Formación y Consolidación de los Reinos Cristianos
El Reino Astur
En el 722 tuvo lugar en Covadonga un enfrentamiento entre bereberes y cristianos, encabezados por Pelayo. Este núcleo de resistencia pudo sobrevivir gracias al desinterés musulmán. En 740, los cristianos extendieron su dominio hacia la zona de los vascos occidentales y Galicia. Con los primeros reinados se consolidó el territorio, la capital fue Oviedo y se organizaron el Estado y la administración. Se configuró también una Iglesia independiente a la de Toledo. Alfonso el Magno instauró el ritual de los godos. Con el reinado de Alfonso III (866-910) la monarquía asturiana alcanzó su máximo apoyo. El reino astur era ya un Estado sólido, con una monarquía apoyada por los mozárabes emigrados desde el Sur, que llevaron un espíritu de cruzada contra los musulmanes.
El Reino de León y el Condado de Castilla
A comienzos del siglo X, al trasladarse la capital del reino astur a León, se habla del reino Leonés. En 939 tuvo lugar la batalla de Simancas, en la que fueron derrotados los musulmanes. El condado de Castilla surgió en el siglo X y fue abriéndose paso por la Rioja y el valle del Duero. El impulso dado por Fernán González fue decisivo, ya que aprovechó muy bien sus ejércitos militares para afianzar la influencia castellana.
El Reino de Navarra
En el Pirineo occidental, las comunidades tribales entregaron el control a nobles muladíes que gobernaban las ciudades del Ebro. Ambas querían mantener alejados a carolingios y árabes. En el siglo IX se formaron el reino de Pamplona y el condado de Aragón. En 859 los navarros derrotaron a los musulmanes en la batalla de Albelda. El condado de Aragón quedó anexionado a comienzos del siglo X, por vía matrimonial.
Condados Catalanes
El Pirineo oriental fue conquistado por los carolingios en el siglo VIII, constituyendo la Marca Hispánica. A finales del siglo IX, Wifredo el Velloso se expandió hacia el sur. La presencia musulmana hacía difícil el avance en el Ebro.
Crisis a Finales del Siglo X y la Reordenación de los Reinos
La expansión se detiene a mediados del siglo X. En primer lugar, la ampliación del territorio cristiano y la puesta en explotación exigían un lugar de colonización y redistribución de la población. En segundo lugar, se confirmaría la recuperación del poder militar de al-Ándalus, bajo el gobierno de Almanzor, que realizó una política agresiva. La debilidad política del reino de León se debió a las continuas rebeliones de la nobleza, que intentaban sacudirse la autoridad del rey. La corona de Navarra se aprovechó para seguir su propia política de alianzas con los condes castellanos.
La Expansión Cristiana: Conquista y Reorganización Territorial
Primera Etapa: Conquista de los Valles del Tajo y Ebro (Siglos XI-XIII)
Durante el siglo XI el avance cristiano fue casi inexistente por los conflictos internos y la política de parias. Los cristianos exigieron a los musulmanes el pago de parias a cambio de no atacarles y protegerles. La conquista de Toledo la dirigió en 1085 Alfonso VI de Castilla, al que el propio rey de Toledo le entregó la ciudad. Castilla se anexionaba un gran territorio y su frontera se trasladaba al sur del Tajo. A esto hay que añadir la conquista de Valencia por el Cid. La reacción musulmana fue inmediata. Estos llamaron a los almorávides, y tras detener el avance cristiano en 1086, consiguieron reunificar al-Ándalus, recuperando los reinos de taifas. En 1118 Alfonso I, rey de Aragón, conquista Zaragoza, y el sur del valle del Ebro.
Segunda Etapa: Conquista de los Valles del Guadiana, Alto Júcar, Turia (Siglo XII)
La Corona de Aragón nació de la unión en una misma dinastía de Aragón y Cataluña. La corona castellanoleonesa experimentó una crisis política. En 1143 se separó el reino de Portugal y en 1157, al morir Alfonso VII, León y Castilla se convertían en Estados independientes. En 1151 se firmó el tratado de Tudilén, por el cual Castilla reconocía a Aragón el derecho de conquista sobre las taifas de Valencia, Denia y Murcia. En 1179, se firmó el tratado de Cazorla, por el cual, a cambio de entregar sus derechos feudales sobre Zaragoza, Castilla renunciaba a Murcia. Por esto, se conquistaron Teruel y Cuenca. En 1195, Alfonso VIII fue derrotado por los almohades en la batalla de Alarcos, destrozando al ejército castellano.
Tercera Etapa: Conquista del Valle del Guadalquivir, Levante y Baleares (Siglo XIII)
La derrota de Alarcos reunió a los reyes de Castilla, Aragón, Navarra y muchos nobles europeos. En 1212 los cristianos derrotaron a los almohades en la batalla de las Navas de Tolosa. Los cristianos conquistaron Extremadura, Andalucía y Murcia, además reunificaron definitivamente Castilla y León en 1230. El dominio musulmán quedó reducido al reino nazarí de Granada. En la Corona de Aragón, Jaime I conquista Baleares en 1229. La conquista de Valencia fue realizada por la nobleza aragonesa y catalana entre 1232 y 1245.