creándose nuevas demarcaciones provinciales gobernadas por capitanes generales. Se crea la figura del intendente, representante real en las provincias. El corregidor sigue siendo el representante real en los ayuntamientos.

Se reorganiza el ejército y la marina, estableciéndose las quintas, un cuerpo de ingenieros, y el regimiento como unidad de combate. Se produce un enfrentamiento con la Iglesia Católica por las regalías (derechos de la Corona sobre sus bienes y la elección de cargos eclesiásticos).

10. Reformas Económicas Ilustradas: Impulso a la Modernización

Ante la lamentable situación económica, los Borbones buscan aumentar la riqueza del país. Ilustrados como Jovellanos y las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País impulsan la modernización económica con nuevas ideas.

Se considera fundamental la reorganización de las haciendas. Se busca un mayor control del gasto público y una recaudación más justa, intentando imponer impuestos proporcionales a la riqueza en Aragón, aunque la resistencia de los privilegiados impide su extensión a toda España.

Se prioriza la agricultura, con medidas como el arrendamiento de tierras comunales y la colonización de Sierra Morena. Se expande el comercio colonial con la liberación del comercio y la creación del Banco de San Carlos (1782).

11. Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812: Liberalismo y Soberanía Nacional

En el contexto de la Guerra de Independencia, la Junta Central Suprema convoca unas Cortes para crear un nuevo modelo de Estado basado en principios ilustrados. Las Cortes de Cádiz (1810-1813) son unicamerales, con voto por cabeza y divididas en grupos de opinión: absolutistas, moderados y liberales.

Entre las medidas más importantes, destacan la abolición del régimen señorial (1810), la abolición de la Inquisición (1813) y la desamortización de sus propiedades (1813).

La Constitución de 1812, aprobada el 19 de marzo de 1812, establece la soberanía nacional y una monarquía parlamentaria con división de poderes: ejecutivo (rey y secretarios), legislativo (Cortes unicamerales) y judicial (tribunales de justicia). Se establece el sufragio universal masculino indirecto, un impuesto proporcional a la riqueza, una milicia nacional y la educación como derecho ciudadano.

12. La Gloriosa (18 de septiembre de 1868): Caída de Isabel II y Revolución Liberal

La Gloriosa lleva a la caída de Isabel II y al posterior regreso de los Borbones con Alfonso XII (1874). El descrédito de la reina, la crisis económica, la difusión del republicanismo y el Pacto de Ourense (1866) propician la revolución.

Se inicia con el pronunciamiento de la armada en Cádiz, liderada por Topete y Prim. El alzamiento se extiende, formando juntas revolucionarias. Tras la derrota del gobierno en la Batalla del Puente de Alcolea (Córdoba), Isabel II huye a Francia. Se forma un gobierno provisional liderado por Serrano y se elabora una nueva Constitución.

13. La Constitución de 1869: Primera Constitución Democrática de España

La Constitución de 1869 se considera la primera constitución democrática de España. Reconoce amplios derechos y libertades individuales, la soberanía nacional y el sufragio universal masculino a partir de los 25 años. Establece una monarquía parlamentaria con el poder ejecutivo en manos del jefe de gobierno y los ministros, el legislativo en las Cortes bicamerales y el judicial independiente en los tribunales.

14. La Constitución de 1876: Restauración Borbónica y Soberanía Compartida

La Constitución de 1876 combina elementos de la Constitución de 1845 y la de 1869. Establece la soberanía compartida entre el rey y las Cortes. El poder legislativo reside en las Cortes bicamerales (Congreso y Senado), el ejecutivo en la Corona a través de los ministros, y el judicial, teóricamente independiente. Se reconoce la confesionalidad católica del país. La Ley Electoral de 1878 establece un sistema censitario.

15. Nacionalismo y Regionalismo: Rechazo al Centralismo y Búsqueda de Autonomía

A partir del último cuarto del siglo XIX, surgen movimientos nacionalistas y regionalistas en España. Rechazan el centralismo de la Restauración borbónica y buscan la autonomía y la recuperación de las diferencias culturales, lingüísticas e históricas.

En Cataluña, el nacionalismo se desarrolla con la Renaixença, apoyada por la burguesía industrial, y se formaliza con las Bases de Manresa en 1892. La Lliga Regionalista y Esquerra Republicana son sus principales exponentes.

En el País Vasco, el nacionalismo se centra en la recuperación de los fueros, el uso del euskera y la idea de Euskal Herria, con el PNV fundado por Sabino Arana en 1895.

Otros movimientos incluyen el gallego (Rexurdimento), el valenciano (Renaixença y»blaverism») y el andaluz, con Blas Infante impulsando el reconocimiento cultural y político.

16. El Regeneracionismo: Crítica y Reformismo en la España de Fin de Siglo

A partir de 1898, tras la crisis por la pérdida de las últimas colonias, surge el Regeneracionismo, un movimiento que busca reformar España en todos los ámbitos. Se divide en dos ramas: política e intelectual.

La rama política busca reformar el sistema de turnos y acabar con la corrupción mediante una»revolución desde arrib» liderada por políticos influyentes.

La rama intelectual, representada por la Generación del 98 (Joaquín Costa, etc.), promueve reformas agrarias y educativas, critica el atraso cultural y la falta de autonomía, y aboga por la separación de la Iglesia Católica.

El Regeneracionismo social promueve la regeneración a través de la crítica constructiva. Todas estas corrientes buscan renovar España y afrontar los desafíos del siglo XX.

17. La Desamortización: Reforma Agraria y Transformación de la Propiedad

La desamortización, la venta de propiedades amortizadas (pertenecientes a la Iglesia, el Estado y otras entidades), buscaba implementar una reforma agraria. El objetivo era reducir la deuda pública y poner tierras en el mercado para que una clase media liberal pudiera adquirirlas.

Durante la regencia de María Cristina, se desamortizan propiedades de la Iglesia y el Estado mediante subastas públicas. En el Bienio Progresista (regencia de Isabel II), se continúa con las subastas, buscando reducir la deuda, invertir en infraestructuras y fomentar una clase media progresista.

Aunque la relación con el Vaticano se restaura gradualmente, la estructura de la propiedad de la tierra cambia significativamente.

18. El Reinado de Alfonso XIII (1902-1931): Inestabilidad Política y Crisis del Sistema

El reinado de Alfonso XIII está marcado por la inestabilidad política, la crisis económica y la agitación social. El sistema de turnos se descompone, llevando a gobiernos inestables. La derrota en Annual (1921) agrava la crisis del sistema. Aumentan las huelgas generales y la radicalización sindical (CNT, UGT).

La crisis económica se intensifica, con problemas de deuda y déficit. La sociedad se polariza, con movimientos obreros y regionalistas desafiando al Estado central. El golpe de Estado de Primo de Rivera (1923) instaura una dictadura militar que no resuelve los problemas estructurales.

Tras la renuncia de Primo de Rivera (1930), España queda profundamente dividida, lo que prepara el terreno para la Segunda República (1931).

19. La Segunda República (1931-1936/39): Reformismo, Reacción y Guerra Civil

La Segunda República se divide en tres etapas: el Bienio Progresista (1931-1933), el Bienio Conservador (1933-1936) y el Frente Popular (1936).

Bienio Progresista: El gobierno provisional implementa reformas hasta la promulgación de la Constitución de 1931. Se establecen contratos de trabajo, vacaciones pagadas, jurados mixtos, educación primaria laica, gratuita y obligatoria, un ejército profesional y la reforma agraria (1932), que redistribuye tierras y provoca tensiones sociales. Se otorga autonomía a Cataluña y al País Vasco.

Bienio Conservador: Reacción a las reformas del Bienio Progresista. Se aprueba la Ley de Defensa de la República. La CEDA (derecha conservadora) gana protagonismo. Surgen partidos fascistas como JONS y Falange Española.

Frente Popular: Aumento de la polarización política y social que desemboca en la Guerra Civil Española (1936-1939).

20. La Guerra Civil Española (1936-1939): División y Conflicto Fratricida

Durante la Guerra Civil, la España republicana enfrenta problemas para gestionar la autoridad. Largo Caballero es reemplazado por Negrín (1937), quien adopta una política de resistencia. El Consejo Nacional de Defensa (1939) fracasa, llevando a un golpe de Estado contra Negrín. Se produce el»terror roj» y la consolidación del poder republicano.

En la España»naciona», Franco asume el liderazgo tras un accidente aéreo de Sanjurjo. Se convierte en Generalísimo y Jefe del Estado (1937), consolidando su poder con el Decreto de Unificación y la creación de FET y de las JONS (partido único). El régimen franquista se caracteriza por su extremismo, autoritarismo y represión.

21. La Dictadura Franquista: Autoritarismo, Nacionalcatolicismo y Represión

La dictadura de Franco (1939-1975) se caracteriza por su autoritarismo, nacionalcatolicismo y represión. Se establece un régimen autoritario y personalista que rechaza cualquier ideología considerada una amenaza. Se promueve un Estado orgánico basado en valores tradicionales (familia, patria, religión) con un fuerte componente nacionalcatólico.

El militarismo es una constante, se promueve el aislamiento y el autarquismo, y se controla la lengua y las instituciones. El régimen se divide en varias etapas, marcadas por la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y la posterior transición a la democracia.

22. La Etapa Azul (1939-1953): Aislamiento Internacional y Represión Interna

Durante la Segunda Guerra Mundial, el régimen franquista atraviesa una etapa de aislamiento internacional. Se recupera la administración franquista y se reprime duramente a los vencidos de la Guerra Civil. Se impulsa la autarquía económica y se establecen leyes fundamentales del nuevo Estado (Fuero de los Españoles, 1945).

Franco mantiene una postura de no beligerancia en la guerra, apoyando al Eje pero sin participar activamente. Se enfrenta a la oposición interna (Manifiesto de Lausana, 1945) y a eventos como el Suceso de Begoña (1942).

23. Los Años 60: Desarrollo Económico, Tensiones Sociales y Reformismo Limitado

En los años 60, España experimenta un crecimiento económico sin precedentes «década prodigios»). Se implementan planes de desarrollo que impulsan el crecimiento económico y mejoran el nivel de vida. Sin embargo, la represión se intensifica.

Aumentan las tensiones con la Iglesia Católica y el nacionalismo (creación de ETA en 1959). Surgen movimientos obreros y oposición democrática que demandan reformas (Comisiones Obreras, 1964).

Se aprueba la Ley de Prensa (1966) y la Ley Orgánica del Estado (1967). La Ley de Sucesión (1969) designa a Juan Carlos de Borbón como futuro rey. La represión continúa (Proceso de Burgos, 1970).

Conclusión

La historia de España es un recorrido complejo y fascinante que abarca desde el Neolítico hasta la dictadura franquista. A lo largo de los siglos, la península ibérica ha sido testigo de la llegada de diferentes pueblos y culturas, la formación de imperios, la consolidación de Estados-nación, la lucha por la libertad y la búsqueda de la modernidad. Comprender este pasado es fundamental para entender la España actual y los desafíos que enfrenta en el siglo XXI.

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