La Constitución de 1869 y el Sexenio Democrático
Resumen: La Constitución de 1869
El régimen de Isabel II, debilitado por su autoritarismo desde 1864 y agravado por la crisis económica de 1866, enfrentó una fuerte oposición. Los progresistas, liderados por Prim, y los demócratas firmaron el Pacto de Ostende en 1866, al que luego se unieron republicanos y unionistas bajo el mando de Serrano. Este bloque, apoyado por militares, protagonizó la Revolución de 1868, también conocida como La Gloriosa, que forzó el exilio de Isabel II y dio inicio al Sexenio Democrático (1868-1874).
Tras la revolución, se convocaron elecciones que dieron mayoría a progresistas, unionistas y demócratas. En este contexto, las Cortes redactaron la Constitución de 1869, considerada la primera democrática de España. Este texto reconocía derechos como la libertad de culto, reunión y asociación, introduciendo influencias del constitucionalismo francés y norteamericano. Garantizaba la soberanía nacional y establecía una monarquía parlamentaria con división de poderes. También proclamaba el sufragio universal masculino y un Senado electivo.
A pesar de sus avances, la Constitución no reflejó las demandas republicanas ni las de los sectores populares, centrando su alcance en las clases medias progresistas. Es un referente en la historia democrática española y supuso un hito al anticipar derechos y libertades vigentes en Europa décadas después.
Las Desamortizaciones del Siglo XIX
A lo largo del siglo XIX, España realizó varias desamortizaciones para transformar la economía agraria feudal en un sistema capitalista basado en la propiedad privada. Estas consistieron en expropiar y vender bienes inmuebles de la Iglesia y los municipios, conocidos como manos muertas, que no podían ser vendidos ni explotados libremente.
Medidas Previas al Proceso
- Supresión de mayorazgos (1836): Permitió que las propiedades familiares se vendieran libremente.
- Abolición del régimen señorial (1837): Las tierras de los señoríos pasaron a ser propiedad privada de sus dueños legítimos.
- Desamortizaciones: Venta forzada de tierras mediante subastas públicas, principalmente de bienes eclesiásticos y comunales.
Desamortización de Mendizábal (1837-1849)
Se centró en bienes de la Iglesia, declarados bienes nacionales tras disolver las órdenes religiosas en 1835. Los objetivos principales fueron:
- Sanear la Hacienda pública mediante la reducción de la deuda.
- Financiar la Primera Guerra Carlista.
- Crear apoyo para el liberalismo al beneficiar a los compradores, aunque estas tierras fueron adquiridas mayoritariamente por élites.
Desamortización de Madoz (1855-1867)
Durante el Bienio Progresista, esta etapa incluyó tanto bienes eclesiásticos no vendidos como propiedades municipales. Sus fines fueron:
- Reducir la deuda pública.
- Financiar infraestructuras como la red de ferrocarriles.
Impacto de las Desamortizaciones
Aunque las tierras vendidas representaron una parte significativa del territorio cultivable, estas medidas no se concibieron como una reforma agraria social. No redistribuyeron la tierra entre campesinos, manteniendo la desigualdad en la estructura de la propiedad. Su principal efecto fue fiscal, al reducir la deuda pública y generar ingresos para el Estado.
En resumen, las desamortizaciones transformaron el mercado de tierras, pero no lograron cambios profundos en la estructura agraria, perpetuando las diferencias entre grandes propietarios y pequeños campesinos.
El Manifiesto de los Persas y el Reinado de Fernando VII
Resumen: El Manifiesto de los Persas
El Manifiesto de los Persas, redactado en abril de 1814 y presentado a Fernando VII a su regreso de Bayona, es un texto escrito por diputados absolutistas de las Cortes de Cádiz. Este documento privado defiende la restauración del absolutismo tras la Guerra de Independencia. Inspirándose en una tradición persa sobre la anarquía tras la muerte de un rey, el manifiesto justificaba el retorno al Antiguo Régimen al considerar la monarquía absoluta como una institución «racional» y «necesaria» para garantizar el buen gobierno y la obediencia.
El manifiesto criticaba duramente las reformas liberales de las Cortes de Cádiz, como la Constitución de 1812, y pedía su abolición, así como la restauración de las Cortes estamentales y las leyes tradicionales. Fernando VII respondió a estas demandas con el Decreto de 4 de mayo de 1814, que anuló la Constitución y las reformas, devolviendo a España al absolutismo.
Contexto del Reinado de Fernando VII
Sexenio Absolutista (1814-1820): Tras anular las reformas liberales, Fernando VII restauró instituciones del Antiguo Régimen, como la Inquisición, y persiguió a los liberales, obligándolos a conspirar desde la clandestinidad. La inestabilidad política aumentó debido a pronunciamientos militares, como el de Riego en 1820, que forzó al rey a aceptar la Constitución de 1812.
Trienio Liberal (1820-1823): Durante este periodo, las Cortes liberales desmantelaron parte del Antiguo Régimen, aboliendo la Inquisición y retomando las desamortizaciones. Sin embargo, las intrigas de Fernando VII y la intervención de la Santa Alianza, con los «Cien Mil Hijos de San Luis», restauraron el absolutismo en 1823.
Década Ominosa (1823-1833): El regreso al absolutismo estuvo marcado por una fuerte represión contra los liberales y la emigración de estos. Desde 1826, Fernando VII suavizó su postura para buscar apoyos en la sucesión al trono, lo que dividió a los absolutistas en «realistas puros» y partidarios de su hermano Carlos, dando lugar al carlismo.
El reinado de Fernando VII simboliza el choque entre el Antiguo Régimen y el Liberalismo, siendo una etapa crucial para la transición política en España.
La Independencia de las Colonias Americanas
La independencia de las colonias americanas fue liderada por los criollos, quienes buscaban el control político y liberarse del monopolio comercial español. Influenciados por ideas ilustradas y las revoluciones de EE.UU. y Francia, enfrentaron a los peninsulares leales a España.
Causas de la Independencia
- Internas: Exclusión política de los criollos, tensiones sociales y la crisis por la invasión napoleónica.
- Externas: Ejemplo de EE.UU. y Francia, y apoyo de Gran Bretaña y EE.UU.
Desarrollo del Proceso Independentista
- Primera fase (1810-1814): Creación de juntas, formación de ejércitos y proclamaciones iniciales de independencia.
- Segunda fase (1815-1824): Con Bolívar y San Martín, las independencias se consolidaron, apoyadas por Inglaterra y EE.UU.
Consecuencias de la Independencia
- España perdió su imperio americano y quedó debilitada económicamente.
- Las nuevas naciones lograron independencia política, pero enfrentaron inestabilidad interna y presiones externas.