1.4. El reino visigodo: Origen y organización política. Los concilios.
En el siglo V, Hispania fue invadida por pueblos germánicos (vándalos, suevos y alanos). Los visigodos entraron en la península para ayudar a Roma y, con la caída del imperio romano y del reino visigodo francés, se asentaron en la meseta central (con capital en Toledo) en 507. Los suevos ocupaban Gallaecia y los bizantinos, el litoral mediterráneo.
La homogeneización fue un proceso de unificación de Hispania realizado progresivamente por los reyes visigodos a nivel territorial (Leovigildo acabó con el reino suevo y Suintila con el imperio bizantino), religioso (Recaredo), y legislativo (Recesvinto con el Fuero Juzgo).
La monarquía visigoda era muy débil ya que la aristocracia y los obispos participaban en la elección del rey, apareciendo así la teoría del origen divino del poder. El rey gobernaba con ayuda de dos instituciones integradas por la nobleza: el Oficio Palatino (administración central) y el Aula Regia (funciones consultivas). Además, celebraron numerosas asambleas político-religiosas denominadas concilios.
Los Concilios de Toledo eran convocados por el rey, presididos por un arzobispo e integrados por el estamento privilegiado. Al estar formadas por el poder político y religioso, se debatía y legislaba sobre estas cuestiones. Cabría destacar el III Concilio de Toledo de 589, bajo el reinado de Recaredo. Este propició la unificación religiosa, rechazando el arrianismo y declarando el catolicismo religión oficial.
2.1. Al-Ándalus: La conquista musulmana de la península ibérica. Emirato y Califato de Córdoba.
La rápida conquista musulmana de la península tuvo lugar como consecuencia de la fragilidad de la monarquía visigoda y del afán musulmán de expansión internacional motivado por la «guerra santa». Los musulmanes iniciaron la conquista por la petición de ayuda de los hijos del anterior rey Witiza, cuando Rodrigo se apoderó del trono. En 711, los musulmanes, liderados por Tariq y Muza, derrotaron a Rodrigo, último rey visigodo, en la batalla de Guadalete. La península quedó ocupada, a excepción del norte, en tres años.
El dominio musulmán de al-Ándalus se dividió en tres etapas:
- Emirato dependiente (711-756): Dependía de los califas Omeyas de Damasco.
- Emirato independiente (756-929): Abderramán I, sobreviviente de la revolución abasí, se estableció en al-Ándalus e inauguró el emirato independiente, rompiendo su dependencia política del califato de Bagdad. El emirato alcanzó su máximo esplendor con Abderramán II, sobre todo a nivel cultural. Este periodo se caracteriza por las numerosas revueltas entre muladíes y mozárabes.
- Califato de Córdoba (929-1031): El emir Abderramán III se proclamó califa, rompiendo los lazos religiosos con el califato de Bagdad. Se inició el califato de Córdoba, el periodo más brillante del Islam hispano. Abderramán III fundó Medina Azahara e hizo frente a los fatimíes y al avance cristiano. Aunque su hijo puso paz con los cristianos, Almanzor (hachib) llevó a cabo numerosas campañas militares contra los cristianos. A su muerte en 1002, el califato entró en crisis y desapareció en 1031, quedando dividido en pequeños reinos de taifas.
2.2. Al-Ándalus: Reinos de taifas. Reino Nazarí.
Las luchas internas generadas a la muerte de Almanzor desembocaron en la fragmentación de al-Ándalus en numerosos reinos independientes de taifas. Sin su unidad, al-Ándalus era demasiado débil para hacer frente a la Reconquista cristiana. Las taifas pagaron parias a los cristianos a cambio de protección militar. Los cristianos conquistaron Toledo en 1085, por lo que la taifa de Badajoz pidió ayuda a los almorávides en 1086. Estos unificaron las taifas y frenaron el avance de los cristianos en batallas como Consuegra, Sagrajas y Uclés.
A principios del siglo XII, las revueltas antialmorávides por su radicalismo islamista propiciaron su retirada, comenzando los segundos reinos de taifas. A finales de este siglo, las taifas reclamaron el apoyo de los almohades, que unificaron de nuevo al-Ándalus y detuvieron el avance cristiano, destacando la batalla de Alarcos. Los almohades fueron derrotados en la batalla de las Navas de Tolosa que, junto al descontento del pueblo por su radicalismo islamista, provocan su abandono de al-Ándalus. La división de los terceros reinos de taifas facilitó el avance cristiano hacia el sur.
A mediados del siglo XIII solo quedaba el reino nazarí de Granada, ya que su emir firmó un acuerdo con Castilla por el cual pagaba parias y reconocía vasallaje a su rey. En 1492, los Reyes Católicos conquistaron Granada.